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Viñas emergentes
El peso de los nuevos nombres

La última vendimia chilena cimentó auspiciosas predicciones entre los productores y comercializadores del brebaje más antiguo del mundo: el vino. Cumpliendo con todos los augurios, se esperan 700 millones de litros para el año en curso.

Son cerca de 85 viñas las que juegan en el mercado nacional y al menos la mitad, tiene menos de medio siglo de vida. Pero justamente son éstas las que irrumpen con innovadores productos, ganan premios y se posicionan como una alternativa a las vitivinícolas consolidadas.

Por Mónica Nanjarí y M. José Vilches


Los viñedos se tiñe con un color más
azulado propio de las nuevas cepas
como Carmener o Sirha
.

Para Inessa Cortés no hay mejor bebida que el vino. Al momento de escogerlo se fija en la cepa, lugar de procedencia y año de cosecha. Pero ella es enóloga, mientras que el resto de chilenos navegamos en la ignorancia, sólo preocupándonos de las marcas tradicionales como Viña Concha y Toro o San Pedro, desconociendo la existencia de las crecientes empresas vitivinícolas y sus nuevos cepajes.

Cansadas de este mercado dominado por las centenarias industrias, las viñas Mont Grass, Casa Silva, Viu Manent y Santa Ema, entre otras, se agruparon en ChileVid, como una forma de luchar en el competitivo mundo del vino, apuntando su producción a mercados sofisticados como el europeo.

Algún periodista avispado se dio cuenta de este fenómeno y lo tituló como "viñas emergentes", un concepto que se asoció a las incipientes marcas que comenzaban en el mercado internacional.

¿Cómo se dice... y que dije yo?

Según la Real Academia Española, el término "emergente" se define como algo que nace y es el principio de otra cosa. Situación que no refleja el estado de aquellas vitivinícolas: "Soy enemigo del término, lo rechazo abiertamente, uno emerge cuando nace, ya salió del seno materno... no va a ser emergente toda la vida", señala a CTN Rodrigo Alvarado, gerente general de ChileVid.

El concepto es ampliamente utilizado y, a pesar del error, encierra una diferenciación que es necesaria en términos de marketing, porque separa las viñas grandes de las de menor producción. Por ejemplo, se estima que la producción de las 42 viñas de ChileVid es un tercio de la producción de Concha y Toro.

Alvarado prefiere el término viñas integradas verticalmente, aduciendo a una participación activa en cada una de las fases: en la plantación, recolección y comercialización. Un hecho que no es menor, pues algunos "peces guatones" sólo procesan y comercializan.

El nacimiento de estas viñas integradas verticalmente comenzó hace una década, cuando un grupo de enólogos se aburrió del bajo perfil. Aurelio Montes y Pablo Morandé, entre otros, habían pasado años produciendo vinos para prestigiosas casas como Los Montes y Viña Concha y Toro, y comenzaron a trabajar en silencio con la meta de elevar el nivel de los mostos.

Estas colosas del consumo masivo contaban con la capacidad técnica de producir vinos premium, pero tardaron en subirse al carro de la modernización, básicamente porque la solidez de su negocio tradicional no los obligaba. En cambio las pequeñas, incapaces de hacerles frente con volumen en el mercado nacional, debían hacerlo elevando el margen de ingreso con un producto de alta categoría y reemplazando cientos de hectáreas de vides corrientes (llamada tradicionalmente uva país) por variedades finas como el Carmenére y el Syrah.

El gusto por el buen vino no pasa de moda nutriéndose de sabores distintos y refinados

Glamour de las nuevas cepas

Dicen los expertos que el gusto varió, pues ahora el público aprecia toda la frutosidad y frescura de los varietales, olvidando esa idea errónea de que el envejecido en barrica y compleja estructura es sinónimo de calidad. "La variedad te dice lo que hay adentro, el año de cosecha. La marca no es una característica del vino…la marca es una ficción", señala el gerente de ChileVid.

Una idea que no comparte Rafael Guilisasti, presidente de Viñas de Chile, quien en una entrevista a la revista especializada La Cav, aseguró que "las marcas son más importantes... van a ser los principales vehículos para expandir mercados".

A pesar de estas opiniones contrapuestas, la creciente importancia que ha tomado el cepaje, en desmedro de la marca, favorece a las viñas más pequeñas, las cuales han logrado un reconocimiento internacional avalado por numerosos premios. Ejemplo de esto es la feria europea Vinitaly que el año pasado premió a 18 viñas chilenas, de las cuales la mayoría son pequeñas o independientes.

Pero eso es lo que ocurre en la exportación, porque en el mercado interno "lo que busca el cliente es lo más barato", como recalca a este medio Juan Olivares, vendedor del Mundo del Vino, tienda especializada en este producto.

Así se demuestra la falta de cultura etílica que adolecen los chilenos, quienes consumen en su mayoría cerveza y pisco, en lugar de un buen vino que abunda en el mercado nacional. Tanto así, que Alvarado califica a la piscola como "un atentado nacional", pues el 60% de la producción nacional de vino se exporta, lo que demuestra cuál es la preferencia de los consumidores.

Más sabe el diablo...

Concha y Toro inauguró el mercado de exportación a Estados Unidos y hasta ahora, se mantiene como la marca de mayor presencia y ventas. "Esta fama la cimentó Casillero del Diablo y le costó bastante cumplir con todas las exigencias que Estados Unidos impone a Latinoamérica", cuenta a CTN Iván Vilches, quien fue Jefe del área de ventas de esta compañía.

Este es el nuevo logo de Wines
of Chile, la cara del vino nacional
para el mundo entero

El logro de Concha y Toro permitió la entrada de otras viñas tradicionales, pero no de las más pequeñas. A éstas, les resulta difícil ingresar a la codiciada plaza estadounidense, lo cual provoca que Europa y Asia se conviertan en el mercado ideal para las viñas integradas verticalmente.

Puede parecer confrontacional la existencia de ChileVid y Viñas de Chile, ambas asociaciones que agrupan a las viñas integradas y a las empresas tradicionales respectivamente. Pero en la práctica no es así, pues la economía de éstas funciona como una retroalimentación que favorece la calidad y presencia del vino chileno en el mundo.

Estas asociaciones tienen validez sólo en las exportaciones, porque en Chile cada una proyecta su marca según sus propios objetivos. Pero las agrupaciones deben aunar esfuerzos en miras del posicionamiento de la imagen-país, es cuando se produce la fusión de ambas en "Wines of Chile".

La unión hace la fuerza

Wines of Chile está compuesto por 5 miembros de Viñas de Chile y 3 miembros de ChileVid y su principal objetivo es fortalecer la visión que el mundo tiene de los vinos chilenos. Para este fin se organizan y participan juntos en ferias internacionales, muchas veces apoyados por ProChile. La razón de la existencia de dos agrupaciones se debe a la negativa inicial de Viñas de Chile para incorporar a los dueños de viñedos más pequeños, además de las diferentes estrategias de marketing.

CNT intentó contactarse con Viñas de Chile, pero su secretaria informó que "cada uno está demasiado preocupado de su viña", lo que demuestra una cierta falta de unidad al interior del grupo, situación que no se observa en ChileVid.

Los comienzos de Wines of Chile fueron bastante accidentados, fundamentalmente por el proteccionismo que ejerce cada grupo. Además, se acusan decisiones por conveniencia, sobre todo considerando que el director de este grupo es de la familia de la vitivinícola más grande de Chile. Guilisasti, responde a La Cav "siempre hay recelo… pero corresponden a un prejuicio".

A pesar de esto, "Wines of Chile está más vivo que nunca" declaró Alvarado a este medio, y que total "No hay competencia, porque hay mercado para todos". Dicho esto, ¡salud!

El esperado tratado

El ansiado acuerdo con la Unión Europea no ha variado los niveles de exportación del vino, sólo cambiaron algunas condiciones de trato con los clientes extranjeros. Es así como el principal beneficio que perciben las empresas vitivinícolas es la baja de los impuestos, que en cuatro años desaparecerán y lo más importante es el mecanismo de solución de controversia que le permite a los chilenos negociar en igualdad de condiciones con los importadores europeos, además de contar con las mismas ventajas que ellos. Los efectos colaterales de este acuerdo se esperan en un plazo promedio de cinco años con cifras positivas para Chile.

Aunque el consumo de vino bajó a escala mundial, este convenio le da un nuevo respiro al negocio vitivinícola, ya que sus principales compradores son europeos y lo que más demandan son vinos premium, precisamente los que produce Chile, convirtiendo al país en uno de los proveedores más importantes de este producto.

Sitios relacionados:
http://prochile.cl
http://chilevid.cl
http://chilevinos.cl

Fotos:
www.chilevinos.cl


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