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(Fuente: www.cybersquash.com)
La carrera por la cultura deportiva

En sus marcas... listos...¡Fuera!

El 2001 el deporte chileno ganó una nueva ley que prometía fomentar y desarrollar la actividad deportiva para todos los estratos de la sociedad.

La meta era lograr una cultura del deporte en Chile. Sin embargo, a cuatro años de la partida, todavía no hemos llegado ni a la mitad de la carrera.


Por Stephanie Cobo y Daniela Torán


A la hora de hablar de deporte en Chile, muchos se juzgan de inexpertos. Como si el quehacer deportivo en el país solo fuese tema de entendidos y de aquellos que lo practican. Así se puede al hablar con el vicepresidente del Comité Olímpico de Chile, Carlos Pisani, quien explicó a CTN que los medios de comunicación masivos desconocen de los entretelones que día a día se viven con entusiasmo al interior del COCH.

Sucede entonces, que cuando se pretende visualizar, más o menos, el panorama deportivo, te complicas en describir el sinnúmero de federaciones deportivas existentes a lo largo del territorio nacional y las situaciones de carácter fraudulento. Por tanto, terminas en una conclusión sumamente confusa y escribiendo de cualquier asunto, menos de lo que atañe directamente a la labor deportiva en la sociedad chilena. No obstante, el desafío es acertar a lo trascendente.

Sería muy de cuenta cuentos comenzar diciendo "Érase una vez" o "Hace mucho tiempo", cuando realmente se trata de una narración en tiempo presente. La historia que a continuación se narra, trata de tres atletas que corren una maratón. La meta, alcanzar una creciente y efectiva cultura deportiva en Chile. Se partirá por decir que dos de ellos, el deportista llamado Comité Olímpico de Chile (COCH) y el atleta llamado Chiledeportes, son hijos de un mismo padre. Su nombre: don Estado de Chile. Sin embargo, desde que lo recuerdan, han corrido separados, cada uno por su carril. Carlos Pisani, explica que la relación existente entre Chiledeportes y el COCH es la de “dos padres separados, donde las federaciones vienen a ser los hijos que se dirigen de aquí para allá, tratando de coger la tajada de uno y del otro. Hay cosas muy de protocolo, nos abrazamos, pero de ahí a entrar a cortar el queque...”

¡¡¡Partieron...!!!

Comienza la carrera hacia la construcción de una mentalidad deportiva en nuestro país, la cual a vista de muchos de los que desempeñan algún tipo de deporte, va en descenso con el correr de los años.

Se tiene por ejemplo, que la mayoría de las universidades estatales, como fue el caso de la Universidad de Chile, contemplaban entre sus electivos la práctica constante de cualquier deporte, medida que hoy ha quedado en desuso y, por ende, abolida y sólo corresponde a una actividad extra programática menor.

A pesar de esto, la maratón sigue su curso. Es perentorio alcanzar la meta. Chiledeportes comienza con gran velocidad, pero a no mucho andar, y casi pisándole los talones, COCH logra igualarse. Ante tal nerviosismo e inseguridad, nuestros atletas observan las tribunas del público, esperando verlas repletas por el pueblo de Chile, pero nada. No hay nadie. Salvo papá Estado que a ratos viene a observarles detenidamente.

Chile posee un deporte muy mendicante, que debe por tanto, recurrir únicamente al gobierno, para poder mantenerse en función. Gran diferencia, si contrastamos lo que ocurre en Argentina con la cuestión deportiva, donde “es la misma población la que sostiene a los clubes porque se sienten involucrados con el quehacer deportivo” concluye Pisani.

Pero...¿Cómo se administran los recursos del Estado, es decir, de todos los chilenos, para el desarrollo del deporte en nuestro país? Es importante saber con qué criterios se entregan recursos a las instituciones solicitantes de fondos. De igual forma debería importar qué se hace con los recursos y si efectivamente están orientados al desarrollo profundo de una cultura deportiva.

La esperada ley del deporte, tramitada por años y finalmente promulgada el 22 de enero del 2001, promete mayor desarrollo de la actividad deportiva y fomenta la actividad física para mejorar la calidad de vida de los chilenos. Sin embargo, la gran mayoría de instituciones deportivas que presentan un proyecto a Chiledeportes se encuentran con que, una vez más, no fueron financiados por “no calificar” y luego comprobar en el sitio Web de Chiledeportes que no mas de cinco o seis instituciones se llevan alrededor del 50% de los fondos al ser favorecidas con proyectos clonados “calzando con la ley” y favoreciendo intereses privados.

Es así como han transcurrido los primeros años con la nueva ley del deporte, en que instituciones con enormes recursos económicos, no precisamente clubes de barrio que pretenden contribuir de verdad al deporte, han ido entendiendo que también ellas pueden beneficiarse de esta ley, ya que, después de cualquier auditoria, se concluye que todo fue legal.

(Fuente: CTN)
Esta ley no ha sido capaz de abordar temas como el sedentarismo y la obesidad en Chile, tampoco promueve, ni siquiera sutilmente, la actividad física en nuestro sistema escolar. “Tampoco ha tenido incidencia en logros deportivos significativos en el alto rendimiento”, sentencia para CTN el periodista deportivo Aldo Schiappacasse. Todos los chilenos saben que el esfuerzo fundamental es de los propios atletas y sus familias. “En Chile no tenemos una cultura ni familiar ni deportiva como para que las niñas a los 14 años tomen decisiones que son particularmente duras en torno a su futuro. Si el papá de Serena y Venus Williams, hubiera querido que sus hijas tuvieran una vida normal, no serian lo que son ahora”, expone Schiappacase. Recordemos también que el apoyo de privados, en la mayoría de los casos, aparece cuando se está en presencia de “sandías caladas”.

En síntesis, las organizaciones gubernamentales para el desarrollo del deporte han estado ausentes en los últimos cuatro años y lejos de la meta para impulsar una cultura deportiva en nuestra sociedad.

¡Ah! Pero no piensen que se ha olvidado de nombrar al tercer deportista. No es que sea menos importante que los dos anteriores, no, no es eso. Sólo resulta que se trata de un atleta de calidad regular, pues siempre le sigue los pasos a los dos anteriores. Para muchos es conocido como el deportista mediático. Es el chismoso, él que siempre da su visión sesgada sobre el deporte chileno en juego. Se ha rumoreado que prefiere el escándalo ante de resaltar lo positivo en el deporte nacional. Así que no es muy querido por el círculo de deportistas, ya que se le atribuye a él la baja de interés del público chileno en relación a la faena deportiva.

Vuelta nuevamente a la carrera. COCH que hace un rato aventajaba por un pelo a Chiledeportes, se ha ubicado como primerísimo en la maratón. Pero ¡oh, oh! ¡cuidado! El participante que iba a la cabeza de la competencia, tropieza y, otra vez tropieza, con la malversación de fondos, hasta que cae directo de bruces al suelo de la corrupción. Qué lastima, esto es un retroceso para el deporte en Chile.

Y es que la imagen del COCH se ha visto fuertemente dañada, ya que “los últimos siete presidentes de éste, han salido en medio de acusaciones de irregularidades y malversación de fondos, lo que claramente inhabilita al COCH a poder aspirar a un cargo en el Comité Olímpico Internacional” sentencia Schiappacase. Y agrega: “En Chile es fácil encontrar corrupción porque no existen políticas adecuadas a nivel de gobierno para la discusión del deporte. Como hasta ahora se estima que el deporte requiere de financiamiento estatal para su desarrollo y si ese financiamiento estatal no tiene un destino claro, esas platas se las han robado o a nivel de gobierno o a nivel de federaciones. Por lo tanto ha sido una eterna repartija de plata la que ha habido los últimos años desde que hay recursos disponibles”.

Pisani difiere de esta mirada, aludiendo que toda circunstancia de dudosa ingerencia es el resultado de un proceso por el que hay que pasar. Considera, además, que se debe ser más generoso al momento de enjuiciar los delitos que se comenten al interior de las diversas federaciones. Justificando que no se debe nunca generalizar el tropiezo de uno a todo lo que constituye el quehacer deportivo.

Luego de cuatro auditorias externas, y en conjunto con la comisión fiscalizadora que trató el último caso de corrupción en el COCH, más conocido como el caso de Fernando Eitel, donde el ex timonel de la institución salió de la presidencia en septiembre de 2004, con una sanción que le prohíbe ejercer para siempre un cargo directivo. Esto a causa de la adulteración de boletas que realizó tras su viaje a los Juegos de Atenas.

Es así como el deportista corrupto se levanta lentamente otra vez para seguir su carrera. No obstante, la meta por alcanzar una cultura deportiva en Chile se ve aún demasiado lejos. Pareciera que solo nos queda apoyarlos y echarles porras para que, ojalá muy pronto, la meta sea alcanzada.


Sitios Relacionados:

Comité Olimpico de Chile (COCH)

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