Polémica
en torno a las licencias maternales
Los
costos de ser mamá
ALuego del
fracaso de la propuesta del Ejecutivo, que pretendía modificar
el sistema de licencias maternales para evitar posibles abusos,
cada vez son más las señales de nuestra sociedad que
hacen a una mujer postergar su maternidad.
Mientras
algunas mujeres utilizan el sistema de licencias para el cuidado
de sus hijos enfermos, otras lo aprovechan para pasar mayor tiempo
con sus recién nacidos.
Por
Barbara Asenjo y María Teresa Ovalle
"No quiero
tener guagua; por lo menos, no por ahora". La frase puede parecer
soberbia, casi egoísta, y muchos sectores pueden condenarla,
pero lo cierto es que responde a una sociedad con un doble discurso
ante la maternidad.
Y esto quedó
de manifiesto con la presentación del proyecto de reforma
al sistema de licencias maternales, catalogado por muchos como una
muestra más de lo difícil que resulta ser mamá
en el país.
Ante la disparidad
de realidades, ¿cómo legislar de una manera justa,
que proteja el derecho de los niños de ser cuidados por sus
madres, pero a la vez, que prevenga los abusos al sistema?
Las volteretas
de la propuesta
"El gobierno
hace un esfuerzo por evitar los abusos. Esa es mi preocupación:
quiero mayor protección a las mujeres, pero mayor protección
a las que lo requieren, no a las que hacen un mal uso". Con
este argumento, el Presidente Ricardo Lagos justificó la
propuesta de modificar las licencias maternales en el contexto de
la discusión del presupuesto del Estado para el 2004.
La medida apuntaba
a poner un alto en el gasto por licencias maternales, que en la
última década aumentó un 156%, incrementándose
en el mismo período en un 1337% las que correspondían
a permisos por enfermedades del hijo menor de un año. Ante
el aumento de las cifras, las autoridades sospecharon de un fraude,
tesis respaldada en que las mayorías de estas licencias eran
por reflujo, normal en el primer año de vida del bebé.
Y se tuvo la
genial idea. El 27 de septiembre el presidente Lagos propuso aumentar
el postnatal de 84 a124 días, beneficio al que optarían
sólo las mujeres que renunciasen a su derecho a licencias
por enfermedad del hijo menor de un año.
Este proyecto
fue cuestionado por amplios sectores del mundo político.
Como señala el portal electrónico "Argumentos
para el Cambio", "sólo respondía a la necesidad
de contención de costos frente a un aumento del uso de licencias
para el cuidado de hijos enfermos menores de un año, afirmando
que esto es una expresión de abusos. Junto con simplificar
el problema, se lanzaba un velo de sospecha sobre el comportamiento
de las mujeres trabajadoras".
Apresuradamente,
el ejecutivo cambió de estrategia. El 3 de octubre se presentó
un nuevo proyecto, que consideraba aumentar el postnatal a 150 días,
pero disminuyendo el subsidio estatal de 100% a 80% a las mujeres
que ganan más de $172.500 mensuales. Dado que la medida afectaría
principalmente a las trabajadoras de clase media, la Concertación
volvió a cuestionar la propuesta. Aunque Lagos aseguró
que la medida sería presentada "tal como está"
al Parlamento, se decidió finalmente aplazar el proyecto
para el próximo año.
Sin embargo,
como señala Argumentos para el Cambio, queda de manifiesto
que el ejecutivo no analizó todos los escenarios antes de
poner sus cartas sobre la mesa: "Es un hecho empíricamente
comprobable que las licencias por enfermedad del niño menor
de un año han ido aumentado. Sin embargo, este aumento no
es expresión de simples abusos, sino de cambios en la sociedad".
Las transformaciones
en la composición de la familia y el ingreso de las mujeres
al trabajo no van de la mano con la implementación de cuidados
infantiles ni con una distribución de las tareas domésticas,
que ayuden a la mujer a incorporarse de mejor forma al mundo laboral.
Muestra de la polémica suscitada en la opinión pública,
el periodista Aldo Schiappacasse en el programa "Tolerancia
Cero" señaló que "existe un problema en
la estructura de la sociedad chilena, que desprotege a la madre.
Ante el empleo femenino, ¿quién cuida al niño?
Cada vez las familias son más nucleares, y no existen los
tíos y los abuelos que antes ayudaban. Nadie pensó
en la familia, porque todas las propuestas la acorralan"
Con todo, la
propuesta quedó stand by. Pero la sensación de desprotección
a la madre se acrecienta.
Isapres en
pie de guerra
Para la Asociación
de Isapres, el nuevo proyecto ley provocaría un aumento en
el número de rechazo de licencias, mientras que se les aplicarían
multas por rechazos que no estén justificados. Según
estadísticas de la Superintendencia del ramo, en el año
2002 se tramitaron más de 135.000 licencias por enfermedad
del hijo menor de un año, siendo rechazadas o reducidas menos
del 10%.
Para Jacqueline
C., quién trabaja en la Isapre Colmena Golden Cross, el aumento
ha sido explosivo: "De unas 15 licencias que recibo al día,
9 son de enfermedad de hijo menor de un año, cuatro de trastornos
psiquiátricos y las dos restantes de otras enfermedades",
señaló a CTN. De este total, se atreve a aventurar
que una gran mayoría son falsas y que la mayor parte se encuentra
en las trabajadoras de aquellas empresas que tienen convenios colectivos
con la Isapre. Es por ello que algunas Isapres han comenzado a incluir
entre sus productos planes de salud con o sin maternidad. Y además,
han decidido terminar con la modalidad de contratos colectivos que,
su juicio, se presta para los mayores abusos.
Según
el abogado Pedro Barría, especialista en el tema de las Isapres
entrevistado por el Portal del Pluralismo, la polémica se
inserta en un tema mucho más global: "Plantear toda
esta devolución de licencias médicas con relación
al ingreso es complicado, porque hoy día la maternidad es
una opción que muchas mujeres asumen solas. ¿Vamos
a castigar a una persona que gana 200 mil por tener su guagua? Porque
por licencia va a recibir mucho menos que su sueldo. Esa medida
incide en que la persona decida no tener hijos".
Y todas querían
ser madres...
Ximena Rivas,
30 años, ingeniero civil de ENERSIS, tenía todo a
su favor. Pero algo falló "Mi caso fue especial, porque
yo supe de la grave enfermedad de mi hija a los cinco meses de embarazo.
Los pronósticos eran que ni siquiera sobreviviría
al parto", dijo a CTN. Pero su hija nació y ella ha
tenido todas las oportunidades: "Por mi parte, yo trabajo en
una empresa grande, que por suerte me otorga un muy buen plan de
salud. Yo he tenido gastos brutales, por ejemplo, dos meses de hospitalización
domiciliaria que salían más de 2 millones, de los
cuales yo pagué $23.000." .
En la otra cara
de la moneda está Sandra, 23 años. Se atiende en un
consultorio con tarjeta de gratuidad. Su pareja está cesante
hace 4 meses y no cuentan con previsión de salud. Tiene miedo
y se nota: "Conseguí trabajo temporal, sin contrato.
Hasta el momento no he tenido problema con mi empleador. Tengo 3
meses de embarazo y hoy le voy a contar. No sé cómo
vaya a reaccionar mi jefe, pero igual me da susto. ¿Qué
haríamos (ella y su pareja) con la guagua si quedamos sin
trabajo los dos?", señaló a CTN.
Para Ximena
Rivas, las nuevas disposiciones deben contemplar una mayor fiscalización,
ya que el mayor problema es el abuso en el que incurren las mujeres:
"Conozco el caso cercano de una compañera de trabajo,
que tuvo a su hijo y no lo quería dejar; por eso, comenzó
a tirar licencias por reflujo, siendo que estaba más sano
que un yogurt. Por un lado, yo entendía que quisiera estar
con su guagua, pero por otro, eran puros engaños", aseveró
a CTN.
Doris, 27 años,
quién también se atiende en un consultorio, no pide
fiscalización, sino sólo una oportunidad: " Estar
en Fonasa o en Isapres para mí es igual. Nadie te quiere
pagar las licencias, y los patrones se las sacan con que 'contratar
mujeres es más caro, no trabajan, se la pasan teniendo guaguas
y más encima hay que tenerles salas cuna'. Al final, la maternidad
está desprotegida".
"Creo que
una buena opción sería incentivar el trabajo de media
jornada, así habrían mucho menos licencias, y además
permitiría a la mujer estar más tiempo con sus hijos
y tener sus propios ingresos", señala Ximena Rivas.
Opinión compartida por Jacqueline C. quién entrega
un ejemplo decidor: " En mi área de trabajo, nuestro
contrato es de media jornada y en el último año no
recuerdo ninguna solicitud de licencia por enfermedad de hijo menor
de 1 año".
Datos:
- Casi
el 40% de las mujeres que trabajan no tienen derecho a las
licencias maternales
- Las
mujeres ganan el 36% menos que los hombres en el trabajo
principal. (Casen, 2000)
- El
70% de las mujeres encuestadas por Argumentos para el Cambio
está totalmente de acuerdo con el que los padres
tomen la licencia por enfermedad de los hijos/as
- En
Chile, a diferencia de la mayoría de los países
latinoamericanos, los empresarios no participan en el financiamiento
de las licencias maternales.
- El
salario promedio de las mujeres que cotizan en Isapres es
de $480.000 mensuales.
- La
ausencia de políticas orientadas a armonizar la maternidad
con el trabajo lleva a la disminución de la opción
por la maternidad, llegando hasta a la disminución
de la población.
- La
legislación en el mundo para enfrentar el tema de
la maternidad revela la inexistencia de normas comunes o
compartidas. En países del norte de Europa, por ejemplo,
está tan asumido el tema que hasta los padres tienen
derecho a post natal. En
Estados Unidos, en cambio, es completamente opuesto y las
mujeres deben hacer uso de vacaciones o pedir permiso sin
sueldo en el tiempo que ellas determinen adecuado para poder
tener a sus hijos. Guatemala, en tanto, sólo otorga
84 días de licencia, 30 días antes del nacimiento
y el resto después. El tiempo que no sea usado en
el prenatal puede ser traspasado al post.
Fuente:
Argumentos para el Cambio
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Sitios de
Interés
www.portaldelpluralismo.cl
www.isapre.cl
www.sisp.cl
www.argumentos.cem.cl
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