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(Fuente:
www.diariomayor.cl
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Buscando
culpables en vez de soluciones:
Evaluación docente, entre la salvación
y el castigo
Mientras
el Gobierno se afana intentando descubrir la raíz de
la mala educación en los maestros, ellos le dan vuelta
la jugada y salen victoriosos.
A su vez, se forja también en los pedagogos un debate
que pone en jaque principios y objetivos de los profesores.
Por Eugenia Astorga T. y Juan Andrés Lizama A.
La educación, un derecho. La consigna nunca pasa de
moda, así como tampoco los problemas que acarrea, debido
al contexto económico en el que se enmarca, y que en
Chile aún no tienen solución.
Los gobiernos de la Concertación que han intentado
cambiar el rumbo de las cosas, no lo han logrado de manera
satisfactoria, pese a las diversas reformas que se han venido
instaurando durante los últimos años, sobre
todo en el sector público, que es el más cuestionado.
Es así como, en época de elecciones, siempre
aparecen las mismas promesas: disminuir la delincuencia, controlar
la cesantía, optimizar los servicios de salud y, por
supuesto, mejorar la calidad de la educación.
Entre los múltiples planes de los gobiernos de la Concertación,
el que más destaca es la reforma educacional que consiste,
entre otras cosas, en la implementación de la jornada
escolar completa, que aún no ha logrado instaurarse
a cabalidad; doce años de escolaridad obligatoria y
gratuita (enseñanza básica y media); programas
de alfabetización con distintas metodologías,
incluso virtuales, acorde a los nuevos tiempos; y la evaluación
docente que pretende medir el desempeño de los profesores
de establecimientos municipales.
Sin duda, si bien los esfuerzos del gobierno son infructuosos,
por lo menos han puesto en carpeta la discusión que
sirve de pie para demostrar las reales falencias del sistema
educacional. Desde esta mirada, el Colegio de Profesores ha
tomado una de las herramientas del gobierno, la evaluación
docente, y la transformó en un mecanismo que le sirve
para, por lo menos desde su visión, explicar cuáles
son las reales falencias a corregir.
De esta forma, invierten la mirada de la opinión pública,
que ya no está en los profesores, sino que nuevamente
en el gobierno como real responsable de emitir soluciones,
que por el momento no dependen de la labor docente, sino que
al parecer del capital educacional de los alumnos y, por lo
tanto, de las diferencias sociales.
El
escudo protector de los maestros
La
Ley de Estatuto Docente, que regula la actividad, fue establecida
a principios de los noventa y en ella se estipuló la
necesidad de constituir un mecanismo de evaluación
al desempeño de los profesores de enseñanza
básica y media de establecimientos municipales. Es
por esto que en 1997 el gremio de los profesores se comprometió
ante autoridades gubernamentales a trabajar en un sistema
de evaluación que fuera formativo y no punitivo, como
era la propuesta original del Ministerio de Educación.
Después
de un trabajo de años se llegó al acuerdo de
llevar a cabo el actual sistema, que contempla una auto evaluación,
consistente en un portafolio en donde el maestro expone su
metodología de enseñanza, una entrevista de
un evaluador par y un informe de terceros.
Los
resultados obtenidos podrán ser: destacado, competente,
básico e insatisfactorio. Para los profesores que resulten
evaluados en las dos últimas categorías, existen
distintas posibilidades con el fin de que superen sus falencias.
En los casos más extremos se contemplan capacitaciones
gratuitas que obligarán al profesor a dedicarse durante
un año exclusivamente a estudiar sin perder su sueldo.
En
entrevista con CTN, Darío Vásquez, director
nacional del Colegio de Profesores, aseguró que: “Estamos
seguros de que la evaluación será exitosa, y
por lo mismo será la gran defensa del profesorado chileno,
porque siempre hemos afirmado que los problemas de la educación
no están en los profesores, sino en otros factores,
como la cantidad de alumnos por aula, las horas de clases,
los sueldos de los profesores y las desigualdades sociales.
Con esto el gobierno se dará cuenta de que no nos pueden
recriminar nada a nosotros”.
Quiebre
en el Gremio
A pesar de que esta opción se presenta como la gran
salvación de los pedagogos frente a las críticas
y falencias de la enseñanza escolar, hay una fracción
de maestros que se opone a esta medida.
Sus argumentos son principalmente en contra de que exista
una “evaluación en las actuales circunstancias,
es decir, sin una carrera profesional, con profesores trabajando
en pésimas condiciones económicas y laborales,
con diversas enfermedades propias del trabajo que desempeñamos
y sobre las cuales no se legisla y nadie se hace cargo”,
tal como se expresa en la página web del gremio metropolitano,
que es el que encabeza la oposición al mentado proceso.
En este marco, la evaluación docente es uno de los
temas que más controversia trae desde hace dos años,
cuando se efectuó por primera vez. Pero la discusión
y debate que se formó en el Colegio de Profesores no
sólo no se extinguió, sino que tomó nuevos
bríos y nuevas temáticas, para algunos,como
consecuencia del problema de la calidad laboral del docente,
y para otros como en una movida política dentro del
mismo gremio.
En su conversación con CTN, Vásquez asegura
que este conflicto no tiene nada que ver con la evaluación
docente propiamente tal: “La evaluación hoy en
día es un problema político, no técnico.
Ni siquiera un problema ideológico. Porque hay una
decisión de un grupo opositor a los dirigentes del
gremio de tomar como su caballo de batalla la evaluación,
con el fin de ganar puestos de poder en el interior del gremio
de los profesores, que es el más importante del país”.
El Colegio Metropolitano de Profesores, que se opone a la
evaluación, afirma por su parte que hay muchos puntos
de la mentada evaluación que no son satisfactorios,
y que están lejos de ser un problema político.
“Jorge Pavez (presidente del Colegio de Profesores)
y sus seguidores están intentando bajarle el perfil
a los problemas de una evaluación mal negociada, y
se excusan con que es un tema de poder político”,
afirmó para CTN el dirigente del Colegio Metropolitano
de Profesores.
Esquivando
respuestas
La
evaluación docente remite una vez más a una
situación en donde de a poco se han ido descartando
responsables de la insuficiente calidad de la educación.
Como de costumbre, en las políticas gubernamentales
chilenas se juega a encontrar culpables y no soluciones, y
este caso no es una excepción.
Finalmente, lo único que queda demostrado es que el
problema hay que atacarlo de otra forma. Al parecer la solución
definitivamente no es hacer más esfuerzos directamente
en educación, sino en equilibrar el capital de instrucción
de los menores. Es decir, atacar las diferencias sociales
que determinan las conductas de aprendizaje posteriores.
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