Timor Oriental:
Independencia
tardía
Luego de
400 años de dominio colonial, Timor Oriental finalmente logró
su independencia. La tarea del nuevo gobierno es consolidar su economía
y castigar a los responsables de la violación a los derechos
civiles que impuso la invasión indonesia.
Una dotación
del ejército chileno estuvo presente en la misión
de la ONU que intenta mantener la paz en la isla.
Por
M. Eugenia Salinas y Luis Vidal
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El 20 de mayo
de 2002 es una fecha que los ciudadanos de Timor Oriental no olvidarán
fácilmente. A partir de ese día la isla es reconocida
mundialmente como una república democrática y autónoma.
La ceremonia efectuada en Dili, capital de la nación, cristalizó,
luego de más de cuatro siglos de dominio externo el deseo
de convertirse en una nación independiente.
José Fernando "Xanana" Gusmao, jefe del gobierno
timorés, fue el encargado de firmar el acta que confirma
la autonomía proclamada hace más de veinte años,
el 28 de noviembre de 1975, y que por la ocupación indonesia
no se hizo efectiva, debiendo luchar contra las consiguientes y
reiterativas violaciones a los derechos humanos que significó
la invasión.
Situada en el continente asiático, entre Indonesia y Australia,
esta isla ocupa una extensión de 14.870 km2, superficie equivalente
a la de Santiago, comprendiendo las dependencias de Oecusse hacia
el noroeste, la isla de Atauro al norte y el islote de Yaco en el
este. De origen volcánico, el relieve de esta región
es montañoso y se encuentra cubierto por densas selvas que
se complementan con el clima tropical lluvioso de la zona.
Las lenguas oficiales son el portugués y el tetum, idioma
que posee diversos dialectos y que fue prohibido durante la ocupación
indonesia, la cual impuso la enseñanza obligatoria de su
habla, el bahasa.
El 30% de la población es devota a la fe católica,
mientras el resto profesa diversos cultos. Este aspecto demuestra
el fuerte respeto por los derechos individuales, detalladas en la
Carta Magna del nuevo gobierno, y que no hacen más que dejar
clara la necesidad de levantar una sociedad erigida sobre las bases
de libertades que intentan olvidar la opresión de los últimos
25 años.
Una renta per cápita anual que ronda los 320 dólares,
menor al ingreso que tiene Sierra Leona, el país más
pobre del mundo según el último informe del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) -en donde aún
Timor Oriental no era reconocido como país independiente-,
confirma la precariedad de la nación.
El fin de la administración de la ONU podría agravar
el escenario. La mayor actividad económica de Timor Oriental
y, sobre todo, las posibilidades de enriquecimiento más rápido
giran en torno a los servicios que muchos ciudadanos prestan a los
funcionarios internacionales. Sectores como la hotelería,
la restauración y el transporte disminuirán su actividad,
aminorando una importante fuente de ingresos.
Sin embargo, se espera la materialización de un acuerdo por
el que la isla recibirá el 90% de los beneficios de la explotación
petrolífera del Mar de Timor y que ayudará a paliar
la situación. En ese sentido, la asistencia de los países
ricos, en particular de las dos economías regionales más
comprometidas, Australia y Japón, será imprescindible
para levantar un mercado que genere puestos de trabajo.
Cuatro siglos
de lucha
El conflicto
por la dominación de Timor Oriental se inició hace
tanto tiempo, que es difícil comprender cómo un pueblo
ha tenido la fortaleza de seguir en pie luego de tantos cientos
de años de dominación externa.
Desde la segunda mitad del siglo XVI hasta 1975 Timor Oriental fue
colonia de Portugal. Ese año, con la llegada de la izquierda
al poder, el país lusitano puso en marcha el proceso de descolonización.
El 28 de noviembre del mismo año el Frente de Liberación
de Timor Oriental Independiente (Fretilin) de tendencia marxista,
proclamó la independencia, creando la República Democrática
de Timor Oriental. Sin embargo sólo nueve días después,
Indonesia invadió la isla, anexándola como una de
sus provincias. Este hecho nunca fue reconocido por la Organización
de Naciones Unidas (ONU), pero si por Estados Unidos y Australia
dos años después.
La violación de la integridad territorial de Timor fue posible
gracias a la pasividad de la comunidad extranjera y la complicidad
de determinados países, que veían en la isla, calificada
en su momento como "la Cuba del Pacífico", un lugar
de extensión del comunismo en Asia.
El descubrimiento de fosas comunes con víctimas de, ejecuciones
masivas por parte de las fuerzas de ocupación, el no acatamiento
de la ONU, la prohibición de entrada a corresponsales extranjeros
y una constante represión fue el escenario que el pueblo
timorés experimentó por más de dos décadas.
Fue sólo en 1999 que un acuerdo entre Indonesia, Portugal
y las Naciones Unidas abrió el camino hacia la celebración
de una consulta popular, en la que los timorenses debían
escoger entre su independencia o la integración definitiva
a Indonesia. Finalmente la consulta se realizó el 30 de agosto
de ese año.
La Misión de Naciones Unidas para Timor Oriental (UNAMET)
fue la encargada de supervisar el proceso, que técnicamente
se llevó a cabo correctamente, sin embargo la impunidad con
la que actuaban las milicias pro integracionistas y la pasividad
del ejército indonesio, permitió ataques contra los
independentistas, liderados por Xanana Gusmao y miembros de la UNAMET.
El triunfo de la opción pro independentista provocó
el empeoramiento de la situación y una oleada de violencia,
asesinatos y desplazamientos forzados de la población. El
caos se mantuvo por dos semanas y finalizó con la llegada
de tropas de pacificación a Timor Oriental enviadas por la
ONU. Ellas fueron las encargadas de pacificar el territorio y de
poner las bases para la implementación del resultado de la
consulta.
Chilenos
en Timor
Entre los más
de ocho mil soldados y siete mil civiles de la ONU que viajaron
a Timor con el objetivo de mantener la paz, hubo un grupo de chilenos
que estuvo presente velando por el éxito de la misión.
Alrededor de 160 efectivos del ejército de Chile, pertenecientes
a la Brigada de Aviación estuvieron en la isla entre el 23
de febrero de 2000 y el 31 de julio de este año. En grupos
de 33 hombres, que eran relevados cada seis meses, Chile ayudó
a la consagración de la paz en el país asiático
Como explicó a Continta Negra (CTN), el teniente coronel
Rodrigo Bisbal, de 42 años, quien fue parte de la misión
entre julio de 2001 y enero de este año, con dos helicópteros
Puma y un Lama, el pelotón de aviación realizaba diferentes
acciones en la isla. Transporte y abastecimiento de tropas, traslado
de personal de la ONU, vuelos con observadores que chequeaban la
zona y las fronteras y traslado de equipos, maquinarias y heridos
eran algunas de las misiones que diariamente debían cumplir
los pilotos.
Entre los países que integraron la fuerza multinacional de
Naciones Unidas se encuentran Brasil, Italia, España, Canadá,
Portugal, Singapur, Japón, Perú, Kenia, India, Pakistán,
Jordania, Rusia y Estados Unidos. Australia y Nueva Zelanda fueron
los que aportaron la mayor cantidad de medios y personas.
La misión tuvo éxito y como describe Bisbal "el
ambiente era más tranquilo, controlado, se estaba tratando
de organizar el país. Se estaba realizando el proceso de
reinserción de refugiados que habían huido. Más
que problemas de enfrentamientos, habían problemas de seguridad,
de delincuencia."
La participación de Chile en la misión finalizó
a mediados de este año. La ONU le pagó al país
por este tipo de ayuda, pero al calmarse y normalizarse la situación,
las misiones disminuyeron notoriamente en la isla, por lo cual,
si Chile quería seguir en Timor debía ser por medios
propios.
Sin embargo el valor de este tipo de acciones, mas allá de
la ayuda brindada es la gran experiencia y enseñanza que
se adquiere. Para el Tte Coronel Bisbal profesionalmente fue bastante
significativa, "se gana mucho por el hecho de compartir con
otras naciones, con otros ejércitos. Se gana en capacitación
y experiencia y por el contacto con otras culturas, al poder conocer
como se organizan, como trabajan y además al tener que volar
en otras condiciones, totalmente diferentes."
Este es sólo el comienzo y hay muchas tareas pendientes.
Una de éstas es aclarar y castigar a los culpables de las
numerosas violaciones a los derechos humanos que se produjeron durante
la ocupación indonesia. La misión de la ONU formó
una comisión que ya está arrojando las primeras sentencias.
Sin embargo esto no es suficiente para evitar que esto se repita
en algún otro lugar del mundo. La pasividad de la comunidad
internacional avaló la muerte y masacre de cientos de personas
que lucharon por la autonomía de su pueblo.
Sitios de
interés:
www.gov.east-timor.org
www.ejercito.cl
www.minrel.cl
www.un.org
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