MERCADO LABORAL PARA PERIODISTAS
El caso de la ciudad de Concepción

Por Fernando Gutiérrez Atala
Escuela de Periodismo
Universidad Católica de la Santísima Concepción

Las características de la ciudad de Concepción responden a un "microclima" para evaluar el campo laboral para profesionales de la información, por la cantidad de universidades que dictan la carrera de Periodismo y la cantidad de medios de comunicación capaces de absorber a los respectivos egresados y titulados. Por eso, los resultados de este estudio son perfectamente aplicables al resto del país.

Las posibilidades laborales que tenga un egresado de las universidades chilenas es un tema que durante mucho tiempo ha despertado el interés no sólo de las mismas casas de estudios superiores -por la futura inserción de sus alumnos-, sino de los mismo jóvenes que se forman en ellas.

El tema se hizo doblemente preocupante a partir de la creación del sistema universitario privado en 1981, que aumentó el número de instituciones de educación superior de cerca de una docena a las 74 existentes de la actualidad, 25 pertenecientes al Consejo de Rectores (o tradicionales) y 49 privadas.

El nacimiento de más universidades trajo consigo la sobrepoblación de profesionales en algunas áreas de estudio, principalmente en lo referente a las Ciencias Sociales. Así, hoy las cifras indican que la cantidad existente de periodistas, sicólogos, abogados e ingenieros comerciales supera largamente las necesidades que tiene el mercado chileno.

Es por eso que el tema despierta el interés investigativo por conocer qué tan cierta es la aseveración expuesta anteriormente. En Concepción, por ejemplo, muchas veces se ha hablado del caso de los periodistas: cuatro escuelas que dictan la carrera parece ser un número exagerando en comparación con las posibilidades de trabajo que los medios de comunicación ofrecen.

En este sentido, algunos plantean que las oferta universitaria de la carrera debe planificarse en directa relación con el futuro laboral que exista para los recién egresados. Sin embargo, el mismo Colegio Regional de Periodistas carece de un trabajo de investigación que permita conocer la situación local.

Los resultados expuestos provienen de la única investigación de tipo cuantitativo que se haya hecho hasta la fecha en la ciudad de Concepción. En este punto, cabe consignar que la capital de la Región del Biobío presenta las características propias de un "microclima" propicio para estudiar y luego inferir resultados aplicables al ámbito nacional: en ella subsisten cuatro Escuelas de Periodismo, dos tradicionales y dos privadas. Además, se publican dos diarios, cuatro canales de televisión y cerca de una decena de radios con departamento de prensa debidamente constituido.

La mencionada investigación tuvo por nombre "Mercado Laboral para Periodistas en Concepción: Análisis a la Oferta Universitaria y las Posibilidades de Trabajo", cuyo objetivo principal fue describir cuantitativamente los cambios que se han experimentado acerca del aumento de la oferta universitaria para potenciales periodistas, al mismo tiempo que enfrentar esas cifras con los puestos laborales disponibles en la ciudad.

En la investigación no se incluyen motivos ni causas. La idea fue reflejar en números una situación que, si bien muchas veces ha sido discutida, hasta hoy no se ha profundizado en forma concreta. Y valga aclarar que aunque el trabajo sólo contempló hasta el año 1997, sus resultados son lo suficientemente contundentes como para prestarles atención, sobre todo si se considera que las posibilidades laborales que ofrecen los medios se mantienen prácticamente estáticas, mientras que el número de egresados y titulados aumenta cada año. Por lo demás, la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de la Santísima Concepción ya está trabajando en la actualización de los datos hasta el año 2001, para así contar con información más reciente que sirva de faro y guía para la reflexión y decisiones respecto del futuro de las Escuelas de Periodismo de nuestra propia región, y quizás del país.

El Colegio de Periodistas de Chile, a través de las investigaciones publicadas en la revista "A Toda Prensa", señala que hasta 1997, eran 32 las escuelas repartidas a lo largo del país, a diferencia de las dos que existían 15 años atrás. Del mismo modo, hasta el mencionado año, eran más de 7.500 los jóvenes que estudian la carrera en Chile.

Haciendo un poco de historia, recordemos que la aparición de las Escuelas de Periodismo en Chile se remonta a 1952 en la Universidad de Chile. Le siguieron la Universidad de Concepción en 1953 y la Pontificia Universidad Católica en 1961, para luego dar paso a una serie de aperturas, cuyas protagonistas más cercanas serían la Universidad del Norte y la Universidad de Chile, sede Valparaíso, dando inicio a un proceso que incluye la creación de los planteles privados a partir de 1980.

No obstante, un quiebre importante de consignar se produjo el septiembre de 1973, cuando muchos medios de comunicación fueron cerrados. Las Escuelas de Periodismo también se cerraron, a excepción de las Universidades de Chile y Pontificia Universidad Católica. Una vez superado ese punto, el proceso no paró, con sus más cercanas protagonistas, la Universidad del Norte y la Universidad de Chile sede Valparaíso, llegando actualmente a ser 42 planteles a lo largo del territorio.

Las cifras a todas luces son preocupantes, pero revisemos otras: en 1994 se titularon 165 periodistas de los cerca de 7.062 estudiantes que existían en el país, mientras que al año siguiente la cifra aumentó a 354, es decir, aumentó más del doble el número de titulados.

Tal número de profesionales titulados responde, de manera obvia, al exceso de vacantes ofrecidas por las Universidades del país. En 1995 fueron 1.674, mientras que en 1996, ese número se elevó a 1.710. Más preocupante todavía, es que el número final de matriculados superó a las vacantes, pues finalmente se aceptó, en el mismo 1996, a 1.805 jóvenes. En el 2001 en tanto, sólo las diez Escuelas de Periodismo de universidades tradicionales ofrecieron 503 vacantes, sin contar las 31 escuelas privadas. Si como promedio consideráramos que cada una de las privadas ofreció 35 cupos, tenemos 1.085 cupos más, que en total arrojan la preocupante cifra de 1.588 vacantes ofrecidas.

Una breve revisión a la metodología de la investigación que origina nuestras reflexiones de hoy: se estudiaron las cuatro Escuelas de Periodismo de la Región del Biobío, todas ubicadas en Concepción. Se cuantificaron los cupos ofrecidos, los alumnos finalmente matriculados y los egresados por un lapso de cinco años. Dichos resultados fueron confrontados con el número de plazas laborales efectivamente creadas en ese mismo período por los medios de comunicación tradicionales de la ciudad. En el caso de la prensa escrita, los diarios El Sur y Crónica; en televisión, el Canal Regional, TVU de la Universidad de Concepción y las corresponsalías de TVUC y TVN; y en radio, todas aquellas que contaban a la fecha con departamento de prensa: Radio Bíobío, Radio Chilena, Radio Inés de Suárez, Radio Octava y Radio El Conquistador.

Durante los seis años que duró la cuantificación, tres de las cuatro universidades estudiadas mantuvieron de manera constante el número de cupos ofrecidos para los jóvenes interesados. En conjunto, desde el inicio al final del estudio, la variación fue de 5,55%.
· Contrariamente a lo sucedido con los cupos ofrecidos, las universidades tuvieron un incremento paulatino en el número de matriculados, salvo uno de los cuatro casos. En 1992, eran 131 los matriculados en la carrera, cifra que el finalizar el estudio se elevó a 190. La creación de la carrera en la Universidad Católica de la Santísima Concepción en 1993 hizo que los matriculados subieran notoriamente de 98 a 146 de un año a otro. Considerando las cuatro escuelas, el mayor número se produjo en 1997, con un total de 216 matriculados. Esta cifra, en comparación a los 98 matriculados en 1992, significa un aumento de 220,4%.

·El número de egresados se mantuvo constante los primeros años del estudio, pues hasta esa fecha la Universidad de Concepción era la única abastecedora de periodistas para la zona, con un promedio de 20 por año. La situación se hizo distinta a contar de 1996, cuando las universidades privadas (Universidad del Desarrollo, Universidad San Sebastián) lanzaron al mercado laboral sus primeros alumnos egresados, aumentando la cifra a 60. Este número subió más aún en 1997, cuando los 28 egresados de la Universidad Católica de la Santísima Concepción hicieron que la cifra quedara en 93.

· Al comparar los alumnos egresados del primer año en estudio con el último, se obtiene un porcentaje comparativo en un lapso de cinco años, que llega al 715,38%.

La cifra de plazas laborales experimentó una variación constante desde 1992 hasta 1994. Desde 1995, el número aumentó notablemente debido al reinicio de las operaciones Diario Crónica, que la empresa El Sur cerró en la década de los '80 por razones económicas, y lo que se tradujo en un estimable número de periodistas laborando.

Desde esta perspectiva, al comparar la variación el primer y el último año (1992-1997), el porcentaje de aumento de las plazas es de 97 puestos de trabajo nuevos con contrato, que significa un incremento de 336,58%.

Aún así, los datos no son acumulables, pues la variación real de cada año debe ser entendida sustrayéndole la cifra del año anterior. De esta forma, el aumento es sólo de 28 plazas en el primer año a 42 en el último, lo que significa un aumento de 150%.
Teniendo en cuenta el crecimiento de las plazas laborales, los resultados cuantitativos reflejan que del total de nuevos periodistas, apenas un quinto de ellos -o en cifras más sencillas uno de cada cinco- tiene posibilidades reales de acceder a una plaza laboral con contrato en una empresa que responda a las características de la formación que están recibiendo los alumnos -esto es- un medio de comunicación tradicional como diarios, radios, canales de televisión o revistas.

La situación evaluada, el caso de Concepción, se hace más crítico si se tiene en cuenta que las plazas laborales que se crean cada año no necesariamente son copadas por los periodistas titulados en el año inmediatamente anterior, sino que existe un arrastre acumulado de profesionales sin trabajo. Asimismo, a cada una de las grandes ciudades llegan también titulados de otras ciudades, periodistas que emigran de un lugar a otro en la búsqueda de un contrato. Así, ese 20% se ve disminuido a una cantidad indeterminada, sin considerar que la tendencia futura señala que el número de titulados superará con creces el número de plazas laborales creadas por los medios.

La situación actual de los periodistas definitivamente posee características únicas, que difieren en muchos casos de lo que ocurre con otras profesiones.

Aunque las culturas modernas experimentan una tendencia clara hacia la valorización de la información, paradójicamente en el país la profesión informativa sufre una etapa de detrimento generada por el exceso de profesionales titulados. Esta etapa se aprecia en las difíciles condiciones en que debe ser ejercida: bajos sueldos y jornadas de trabajo excesivas son atribuidos muchas veces al exagerado número de periodistas que existe en el mercado de las comunicaciones chilenas. De hecho, Carlos Soria establece en su obra "Prensa, Paz, Violencia y Periodismo", en el apartado "La crisis de credibilidad de los informadores", que los empresarios poco o nada han hecho por contribuir a producir una valorización de esta labor.

Ello provocaría un "efecto dominó", iniciado por los bajos sueldos que se ofrecen. A partir de esto no sólo se produce una gran huida de talentos hacia otras áreas del humanismo que parezcan más rentables, sino que la calidad de los estudiantes es excepcionalmente baja. Aún más, de los que logran terminar sus estudios, en la realidad española que describe el autor, sólo el 14 por ciento finalmente se dedica a trabajar en medios de comunicación tradicionales, pues el resto emigra hacia otros sectores más atractivos económicamente, como la publicidad y las relaciones públicas.

Este autor es bastante explícito al sentenciar que "apenas se cuida la selección del capital humano, mientras se invierte más tiempo y dinero en reemplazar un cuerpo de rotativa que en contratar nuevos redactores".

En nuestro país, un estudio realizado por estudiantes de Periodismo de la Universidad Diego Portales, donde se ahondó en los principales problemas que aquejan a los profesionales de la información en Santiago, reveló que el 32 por ciento de los periodistas encuestados consideraba que sus remuneraciones eran malas en relación con las de otras profesiones universitarias, mientras que la mitad declaró que su sueldo, al interior de su empresa informativa, era malo.

A partir de ello, aparece otro de los dilemas del periodismo actual. La necesidad de contar con mayores ingresos hace que el 52 por ciento de los consultados busque una segunda remuneración desempeñándose en otra área de trabajo periodístico. En este sentido, la labor académica y las relaciones públicas fueron las principales preferencias.

En cifras del Consejo Regional Biobío del Colegio de Periodistas de Chile, existe conocimiento sólido de que un 80 por ciento de los egresados y profesionales recién recibidos perciben rentas que oscilan entre los 150 mil pesos, sino un tanto menos, y los 200 mil pesos, en el desempeño de una actividad de alta responsabilidad social y fuertes exigencias de dedicación.

Otro punto perjudicial a la actividad periodística local se da por la vía de ocupar a los periodistas en dos funciones, operando simultáneamente para dos medios de comunicación pertenecientes a una misma entidad propietaria, con una evidente sobrecarga y estresamiento. Esta práctica sólo se conocía -hasta hace unos años- en países como Brasil y ahora se ejerce en Chile con asomos de institucionalizarse. En el caso de Concepción -aplicable también al resto del país- la existencia de una oferta más amplia de jóvenes en la profesión ha generado en las empresas penquistas algunos fenómenos de nivelación de sueldos "hacia abajo", con el efecto de un desmedro de las posibilidades de los titulares de mayor trayectoria.

El problema antes descrito hace que cada vez sea más difícil contar con un trabajo seguro una vez que se abandona la Universidad. Además de ello, los bajos sueldos y la alta disponibilidad profesional genera -como se ha dicho antes- una lenta pero progresiva desvalorización de la profesión.

En este sentido, uno de los principales desafíos para los años posteriores es, sin duda alguna, ampliar el espectro laboral que la carrera ofrece, creando nuevos espacios para el desarrollo de la labor periodística. La aparición de gabinetes de prensa es sólo un ejemplo, sumado al gran desarrollo del periodismo en soporte electrónico. Sólo en Concepción, subsisten hoy -y con bastante éxito- cuatro periódicos electrónicos. Sin embargo, esta ampliación del espectro debe ir acompañada de las modificaciones pertinentes a las mallas curriculares, de tal forma de entregar a nuestros alumnos la formación que efectivamente requerirán en el campo laboral en el que se desenvuelva.

Asimismo, la especialización es otro de los caminos más viables, pues permitiría una aplicación focalizada de los conocimientos humanísticos, sociales y comunicacionales que un profesional de la información posee. Además, ante la especialización del conocimiento, los informadores debemos reaccionar también con especialización, eso sí, con la teoría de que el periodista es quien debe evolucionar hacia otras parcelas del saber como Deportes, Educación y Salud, y no profesionales de esas áreas hacia el periodismo, como es frecuente encontrar hoy en los medios de comunicación.

Las Universidades por su parte, también tienen mucho que hacer. Aunque el disminuir la cantidad de alumnos aceptados no es un argumento válido -el país se rige por una economía de libre mercado- el aumento del nivel de exigencia debe ser uno de los principales aportes.
Está claramente demostrado que el Periodismo es una profesión difícil, compleja y con un alto nivel de sacrificio y responsabilidad social. De esta forma, la posibilidad de seguirla debe estar abierta a todos, pero sólo los mejor capacitados deberán ser los que enfrenten ese escenario.

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