Transplante
de órganos
Educar
es donar
La donación
de órganos no sólo constituye un problema médico,
sino que involucra al conjunto de la sociedad chilena. Actores sociales
como el Estado, la familia y los distintos credos religiosos deben
jugar un rol activo en la sensibilización de las personas.
Para ello
es primordial una educación temprana sobre el significado
de ser un donante, pero no como quien regala un objeto, sino para
crear personas conscientes de que su acto de generosidad se transformará
en vida.
Por
Elizabeth Harries y Claudio Salinas
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Autor:
Nicolás Poblete de 15 años. Trasplantado de
hígado el 25 de agostode 1995. Cuando tenía
dos meses y medio de vida se le diagnosticó una atresia
a las vías biliares. A los cuatro años se le
diagnostió cirrósis hepática.
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Manuela, como
enfermera, ha trabajado mucho tiempo en la coordinación de
transplante de un hospital madrileño. Ha sido la intermediaria
entre los familiares de un presunto donante y el receptor del órgano.
Sin embargo, la vida tiene muchos caminos y en uno de ellos se encontró
con la imprevista muerte de su único hijo. Así, sentada
en el frío pasillo del sanatorio está consciente de
lo que sigue: firmar y entregar por amor el corazón de Esteban.
La escena recreada corresponde a la película "Todo sobre
mi madre" de Pedro Almodóvar, que refleja en buena medida
la dolorosa decisión que deben tomar las personas enfrentadas
a la muerte repentina de un ser querido.
Tal imagen no
es ajena a la realidad chilena. Hace tres semanas el país
se conmovió con el caso de la estudiante universitaria Macarena
Silva, quien a horas de su muerte recibió el transplante
de hígado indispensable para mantenerse con vida. Esta situación
no habría sido tan crítica si existiese un plan integral
de educación, fomentado por el Estado, en pos de una mayor
sensibilización de la sociedad, sobre todo, en los primeros
años de escolaridad.
Así lo
cree la relacionadora pública de la Corporación del
Trasplante, María Julia Muñoz, quien enfatizó
a CTN, la necesidad de una política educacional orientada
a crear consciencia respecto de lo que significa la donación
de órganos. Hasta el momento el papel del Estado se limita
sólo a cubrir el costo de la operación y el tratamiento
posterior. La gestión para conseguir los órganos está
en manos de esta organización no gubernamental (ONG) que,
además, coordina y promueve su entrega en el país.
Donantes
en picada
"España
es el mejor ejemplo de cómo un trabajo desde el Estado, con
información y campañas permanentes en los consultorios
y centros de atención médica, han puesto a este país
en el sitial de líder mundial con 33,6 donantes por cada
millón de habitantes. En Chile la tasa es de un 7, 6",
indicó el diario La Nación del 20 de mayo, en un artículo
dedicado al proceso de obtención de órganos.
Las abismantes
diferencias entre un país desarrollado como España
y uno en vías de desarrollo como Chile, se refuerzan aún
más cuando se revisan las estadísticas por año
en relación con la cantidad de donantes efectivos. El 2001
se registraron 127 personas; al año siguiente 117, lo que
muestra una caida del diez por ciento. (ver gráfico)
La disminución
porcentual de los donantes se ve potenciada por múltiples
factores: el aumento de las necesidades de transplantes en la población,
la voluntad de los familiares al momento de la muerte cerebral del
ser querido y la falta de un sistema estatal que capacite a los
profesionales de la salud en toda la red que involucra el proceso
de ubicación de órganos, y la futura utilización
de éstos, señala Muñoz.
El aumento de
posibles donantes se ve limitado por las escasas campañas
al respecto, debido a que la ley del transplante circunscribe estas
iniciativas sólo al Ministerio de Salud (Minsal), restringiendo
el accionar de la ONG. La actividad que con mayor difusión
se presenta a los medios es la "Semana del Donante", que
se realiza durante los últimos días de septiembre,
fruto de la alianza entre la Corporación de Transplante y
el Minsal.
Sin embargo,
para la relacionadora pública de la ONG, esto no es suficiente,
ya que el trabajo debe ser sostenido en el tiempo. Por ejemplo,
incluir en las mallas curriculares de las carreras médicas
asignaturas relacionadas con las técnicas de transplantes;
al mismo tiempo, integrar en los textos escolares las temáticas
que promuevan el desarrollo del tema en los núcleos familiares
desde temprana edad. Estas medidas, añade la profesional,
deben tener como fin que todas las personas sean en el futuro donantes
conscientes.
Transplantes sí, transfusiones no
Si bien, el
gran problema de los transplantes en Chile es la falta de una política
clara frente al tema, existen también obstáculos de
índole religiosa que se oponen al método utilizado
en la implantación de un órgano. Tal es el caso de
los Testigos de Jehová quienes rechazan la transfusión
de sangre, cualquiera sea las condiciones de salud en que se encuentren.
"La Biblia
manda abstenerse de la sangre y ello está registrado en `Hechos
de los Apóstoles', Capítulo XV, Versículo 28-29.
El aceptar sangre en el cuerpo por la boca o las venas viola las
leyes de Dios", afirmó el presidente de la Comunidad
Religiosa Testigos de Jehová, Avelino Retamales, en declaración
oficial a los medios de comunicación. Esta posición
dificulta el trabajo médico de los profesionales y hace necesario
adoptar medidas extremas que aseguren las condiciones de salud del
paciente.
El sacerdote católico y confesor de la Catedral de Santiago
Juan Suárez, en conversación con CTN, aseguró
que los Testigos de Jehová en este aspecto se comportan como
una secta, creyendo que la vida humana se encuentra en la sangre
y no en el alma, como postulan todos los cristianos.
"Para la
Iglesia Católica la donación de órganos es
un acto de generosidad. Al morir se produce la separación
del cuerpo y el espíritu y, en ese instante, el ser humano
puede realizar su último acto de bondad: entregar vida",
agregó Suárez. Incluso el Papa Juan Pablo II se ha
pronunciado explícitamente a favor del transplante de órganos
en un Congreso sobre el tema realizado en Roma.
Existen otras comunidades con una postura más radical en
torno a la donación de órganos. Por ejemplo, el pueblo
gitano rechaza en todos los términos el transplante y las
transfusiones, por considerar que el alma mantiene su forma física
y vuelve al mismo cuerpo, por lo que éste debe permanecer
intacto.
Un caso curioso es la posición del pueblo mapuche, porque
son reticentes a la donación, pero, en cambio, aceptan sin
trabas un transplante cuando lo necesitan.
Para Suárez el problema de la donación, más
que una diferencia de credos, pasa por una falta de cultura de los
chilenos. "Cuando experimentan en carne propia el problema,
ahí se dan cuenta de la importancia de donar. La Iglesia
ha evolucionado a la par con el pensamiento científico, condenando
el mal uso de la ciencia como la clonación, el tráfico
de órganos y el aborto".
Para enfrentar la situación de la donación y del transplante
en Chile, tanto María Julia Muñoz como el sacerdote
Suárez coincidieron en la forma de encarar el tema: crear
conciencia de lo que significa ser donante, abrir los espacios de
conversación en la familia y sensibilizar a los poderes del
Estado para que concreten un proyecto unificador de todo el circuito
de la donación de órganos.
Recuadro
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La
caída en las tasas de donantes efectivos por millón
de habitantes por año, refleja la realidad hospitalaria
en Chile y, en muchos casos,
el agotamiento de los equipos locales, haciéndose indispensable
un recambio para impulsar nuevamente esta actividad y
reubicarnos como los primeros de Sudamérica.
Fuente: Memoria Anual 2002; Corporación del Transplante.
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Sitios relacionados:
www.trasplante.cl
www.lasemanajuridica.cl/LaSemanaJuridica/1070/article-12495.html
www.zonaimpacto.cl/014/revelaciones.htm
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