El Resplandor del Cine de Comic

Por Tobías Palma


Hay que remitificar el comic. Olvidar el arquetipo adolescente de fanático con la cara llena de espinillas. Releer las historias de superhéroes que creíamos solo trataban de unos hombres en malla salvando el mundo una y otra vez.

¡Y ahora tenemos el cine para verlos renacer! Después de las añejas películas y series de televisión de los ochenta (o antes, recordando a un Batman muy a-go-go) por fin los amantes del comic podemos ver en la pantalla grande todo el drama de Bruce Wayne, enfrentándose a sí mismo lleno de miedo y rabia. Por fin, en Batman Inicia se hace patente algo que los lectores del hombre murciélago sabíamos hace años: Batman odía, tiene miedo y no es totalmente bueno. Incluso roza la frontera del mal y no es el héroe arquetípico bueno bueno bueno.

"Batman Inicia" es el mejor retrato de la naturaleza de la historieta que se ha llevado a la pantalla grande. Sin desmerecer las versiones del director Tim Burton. Pero detrás de esta película hay mucho más que ver. Hay un renacimiento del Cine de Comic, casi olvidado en los noventas y nunca muy bien logrado. Hay una estética que seguir y una narrativa que es necesario estimar como se lo merece. Si todos amamos Kill Bill, entonces todos amamos las historias de comic.

Y no es solo estética. Se trata de historias donde los superhéroes son súper, no por sus asombrosos poderes, sino porque son muy humanos, y llevan esa humanidad al siguiente nivel, donde la voluntad te hace súper humano . Por eso Superman es un extraterrestre, recuérdenlo.

Los comics cuentan historias sobre nosotros mismos. No son casualidad los colores de Superman o el sentimiento patriótico de Capitán América. Son narraciones que reflejan periodos, países realidades y personas. Pero gracias al prejuicio malicioso de la elite intelectual, son vistos solo como entretención para adolescentes ociosos. Recordemos que Umberto Eco es un gran admirador del comic y amigo cercano de Hugo Pratt, mientras que Fellini se codeaba con Mila Manara. Y solo ahora podemos ver un resplandor de eso en el cine, el arte de las masas.

De acuerdo, hemos visto más de un bodrio basado en superhéroes, pero Hollywood ya no comete el error de pensar en ello solo como historias entretenidas. En Spider-Man conocimos al Peter Parker del comic, aquel cuya vida era un desastre, y que al convertirse en héroe es un desastre aún mayor. La saga de X-Men refleja la terrible paradoja de los héroes que salvan el mundo pero son odiados a pesar de sus esfuerzos. Podemos ver a uno de los personajes más populares entre los lectores, Wolwerine, envuelto en todos los conflictos éticos que lo han atado por años en las historietas.

Ya no se trata de ver películas en las que el superhéroe de turno combate al villano del momento en un alarde de facultades. Se trata de llevar a la pantalla lo que los lectores hemos estado viendo por años. Y siempre temíamos a los estrenos, porque no sabíamos que habían hecho con nuestras historias favoritas.

Vimos el desastre de Constantine, basada en el comic más popular del Reino Unido, Hellblazer, protagonizado por uno de los personajes más despreciables y carismáticos de las viñetas: John Constantine. Una lamentable adaptación para adolescentes de un comic para adultos.

Hay millones de casos: From Hell, La liga extraordinaria, por poner ejemplos. Dos historias notables de Alan Moore, uno de los guionistas de comics más prestigiosos del mundo, destrozadas en la gran pantalla.

Pero eso está cambiando. Si bien todos tememos el próximo estreno de Los 4 Fantásticos , no pudimos creer a nuestros ojos cuando vimos la sinopsis de Sin City, del notable Frank Millar, donde los personajes se movían y veían como en viñetas.