El costo social
del "azúcar" foráneo
Fructosa
en vez de remolacha
La medida
que favorece el sector azucarero perjudica enormemente a las compañías
que utilizan la fructosa en sus productos
Más
que una decisión económica, la salvaguardia representa
una determinación social de parte del gobierno
Por
María Jesús Méndez y Angela Quevedo
"Al
final, esto no es más que un circo". Así define
la llamada guerra del azúcar la encargada de prensa de la
Fiscalía Nacional, Karen Caleaño.
Y tal vez el
apelativo no es incorrecto si se entienden, por actitudes circenses,
las empleadas por los ministerios vinculados y la Fiscalía
Nacional. Sin que nadie quisiera comprometerse con sus opiniones,
las responsabilidades se tornaban circulares, y la información
adquiría cuerpo peligroso. Como una bomba a punto de estallar,
se lanzaba entre unas y otras manos. Ni siquiera Hernán Burgos,
representante del Ministerio de Agricultura en la Comisión
de Distorsiones, quiso declarar a Con Tinta Negra acerca del desempeño
de la junta. Primero, desentendiéndose de su participación
y luego, admitiendo inconvenientes en manifestar su parecer.
Mucho más
agria que dulce, la guerra del azúcar a puesto en jaque a
las autoridades. La coyuntura económica refleja las tendencias
proteccionistas con que el gobierno maneja los problemas de importante
connotación social.
Por consejo
de la Comisión de Distorsiones, el gobierno aplicó
salvaguardias de un 10% para la importación de productos
derivados del acero, y se espera una del 17% para la fructosa, sustituto
casi perfecto del azúcar y más barato. Si bien, el
Presidente Lagos aún no dictamina la sobretasa definitiva
a favor de Iansa (Industria Azucarera Nacional S.A.), el hecho de
que el anuncio haya salido de la boca del propio Ministro de Agricultura,
Jaime Campos y de que no exista registro anterior que demuestre
decisiones del Primer Mandatario, opuestas a las recomendadas por
la Comisión, es fácil vaticinar el final de esta historia.
La fructosa,
también denominada azúcar de las frutas, es un monosacárido
cuya formula química es C6H12O6. Aparece en las frutas dulces
y en sus jugos y se produce junto con las glucosa durante la degradación
de la sacarosa y también mediante la hidrólisis de
distintos hidratos de carbono, indica la Enciclopedia Encarata.
Las agrias
presiones
El del azúcar
no es un conflicto nuevo. Debe su esplendor actual a las acciones
renegociadoras de Iansa por el arancel máximo con la Organización
Mundial de Comercio (OMC) a comienzos del año pasado, para
mantener las bandas de precio que protegen al azúcar de las
variaciones de precios internacionales.
La sobretasa
se aprobó en el Senado a fines de 2001, a pesar de la oposición
del Gremio de la industria de la V región apoyado por el
senador Carlos Ominami. La presión se hizo sentir en abril,
cuando Iansa y los remolacheros solicitaron a la Comisión
de Distorsiones la aplicación de una sobretasa arancelaria
del 51% a la fructosa y la glucosa, y no la del 6,6% que gozaban.
Junto a esto solicitaron la reclasificación de las mezclas
de azúcar internacionales, a fin de que se les considerara
dentro de la banda de precio y no continuaran ingresando con gravamen
del 7%.
A las peticiones
se sumaron las actitudes amenazantes de los remolacheros de tomar
caminos y cortar la carretera Panamericana. Otra forma de tensión
fue la incertidumbre por el cierre de contratos de la temporada
entre Iansa y los agricultores.
La Comisión
de Distorsiones, presidida por el Fiscal Nacional Económico,
Pedro Mattar, e integrada por miembros del Banco Central, de la
Junta Nacional de Aduanas y de los ministerios de Hacienda, Agricultura,
Economía y Relaciones Exteriores, falló a favor de
una sobretasa de 17% para la fructosa y ninguna para la glucosa.
Según
el Presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Andrés
Santa Cruz, la decisión se basó en el aumento de un
724% en la importación de fructosa, en la comprobación
de que ésta era un sustituto perfecto del azúcar y
en los posibles daños que podrían producirse en la
desprotegida industrial local.
La medida vulnera
el acuerdo firmado en 1996 con el MERCOSUR (Mercado Común
del Sur), donde incluso Iansa participó en las negociaciones
que acordaron otorgar a la fructosa preferencias arancelarias. Chile
es desde ese año, asociado externo del MERCOSUR, bloque creado
en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Por
otro lado, la sobretasa constituyó un alivio para el cierre
de contratos entre la empresa azucarera y los remolacheros, quienes
acordaron comercializar una superficie de 38 mil hectáreas
este año, lo que representa un 20% menos que la temporada
anterior.
Los que pierden
Como una "aberración
del gobierno" calificó la medida Hernán Boher,
encargado principal de (Inducorn) , firma proveedora del 90% de
la fructosa que se consume en el país. Boher ha realizado
gestiones tanto políticas, como diplomáticas y económicas
para impedir que se lleve a cabo la salvaguardia.
Afirma que la
fructosa no compite con el azúcar, pues es un producto de
alta tecnología fabricado según las necesidades del
cliente con relación al dulzor y la consistencia. Además,
Boher señala que las 40 mil toneladas que importa al país
no podrían dañar la industria azucarera, pues representan
el 6% del consumo.
Los otros perdedores
son todos los industriales que se valen de la fructosa para endulzar
bebidas, mermeladas, confites y helados entre otros.
Francisco Javier
Recabarren, abogado que representa a los parlamentarios contrarios
a la salvaguardia, asegura que la medida es una vergüenza para
la historia comercial chilena. Mientras que el gerente general de
la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (Anber), Jaime
Gatica, señaló que el triunfo de Iansa es a costa
de 200 empresas consumidoras de fructosa y los 70 mil empleados
de éstas. La decisión de la sobretasa les llega justo
después de que Enbor y Andina invirtieron 700 mil dólares
en dotar a sus plantas de la tecnología necesaria para emplear
la fructosa y bajar los costos de producción.
Aunque ahora
los costos serán mayores, no se experimentará un alza
en los precios de los productos que se valen del insumo, principalmente
por la competencia. El caso más ilustrativo es el de las
bebidas de marca conocida, cuya demanda ha disminuido notablemente
por el arribo de aquellas fabricadas por los supermercados. Además,
los productos extranjeros que compiten están ahora en mejor
posición, ya que sólo pagan un 7% de arancel general,
mientras que la industria local tiene al azúcar afecto al
sistema de bandas de precios.
O sea, mientras
se favorece el sector azucarero, se perjudica a las industrias de
alimentos y confites en su libre adquisición de insumos.
Una coyuntura
económica, una medida social.
Más allá
de las decisiones y las exigencias de los distintos sectores, los
ejes fundamentales se tambalean entre el proteccionismo y la estabilidad
internacional.
Tal como explica a Con Tinta Negra el economista y profesor de la
Universidad de Chile, Luis Cruz, no se puede culpar a ninguna nación
de proteger la industria y economía interna. "No existe
un solo país en el mundo que favorezca la estabilidad externa
antes que la local".
En un período
donde los planes auges provocan dificultades, donde la actividad
económica es del 1,9 en todo el año, y el gobierno
lucha con una tasa de desempleo del 10 u 11 %, el Ejecutivo no podría
sino tomar una decisión que generara la menor cantidad de
problemas. Y si a este fallo se le llama proteccionismo, entonces
habría que declararlo culpable.
Sin duda el
recurso menos impopular para el Estado es sobretasar a la fructosa
y proteger a los trabajadores de los ocho mil remolacheros que,
según el senador Carlos Ominami, son los rehenes que permiten
a Iansa conseguir sus objetivos, perforar la política comercial
chilena y dañar la Agenda Pro Crecimiento.
La aplicación
de salvaguardias, independientemente de las presiones de Iansa,
catalogadas de "la peor clase" por Hernán Boher,
no es más que una medida social.
Aquí se entiende el planteamiento de Cruz que explica que
las disposiciones, más que temas puntuales, son una política
coyuntural y que no es la primera vez que se aplican.
Con respecto a la vulneración del acuerdo con el Mercosur,
señala que no tiene importancia pues, "este proyecto
de integración no sirve para nada"
Según
el momento económico y político que vive Chile, se
toman ciertas determinaciones que apuntan a un problema especifico
y que, por supuesto, favorecen a un grupo concreto. Cruz concluye
que "en una coyuntura, hay que tomar una decisión, y
esta tiene que procurar el menor ruido posible".
Así,
siempre existirá un sector que se vea afectado en sus intereses.
Sin embargo es de esperar que las determinaciones aspiren a la estabilidad,
por ello puede entenderse la actitud del Ministerio de Agricultura
al asegurar la medida como una "señal que entrega tranquilidad
y sustentabilidad al sector en el mediano y largo plazo".
Finalmente,
no se trata de ser nacionalista o proteccionista sólo porque
sí, si no de cuidar esa relativa tranquilidad que se ha logrado
en temas económicos. En todo caso, proteccionismo o estabilidad
internacional, son dos perspectivas que se han convertido en el
punto fundamental del caso y que quedan abiertas al criterio personal.
Principales
involucrados
A
favor de las salvaguardias:
Industria Azucarera Nacional (Iansa).
Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
Federación de Productores de Remolacha (Fenare).
En
contra de las salvaguardias:
Asociación Nacional de bebidas Refrescantes (Anber).
Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa).
Asociación Gremial de Industroiales de la Quinta
Región (Asiva).
Asociación de Exportadores de Manufacturas (Asexma).
Asociación Gremial de Industriales Proveedores (Agip).
Senadores: Carlos Ominami (PS), Nelson Avila (PPD), Jorge
Arancibia (UDI).
Diputados: Arturo Longton (RN), Carmen Ibáñez
(RN), Laura Soto (PPD), Rodrigo González (PPD) y
Gonzalo
|
Sitios relacionados:
www.fne.cl
www.gobierno.cl
www.empresasiansa.cl
|