Cada cuatro años, numerosas selecciones
de fútbol llegan al Mundial con la ilusión de alzar la copa
de campeón, sin embargo este privilegio sólo lo han obtenido
siete equipos. Brasil en cuatro oportunidades, seguido por Alemania e
Italia en tres ocasiones y luego Argentina y Uruguay en dos; finalmente,
Inglaterra y Francia, el actual campeón, con solo una vez. Esta
situación se viene repitiendo desde el primer Mundial de 1930 disputado
en Uruguay, lo que marca una interrogante que hasta ahora muchos no pueden
responder: ¿Por qué siempre son los mismos los que llegan
a las instancias finales?
Existen varias hipótesis que plantean que todo pasa por la cultura
futbolística de aquellos países, sin embargo esto va más
allá, ya que no es posible que la torta no sea equitativa para
todos los equipos que participan en las citas mundialistas.
El histórico triunfo conseguido por la selección de Francia
en el Mundial disputado en tierras galas en 1998 fue la excepción
a la regla. Quitándole el campeonato a la selección brasileña,
los europeos terminaron con la constante que se venía registrando
desde el año 1970, torneo en el que Brasil se coronó campeón
del Mundo al vencer por 4-2 a Italia en México.
Desde esa fecha hasta antes de comenzar el último
campeonato mundial, en seis torneos, el cetro fue repartido por tan sólo
4 países (Brasil, Argentina, Alemania e Italia), Francia quebró
la lógica. Lo que se ve de buena manera por el resto de los países,
porque no debería ser normal que siempre sean los mismos quienes
se queden con el máximo galardón.
Tal como se describe en el siguiente cuadro, la Copa
de Oro sólo ha sido alcanzada por siete grandes potencias futbolísticas.
En cada campeonato los protagonistas se repiten una y otra vez, aunque
las selecciones de "bajo perfil" de vez en cuando dan alguna
sorpresa sin llegar a tocar el máximo galardón como el tercer
lugar de Croacia en 1998 o el segundo de Chile en 1962
ArgentinaSEDE |
AÑO |
CAMPEON |
Uruguay |
1930 |
Uruguy |
Italia |
1934 |
Italia |
Francia |
1938 |
Italia |
Brasil |
1950 |
Uruguy |
Suiza |
1954 |
Alemania |
Suecia |
1958 |
Brasil |
Chile |
1962 |
Brasil |
Inglaterra |
1966 |
Inglaterra |
Mexico |
1970 |
Brasil |
Alemania |
1974 |
Alemania |
Argentina |
1978 |
Argentina |
España |
1982 |
Italia |
México |
1986 |
Argentina |
Italia |
1990 |
Alemania |
Estados Unidos |
1994 |
Brasil |
La base del problema
La respuesta a esta interrogante no se basa solo en
el rendimiento de éstas selecciones en los campeonatos mundiales,
sino que también hay una preparación previa dentro de cada
nación que se inicia en la infancia del jugador. A los niños
se les enseña desde pequeños a que son los mejores del mundo,
con lo cual se forman con una mentalidad ganadora, lo que queda demostrado
en la cantidad y calidad de jugadores que nacen en sus clubes desde las
divisiones menores y que luego se desempeñan en las mejores ligas
de fútbol internacional.
El caso de Chile es un buen ejemplo para demostrar
lo anterior, eso si en el caso contrario. Desde pequeños nos criamos
sabiendo que los argentinos y los brasileños son superiores a nosotros
en la cancha, por lo que no es de extrañarse que cada vez que jugamos
con alguna de las dos selecciones conocidas como superiores, sólo
nos conformemos con rescatar algún punto.
Para el Mundial que se llevará a cabo en Japón-Corea
del Sur, nuevamente los nombres que suenan como favoritos para adjudicarse
la décima séptima versión de la Copa del Mundo son
los de Argentina, Francia y Brasil, aunque claro, siempre existe la posibilidad
de que equipos como Portugal, Croacia o alguna escuadra africana cumplan
una digna actuación, pero sin alcanzar el campeonato.
Además, si nos fijamos, todos los países
nombrados como directos candidatos al título, son equipos donde
sus ligas internas son de un excelente nivel y en los cuales las cifras
de dinero que se manejan son realmente gigantescas, situación que
motiva al jugador.
Este desolador panorama para los equipos "chicos"
seguirá repitiéndose por décadas y décadas
debido a que el problema, para los que estamos en el lado amargo de la
medalla, sólo se podría revertir con un profundo cambio
de mentalidad, lo cual es muy difícil que ocurra de un día
para otro.
Esperando el quiebre de la historia
Japón-Corea del Sur 2002, se inicia el 31 de
mayo con el duelo entre Francia y Senegal. Las expectativas que llevan
las 32 selecciones son muy grandes, pero la historia a la hora de entrar
a jugar un pleito mundialista pesa, por lo que equipos como Ecuador, Costa
Rica, Irlanda del Norte, Arabia Saudita o Polonia, por nombrar algunos,
sólo se tendrán que conformar con avanzar a la segunda ronda,
debido a que los lugares de privilegio ya tienen dueño.
Por esto se habla de que el verdadero Mundial comienza
a partir de los cuartos de final, es decir, en la ronda de los ocho mejores,
ya que recién ahí se ven las caras las potencias mundiales
y es el lugar donde tienen que demostrar quien es mejor que el otro.
La historia no miente, pero esto no significa que
no se pueda cambiar. Si bien las probabilidades siempre beneficiaran a
las grandes selecciones, los partidos, y en esta ocasión, la Copa
del Mundo no se obtiene hasta que un equipo gane siete encuentros y se
declare como el nuevo "Rey del Fútbol".
Una sorpresa nunca se puede descartar, pero en el
Mundial que comienza el próximo mes las posibilidades de que ocurra
son prácticamente nulas, debido a que cada año las distancias
se van alejando más, por lo que el campeón no debería
salir de entre los cuatro de siempre, es decir, Brasil, Argentina, Italia,
Alemania, sin dejar atrás al actual campeón del Mundo, Francia.
|
|