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Conflicto vasco:
ETA: entre la cultura del terror y la lucha política

Nadie sabe con exactitud cuál es el tamaño de la organización, ni con cuántos afiliados o simpatizantes cuenta. Sin embargo, la policía española cree que los que operan en nombre de ETA no son más que unas pocas decenas de personas. Aún así el grupo ha logrado mantenerse vivo durante 46 años.

El ilegalizado partido Batasuna ha propuesto solucionar el conflicto vasco por la vías democráticas y pacíficas. La izquierda patriótica está empeñada en darle pronto fin a la eterna pugna entre España y las provincias vascas. Sólo el diálogo parece ser la respuesta y que el pueblo decida, finalmente, como quiere su país: independiente o con España; con ETA o sin ella.

Por Lorena Valderrama Z.


El ilegalizado partido vasco de izquierda abertzale (patriótica) llamado Batasuna se comprometió el domingo seis de noviembre en San Sebastián, a "sacar el conflicto de las calles" y llevarlo a una "mesa de negociación y diálogo". Su propuesta se sintetiza en tres aspectos básicos, que son el respeto a la voluntad popular; un proceso de discusión de forma pacífica y democrática, y superar el conflicto respetando los acuerdo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de los Pactos por los Derechos Económicos, Civiles y Políticos de la ONU.

Arnaldo Otegui esgrime la propuesta de Batasuna (EFE)

Además su líder, Arnaldo Otegui, recalcó que estos compromisos son plenamente asumidos por Batasuna y el conjunto de la izquierda abertzale, y aclaró que no le está exigiendo a Euskadi Ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad) que deje las armas, pero que este proceso se debe hacer de forma justa, pacífica y democrática.

Sin embargo a los pocos días muchos medios dieron a conocer un supuesto comunicado de ETA en el que la organización afirma que "no habrá paz" mientras las "fuerzas de ocupación" continúen "en nuestro pueblo". Este información no ha estado lejos de las polémicas, puesto que la parlamentaria del también ilegalizado partido Sozialista Abertzaleak, Jone Goirizelaia, ha asegurado que este comunicado de ETA es anterior a la propuesta que presentó Batasuna y que, por tanto, no responde a la situación actual.

El gerente de la Casa Vasca de Santiago, Yagoba Albillos, está de acuerdo con lo propuesto por Batasuna y cree que es una señal de un pronto fin a este conflicto, pero reconoce que los medios de comunicación no ayudan mucho. Asegura que la prensa española, y también parte de los medios presentes en el País Vasco, es muy combativa y manipuladora, y que este comunicado de ETA “se ha traído a colación con una idea perversa de perjudicar el proceso.”

Violencia por doquier

Todo vasco mayor de treinta años ha vivido bajo el terror de la presencia de Euskadi Ta Askatasuna, y la situación está lejos de ser distinta para las nuevas generaciones. Aunque el gobierno español promete estar cada vez más cerca del fin de esta organización, no se sabe cuán lejos o cerca está ETA de alzar la bandera blanca.

Pero a pesar de que hay un grupo (sobre todo los cercanos al Partido Popular) que viven bajo el terror de ETA. La sicóloga y profesora de lengua y cultura vasca, Iraia Saenz, aseguró que el temor a ETA no es un sentimiento extensivo. “No es que uno salga a la calle con el miedo a que te va estallar una bomba, aunque hay gente que vive con mucho temor y bajo amenazas. Pero no es general.”dijo la sicóloga a CTN.

Para unos, una banda terrorista a la cual hay que temer y que pone en riesgo la vida de cualquiera, medianamente cercano a la oposición independentista. Sin embargo, para otros es una organización política que ha optado por la vía armada. Las opiniones vascas están divididas. Amnistía Internacional ha condenado el actuar de esta organización, considerándolo una trasgresión hacia los principios humanitarios, igual de abominable que el de los gobiernos que violan los derechos humanos.

Albillos reconoce no temer en absoluto a ETA y sus atentados y afirma que en el mundo se tiene una visión errónea de ésta. “No es una organización armada, es una organización política, con discurso propio, con líneas de análisis particulares y que hace política todos los días en País Vasco, pero que practica la lucha armada“, explicó a CTN el abogado residente en Chile.

Desde finales de los sesenta este grupo político-armado ha cobrado la vida de más de 850 personas, de las cuales alrededor de 350 eran civiles. Pero la historia de ETA es mucho más larga. La organización armada vasca de liberación nacional nació en diciembre de 1958 de las Juventudes del Partido Nacionalista Vasco, en medio de la dictadura de Francisco Franco (1939 – 1975) cuya represión en la zona vasca llegó incluso al nivel de prohibir el idioma nativo: el Euskera. Muchos fueron detenidos por comunicarse en su propia lengua, por izar la bandera nacional o por mantener sus costumbres milenarias. Franco quería UNA sola España.

En esos tiempos de guerrilla el camino de las armas fue muy apoyado entre los vascos. Aunque los primeros años de ETA se caracterizaron por el impulso de jóvenes dedicados a preparar grupos de estudio y a dotarse de una ideología acorde con las nuevas coyunturas políticas, ya a finales de 1959 manifestaron la intención de abrir un frente armado de intervención política.

Las primeras bombas fueron colocadas en el Gobierno Civil de Gastéis (Vitoria), en el diario “Alerta de Santander” y en la comisaría de Policía en Indautxu. Los comienzos, como todo movimiento sujeto más a la necesidad que a la planificación, fueron desastrosos. No tanto por errores propios, sino porque en poco tiempo toda la organización fue desmantelada.

Los asesinatos selectivos de miembros o informantes del régimen franquista era el método usado por los etarras. Muchos jóvenes de las zonas francesas y españolas se unieron a la lucha. Pero una vez llegada la democracia, sus mecanismos fueron cuestionándose cada vez más sobre todo por la muerte de civiles inocentes en los atentados.

Sin embargo la considerable disminución del apoyo a ETA no significa que haya aumentado en el país Vasco un apoyo hacia las políticas españolas o que haya bajado el sentido patriótico de los vascos. Las innumerables violaciones a los derechos humanos, realizadas tanto en dictadura como en democracia, por agentes del Estado ha despertado el total repudio de la población vascoparlante.

Según informes de Amnistía Internacional se han detectado suicidios sospechosos de presos políticos, realizados en situaciones muy peculiares dentro de las cárceles españolas. Además no se ha respetado el derecho de los presos a estar en la cárcel más próxima al hogar, sino, por el contrario, sus familiares deben viajar en muchos casos cerca de mil kilómetros para verlos. Para el abogado Albillos, esta medida tomada por los gobiernos españoles y franceses es un castigo para los familiares de los presos que muchas veces no están implicados en los delitos de los cuales se acusa a sus parientes. “Lo que pretendían era derrotar la voluntad de los presos políticos de la organización a través del sufrimiento de sus familiares”, sostuvo Albillos.

Incluso en 1996, la represión de la ETA le costó al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) la pérdida de las elecciones por su vinculación con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Esta organización ilegal, de policías y mercenarios, era financiada con fondos públicos españoles y se dedicaba a llevar a una lucha constante con la organización vasca con muertes de uno y de otro lado.

Según Albillos, el conflicto vasco es una historia de violencia en donde las justificaciones sólo las designan los márgenes de la legalidad. Para él en la historia del ser humano casi todo se ha conseguido a través de la violencia: “en realidad en la historia moderna en definitiva no se condena la violencia, lo que se quiere es el monopolio de ella.”

El efecto etarra

Hoy, el País Vasco cuenta con más autonomía que cualquier otra región española. Tiene un parlamento propio, fuerzas policiales, administración de la educación e impuestos. Pero aún le faltan 23 competencias que el gobierno español no ha querido concederle. Entre estas autonomías están: la autodeterminación, administración de recursos económicos, de aduanas y puertos, y la constitución como estado independiente.

La separación significaría para el gobierno español una baja fuerte en sus ingresos ya que la economía del País Vasco es muy importante para el Estado. Además perdería el puerto de Bilbao, principal fuente de movimiento comercial.

Durante la dictadura de Franco se intentó arrasar con unas de las más antiguas culturas de Europa. La milenaria lengua y tradición vasca fue protegida en la clandestinidad y a través de la lucha de organizaciones armadas como ETA. Pero se vivían otros tiempos y circunstancias.

Ainara Madariaga, historiadora, es sobrina de un ex preso político, que estuvo encarcelado trece años. Asegura que en el País Vasco si bien hay muchas personas que viven con temor por ETA, ni ella ni sus conocidos lo sienten así. No justifica el actuar de la organización y cree que debería optar por el diálogo, ya que nada merece la muerte de otra persona. Sin embargo sostiene que la organización ”ha tenido su peso y su importancia, sobre todo durante la dictadura, en la cual al País Vasco se le dio un palo tras otro. Se prohibía hablar en euskera y había una política fuertísima de todo lo que fuese muestra de cultura vasca”, dijo a CTN.

ETA sin embargo no sólo significó una protección a la cultura vasca, sino que ha sido la organización más fuerte que se ha empeñado de forma radical y extrema en conseguir la independencia de la nación. Pero también ha provocado un estigmatización de los movimientos independentistas o nacionalistas de la izquierda abertzale. Albillos afirma que “muchas veces se mete todo en un conglomerado con la idea de herir a los movimientos u organizaciones políticas de la izquierda abertzale que coinciden en lo ideológico con ETA, pero que sin embargo no practican la lucha armada”. Agrega que la organización “no es lo más importante que tiene ahora mismo Euskal Herria ni ha sido lo único que ha tenido el País Vasco en su conflicto con los estados españoles y franceses a lo largo de tantos cientos de años.”

Y no sólo el estigma es algo con lo deben cargar los partidos y organizaciones de izquierda. La “peculiar” democracia de España permite cerrar medios de comunicación e ilegalizar partidos constituidos bajo la ley. Un ejemplo es el caso de Batasuna, Euskal Herritarrok y Herri Batasuna, que el 28 de marzo de 2003 fueron sacados del mapa político legal acusados de ser el frente político de ETA.

Iraia Saenz señaló que “no estamos hablando de una sociedad democrática, ya que se ilegalizan partidos políticos que tiene que ver con la izquierda nacionalista y se cierran periódicos, a los cuales se les vincula con ETA. Muchas veces todo lo que huele a vasco lo relacionan con ETA.” Opinión que comparte la historiadora vasca, quien considera que la ley de partidos es “desastrosa, ya que pueden ilegalizar a partidos constituidos democráticamente y que la gente vota. Es como si estuviéramos de nuevo en una dictadura y no en una democracia.”

El fin del conflicto

Sólo un hay un sentimiento que comparten los vascos: no quieren violencia. Y esto los demuestran cada vez que salen a las calles manifestando su repudio a estos métodos, pero también a la represión española y sus atentados a los derechos humanos. En palabras textuales de Albillos: “ETA practica una peculiar barbarie en un mundo de bárbaros.” A juicio del abogado a favor de ETA no está ni la propia organización. “Estoy convencido que la mayoría de los militantes de ETA no están satisfechos con la utilización de la violencia“, dijo.

El gobierno español asegura que tras la captura de la dirección de ETA, el pasado 3 de octubre en Francia, se desarticuló la cúpula de la organización. La detención de los líderes, Mikel Albizu (apodado “Mikel Antza”) y Soledad Iparraguirre (llamada “Anboto”) terminaría por tanto de desestabilizar a ETA y pondría fin a la lucha armada.

Para el historiador y cientista político Cristián Fuentes Vera, existe un rechazo muy fuerte a la ”organización terrorista de ETA”. Además vislumbra un pronto final tras la caída de su cúpula en Francia. “Intuyo que puede irse dando un proceso de relativa mayor autonomía para el País Vasco, lo que puede ser el resultado de diálogos sucesivos. Pero no me parece que de aquí a un plazo razonable pueda haber independencia para el País Vasco”, dijo el analista para CTN.

Cabe entonces esperar que Batasuna logre concretar su propuesta y que todo el proceso se realice de forma pacífica y democrática para así lograr una solución real del conflicto: que los vascos puedan decidir que quieren para ellos mismos. Y que por supuesto no mueran más personas, ni de uno ni de otro bando.


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