Nivia Palma,
Coordinadora Nacional del Fondart
"El
país que no invierte en cultura, hipoteca su desarrollo"
Este año
el Fondo Nacional de las Artes cumple una década de vida.
Y como regalo cumpleaños llega la aprobación de la
nueva Ley Cultural, que impulsará la creación, producción
y difusión artística en Chile.
Aún
así, la deuda que tiene el país y el gobierno con
la cultura, no se paga solamente con esta ley. Aquí, se cuentan
los pormenores de la tramitación de un proyecto largamente
esperado por los agentes culturales.
por
Marco Braghetto y Paulina Cabanillas
La
calle Fray Camilo Enríquez, San Camilo para los amigos, es
el eje nocturno del comercio sexual santiaguino. De día,
sin embargo, la actividad del barrio gira en torno al Ministerio
de Educación y su no muy atractivo edificio. Y es que en
esta construcción se vive a cada minuto el cambio que espera
el escenario cultural del país.
La coordinadora
del Fondo Nacional de las Artes y la Cultura (FONDART) y abogada
de profesión, Nivia Palma, cuenta para Con Tinta Negra las
implicancias del proyecto que establece una nueva institucionalidad
cultural para Chile.
Con esta nueva ley, se establece un Consejo Nacional de Cultura,
el que será un servicio público autónomo, descentralizado
y territorialmente desconcentrado, cuyo objetivo consistirá
en fomentar la creación, producción y difusión
artística para el goce de toda la ciudadanía. La idea
es que se garantice la diversidad existente en nuestro país.
CTN: ¿Qué piensa de la larga tramitación
que ha tenido el proyecto de nueva institucionalidad cultural?
NP: Me
da la impresión que refleja que todavía el país
y por cierto, la clase política, no entiende que la cultura
es tan importante como otras materias en la vida de una sociedad.
Se ha asociado demasiado el concepto de entretención al de
cultura, sin entender que ésta es sustantiva a la hora de
desarrollar el sentido de pertenencia, identidad, de desarrollar
imaginación, creatividad y capacidad emprendedora. Un país
que no invierte en cultura hipoteca su desarrollo. El país
está confundido. Entonces, frente a otros proyectos se le
da prioridad a ésos otros proyectos. El día de la
votación, 16 de julio, que había diputados tomando
café afuera, significa que no les importan esos temas. ¿Cuándo
le dieron importancia? Cuando se generó el hecho político
y la comunidad cultural y la gente común y corriente reaccionaron.
Ahí se dieron cuenta y empezaron a escuchar esto de la cultura.
Se generó un estado psicológico y sociológico
en el país que era impresionante.
Las encuestas
indican que un 97% de la población quiere tener una nueva
institucionalidad cultural, que apoya a los artistas. Esto genera
un nuevo cuadro que lleva a la Cámara a aprobar por unanimidad
el proyecto. Ahora, está aprobado en general y en particular
en la Cámara de Diputados, ya ingresó al Senado y
está en estudio en la
Comisión
de Educación y Cultura del Senado.
CTN: ¿Cuánto
se demoraría eso?
NP: Lo
que está previsto es que esto debiera estar de aquí
a fines de octubre. Según las normas transitorias, el Presidente
de la República tiene un plazo de 180 días para dictar
el Decreto con Fuerza de Ley, para todo lo que se plantea. Para
instalar la nueva institucionalidad. Por tanto, las expectativas
que hay es que en enero esté funcionando la nueva ley cultural.
Eso es lo que entiendo, podría atrasarse un poco.
CTN: ¿Existirán
diferencias en el apoyo a las diversas áreas culturales del
país por parte del consejo?
NP: Hay
que hacer una distinción en el concepto de cultura. Antropológicamente,
cultura es todo lo que ha sido creado por el ser humano transformando
la naturaleza, desde la ciencia, el transporte, las viviendas, todo.
El problema es que cuando uno se refiere a eso no termina haciendo
nada, porque como todos hacemos cultura...
CTN: Habría
que apoyar hasta lo más mínimo...
NP: Claro.
Lo que se está gestando es una nueva institucionalidad para
un concepto de cultura especializado, lo que no significa una élite.
Se trabaja con la parte competente a la creación y producción
artística, la del patrimonio cultural, con las tradiciones
del pueblo que varían según el lugar y, por cierto,
lo que tiene que ver con apoyar el desarrollo de las capacidades
creativas, la formación y la gestión. Uno de los temas
centrales es cómo desde el Estado se colabora para que la
sociedad tenga un acceso más equitativo al disfrute y conocimiento
de las realizaciones culturales que la propia comunidad genera.
Esos son los ámbitos de preocupación del Consejo,
áreas de trabajo de todos los ministerios de cultura del
mundo.
CTN: ¿Cómo
se asegura la diversidad regional? ¿Qué prerrogativas
va a tener cada división del Consejo en cada región?
NP: El
Consejo es un organismo público descentralizado, con personalidad
jurídica y patrimonio propio, por lo tanto puede evaluar,
ejecutar y diseñar políticas, a diferencia de los
ministerios. Además, es desconcentrado territorialmente.
En cada región del país va existir un Consejo Regional
de Cultura, con facultades y recursos propios. Por cierto que dentro
de sus facultades está el implementar las decisiones nacionales,
pero también formular políticas regionales, establecer
alianzas con los actores públicos y privados, entre otras
cosas. Asimismo, estos consejos regionales, administrarán
un fondo de cultura, es decir, tendrán capacidad resolutiva.
Tanto en el Consejo Nacional como Regional, la comunidad participa
de manera muy importante en la toma de decisiones.
Existe la preocupación de que el conjunto del país
tenga políticas. Hay otra norma que se incorporó en
la Cámara: a lo menos un 40% de los evaluadores y jurados
de proyectos culturales o becas del fondo, deben provenir de regiones
distintas de la Metropolitana, para asegurar justamente que esa
diversidad de miradas se exprese.
CTN: Antes
de que se votara la ley ¿usted y los artistas conocían
el proyecto?
NP: Tuvimos
reuniones previas con es asesor presidencial, Agustín Squella
y representantes de distintos organismos. Existieron en su momento
discrepancias muy fuertes que fueron resueltas con la presencia
del, entonces, ministro Álvaro García. Finalmente
llegamos a una propuesta consensuada que fue la que se envió
al parlamento. Por lo tanto yo, Claudio DiGirolamo, director de
la División de Cultura del Ministerio de Educación
(Mineduc) y todos los que estábamos en cargos de confianza
política, conocíamos el proyecto en detalle. Cada
uno de nosotros fue citado al Congreso a dar una opinión
fundada del proyecto. Creo que sí es cierto que el señor
Squella no entendió que era necesario socializar mucho más
el contenido del proyecto. Aunque son normas jurídicas, habían
formas de enseñarlas, de dar cuentas de ellas, bastante simples.
Pero eso se hizo poco y yo creo que todos somos responsables, me
incluyo. Más bien se dejó que el Congreso resolviera;
la gente sólo sabía los temas generales.
CTN:
Sobre la declaración que usted hizo con Claudio DiGirolamo
¿de qué se trataba el documento?
NP: Lo
que pasa es que en la Comisión de Educación y Cultura
en su fase actual, posterior a las elecciones parlamentarias y constituida
en marzo de 2000, presidida por Carlos Montes, se votó por
error una indicación que creyeron formulada por el Ejecutivo
y que, sin embargo, pertenecía a la bancada de la UDI -eso
lo sabemos ahora. La indicación eliminaba el Fondo Nacional
y dejaba sólo un 25% a nivel nacional para suplir las cuotas
regionales y para financiar eventos interregionales. Entonces ese
era un golpe muy duro a la ley. Y con Claudio reaccionamos públicamente
emitiendo esta declaración que tenía puntos bastante
polémicos, advirtiendo lo que estaba en juego, que no era
menor. Eso generó bastante molestia en los diputados. Pero
también recibimos el apoyo a través de cartas, porque
originalmente la gente de regiones había malinterpretado
el proyecto creyendo que se desestimaba su capacidad creadora. El
problema es que no en todas las regiones hay gente capacitada para
evaluar proyectos, porque hay un desarrollo muy desigual. Dimos
casos concretos y la gente entendió.
CTN: ¿Prosperó
la propuesta de la bancada de la UDI?
NP: No
prosperó y ahora hay un Fondo Nacional.
CTN: ¿Qué
pasa con la gente que hace actividades culturales en el extranjero?
NP: Existiendo
un Fondo Nacional, sí, se les apoya, si se hubiera regionalizado
se eliminaba toda posibilidad.
CTN: Si pensamos
que este nuevo proyecto es paralelo a ciertos acuerdos económicos
con la Unión Europea y en general con otros países
¿qué posibilidades se abren en este sentido para la
industria cultural?
NP: Lo
que pasa es que la cultura es considerada como un servicio y por
lo tanto, no tiene la misma categoría que otras actividades
productivas. En todo caso está el riesgo latente de que los
países desarrollados administren por su cuenta la parte visible
de la producción cultural, la que importa, la que gente ve.
Y entonces, podríamos caer en una especie de concentración
de los contenidos, lo que sería muy peligroso porque se hegemoniza
la cultura.
Sitios Relacionados:
www.fondart.cl
www.mineduc.cl
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