Agencia Espacial
Chilena y nuestro primer astronauta
Atención,
Cachiyuyo: tenemos un problema
Si todo sale
bien, Chile pondrá un hombre en el cosmos en abril del 2003
gracias a las gestiones realizadas por la agencia espacial.
Dada la realidad
nacional, parece pertinente preguntarse ¿para qué?
Por:
Esteban Gómez
Cinco.
27 de abril de 2003. Chile está a segundos de vivir un evento
histórico. En las recién inauguradas instalaciones
de la Agencia Chilena del Espacio (ACE), emplazadas en la localidad
de Cachiyuyo, Atacama, el cohete "Huemul" enciende los
motores para llevar al espacio a Klaus von Storch, el primer astronauta
chileno.
Cuatro. En el
palco oficial el presidente Ricardo Lagos, acompañado por
Joaquín Lavín y Gladys Marín, mira atentamente
por medio de larga vistas los momentos previos al despegue. Ellos,
en declaraciones previas, han coincidido en remarcar que este esfuerzo
de unidad nacional por poner un compatriota en el espacio, es un
hito que marca el fin de la transición.
Tres: Horas
antes, Cecilia Bolocco, representando a la mujer chilena despidió
al comandante von Storch antes que éste abordara el "Huemul."
Ella, luciendo su patético vestido con nuestro emblema patrio,
dijo que se sentía tan emocionada como cuando se convirtió
en Miss Universo y cuando se casó con "Dulcito".
Dos: El rating
de la transmisión de "Un astronauta para Chile"
es el más alto de todos los tiempos. Ha superado al último
capítulo de la teleserie de Canal 13 Buen Partido (que marcó
73 puntos) y la victoria de Eliseo Salazar en las 500 millas de
Indianápolis.
Uno: Pedro Carcuro,
desde la cabina de TVN que comparte con Jorge Hevia, Karen Doggenweiler,
"Sapito" Livingstone y Axé Bahía, se incorpora
de su sillón y dice: " Me pongo de pie al sentir como
el desierto tiembla ante este 'Huemul' que pondrá el nombre
de Chile más alto de lo que Salas, Zamorano y el Chino Ríos
lo han hecho antes. El chilenísimo Von Storch llevará
hasta las estrellas los sueños de todo un pueblo."
Cero: ¡DESPIERTEN!
Nada de lo que han leído es real. Bueno, salvo dos cosas:
el vestido-bandera de la "Chechi" es patético y,
aunque parezca increíble, Chile tiene una agencia espacial
que pretende poner en órbita a un compatriota en abril de
2003.
Nuestra Nasa
La historia
espacial de Chile es corta y triste. Salvo por el mito urbano de
un chileno que compró la luna, el fallido lanzamiento del
Fasat Alfa, la corta vida del Fasat Bravo y el proyecto de las chinitas
al espacio (que ni siquiera fueron chilenas, ya que por problemas
sanitarios se mandaron insectos "gringos") no hay mucho
más que contar. Para revertir esto, el gobierno decidió
crear la Agencia Chilena del Espacio (ACE), comisión "destinada
a asesorar al Presidente en todo cuanto diga relación con
la identificación, formulación y ejecución
de políticas, planes, programas, medidas y demás actividades
relativas a materias espaciales, y a servir de instancia de coordinación
entre los organismos públicos que tengan competencias asociadas
a dichas materias", según dice el decreto de fundación
de este organismo con fecha, el 17 de junio del 2001. Según
el presidente de esta entidad y sub secretario de aviación,
Nelson Haddad, "la creación de la Agencia Chilena del
Espacio permitirá la coordinación de los múltiples
esfuerzos que se desarrollan en forma dispersa e inorgánica
por parte de las universidades, las Fuerzas Armadas y en especial
la Fuerza Aérea de Chile."
Son varias las
ventajas que el país al tener un organización de este
tipo; principalmente en lo que se refiere a conseguir acuerdos bilaterales
que le permitan al país recibir ayuda financiera y apoyo
tecnológico de organismos internacionales, que no se podían
conseguir antes de la creación de la ACE. De hecho, a poco
más de un año de su creación, este organismo
ya ha firmado acuerdos con sus similares de Francia, Ucrania, Brasil,
China y en septiembre de este año se espera que Ricardo Lagos
firme el acuerdo con Rusia. Uno de los ejes de la ACE es la investigación
científica. Con estos tratados se espera que diversas instituciones
de nuestro país puedan obtener información a la que
antes no podían acceder. Sin embargo, el conocimiento no
es el único objetivo. Haddad dice que Chile gasta anualmente
500 millones de dólares en productos espaciales. Principalmente
en telecomunicaciones y fotografías satelitales. Esta nueva
institucionalidad pretende centralizar y racionalizar este tipo
de gastos. Esto significaría importantes ahorros para organismos
como Corporación de Fomento (Corfo), la Corporación
del Cobre (Codelco), empresas forestales e industrias agrícolas
que, según dice el presidente de la Agencia, antes negociaban
por su cuenta este tipo de servicios, duplicando gastos ya que muchos
veces se compraban las misma fotos.
Sin embargo,
el actual estado de la Agencia da para pensar que se trata de un
organismo mucho más terrenal que espacial. Al ser creado
en tiempos de crisis no se le asignó un presupuesto y se
estableció que todos lo que trabajaran en el lo iban a hacer
ad-honorem, por lo tanto ninguna autoridad se dedica tiempo completo
a la ACE. De hecho, ni siquiera posee su propio local, ya que funciona
en las oficinas de la Subsecretaría de Aviación. En
los planes de desarrollo tecnológico, la gravedad de los
costos mantiene los pies del gobierno sobre la tierra. En cambio,
existe un proyecto que tiene a las autoridades de la ACE flotando
muy lejos de nuestro planeta: poner a un chileno en orbita.
El chilenísimo
von Storch
Klaus von Storch
mide más de 1.90 cm. Tiene el pelo rubio, ojos azules y es
descendiente de alemanes. Nada más lejano al fenotipo del
chileno medio. Sin embargo, es él quien nos representará
a 500 kilómetros de altura. Este coronel de la Fach no será
el primer latino en el espacio... tampoco el segundo. El primero
en traspasar la estratósfera fue el teniente coronel cubano
Arnaldo Tamayo Méndez que en 1980 viajó junto a los
soviéticos en la nave Soyuz-38. El primer latinoamericano
llevado por la Nasa fue Franklin Chang Díaz, quien ha tripulado
el transbordador espacial en numerosas ocasiones.
El piloto de
guerra e ingeniero aeroespacial de la Fach partiría al espacio
en abril del 2003 fruto de un acuerdo que en octubre de este año
firmará en Moscú el presidente Lagos con su homologo
ruso Vladimir Putin. Si bien las autoridades no se han referido
a cuanto le costará al país tener un astronauta, el
director de la ACE aseguró que será mucho menos de
lo que tuvo que pagar el multimillonario Dennis Tito, quien por
20 millones de dólares pudo disfrutar de sus vacaciones en
la Estación Espacial Internacional (EEI). De todas formas
implicará un costo no menor para la Fach, ya que, al menos,
tendrá que financiar la fabricación del asiento del
chileno y su traje espacial.
Nuestro
astronauta declaró que su misión "no es sólo
el viaje de una persona, no es únicamente el hecho de tener
un astronauta chileno. Lo que de verdad importa es todo lo que viene
junto con ello: la motivación para los niños, para
los jóvenes, el cambio en la forma que tenemos de ver a nuestro
país en su relación con el espacio". Storch partiría
en una cápsula del tipo Soyuz junto a otros dos astronautas
rusos propulsada por un cohete desde el cosmódromo de Baikonur,
en la ex - república soviética de Kazajstán,
lugar desde donde fueron lanzados el Sputnik y la nave que llevó
al espacio a Yuri Gagarin. Luego de soportar más de seis
veces la fuerza de gravedad, una vez en orbita su nave se acoplará
a la EEI, en donde, al igual que en el chiste, entre un estadounidense,
un ruso, un francés y astronautas de distintas nacionalidades,
habrá un chileno. El cosmonauta nacional realizará
varios experimentos científicos durante su estadía
en el espacio.
Continuará
el estudio que desarrolla el médico chileno José Luis
Cárdenas sobre el comportamiento del mal de Chagas en condiciones
de ingravidez. El comandante usará un casco especial que
medirá sus impulsos cerebrales para estudiar el funcionamiento
del equilibrio en el espacio y ver como se adapta el sistema nervioso
central a estas condiciones El primer chileno que irá al
espacio tendrá que viajar a Rusia en el curso de este año
para realizarse pruebas médicas que lo habiliten para viajar
fuera de la atmósfera. Él está confiado en
pasarlas, ya que dice que el entrenamiento para ser piloto de F-15
es tan duro como el de un astronauta. Posteriormente pasaría
por una fase de entrenamiento que consistiría en aprender
el funcionamiento de la EEI, los procedimientos para actuar en casos
de emergencias y aprender a hacer cosas tan triviales como comer,
dormir o ir al baño en un ambiente de gravedad cero.
La máxima
autoridad de la ACE, cree que el viaje de Storch es sólo
un "pequeño paso" para los chilenos. "Esto
es sólo el inicio de nuestra carrera espacial -señala
Haddad-, debemos impulsar la formación de una nueva generación
de jóvenes vinculados con estas áreas del saber. Se
ha visto que un país que no tiene un fuerte desarrollo en
estos ámbitos simplemente se queda atrás en muchas
materias vitales para el bienestar del país." Sin embargo,
parece difícil que las palabras del subsecretario de aviación
se concreten. La historia de la carrera espacial entre Estados Unidos
y la URSS nos muestra que el avance científico fue posible
debido a la tensión política entre las dos superpotencias.
De no haber existido este contexto, lo más probable es que
John Kennedy jamás hubiera declarado en 1961 que antes del
fin de esa década su país iba a poner un hombre en
la Luna. De hecho, ahora ambas agencias están buscando nuevas
formas de financiamiento para mantener operativa la Estación
Espacial Internacional. El 2001 viajó el primer turista espacial
con los rusos, este año viajará el cantante del grupo
N'sync Lass Bass a través de la Nasa.
Si bien en la
Conferencia Espacial de las Naciones Unidas en Viena de 2001 declaró
el tercer milenio como la era del espacio, es difícil que
esto se materialice en el corto plazo. Hace más de 25 años
que ningún humano pisa la Luna y no existen planes concretos
para que alguien vuelva o viaje a otros planetas.
Klaus von Storch
va a convertirse en el primer astronauta chileno, pero si la ACE
no inicia una política tendiente a impulsar la tecnología
espacial, lo más probable es que por mucho tiempo sea el
único. Si las grandes potencias están mirando cada
vez más a las estrellas como un negocio y no como un universo
para la investigación científica, es difícil
que Chile pueda hacer otra cosa. Por lo visto, las instalaciones
de la ACE en Cachiyuyo y el Huemul tendrán que seguir esperando.
Historia
de Chile y el Espacio
1959:
La Nasa instala en Peldehue una estación de rastreo
para satélites y naves espaciales tripuladas
1970:
Entre el 9 y 12 de octubre se realiza el festival hippie
de Piedra Roja
1980:
Se crea el Comité de Asuntos Espaciales (CAE). Primera
institución oficial preocupada del espacio
1995:
El 31 de agosto es lanzado desde Baikonur el Fasat Alfa.
Horas después la Fach reporta que el microsatélite
no se pudo desacoplar de la nave que lo llevó al
espacio.
1998:
Es lanzado el satélite Fasat Bravo que permanece
en funcionamiento durante tres años.
1999:
Alumnas del Liceo Javiera Carrera concretan un proyecto
para estudiar el comportamiento de "chinitas"
en gravedad cero. Los insectos viajan en el transbordador
espacial Columbia.
2001:
Se crea la Agencia Chilena del Espacio.
¿2003?:
Klaus Von Storch se convertirá el primer astronauta
chileno.
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