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La ineficacia de las políticas deportivas
Dirigentes de cuello y corbata

Pese a ser, en la práctica, un avance histórico en nuestro país, Chiledeportes carece aún de canales de participación que cohesionen a deportistas, dirigentes y empresarios hacia un solo objetivo.

El balance deportivo del año 2002 nos entrega algunos resultados esperanzadores. La falta de recursos económicos para optimizarlos, apaga la ilusión.

Por Raúl Rodríguez y Luis Vidal


Velocidad. Fuerza. Garra. Ritmo. Coordinación. Son palabras claves en cualquier deporte. De lo contrario, el fantasma de la derrota empieza a darse su paseíto por la escena nacional. Quejas, reclamos, recriminaciones, gritos y discusiones saltan por doquier cuando se dice que estuvimos a punto, que faltó poco, que casi se logró. Pero no fue. Ése es el Chile aficionado que necesita repuestas, al igual que tantos proyectos de deportistas que se quedan en el camino, con la ilusión de que un día alguien los mirará y los sacará del sueño multicolor.

Problemas estructurales, pasiones personales, intereses creados, pero también disciplina, esfuerzo y profesionalismo conforman el panorama de la actividad deportiva en nuestro país, que necesita ser revisada desde sus más altas esferas para así comprender el día a día del deporte y de este año 2002.

Cuando el discurso choca con la realidad

Con la promulgación de la nueva Ley del Deporte, el 9 de febrero de 2001, se intenta impulsar con directrices claras, la promoción y desarrollo del deporte y la actividad física del país.

En efecto, a partir de la puesta en marcha de dicha disposición, el quehacer deportivo pasa a ser considerado como una preocupación social del Estado, que debe ser objeto de una política pública, tal como sucede con la educación, la salud o la vivienda.

En este ámbito, los objetivos propuestos por la naciente iniciativa consagran la creación del Instituto Nacional del Deporte, bajo el alero del Ministerio Secretaría General de Gobierno. El organismo, más conocido como Chiledeportes, se plantea la necesidad de ampliar la cobertura, fortalecer los programas y calidad de las actividades deportivas en la comunidad nacional, incorporando a los grupos en el desarrollo y ejecución de estas estrategias. De esta manera, pretende mejorar el nivel y posición del deporte de alto rendimiento en competencias internacionales.

La empresa privada, en ese sentido, también tiene algo que aportar. Ahí están los esfuerzos por y para los deportistas nacionales. El apoyo a Carlo de Gavardo, incluso tras su accidente en el Rally por Las Pampas de este año; a Fernando González en su exitosa temporada como tenista; y Erika Olivera en sus continuas maratones.

Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar y pasan a formar parte de la discusión. Uno de los integrantes de la selección nacional adulta de hockey patín, quien prefirió no revelar su nombre, afirmó a CTN que "con la creación de Chiledeportes no se han visto cambios drásticos a nivel de apoyo. Faltó en este sentido una mejor campaña de difusión, ya que el mundo privado, conociendo mejor las condiciones, se hubiese interesado más por invertir o auspiciar el deporte. Los recursos se destinan a personas que dan resultados a nivel de marketing, pero no a nivel competitivo".

En cierta medida, la voz del deportista es sintomática, ya que los atletas auspiciados cumplen, en la mayoría de los situaciones, con dos requisitos claves: redes de contacto al interior de empresas, o bien el deporte que practican tiene cierta masividad dentro del público, como el tenis y el fútbol.

Pero existe un grupo que, pese a su esfuerzo personal y de no contar con patrocinadores de su disciplina, no recibe ningún apoyo institucional que incentive su práctica. Ése es el caso, por ejemplo, de los remeros valdivianos que, a pesar de que obtuvieron medalla de oro en el mundial de Sevilla de este año y que continúan en el desamparo absoluto.

De ahí que muchos deportistas opten por emigrar de Chile buscando mejores oportunidades de desarrollo para desenvolverse profesionalmente. El ciclista Marcelo Arrué es un claro ejemplo de la desidia de los dirigentes. Sin ayuda, tuvo que emigrar hacia Estados Unidos y ahora corre representando a la nación norteamericana, en vez de hacerlo por su país de origen.

Déficit estructural

No se trata de elegancia ni tampoco de alto nivel. Es la realidad dirigencial del deporte en Chile. Altos personajes que pretenden establecer políticas deportivas desde el asiento de sus oficinas sin contemplar la realidad.

Ahí está el directorio de la Asociación Nacional del Fútbol Profesional (ANFP) y la manoseada huelga de futbolistas encabezada por su sindicato y la figura de Carlos Soto.

Presidentes de clubes que pretendían seguir adelante con el campeonato 2002, mientras un número no menor de profesionales no podía alimentar a sus familias, debido al incumplimiento de contratos y el continuo retraso en el pago de los salarios.

A pesar de todo esto, es posible decir que el balompié es afortunado respecto a otras disciplinas. Tiene patrocinadores, la televisión paga elevadas cifras por los derechos de transmisión y, dentro de los rangos, posee arrastre en el público. Entonces, cuál es el problema. Respuesta: los malos manejos de dinero.

Hubo un tiempo en que el fútbol nacional se sobredimensionó. Se gastaba más de lo que se ganaba y los dirigentes no previeron situaciones de crisis. Su condición de amateurs fue mermando la seriedad al intento de dar profesionalismo a la actividad.

La quiebra de Colo-Colo marcó el cenit y el inicio del debacle en la institucionalidad futbolística, hasta que alguien venga a realizar una verdadera obra de ingeniería para reestructurar este deporte.

El proyecto de sociedades anónimas deportivas puede ser una de esas soluciones. Al menos habría dirigentes dedicados por tiempo completo a buscar los caminos a seguir. El punto de llegada, eso sí, es totalmente incierto.

El básquetbol es otro deporte con problemas estructurales. Las ganas existen y la Dimayor se realiza sin grandes problemas. El conflicto reside en que el desempeño competitivo de los equipos se extiende sólo por tres meses (período que dura la temporada), ya que es la única manera de sostener económicamente la disputa de los partidos. En este caso, la geografía del país juega un rol esencial. Las largas distancias que se deben recorrer impiden un desarrollo integral de la liga.

Para el 2003, los dirigentes desean extender el campeonato, con o sin el apoyo de Chiledeportes. Fortalecer torneos regionales, agregar otros y culminar con grandes finales pretenden ser una realidad que permita redundar en el alza del rendimiento internacional de los equipos chilenos.

El organismo deportivo, encabezado por Arturo Salah, requerido por Con Tinta Negra (CTN) para aclarar las dudas en torno al básquetbol y el apoyo a otras disciplinas, negó a dar declaraciones aduciendo que "el año no ha terminado, por lo que no es posible emitir balances oficiales al respecto".

Esto, porque entre las nuevas disposiciones para el próximo año, según declaró una de nuestras fuentes, "el hochey y el motociclismo estarían excluidos de la entrega de financiamiento. Y eso que el hockey está séptimo en el mundo en categoría adulta y segundo a nivel juvenil".

Agregó que "los resultados están. Entonces da para pensar con qué vara se está midiendo a los deportistas. Los dirigentes son de las ramas con más tradición. No hay renovación en la dirigencia deportiva. No van a las canchas. Tienen una imagen del deporte de antaño. En resumen, lo manejan desde la oficina".

Chiledeportes se creó para incentivar al deporte. También es cierto que no puede ayudar a todos y en ese aspecto comienza a ser preponderante la ayuda de los empresarios. Una organización desde los cimientos, como intenta hacerlo este organismo, es necesaria y posible.

Instalar en la comunidad una nueva cultura deportiva es el objetivo que se han puesto las autoridades, para que así la actividad física y el deporte se expandan y masifiquen a lo largo del país. No obstante, en la medida que las disposiciones reglamentarias para obtener beneficios sean decididas por una elite dirigencial sin incluir a los mismos que las practican, ello redundará en la formación de deportistas de alto rendimiento, pero sólo en ciertas disciplinas, las que no necesariamente tienen más perspectiva de futuro.

Sitios relacionados:
www.chiledeportes.cl
www.sifup.cl
www.coch.cl

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