Un largo camino por delante
Lucha contra la globalización neoliberal

- Movimientos contrarios al sistema neoliberal imperante en gran parte del mundo han crecido notablemente en número y organización, logrando encender el debate acerca de las desventajas de la globalización.

- Con más de 60 mil personas de 131 países se realizó en Porto Alegre el Segundo Foro Social Mundial, convirtiéndose de esta manera, en el más grande encuentro antiglobalización realizado en el planeta.

Por Constanza Donoso M. y María Eugenia Salinas R.

INTERNACIONAL


Después de los terremotos ¿viene la calma?

- Afganistán, un pequeño país del Asia Central hasta septiembre de 2001, casi absolutamente desconocido para Occidente, se ha visto convulsionado por una seguidilla de infortunios que incluyen la invasión de las principales potencias bélicas y luego una serie de terremotos catastróficos.

Por Marco Braghetto y
Carlos Castillo

(Texto completo)


Las primeras manifestaciones masivas en contra de la globalización surgieron en Madrid en 1994, con motivo del aniversario número cincuenta del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. En esa oportunidad miles de personas alzaron la voz en contra de las políticas de estas entidades y se opusieron a la celebración programada.

Si bien esta primera demostración de disconformidad con las políticas económicas dominantes tuvo importancia, no fue hasta 1996 en Chiapas, donde la organización de los movimientos antiglobalización se convirtió en una realidad. Para los analistas, el Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo, realizado en la selvática zona mexicana, marcó el comienzo de un fenómeno que hoy sigue avanzando y tiene fundamentos solidificados en el Foro Social de Porto Alegre.

Desde el encuentro continental en Chiapas, las manifestaciones no han parado, sumando fuerzas y adherentes en todo el orbe. Los desocupados de Europa, con el apoyo de los sindicatos y organizaciones de derechos humanos han impulsado el repudio, cada día más generalizado, a la aplicación de políticas de corte neoliberal.

El primer semestre de 1997 se realizó la primera Marcha Europea contra la precariedad de las condiciones de trabajo, convocada por los desocupados de todo el continente. En ella participaron representantes de diversos países, llegando a la cuidad de Ámsterdam más de 50.000 manifestantes. Para ellos, las resoluciones incluidas en el Acuerdo de Maastrich, amparaban y protegían el modelo neoliberal, lo que profundizaba la crisis de los trabajadores.

Un año más tarde, la junta ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en Ginebra y del segundo encuentro anual, en Birmingham, Gran Bretaña,del G8 (que abarca a los siete países más industrializados del mundo y Rusia) se realizaron con diversos actos multitudinarios en contra. En la ocasión concurrieron distintos grupos de la sociedad europea a expresar su descontento, destacando agrupaciones de mujeres, anarquistas, libertarios, ecologistas, campesinos y desocupados.


Desde ese entonces, los movimientos antiglobalización se han organizado a tal punto que cada reunión de altos jefes de Estado o de importantes conglomerados económicos, tiene su contra cara en las manifestaciones que encabezan grupos opositores al neoliberalismo.

La junta ministerial de la Organización Mundial del Comercio, en Seattle, hace dos años, no fue la excepción. En ella se pretendía llegar a acuerdos en el terreno de las relaciones comerciales y las patentes. La contracumbre fue tan exitosa que logró acaparar la cobertura de los medios, destacados allí para informar sobre las resoluciones de la OMC.

Este momento fue un hitio para los contrarios al neoliberalismo, porque comenzaron a aparecer en periódicos de todo el mundo, noticias sobre el nuevo movimiento social, que ejercía presión en momentos que se tomaban decisiones de índole fundamentalmente económica, que afectarían a todo el planeta.

El año 2000 permitió observar una consolidación en la coordinación entre los diferentes movimientos y organizaciones y de sus instancias coordinadoras. Las protestas se intensificaron y expandieron a todos los continentes, generándose el debate tan deseado por los grupos en sus comienzos.

Por ello, los movimiento antiglobalización hoy no sólo acaparan cada día más la atención de los medios (aunque Chile sea una excepción), sino además, están teniendo injerencia directa en el éxito de las reuniones que organizan los que dirigen los hilos del mundo.

Muchas veces el fracaso de negociaciones, el cambio de sede de los encuentros mundiales, o la simple suspensión de las reuniones de altos mandatarios, se ha debido a la masiva concurrencia de los opositores a las políticas que rigen el sistema globalizado.

Otro mundo es posible

Esta fue la consigna que dio inicio al Segundo Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre, Brasil, entre el 31 de enero y 5 de febrero de 2002. La cita, que congregó a más de 60 mil personas de 131 países, se convirtió de estamanera en el mayorencuentro antiglobalización neoliberal realizado en el planeta.

Alrededor de cinco mil organizaciones de la sociedad civil y personas independientes, entre las que se encontraban ecologistas, libertarios, punkies, marxistas, feministas, esotéricos y artistas, se reunieron en más de mil eventos entre conferencias, talleres y seminarios, o simplemente espontáneas discusiones para plantear y encontrar alternativas al neoliberalismo.

Las secciones oficiales de las discusiones del foro se dividieron en cuatro ejes temáticos: la producción de riqueza y el acceso a ellas, además de la reproducción social y la sustentabilidad, la afirmación de la sociedad civil y de los espacios públicos, el poder político y ético en la nueva comunidad mundial. Todos temas que dan pié para plantear en forma clara el pensar crítico social de este nuevo movimiento, que ya cimentó sus bases y ganó un espacio a fuerza de convicción y organización de sus partidarios.

De esta manera y a través de sólidas acciones, manifestaciones y propuestas, como la condonación de la deuda externa a los países tercermundistas, es la manera en que este movimiento social pretende modificar y terminar con las actuales formas con que se manejan estas políticas, básicamente económicas, fundando de este modo un nuevo orden mundial, basado en la justicia e igualdad social.

El Tercer Foro Social Mundial ya tiene escenario y fecha establecidos. Nuevamente Porto Alegre será el marco de esta cita. Sin embargo, se esperan manifestaciones previas de aquí en adelante en cuanta reunión se produzca entre representantes del capitalismo neoliberal reinante. Incluso se prevé que algunos de estos encuentros se realicen en localidades de difícil acceso para los seguros manifestantes.

Hasta el momento estos encuentros no se han politizado del todo y eso es lo positivo para la gran mayoría de sus integrantes, puesto que ven en ello lo que sería el fin o al menos un drástico cambio en este movimiento social, que tiene su fuerza en la diversidad y autonomía. El hecho de que en Porto Alegre las discusiones en torno a cómo conducir el movimiento fueron marginales, da para pensar que esto se mantendrá así por un tiempo.