PORTADA
  
NÚMEROS ANTERIORES
  
QUIÉNES SOMOS
  
CONTACTO
  
INTERNACIONAL

El factor Fondo Monetario Internacional (FMI) en la crisis argentina
¿Y dónde está el salvavidas?

La acción del FMI en otras economías en crisis lleva a pensar que el organismo no sólo desempeña funciones a nivel económico, sino que también actuaría como herramienta política.

El adelanto de las elecciones en Argentina sería una de las tantas maniobras políticas del FMI en pos de la liberalización de los mercados.

Por Michelle Zarzar


El precio que deben pagar los estados para recibir ayuda del FMI ha vulnerado más de una vez la soberanía de los pueblos, impulsando cambios de gobierno mediante presiones económicas en períodos eleccionarios e incluso con la anticipación de las elecciones, como es el caso de lo que ocurre hoy en día en Argentina.

En uno de sus ensayos publicado en la revista "The New Republic", el Premio Nobel de Economía, ex vicepresidente y economista en jefe del Banco Mundial, Joseph Stiglitz sostiene la tesis de que el FMI es un organismo poco transparente, no democrático e indiferente frente a los pobres.

En varios de los casos citados en este artículo es posible dilucidar presiones económicas y estrategias políticas en los estados que en algún momento solicitaron ayuda al Fondo Monetario. Un ejemplo lo constituye la negativa por parte del FMI a concederle un préstamo a Etiopía.

La petición fue desechada por el organismo debido a la resistencia por parte de las autoridades de ese país a implementar medidas de desregulación financiera, negativa derivada de las malas experiencias sufridas en Kenia por las alzas de interés. Pese a los auspiciosos índices macroeconómicos, el FMI había suspendido su ayuda al gobierno etíope, situación que lo condenó a la desconfianza del resto de las instituciones financieras.

El porqué de esta situación se resume en una frase: el Fondo Monetario Internacional no actúa sólo a nivel económico, sino que se alza como un organismo dual que persigue fines financieros, cuya obtención depende muchas veces de maniobras políticas.

Claro que dichas maquinaciones pretenden fines mercantiles específicos. El cientista político Cristián Fuentes, quien trabaja en la Dirección de Proyectos del Ministerio de Relaciones Exteriores define como la misión del FMI "recomendar procesos y políticas monetarias acordes con los postulados de la liberalización comercial, prestar asistencia a los estados que enfrentan crisis transitorias o problemas en la balanza de pagos e incentivar políticas de ajuste para la remoción de los factores que originan tales dificultades". El caso argentino, no es una excepción.

La estrategia del FMI

La situación de Argentina es aún más peligrosa que la mera crisis económica como en el caso de Etiopía. No sólo existe inestabilidad política, sino que además se avecinan elecciones presidenciales (y tal vez también parlamentarias), las que se verán influidas e influirán en las decisiones que tome el FMI respecto a la ayuda que le otorgaría a Argentina.

Un precedente para predecir la actitud que tomará el FMI en el país trasandino es lo ocurrido en Indonesia durante los comicios de 2000.

En este caso, el FMI realizó una intervención política al frenar su apoyo económico al país asiático, lo que contribuyó a la derrota en las urnas del ex presidente Abdurrahman Wahid en favor de Megawati Sukarnoputri. La razón: el estadista planeaba introducir lentamente las reformas estructurales necesarias para rescatar al país de la depresión económica, al contrario de su contrincante.

A juzgar por la tesis de Stiglitz, la pronta o tardía llegada del salvavidas para Argentina dependerá de si las negociaciones que actualmente sostiene el Presidente Eduardo Duhalde con el FMI lleguen a buen fin antes de las elecciones fechadas para marzo de 2003. Si se consideran las recientes declaraciones de la subdirectora del organismos Anne Krueger, el panorama no se vislumbra muy auspicioso. Señaló que hasta que no se resuelva "el alto nivel de incertidumbre sobre las políticas que se instrumentarán, el FMI no avanzará en un acuerdo para dar ayuda".

El adelantamiento de las elecciones, constituye, sin duda, una fuerte presión política, no sólo para los candidatos, sino también para Duhalde, que hoy representa la cara visible del Partido Justicialista. En este sentido, la estrategia del FMI radica en forzar a cada polo del espectro político a proponer medidas concretas, que pretendan dar solución a la crisis mediante postulados acordes al objeto de la liberalización del mercado.

Las condiciones para que dicha entidad provea de ayuda a los países en crisis, como es el caso de Argentina, dice Fuentes, radican en una "apertura de la economía de bienes no transables a bienes transables y de las exportaciones e importaciones, políticas de privatización, etc."

Sin duda, la proclividad del FMI hacia uno u otro candidato será uno de los factores determinantes en las elecciones de marzo próximo, al igual como lo fue en el caso de Indonesia. El punto es que la situación es aún más caótica, pues en el caso argentino, el problema no parte de la aceptación o no de las políticas librecambistas, sino que, hasta la fecha, ningún candidato ha propuesto una solución real que cumpla con los requisitos que hoy demanda la economía trasandina: eficiencia y eficacia.

El Fondo está a la espera de una política que proyecte resultados afines al ideal de libertad que proclama el capitalismo para la economía, pero da la casualidad que una de las presidenciables con mayor adhesión en las encuestas de opinión es la candidata de izquierda Elisa Carrió, del partido Argentinos para una República de Iguales (ARI).

Una eventual victoria de Carrió implicaría una mayor "preocupación" por parte del FMI respecto a posibles alteraciones en el orden que pretende implementar, difundir y apoyar. Algunos puntos, como la regulación de precios por parte del Estado, no son descartados por el economista de la candidata de izquierda, Rubén Lo Vuoló, como medio para paliar en parte la crisis, los cuales entrarían en directo choque con los fines que persigue el Fondo.

Desde esta perspectiva, el FMI tenderá a inclinarse hacia los candidatos que mejor reflejen sus intereses de políticas liberalizadoras (como lo hizo en Indonesia) a las que la presidenciable del ARI es la que menos se ajusta.

El factor Brasil

El clima eleccionario en Brasil tampoco beneficia a Argentina. El favorito en las encuestas es el ex dirigiente sindical y candidato del Partido de los Trabajadores Luiz Inácio Lula da Silva, temido por los inversionistas por sus posturas frente a temas clave, lo que también es visto con recelo por el FMI.

La incertidumbre que genera en los mercados un eventual gobierno de Lula, hace que los inversores decidan abandonar sus posiciones. Si la economía argentina estuviese en buenas condiciones, es probable que el mercado financiero hubiera esperado hasta septiembre para ver si Lula ganaba o si se repetía la historia de las tres elecciones presidenciales precedentes, en que los candidatos más confiables en lo económico terminaron imponiéndose.

Pero con la perspectiva de que Lula gane, el caos argentino contagiaría a Brasil debido a la desregulación de los capitales de corto plazo que promueve el FMI. El 80% de los tenedores de bonos brasileños son los mismos que acaban de perder con la crisis argentina, en la cual quienes lograron sacar sus capitales a tiempo, tuvieron un menor índice de pérdida. Esto hace que los inversores financieros en Brasil se precipiten a abandonar sus posiciones ante el riesgo de que este país se vea obligado a reprogramar su deuda o a caer en cesación de pagos como sucedió en la Argentina.

¿Qué hará el FMI para evitar una crisis de mayores proporciones? ¿Se sentará a esperar la derrota de Lula, y al favorecer la incertidumbre agravará el colapso al interior de las principales potencias del Mercosur?

Fuentes sostiene que, en la actualidad, la presencia del organismo financiero suele agravar la situación de los países que le solicitan ayuda: "las medidas impuestas por el FMI terminan por empeorar la crisis".

En este caso específico, el FMI podría optar por no llamar la atención respecto de países que como Brasil corren riesgo de entrar en shock económico. Un país con baja inflación, crecimiento nulo y un alto nivel de desempleo sería catalogado en "situación catastrófica" por cualquier economista, pero la actitud del FMI podría ser distinta:"¡aún cuando hace años que el nivel de desocupación supera el 10%, calificará con una "A" (la mejor nota) a un país como Argentina, en tanto su presupuesto parezca estar en equilibrio y su inflación bajo control!", escribió Le Monde Diplomathique en mayo de este año.

Sitios relacionados:
www.imf.org
www.merco-sur.net

POLÍTICA

Pinochet sobreseido y alejado del Senado:
Desilusión General

Dietas parlamentarias infladas:
Se necesitan becas en Slim Center
  

ECONOMÍA

El costo social del "azucar":
Fructosa en vez de remolacha

Chile es blanco de dumping por la UE:
Salmón que se duerme, se lo lleva...

Fraudes contables de empresas estadounidenses:
El Desplome de las espectativas

Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón:
Piratería pretende ser el Robin Hood de los pobres
  

INTERNACIONAL

Sierra Leona:
La guerra de los diamantes

  

CULTURA

Nuevos periodistas desconocen influencia de su asociación:
El viejo Colegio

 

SOCIEDAD

Chile post inundaciones:
Lo que el agua nos dejó

  

DEPORTES

Deportistas profesionales y nueva normativa:
Permiso para soñar

  

ENTREVISTA
Viviana Díaz:
"Pinochet es demente, no inocente"