Inscripción automática y voto voluntario
¿Obligación
o motivación?
El 21 de mayo el presidente Ricardo Lagos manifestó
la intención de cambiar el actual sistema de elecciones por
uno de inscripción automática y voto voluntario. La
propuesta inmediatamente generó reacciones en los diferentes
sectores políticos y en todos los potenciales electores que
se verán mecánicamente inscritos en el nuevo padrón
electoral.
Habrá que ver si el nuevo proyecto,
que ya ha sido aplicado en toda Latinoamérica excepto Chile
y Colombia, incentiva realmente a la ciudadanía a votar u
obliga a todos los actuales no inscritos a participar en las elecciones.
Por
Makarena Estrella Pacheco y Nicole Pérez Tordoya
A meses del anuncio presidencial de cambiar el
sistema electoral, no son pocos los que sacan cálculos para
ver qué consecuencias reales traería el nuevo proyecto.
Y es que la suma de 2.4 millones de nuevos votantes preocupa a más
de alguno. Actualmente según la Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales (FLACSO) cerca del un 20% de chilenos en condiciones
de votar no está inscrito en los registros electorales y
si a eso se le suma el porcentaje de los que si lo están
pero no votan, un 31% de compatriotas en edad de sufragar no lo
está haciendo.
|
Sin embargo, no es llegar y lanzar un proyecto
que lleve a más personas a las urnas y convertirlas en simples
números, sino que hay que ver cual es la verdadera causa
de un padrón electoral que se caracteriza por su estancamiento.
Las razones de esta inercia parecen fundamentalmente dos: o el sistema
es demasiado burocrático y la no inscripción es parte
de la desidia típica del chileno o la ciudadanía no
tiene interés ni confianza en la clase política. Así,
no se sabe si el proyecto de ley que el gobierno pretende aplicar
en las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales
del 2005, generará una mayor motivación o convertirá
la participación política en una imposición
por parte del Estado.
Según Pablo Desbordes, presidente de las
Nuevas Generaciones de la Unión Demócrata Independiente
(UDI), la medida constituye una tremenda arbitrariedad del gobierno,
pues priva de libertad de acción a los chilenos en materia
política. Sin embargo, Blanca Palacios, jefa del departamento
de orgánica y padrones electorales del Servicio Electoral,
señala que aunque la inscripción pase a ser una disposición
de la ley, en la práctica los no votantes no sufrirán
sanción alguna si no se presentan a sufragar, por lo que
el voto sería voluntario aunque en teoría figure lo
contrario. Eso, si el proyecto se aprobara tal como lo propuso el
gobierno.
Y es que el tema de la obligatoriedad o no del
voto, es lo que en realidad, según Palacios traba el proyecto,
pues “no existe ningún problema técnico, operativo,
ni administrativo en que la inscripción sea automática”.
Sin embargo, es este punto el que ha generado mayor controversia,
pues la combinación inscripción automática
- voto obligatorio ha alzado la voz de quienes, al igual que Desbordes,
señalan que anularía la libertad individual de elegir
querer o no a votar.
Así, para el presidente de las nuevas generaciones
UDI, es incoherente que el voto voluntario se incluya dentro de
la misma propuesta de inscripción automática, pues
señala que son incompatibles entre sí, con fines distintos
y, por lo tanto, necesitan ser estudiadas individualmente.
Sin embargo, aún cuando el problema del
voto fuera resuelto, y si efectivamente es el trámite lo
que inhibe la participación de los chilenos, todavía
habría cuestiones que frenan la aceptación del proyecto
en todos los estratos políticos. La inscripción automática
necesita de datos actualizados constantemente, para que el padrón
cuente con la información certera sobre el domicilio electoral
de cada votante. No obstante, el domicilio estipulado para cada
elector tiene como base de datos el Registro Civil, por lo que los
más catastrofistas auguran un escenario aún más
burocrático para cambiar el lugar de votación.
Pero según Palacios, la cosa no va a cambiar
demasiado. Para la funcionaria del Servicio Electoral, los cambios
de domicilio se producen constantemente y el nuevo sistema no produciría
mayores inconvenientes: “la gente que se quiere cambiar lo
va a hacer siempre y la única manera de hacerlo es de forma
voluntaria. No puede ser automático, pues el servicio no
puede adivinar donde quiere votar cada persona”. Según
Palacios, Chile está preparado tecnológicamente para
responder a las necesidades de un método de inscripción
como este.
Sin embargo, Desbordes señala que el proyecto
sólo constituye una suerte de manipulación del gobierno
y es mejor dejarlo como está, pues aparte de ser engorroso
no resuelve el problema de apatía política ni tampoco
trae ningún beneficio para el país.
Pero en realidad, no es el tema burocrático
lo que más les preocupa a los sectores políticos,
sino que lo que los tiene con calculadora en la mano es cómo
se comportará toda esta masa de nuevos electores que serán
incluidos en el sistema.
No existen cifras ni estudios oficiales respecto
de qué inclinación tendrán los nuevos votantes.
Por lo tanto, de aprobarse el proyecto habrá un escenario
que para algunos sectores del Congreso representa una amenaza al
status quo, tanto por los que no sufragarían si el voto fuera
voluntario, como por los más de 2 millones de electores que
la inscripción automática y voto obligatorio traería
a las urnas.
Sin embargo, no es para alarmarse, pues, según
Palacios, el universo electoral se mantendría más
o menos estable, ya que si se aprobara el voto voluntario los que
iban a votar obligados no irían y los que quieren votar pero
no se inscribían por el trámite tomarían su
lugar. De esta manera, unos electores se reemplazan por otros y
los votantes serían más o menos la misma cantidad.
La gran incertidumbre: los jóvenes
Sin duda entre los no inscritos la mayor incerteza la constituyen
los jóvenes. Por eso no es raro que tratar de captar su atención
sea una tarea que se han propuesto los partidos políticos.
De esta forma, más que cambiar el actual sistema de votación,
para Pablo Desbordes, es necesario motivar a la masa juvenil. Esto,
porque según él, el sistema de votación que
se tiene actualmente no es un impedimento para la participación
de los jóvenes, sólo hay que modificar ciertos puntos
que les impiden ir a inscribirse. Con este fin la UDI propuso al
gobierno la idea de inscripción por Internet, cambios de
horarios en los servicios electorales y la creación de móviles
de inscripción que fueran a las universidades. Según
Desbordes la propuesta no fue escuchada.
Pero ¿los jóvenes quieren participar
en política?. Eugenio Ravinet, director del Instituto de
la Nacional de la Juventud (INJUV), indocó que, al contrario
de lo que cree Desbordes, a los jóvenes sí les interesa
la política y están dispuestos a inscribirse en los
registros si el trámite fuera menos tedioso y si existiese
mayor información. Además, según estudios del
instituto, más de un 90% de los jóvenes está
de acuerdo con un sistema electoral que no obligue la votación.
De esta manera, sostuvo que “aunque la inscripción
automática no resuelve el tema de la participación
crea condiciones para una mayor competencia y amplitud del debate,
mejorando la calidad de la política. Además de generar
incertidumbre y por lo tanto incrementar la agenda del candidato”.
Sin embargo, este es otro punto de controversia.
Según Desbordes, es lamentable que los candidatos se preocupen
de los jóvenes sólo ahora que podrían inclinar
la balanza para uno u otro lado. Considera que la propuesta que
pretende cambiar el sistema de votación es una estrategia
del gobierno para ganar adeptos en las próximas presidenciales.
Así, entre tanta diferencia entre el gobierno
y la oposición lo único que está claro para
todos es que de alguna forma hay que combatir la apatía política
tanto de jóvenes como de adultos, que cada vez sienten un
mayor desencanto hacía la política. Frente a esta
creciente sensación no hay inscripción automática
ni voto voluntario que valga.
Por esta razón, es necesario que se expanda
el debate con miras a atacar el problema de fondo y no tratar a
los electores como números que adherir a las filas de los
partidos.
Sitios relacionados
Instituto Nacional de la Juventud
Servicio Eletoral
Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales
Diario
de la Sociedad Civil
|