El ilegalizado partido vasco de izquierda abertzale
(patriótica) llamado Batasuna se comprometió el domingo
seis de noviembre en San Sebastián, a "sacar el conflicto
de las calles" y llevarlo a una "mesa de negociación
y diálogo". Su propuesta se sintetiza en tres aspectos
básicos, que son el respeto a la voluntad popular; un proceso
de discusión de forma pacífica y democrática,
y superar el conflicto respetando los acuerdo de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y de los Pactos por los Derechos
Económicos, Civiles y Políticos de la ONU.
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Arnaldo
Otegui esgrime la propuesta de Batasuna (EFE)
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Además su líder, Arnaldo Otegui, recalcó
que estos compromisos son plenamente asumidos por Batasuna y el
conjunto de la izquierda abertzale, y aclaró que no le
está exigiendo a Euskadi Ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca
y Libertad) que deje las armas, pero que este proceso se debe
hacer de forma justa, pacífica y democrática.
Sin embargo a los pocos días muchos medios dieron a conocer
un supuesto comunicado de ETA en el que la organización
afirma que "no habrá paz" mientras las "fuerzas
de ocupación" continúen "en nuestro pueblo".
Este información no ha estado lejos de las polémicas,
puesto que la parlamentaria del también ilegalizado partido
Sozialista Abertzaleak, Jone Goirizelaia, ha asegurado que este
comunicado de ETA es anterior a la propuesta que presentó
Batasuna y que, por tanto, no responde a la situación actual.
El gerente de la Casa Vasca de Santiago, Yagoba Albillos, está
de acuerdo con lo propuesto por Batasuna y cree que es una señal
de un pronto fin a este conflicto, pero reconoce que los medios
de comunicación no ayudan mucho. Asegura que la prensa
española, y también parte de los medios presentes
en el País Vasco, es muy combativa y manipuladora, y que
este comunicado de ETA “se ha traído a colación
con una idea perversa de perjudicar el proceso.”
Violencia por doquier
Todo vasco mayor de treinta años ha vivido bajo el terror
de la presencia de Euskadi Ta Askatasuna, y la situación
está lejos de ser distinta para las nuevas generaciones.
Aunque el gobierno español promete estar cada vez más
cerca del fin de esta organización, no se sabe cuán
lejos o cerca está ETA de alzar la bandera blanca.
Pero a pesar de que hay un grupo (sobre todo los cercanos al
Partido Popular) que viven bajo el terror de ETA. La sicóloga
y profesora de lengua y cultura vasca, Iraia Saenz, aseguró
que el temor a ETA no es un sentimiento extensivo. “No es
que uno salga a la calle con el miedo a que te va estallar una
bomba, aunque hay gente que vive con mucho temor y bajo amenazas.
Pero no es general.”dijo la sicóloga a CTN.
Para unos, una banda terrorista a la cual hay que temer y que
pone en riesgo la vida de cualquiera, medianamente cercano a la
oposición independentista. Sin embargo, para otros es una
organización política que ha optado por la vía
armada. Las opiniones vascas están divididas. Amnistía
Internacional ha condenado el actuar de esta organización,
considerándolo una trasgresión hacia los principios
humanitarios, igual de abominable que el de los gobiernos que
violan los derechos humanos.
Albillos reconoce no temer en absoluto a ETA y sus atentados
y afirma que en el mundo se tiene una visión errónea
de ésta. “No es una organización armada, es
una organización política, con discurso propio,
con líneas de análisis particulares y que hace política
todos los días en País Vasco, pero que practica
la lucha armada“, explicó a CTN el abogado residente
en Chile.
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Desde finales de los sesenta este grupo político-armado
ha cobrado la vida de más de 850 personas, de las cuales
alrededor de 350 eran civiles. Pero la historia de ETA es mucho
más larga. La organización armada vasca de liberación
nacional nació en diciembre de 1958 de las Juventudes del
Partido Nacionalista Vasco, en medio de la dictadura de Francisco
Franco (1939 – 1975) cuya represión en la zona vasca
llegó incluso al nivel de prohibir el idioma nativo: el
Euskera. Muchos fueron detenidos por comunicarse en su propia
lengua, por izar la bandera nacional o por mantener sus costumbres
milenarias. Franco quería UNA sola España.
En esos tiempos de guerrilla el camino de las armas fue muy apoyado
entre los vascos. Aunque los primeros años de ETA se caracterizaron
por el impulso de jóvenes dedicados a preparar grupos de
estudio y a dotarse de una ideología acorde con las nuevas
coyunturas políticas, ya a finales de 1959 manifestaron
la intención de abrir un frente armado de intervención
política.
Las primeras bombas fueron colocadas en el Gobierno Civil de
Gastéis (Vitoria), en el diario “Alerta de Santander”
y en la comisaría de Policía en Indautxu. Los comienzos,
como todo movimiento sujeto más a la necesidad que a la
planificación, fueron desastrosos. No tanto por errores
propios, sino porque en poco tiempo toda la organización
fue desmantelada.
Los asesinatos selectivos de miembros o informantes del régimen
franquista era el método usado por los etarras. Muchos
jóvenes de las zonas francesas y españolas se unieron
a la lucha. Pero una vez llegada la democracia, sus mecanismos
fueron cuestionándose cada vez más sobre todo por
la muerte de civiles inocentes en los atentados.
Sin embargo la considerable disminución del apoyo a ETA
no significa que haya aumentado en el país Vasco un apoyo
hacia las políticas españolas o que haya bajado
el sentido patriótico de los vascos. Las innumerables violaciones
a los derechos humanos, realizadas tanto en dictadura como en
democracia, por agentes del Estado ha despertado el total repudio
de la población vascoparlante.
Según informes de Amnistía Internacional se han
detectado suicidios sospechosos de presos políticos, realizados
en situaciones muy peculiares dentro de las cárceles españolas.
Además no se ha respetado el derecho de los presos a estar
en la cárcel más próxima al hogar, sino,
por el contrario, sus familiares deben viajar en muchos casos
cerca de mil kilómetros para verlos. Para el abogado Albillos,
esta medida tomada por los gobiernos españoles y franceses
es un castigo para los familiares de los presos que muchas veces
no están implicados en los delitos de los cuales se acusa
a sus parientes. “Lo que pretendían era derrotar
la voluntad de los presos políticos de la organización
a través del sufrimiento de sus familiares”, sostuvo
Albillos.
Incluso en 1996, la represión de la ETA le costó
al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) la pérdida
de las elecciones por su vinculación con los Grupos Antiterroristas
de Liberación (GAL). Esta organización ilegal, de
policías y mercenarios, era financiada con fondos públicos
españoles y se dedicaba a llevar a una lucha constante
con la organización vasca con muertes de uno y de otro
lado.
Según Albillos, el conflicto vasco es una historia de
violencia en donde las justificaciones sólo las designan
los márgenes de la legalidad. Para él en la historia
del ser humano casi todo se ha conseguido a través de la
violencia: “en realidad en la historia moderna en definitiva
no se condena la violencia, lo que se quiere es el monopolio de
ella.”
El efecto etarra
Hoy, el País Vasco cuenta con más autonomía
que cualquier otra región española. Tiene un parlamento
propio, fuerzas policiales, administración de la educación
e impuestos. Pero aún le faltan 23 competencias que el
gobierno español no ha querido concederle. Entre estas
autonomías están: la autodeterminación, administración
de recursos económicos, de aduanas y puertos, y la constitución
como estado independiente.
La separación significaría para el gobierno español
una baja fuerte en sus ingresos ya que la economía del
País Vasco es muy importante para el Estado. Además
perdería el puerto de Bilbao, principal fuente de movimiento
comercial.
Durante la dictadura de Franco se intentó arrasar con
unas de las más antiguas culturas de Europa. La milenaria
lengua y tradición vasca fue protegida en la clandestinidad
y a través de la lucha de organizaciones armadas como ETA.
Pero se vivían otros tiempos y circunstancias.
Ainara Madariaga, historiadora, es sobrina de un ex preso político,
que estuvo encarcelado trece años. Asegura que en el País
Vasco si bien hay muchas personas que viven con temor por ETA,
ni ella ni sus conocidos lo sienten así. No justifica el
actuar de la organización y cree que debería optar
por el diálogo, ya que nada merece la muerte de otra persona.
Sin embargo sostiene que la organización ”ha tenido
su peso y su importancia, sobre todo durante la dictadura, en
la cual al País Vasco se le dio un palo tras otro. Se prohibía
hablar en euskera y había una política fuertísima
de todo lo que fuese muestra de cultura vasca”, dijo a CTN.
ETA sin embargo no sólo significó una protección
a la cultura vasca, sino que ha sido la organización más
fuerte que se ha empeñado de forma radical y extrema en
conseguir la independencia de la nación. Pero también
ha provocado un estigmatización de los movimientos independentistas
o nacionalistas de la izquierda abertzale. Albillos afirma que
“muchas veces se mete todo en un conglomerado con la idea
de herir a los movimientos u organizaciones políticas de
la izquierda abertzale que coinciden en lo ideológico con
ETA, pero que sin embargo no practican la lucha armada”.
Agrega que la organización “no es lo más importante
que tiene ahora mismo Euskal Herria ni ha sido lo único
que ha tenido el País Vasco en su conflicto con los estados
españoles y franceses a lo largo de tantos cientos de años.”
Y no sólo el estigma es algo con lo deben cargar los partidos
y organizaciones de izquierda. La “peculiar” democracia
de España permite cerrar medios de comunicación
e ilegalizar partidos constituidos bajo la ley. Un ejemplo es
el caso de Batasuna, Euskal Herritarrok y Herri Batasuna, que
el 28 de marzo de 2003 fueron sacados del mapa político
legal acusados de ser el frente político de ETA.
Iraia Saenz señaló que “no estamos hablando
de una sociedad democrática, ya que se ilegalizan partidos
políticos que tiene que ver con la izquierda nacionalista
y se cierran periódicos, a los cuales se les vincula con
ETA. Muchas veces todo lo que huele a vasco lo relacionan con
ETA.” Opinión que comparte la historiadora vasca,
quien considera que la ley de partidos es “desastrosa, ya
que pueden ilegalizar a partidos constituidos democráticamente
y que la gente vota. Es como si estuviéramos de nuevo en
una dictadura y no en una democracia.”
El fin del conflicto
Sólo un hay un sentimiento que comparten los vascos: no
quieren violencia. Y esto los demuestran cada vez que salen a
las calles manifestando su repudio a estos métodos, pero
también a la represión española y sus atentados
a los derechos humanos. En palabras textuales de Albillos: “ETA
practica una peculiar barbarie en un mundo de bárbaros.”
A juicio del abogado a favor de ETA no está ni la propia
organización. “Estoy convencido que la mayoría
de los militantes de ETA no están satisfechos con la utilización
de la violencia“, dijo.
El gobierno español asegura que tras la captura de la
dirección de ETA, el pasado 3 de octubre en Francia, se
desarticuló la cúpula de la organización.
La detención de los líderes, Mikel Albizu (apodado
“Mikel Antza”) y Soledad Iparraguirre (llamada “Anboto”)
terminaría por tanto de desestabilizar a ETA y pondría
fin a la lucha armada.
Para el historiador y cientista político Cristián
Fuentes Vera, existe un rechazo muy fuerte a la ”organización
terrorista de ETA”. Además vislumbra un pronto final
tras la caída de su cúpula en Francia. “Intuyo
que puede irse dando un proceso de relativa mayor autonomía
para el País Vasco, lo que puede ser el resultado de diálogos
sucesivos. Pero no me parece que de aquí a un plazo razonable
pueda haber independencia para el País Vasco”, dijo
el analista para CTN.
Cabe entonces esperar que Batasuna logre concretar su propuesta
y que todo el proceso se realice de forma pacífica y democrática
para así lograr una solución real del conflicto:
que los vascos puedan decidir que quieren para ellos mismos. Y
que por supuesto no mueran más personas, ni de uno ni de
otro bando.
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