Museos santiaguinos:
¿Quién
dijo que salir cuesta caro?
Pese a las dificultades que enfrentan y al
silencio en que se mueven , los museos santiaguinos tienen aún
vida propia y luchan por ganarse un espacio en la cultura nacional,
figurando además como una alternativa económica para
todos los bolsillos.
Los hay para todos los gustos y públicos, pero pese
a la amplia variedad existe un problema que a diario los afecta:
contar con un financiamiento que asegure su permanencia en un mundo
capitalino cada vez más bombardeado por la cultura del consumismo
y del mall.
Por
Nicole Pérez Tordoya y Roberto Guidotti Zersi
¡No iremos de shopping ni al mall. Tampoco
a la plaza de juegos cercana, ni al centro de diversiones de siempre.
¡Vamos a ir al museo!
Diversión, entretención y cultura.
Una mezcla que resulta complicada al momento de elegir la mejor
opción para pasar un rato de esparcimiento con la familia.
Más aún sin alterar demasiado el presupuesto económico,
la tarea resulta aún más dificultosa. Y ante la múltiple
demanda de alternativas, la entretención casi siempre inclina
la balanza a favor de los malls. Sin embargo, en medio de shoppings,
plazas de juegos y otros centros de diversiones, los museos se muestran
como una alternativa distinta, un espacio cultural que lucha por
sobrevivir y ante el cuál niños y adultos pueden sacar
una ventaja educativa importante.
Cada oveja con su pareja
Las alternativas que ofrecen los museos de la capital
son diversas y variadas. La gran mayoría se orienta hacia
un público infantil, aunque no de manera exclusiva. Desde
arte precolombino, patrimonios históricos, reductos científicos,
hasta mixturas entre museos y juegos, el panorama museístico
capitalino da para todos los gustos.
Si de diversión y cultura se trata, el Museo
Interactivo Mirador (MIM) lleva la delantera. Con un nuevo concepto
único en el país, el recinto de la comuna de La Granja
traspone las frontera clásica, para ofrecer una alternativa
que mezcla lo museístico con el concepto de shopping a la
usanza estadounidense. El lugar cuenta con 7.200 metros cuadrados
construídos y más de 300 exposiciones interactivas
de ciencias, arte y tecnología divididas en 14 salas, cada
una de las cuales aborda un tema específico. Pero al mismo
tiempo los visitantes tienen la posibilidad de tocarlo todo y, además,
una alternativa de entretención, con una tienda de productos
infantiles, restaurantes de comida rápida, juegos y otros
servicios, como si se tratara de una gran sala de clases, como explica
para CTN la monitora de recorridos pedagógicos Alejandra
Riquelme. ”La idea es darle una alternativa distinta a los
niños a nivel de educación relacionando el juego con
la educación basado en un aprendizaje a través de
la experiencia y de los sentidos”, dice.
Al mismo tiempo Riquelme sostiene que siempre está
el riesgo de que la entretención supere al aprendizaje, pero
para evitar que ello suceda el MIM posee diferentes propuestas,
con recorridos pedagógicos, visitas guiadas y desplazamientos
libres , dependiendo de lo que los visitantes deseen.
Distinta opinión tiene Héctor Chanduví,
coordinador general educativo y administrativo del Museo de Ciencia
y Tecnología, ubicado en Quinta Normal. Desde que se creó
en 1985, su objetivo siempre fue divulgar las ciencias y la tecnología,
pero poniendo énfasis en lo pedagógico por sobre lo
lúdico:”Para nosotros lo importante no es el hecho
que se venga a jugar con las cosas, sino que conozca el principio
físico que se esconde tras ellas. El objetivo de este museo
es netamente pedagógico. Los alumnos vienen a escuchar un
solo tema, no sólo a conocer todo el museo”, confesó
Chanduví a CTN.
Pero no sólo de ciencia y tecnología
vive el hombre. A la hora de elegir museos, la diversidad es la
norma. Si se quiere arte indígena, el Museo Precolombino,
creado por la Fundación Larraín Echenique, abre sus
puertas al público, con colecciones que incluyen las figuras
de la mitología mesoamericana y los quipus (sistema de cálculo
inca en base a nudos ), también las momias chinchorros y
la sala de textiles y además una tienda que vende toda clase
de objetos relacionados con estética y diseños precolombinos.
Si se busca alternativas históricas también
algo se encontrará. El Museo de Historia Nacional es desde
1911 un testimonio de la historia de Chile. El mayor atractivo de
este recinto lo aporta su edificio patrimonial, uno de los más
antiguos que se conserva en la capital, como explicó a CTN
Leonardo Mellado, profesor del Departamento Educativo. ”Este
lugar es el primer palacio de gobierno de Chile, fue la Real Audiencia,
luego el primer Congreso Nacional. Además cuenta con objetos
que cuentan la historia de nuestro país, la historia de Chile..”
|
Museo
de Historia Natural
|
Para conocer la Historia de la ciudad de Santiago
el Museo de la Casa Colorada es una buena elección. Ahí
se pueden encontrar diversas piezas que narran gráficamente
el devenir histórico de la capital del país.
Si se quiere averiguar sobre el patrimonio natural
de Chile la opción es el Museo Nacional de Historia Natural.
Erigido como uno de los más antiguos del continente se estructura
en tres grandes unidades: Educación, investigación
y conservación. Entre sus atractivos destaca la unidad de
taxidermia, que embalsama todos los animales que llegan al lugar.
Y para los más creyentes también
hay su espacio. El Museo de la Merced, fundado en 2003 por el padre
Jaime Nawrath de la orden de los Mercedarios ofrece una serie de
exposiciones de índole histórico-religioso.
Cultura con el mínimo
Pero el recorrido museístico tiene también
su lado amargo. La mayoría de los establecimientos debe librar
a diario una lucha por sobrevivir. La escasez de recursos económicos
es la principal traba que encuentran los museos, lo cual les impide
una mejor difusión de la cultura y amenaza incluso su subsistencia
como tales. Sin embargo, se niegan a morir.
Algunos dependen de la Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos (DIBAM) que a su vez pertenece al Ministerio de
Educación (Mineduc) y a través de esta entidad se
financian, como sucede con el Museo Nacional de Historia Natural
y el Museo de Historia Nacional.
El dinero por concepto de entradas fluctúa
entre los 600 y los 2.000 pesos y ello sólo alcanza para
los gastos comunes de cada museo. Por eso, algunos recurren a sistemas
complementarios de financiamiento, como tiendas en las que venden
objetos típicos o servicios anexos, como una cafetería
en el Museo de La Merced.
Los menos, son auspiciados por algunas corporaciones
privadas, como el caso del Museo Precolombino ( Fundación
Larraín-Echenique) o subvenciones Municipales como en la
Casa Colorada o en el de Ciencia y Tecnología.
Sin embargo, la principal queja de la mayoría
de los recintos a punta al escaso aporte del Estado y al poco dinero
destinado por éste a la preservación de los Museos
como patrimonio cultural del país: “ hace falta una
política seria por parte del Estado. Primero habría
que sacar el carácter de negocio a la educación, para
que creáramos una cultura de museos”, se lamenta Chanduví.
La crítica también apunta a la mayor
cantidad de dinero asignada por el Estado al MIM, en desmedro de
los demás museos “Se destinan para los tres museos
del parque (Ferroviario, infantil, Ciencia y Tecnología)
60 millones anuales y el Estado ha restringido 5 millones, por lo
que recibimos menos de 20 millones anuales, mientras que el MIM
recibe 1.200 millones a través del Mineduc y estima que eso
no es suficiente”, acota Chanduví
El MIM por su parte se defiende aduciendo que dicha
cantidad de dinero es absolutamente necesaria para la mantención
del establecimiento, absolutamente diferente del resto. La cantidad
de visitantes que recibe el MIM es muy superior a la de los museos
tradicionales. Al respecto, Alejandra Riquelme explica a CTN que:
“Solo por concepto de público recibimos un promedio
de 3.500 visitas diarias, número que en los demás
museos sólo se alcanza en un mes. Eso implica una mayor atención
para la gente y justifica el dinero asignado”
La importancia del dato
|
Niño
en Fanela, Museo La Merced
|
Otro de los problemas cotidianos con el que deben
luchar los museos es el de la difusión. Sin grandes campañas
publicitarias, cada uno se las arregla a su manera para atraer a
la gente. Algunos, como La Merced, el Precolombino y el de Historia
Natural, poseen propaganda en Internet, con la que pueden darse
a conocer de manera más masiva, y en algunos casos, la publicidad
externa es de gran ayuda, como en el caso del Precolombino con los
avisos en el Metro:” Los afiches en el Metro ayudan mucho,
también tenemos página web y publicidad insertada
en los artículos de la tienda. Además contamos con
avisos de nuestro museo en las agencias de turismo”, explica
a CTN la Ximena Jordán, guía del museo.
Pero ante la escasez de recursos la mayoría
corta por lo sano, y el principal medio de difusión es el
boca a boca. La gente se pasa el dato del lugar y le recomienda
a otros que vayan. Por lo general, la mayoría funciona para
un público reducido que sabe que tal museo existe y por eso
lo visita: “El boca a boca es el que más ha resultado.
A través de ello hemos tenido una gran demanda de los colegios.
Un profesor viene y se lo recomienda a otro y así llegan
más visitas” contó Leonardo Mellado, del Museo
de Historia Nacional.
La escasa cultura museística de los chilenos es también
un punto en contra. Todos coinciden en que los museos no son prioridad
en los panoramas de entretención de la gente y que no se
tiene aún la suficiente preparación para asistir a
estos recintos de manera adecuada. En casos extremos, la gente destruye
los objetos o se los roba, como explicó a CTN Claudio Rojas,
encargado del Departamento Ejecutivo de la Casa Colorada: “No
hay un sentido de pertenencia ni de vinculación mayor con
los museos. Por ejemplo hay que pintar el museo todas las semanas
porque las paredes son blancas y los niños se afirman y ensucian
las paredes aunque les digas que no se apoyen. En esto se demuestra
la poca pertenencia que siente la gente a los museos. No se les
enseña a los niños”.
Similar visión tiene Cristián Flores,
gestor cultural del Museo Nacional de Historia Natural, para quien
”está débil la cultura de museos porque no está
de moda este concepto dentro de la industria cultural. Cuando hablas
de cultura, la gente no nombra la palabra museo, sino que mayormente
cine. Falta desarrollo de los museos, pero desde adentro para poder
venderse. A la gente le cuesta mucho entender los museos como un
espacio del saber”
Para todos los gustos y con grandezas y miserias,
los museos capitalinos sacan la voz, y se mantienen en la pelea
por la subsistencia. Ellos tratan de imponerse como una alternativa,
demostrando que por unas pocas monedas, la cultura y la entretención
están al alcance de todos los bolsillos.
Tarifas:
Museo La Merced: Mac- Iver 341
Valor: Adultos $1.000 - Niños y Estudiantes $ 500
Museo Nacional de Historia Natural: Interior
Parque Quinta Normal s/n.
Valor: Adultos $ 600 - Niños y Estudiantes $ 300
Museo Precolombino: Bandera 361
Público general $ 2.000. Estudiantes y niños
entrada liberada.
Museo de Ciencia y Tecnología: Interior
Parque Quinta Normal s/n.
Valor: Adultos $ 800 - Niños y Estudiantes $ 600 -
Tercera edad $ 400
Museo Interactivo Mirador(MIM): Sebastopol
90 y/o Punta Arenas 6711, La Granja
Valor: sin reserva : alumnos $ 2000; profesores $ 1000 adultos
$ 3000; con reserva: alumnos $ 1500, profesores no pagan,
apoderados $1500(uno por cada diez alumnos..Apoderado adicional
$ 3 000)
Museo de la Casa Colorada: Merced 860
Valor: : Adultos $ 500 - Niños y Estudiantes $ 200
– Tercera edad $ 300
|
Sitios relacionados:
Museo La Merced
Museo Interactivo Mirador
Museo Precolombino
Museo de Historia Natural
|