Cumbre APEC y Foro Social Chileno:
La gruesa línea que
separa economía y sociedad
Este año el turno es de Chile. En el
mes de noviembre, veinte jefes de estado, representantes de las
“economías miembros” del Foro de Cooperación
Asia Pacífico (APEC), se darán cita en Santiago. En
la misma fecha, el primer Foro Social Chileno congregara a más
de 130 organizaciones sociales, que buscan consignar en esta experiencia,
la distancia que separa a la ciudadanía de los proyectos
neoliberales. Con un despliegue de seguridad digno de una cinta
de James Bond, el Gobierno pretende garantizar el éxito de
la convocatoria y el resguardo de la concurrencia.
Por
Antonella Galarce Denninger
El Foro de Cooperación Asia Pacífico
(en sus siglas en inglés, APEC) nace en 1989 como respuesta
a la política multilateral y la interdependencia de las economías
del bloque norasiático, consideradas las de mayor dinamismo
en el mundo.
Transformado en un indispensable vehículo
regional para promover el comercio abierto y la cooperación
práctica entre economías, APEC cuenta con 21 integrantes
denominados "economías miembros", que en conjunto
representan más de 2,500 millones de personas, un PIB total
de 19 billones de dólares, y un 47% del comercio mundial.
Un dato importante es que, hasta el momento, APEC
es la única agrupación intergubernamental relevante
que funciona sobre la base de compromisos no vinculantes. A diferencia
de otros cuerpos multilaterales de comercio, APEC no contiene obligaciones
para sus integrantes. Las decisiones adoptadas son por consenso
y los compromisos, voluntarios.
Sin embargo, en el último tiempo, el foro
ha cedido lugar a los “pathfinders”, iniciativas plurilaterales
que podrían tener carácter vinculante, en miras a
las llamadas “Metas de Bogor” (que establecen como plazo
el año 2010, para consolidar un comercio e inversión
completamente libres entre las economías industrializadas
y el 2020 para las economías en desarrollo).
Los “pathfinders” se han constituido
como forma de asegurar la consolidación de APEC como gran
mercado abierto a las naciones miembros, sin tarifas arancelarias.
Hernán Somerville, uno de los representantes chilenos del
Consejo Asesor de Negocios (ABAC) expresa en una entrevista para
el semanario El Periodista su temor frente al debilitamiento del
Foro de Cooperación económica, fragilidad condicionada
por la multiplicidad de acuerdos bilaterales, siendo APEC una instancia
para convenios multilaterales, entre todos los países miembros.
“(APEC) va a perder relevancia. Se va a transformar
en un encuentro de jefes de estado (...) va a perder su relevancia
en la medida en que se profundicen los bilaterales”, según
Somerville.
El “doble estándar”
de la globalización
Para entender el proceso que da el puntapié
inicial a organizaciones como APEC, es necesario comprender los
orígenes de la problemática economía actual.
Remontémonos a la década de los ’80. El sistema
financiero mundial atraviesa por una crisis profunda y estructural.
Los perspicaces economistas estadounidenses de la “Escuela
de Chicago” detectan el problema y deciden construir una solución
que permita eliminar por completo las deficiencias del sistema.
En conversación con CTN, el sociólogo
Francisco Coloane, explica que esta nueva clase de liberalismo propone
la expansión económica como plataforma para desahogar
la economía: “La expansión económica
en base a la expansión del capital significa que se generen
mayores oportunidades, tanto de producción como de flujo
financiero”.
Por una parte, Estados Unidos realiza una drástica
reducción de los impuestos para aumentar el consumo y reduce
las tasas de interés para que la gente común y los
empresarios puedan acceder a créditos. El otro componente
de esta revolución económica, a nivel mundial, es
la liberalización de los mercados. Según Coloane:
“Esto significa quitar las barreras arancelarias, las barreras
del flujo de mercancías y eliminar una serie de limitantes
que existen para el comercio internacional”.
Y ahí tenemos, entonces, el origen de las
zonas y tratados de libre comercio. Este modelo es reproducido por
APEC, que posee características similares al NAFTA (sigla
en ingles para el Acuerdo de Libre Comercio de América del
Norte), por ejemplo.
La internacionalización de la economía
trae consigo la globalización, que, en su acepción
moderna, se gestó en el proceso de expansión de ciertas
empresas comerciales. Según Coloane, el objetivo de estas
corporaciones es “integrar la actividad económica mundial,
como forma de maximizar las oportunidades y condiciones para la
obtención de utilidades a nivel global”.
La globalización apunta a desarrollar un
mercado único planificado, donde los aspectos económicos
han sido planificados, pero muchos otros – especialmente los
que se relacionan con la sociedad civil – se han dejado al
azar, inconclusos e incumplidos.
“Es inobjetable pensar que mientras el mundo
se globaliza fluidamente afilando los instrumentos internacionales
que más facilitan la integración comercial y económica,
la globalización se estanca en otras áreas. Los acuerdos
de las Cumbres de Medio Ambiente de Río de Janeiro en 1992,
la Cumbre Social de Copenhague, difícilmente están
siendo implementados y el eco de las organizaciones civiles y no
gubernamentales que reclaman la realización de los acuerdos
logrados entre los países se hace generalizado”, apunta
Coloane.
De la protesta a la propuesta
El “eco” chileno no se ha hecho esperar.
Con motivo, y en oposición a la Cumbre APEC, el movimiento
ciudadano ATTAC (Asociación por la Tasación de las
Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana), coordina
el primer Foro Social Chileno, heredero de los Foros Sociales Mundiales
(el último realizado en Porto Alegre en el 2003), instancias
de discusión de propuestas alternativas a la globalización
neoliberal.
En una entrevista para CTN, Libio Pérez,
periodista y miembro de ATTAC, señala que “El aspecto
más interesante de todos estos movimientos de protesta tiene
un punto de inflexión con motivo del Foro Social Mundial
en Porto Alegre en el 2001, donde se produce un corte entre la necesidad
de pasar de la protesta a la propuesta. Es decir, a todos nos molesta
este sistema, la asimetría que hay en las relaciones internacionales,
las transnacionales no tienen fronteras... el punto es cómo
asumimos ese problema”
En el caso de Chile, este encuentro significa una
convergencia de movimientos y organizaciones sociales, desvinculados
del poder político. Según la declaración conjunta
del foro Social Chile, el objetivo fundamental de este evento es
“Inaugurar un proceso de diálogo, intercambio, discusiones
y articulación para pensar, trabajar, empujar, pelear, educar,
crear y lograr un país más justo, más sustentable
y democrático”.
El Foro Social criollo debe su coyuntura a un cierto
cambio en el estado de ánimo del alicaído movimiento
social chileno. Según Pérez, el Foro encuentra sus
antecedentes más inmediatos en algunos hitos que marcaron
la contingencia nacional durante el año pasado: el multitudinario
repudio a la invasión de Irak por tropas estadounidenses,
que produjo una conciencia anti bélica generalizada; el Paro
Nacional de agosto, convocado por la Central Unitaria de Trabajadores
(CUT), que puso en evidencia la capacidad que aún posee el
movimiento sindical de representar a un amplio sector de la sociedad;
y la conmemoración de los 30 años del golpe de Estado,
una ocasión para recordar el legítimo derecho de la
ciudadanía a plantear mayorías y producir transformaciones.
Todos estos elementos permiten generar “un
estado de situación dentro de movimientos y organizaciones
sociales para producir este encuentro. Vemos que hay posibilidades
de hacer algo distinto, de relacionarnos de una manera distinta”,
apunta Pérez.
Más allá de esta convergencia, la
señal de repudio a la cumbre APEC es clara. Sara Larraín,
directora del programa Chile Sustentable, señala en un artículo
publicado en julio de este año en Le Monde Diplomatique que:
“la APEC se ha centrado en buscar oportunidades de negocios
para sus asociados, beneficiando a grandes empresas nacionales y
transnacionales con capacidad de exportar en gran escala, o a aquellas
que desean acceder a recursos naturales más baratos, o relocalizar
sus inversiones y procesos productivos hacia aquellos países
que tienen menos exigencias laborales y ambientales”.
Para Larraín, el hermetismo en torno a las
discusiones generadas en las reuniones preparatorias de la Cumbre
APEC es, a lo menos, sospechoso: “Aunque el gobierno dice
que la agenda de reuniones está en la página web de
APEC, y allí ciertamente están las fechas y las ciudades
de cada evento, nadie sabe lo que se negocia, y finalmente el país
sede de la Cumbre más bien parece un accidente geográfico
de un proceso que pasa por sobre las naciones y sus poblaciones”.
El encuentro de APEC puede comportar gran utilidad
para el sector financiero o privado. Parte importante de la propia
organización es el Consejo Asesor de Negocios, mas conocido
bajo su sigla en inglés ABAC, conformado por tres altos ejecutivos
empresariales de cada país. La trilogía chilena está
integrada por Hernan Somerville, presidente de la Asociación
de Bancos e Instituciones Financieras, Andrónico Luksic,
vicepresidente del Banco de Chile; y Juan Villarzú, presidente
ejecutivo de Codelco.
Pero, además, el principal provecho de la
cumbre APEC en Chile es aquel relacionado con factores políticos.
Según Coloane: “Las razones históricas de por
qué Chile esta involucrado en organizar esta conferencia
son eminentemente políticas, y se vinculan a una apertura
de esta parte del hemisferio sur al bloque asiático. En la
práctica, la cumbre APEC en Chile es plataforma, protagonismo
político, significa una mayor posibilidad de asociación
y facilidades de importación y exportación, es como
un aceite que facilita el flujo”.
Como contrapartido a la cumbre, se dará
inicio al Foro Social Chileno con una marcha que espera ser multitudinaria,
el día 19 de noviembre. Los días 20 y 21 se realizaran
actividades simultaneas: seminarios, debates, paneles, conferencias,
ferias ciudadanas, ferias artísticas y muestras culturales.
Seguridad ante todo
Sin duda, Chile se ha tomado bien en serio
aquello de la lucha anti terrorista. En un escenario internacional,
en el cual las medidas para enfrentar el terrorismo y garantizar
la seguridad de los territorios y la población parecen
de implementación obligatoria, nuestro país
ha optado por aprovechar la instancia de la APEC y utilizar
eventuales fuentes de financiamiento y flexibilidad para concretar
medidas en este aspecto.
El trabajo de coordinación en temas
de seguridad se viene efectuando desde fines del año
2003. Para ello, algunos equipos del Ministerio del Interior
y de Carabineros estuvieron en la anterior Cumbre de Tailandia,
para verificar en terreno la labor de sus pares asiáticos
y establecer los primeros contactos con los equipos de seguridad
de las delegaciones que vendrían a Chile. Vías
de desplazamiento, lugares de alojamiento, centros de eventos
y los sistemas de seguridad que se implementarán, han
sido el campo de acción de la Plana Mayor Especial
de la Cumbre APEC, que tendrá su prueba de fuego entre
el 10 y el 22 de noviembre.
El Ministerio del Interior, Carabineros e Investigaciones
serán los encargados de la coordinación, con
el objeto de evitar cualquier hecho que pueda poner en peligro
a los visitantes. (En este punto, si usted pertenece a algún
tipo de guerrilla urbana, ponga atención). Como ente
asesor, está el Estado Mayor de la Defensa Nacional,
cuya misión es otorgar la información de inteligencia
que poseen las Fuerzas Armadas sobre eventuales riesgos. La
Dirección de Seguridad e Información, DISPI,
proporcionará los datos referentes a personas o movimientos
que requieren ser controlados para la seguridad del evento.
Investigaciones estará a cargo del tema migratorio,
labores de inteligencia y de protección específica
de algunas personalidades. La Fuerza Aérea tendrá
a su cargo la seguridad del espacio aéreo, de los aeropuertos
y aviones que ingresen y estén en Chile durante la
Cumbre. Cada una de estas instituciones ha nombrado oficiales
coordinadores y puestos de mando, que estarán activos
durante la realización de la Cumbre de líderes
de la APEC.
La seguridad del evento implica una enorme responsabilidad
como país, lo que ha significado disponer de recursos
humanos y financieros – superior a los 10 millones de
dólares – para lograr el objetivo de ser país
anfitrión.
“Seguridad ante todo”, parece ser el lema de la
próxima cumbre de líderes de la APEC, aunque
ello signifique otorgar un día feriado a los habitantes
de Santiago, sin discusiones parlamentarias ni reclamos por
supuestas pérdidas a la productividad del país.
Tener a Putin, Bush y demás líderes de APEC
plenamente sanos y salvos, bien vale perder algunas decenas
de millones de dólares. Cosas de la economía.
Fuente: agencia de información
Fray Tito para América Latina (ADITAL)
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