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Crisis política en Perú
El Ocaso del Inca

El presidente Alejandro Toledo celebró su ascensión al poder en las montañas de Macchu Picchu, agradeciéndole a sus ancestros incaicos por el enorme apoyo popular que le permitió convertirse en primer mandatario.

Tras dos años de gobierno, quien se perfilaba como la gran esperanza del pueblo peruano ha perdido a la mayoría de sus adherentes, quienes hoy le exigen cumplir con lo prometido.

Por Barbara Asenjo y Paulette Dougnac


A Toledo le llueve sobre mojado. Así lo asegura la última encuesta dada a conocer por el diario peruano El Comercio del 16 de Junio de 2003, según la cual el Presidente cuenta con un 11% de aprobación. Sobre este desplome, el 59% de los encuestados opina que Toledo debe ser sincero para generar confianza y levantar su popularidad, mientras que otro 51% considera que debe bajársele el sueldo. Del 85% que lo desaprueba, los sectores más críticos de su gestión son los jóvenes y la población de menores recursos.

La situación del Perú se escapa cada vez más de las manos del gobierno. Cuando intentamos conseguir una opinión oficial, la embajada peruana contestó con evasivas: "No hay una posición oficial al respecto", asegura Raúl Decosío, agregado de prensa. Sin embargo, no duda en declarar que la falta de apoyo al Primer Mandatario se debe a la seriedad y responsabilidad con que está haciendo su trabajo: "El descontento se debe a que se toman políticas responsables y éstas no son populares". Según Decosío, las promesas se han cumplido en la medida de las posibilidades.

Un problema de larga data
"Nada nuevo" es el problema del Perú según el historiador y profesor de la Universidad de Chile Cristián Guerrero Lira. Desde su punto de vista, para comprender la situación de efervescencia social existente en el Perú hay que remitirse a una teoría planteada por el economista Hernando de Soto en su texto El otro Sendero, donde se señala que Perú es un país que recién está saliendo del mercantilismo, sin siquiera asomarse al capitalismo.

Según el académico, el descontento se origina a fines del siglo XIX, con la derrota en la Guerra del Pacífico: "Aquí es cuando los peruanos comienzan a cuestionarse, dándose cuenta de que Perú no se había constituido en una nación a pesar de existir un país llamado Perú y un Estado peruano".

El problema de fondo radica en que aún coexisten dos realidades al interior del país. Por un lado el Perú costero, de la zona limeña, blanco, capitalista, europeo, con gente muy culta, con una economía bastante avanzada. Por otro, el Perú del cholo, serrano, andino, pobre, con métodos de producción arcaicos. "En el fondo, existen dos sociedades y no hay nación mientras no exista una sola sociedad", señala Guerrero Lira, afirmando que es ahí donde aparece la necesidad de una clase dirigente que articule estas dos secciones de la sociedad peruana y que contribuya a superar el desconocimiento mutuo que marca el carácter de la nación.

En junio de 2001, Alejandro Toledo asumió el mando de un país con graves índices de violencia, corrupción y desconfianza. Su gobierno estaba llamado a superar la grave crisis desatada tras el gobierno de Alberto Fujimori. Para el historiador, "Toledo podría ser catalogado como una consecuencia social del gobierno de Fujimori, ya que él abrió una brecha. Todos los presidentes anteriores de Perú habían sido blancos, de la aristocracia o clase medio alta como Alan García".

En el caso de Toledo, el académico señala que "Él manejó muy bien su ascendencia indígena, su carácter, su ser uno de ellos. Pero prometió mucho para lo que la situación del país daba, en un país demasiado heterogéneo. Existe un grave descontento con el sistema económico-social imperante y cada uno busca su arreglo". Si a esto sumamos el alto nivel de corrupción que existe en el Perú, tenemos que la situación es bastante difícil de manejar.

Perú Posible, coalición creada para apoyar la candidatura de Alejandro Toledo, se defiende. Henry Pease, vocero del partido, afirmó en el diario peruano La República que "Hay errores en el Gobierno. Algunos ya se corrigieron y con otros se hará lo mismo, pero sinceramente creo que en el Perú se comete el error de creer que los fusibles de la política son los ministros y que los problemas se solucionan cambiándolos". Además señala que existe una tendencia generalizada a destacar los yerros y no los aspectos positivos de un gobierno que, a su juicio, recibió al país en las peores condiciones.

Lo que opina la gente

Con respecto al resultado de las encuestas, Decosío duda de su veracidad: "Las encuestas son números, los números no son realidades, son ficciones", declara.

Para quienes la crisis del Perú no es una ficción, es para los peruanos residentes en Chile, quienes precisamente han venido a nuestro país en busca de las oportunidades que su patria no les da.

Carlos, mesero de un restaurante en Providencia, asegura que el problema del Perú es que las personas se dejan convencer muy fácilmente con promesas sin sentido: "La gente en Perú es muy ingenua. Además que gran parte de los peruanos son ignorantes. Basta con hablarles bonito para que un candidato los convenza". Para él, esta misma ingenuidad determinará la elección del próximo mandatario: "Lo mismo está pasando ahora con Alan García: promete mucho y la gente le cree. De seguro él va a ser el próximo presidente".

Rubén llegó a Santiago hace menos de un mes, buscando oportunidades de trabajo. Según él, la realidad peruana está muy lejos de lo que sucede en nuestro país: "Chile está más adelantado, hay una mayor estabilidad, limpieza, orden, se respeta a las autoridades, y esa es la estabilidad que uno quisiera ver en su país". Rubén cree que el principal problema de Perú es precisamente la inestabilidad: "Quizá uno puede trabajar pero no sabe hasta cuándo".

Esto explicaría el descontento de una población que puso sus esperanzas en que el presidente solucionaría sus problemas: "A pesar de que se ha avanzado, no es suficiente: se pensaba que Toledo, como economista, iba a realizar reformas y crear más puestos de trabajo, lo que no ha sucedido", explica Rubén.

Víctor Malon, militante del Partido Aprista, colectividad del ex presidente Alan García, señala que el problema de Toledo es que no existe un programa de gobierno, lo que se une a la mala gestión de los legisladores. Malón ve con optimismo la posibilidad de que Alan García sea el próximo Presidente y afirma, "si en los gobiernos anteriores del Partido Aprista hubo problemas fue porque se abarcó demasiado. Alan García fue presidente a una edad muy prematura, pero ya han pasado muchos años, hay un cambio social, y las cosas pueden ser muy diferentes".

Incierto futuro

Es difícil prever qué sucederá en los tres años que quedan a Toledo en la presidencia. ¿Será posible que siga gobernando con un nivel de apoyo tan bajo? Según el agregado de prensa de la embajada peruana, ése no es un inconveniente: " El Presidente gobierna independientemente del apoyo que tenga, porque él está gobernando, no está en un reality show". Según el emisario, a pesar de todos los problemas, Perú está lejos de llegar a una situación de ingobernabilidad: "Eso es lo que quiere opinar todo el mundo", aseguró molesto.

El profesor Guerrero Lira, en tanto, afirma que "el fantasma de Alan García aún persiste. Es un hombre que se ha perfilado muy bien a pesar de la fama que tiene, hoy no está claro que se haya robado todo. Si fuera cierto, no sería extraño que la gente lo volviera a elegir, como ya ha ocurrido en muchos países".

En definitiva, el desafío del Presidente Toledo radica fundamentalmente en su habilidad política. Pero también necesita recursos para cumplir lo que prometió. Eso es lo que todos esperan, así lo enfatizó el académico.

El rechazo se ha hecho una especie de estado de ánimo. Todo parece indicar que la desconfianza de la población no es solo hacia las personas, sino con todo" afirma el analista peruano Enrique Bernales en un artículo aparecido en el diario El Comercio. De este modo, no se trata sólo de una crisis en el gobierno, sino también de las instituciones y la sociedad en su conjunto.

Entretanto, todo el país espera los cambios en el Gabinete que se producirían en los próximos días. Aunque el Gobierno insiste en que se nombrará a las personas más idóneas para solucionar los problemas en el Perú, otros no son tan optimistas. Alan García, líder del partido aprista, ex presidente y para muchos, una carta segura para las elecciones del 2006 señala al diario peruano La República que: " Antes de un cambio de ministros, el Gobierno del presidente Alejandro Toledo tiene que renovar sus formas de acción y su relación con el país; de otro modo, las promesas de un futuro gabinete son sólo ilusiones".

Sitios relacionados:
www.elcomercio.com.pe
www.peruposible.org.pe
www.larepublica.com.pe


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