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Exposiciones internacionales en Chile
¡Gracias, Onfray!

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Cultura
(Fuente: C. Navarro)
Exposiciones internacionales en Chile

¡Gracias, Onfray!

La cultura ha estado muy presente durante este año. Lamentablemente, no ha sido por sí misma, sino por hechos como el robo de la escultura de Rodin y los graffitis en Perú.

La exposición de Dalí, una de las más publicitadas, deja en el aire la duda de si Chile está realmente preparado para actividades como ésta.


Por Melissa Amaro y Stephanie Cobo


Entre las 19 horas del jueves y las 9.00 horas del viernes 16 de junio, el “Torso de Adèle” -una de las 60 obras originales del artista Auguste Rodin- desapareció de las instalaciones de la sala Matta en el Museo de Bellas Artes. Después se supo que el responsable era Luis Onfray Fabres, un estudiante de Arte de la Universidad Arcis. El argumento que usó como defensa fue querer demostrarle a la sociedad la vulnerabilidad de los museos chilenos.

Y vaya que lo logró. Gracias a él, quedaron al descubierto dos cosas: primero, el “gran interés” que se le da a las obras de arte que se exponen. Hay que advertir que la escultura de Rodin sustraída mide 47,5 centímetros de alto y pesa alrededor de 20 kilos, por lo que no es algo que se pueda inadvertidamente sacar del lugar. Segundo, la poca calidad de los sistemas de seguridad: el robo pudo efectuarse porque el personal de seguridad olvidó conectar el sistema de alarma que protegía a la escultura.

“Esto nos deja mal parados”

Angélica Pérez, asistente de dirección y encargada de prensa del Museo Nacional de Bellas Artes, señaló a CTN que conocen sus falencias, pero no tienen la capacidad ni los ingresos de museos como el Louvre. “A pesar de que tenemos nuestra propia colección, manejamos un presupuesto muy bajo, que solventa la parte administrativa, los costos básicos de la luz, etcétera. Pero para hacer exposiciones, por ejemplo, todos los recursos los pone el sector privado, desde las fundaciones o las embajadas que nos ayudan a traer las muestras”.

Ahora bien, si la falla humana que incidió en el robo de la escultura de Rodin está superada, el acto deshonesto puso en juego la imagen de Chile, así como también si es un país apto para exposiciones internacionales de esta envergadura. “[Esto] nos deja mal parados internacionalmente. El tema de los graffitis en Perú también. Nosotros como país no podemos aceptar ese tipo de cosas”, recalcó Pérez.

El ministro de Cultura, José Weinstein, expresó a la radio Cooperativa que “el hecho de que se haya recuperado la obra no quita que estamos ante un hecho gravísimo. Aquí se ha dañado el prestigio internacional de Chile. Esto apareció en todos los diarios del mundo como un hecho grave. Esta es una voz de alerta de que no estamos tomando las medidas de seguridad como para albergar exposiciones de esta categoría".

Nuevos desafíos

Hasta el momento, la actividad cultural que más ha llamado la atención es la exposición de algunas de las creaciones de Salvador Dalí, la “Colección Clot”. Geniales esculturas y desgarradoras obras gráficas componen un material nunca antes visto en Chile, que se está presentando desde el 29 de julio en la Estación Mapocho. Hasta septiembre habían asistido más de 43 mil personas, lo que significa un gran logro.

La difusión del evento jugó un papel fundamental. Según Grace Dunlop, periodista encargada de las relaciones públicas de la exposición, “la difusión en los medios, en las publicaciones que se han hecho, es bastante. Ha tenido mucho eco en los medios de comunicación y en la gente.”

La exposición pertenece a la Fondazione Metropolitan y se ha presentado en Florencia, Varsovia, Roma y ciudades de Alemania. Llegó a Chile gracias a Marisol Pareja, directora de Unomundo Producciones, la empresa que ha hecho toda la gestión cultural de la exposición. Pareja vivió en Italia y trabajó con Metropolitan. De ahí surgió la idea de exponer en Chile y, también, de incluir nuevas presentaciones, las que estarán enmarcadas dentro de un proyecto llamado “Grandes Maestros de la Historia en Chile”. Este proyecto abarca a genios como Leonardo da Vinci y Francisco de Goya y se realizaría durante los años 2006 y 2007.

Pero eso no es todo: en octubre llega el rey del pop-art, Andy Warhol, con una contundente muestra antológica que cuenta con 200 obras, entre ellas los famosos prints (serigrafías), fotos, documentos y películas traídos directamente de la fundación Mazzotta de Milán (Italia), la cual será montada en el Museo Nacional de Bellas Artes y en la sala de Fundación BankBoston.

No es fácil organizar evento como éstos. Según Dunlop, “Para Dalí hay un trabajo de un año y medio o dos años, de antes (...) Además, hay todo un problema en la parte económica, la cual debes tener organizada para poder traer exposiciones de este tipo, porque esta es una gestión privada: aquí no hay subsidios estatales, sólo de empresas privadas”.

Hábito y educación

Con respecto a la preparación de la sociedad chilena en relación a estos temas, la periodista opina que la gente asistirá si se le dan más oportunidades –como precios más bajos- y si los autores son artistas conocidos. Sin embargo, el panorama cambia si no se cumplen ambas cosas: “Cuando las exposiciones a nivel de artes plásticas, por ejemplo, no son de alguien tan conocido como Dalí o Rodin, yo creo que el interés es más bajo. O sea, aquí hay exposiciones de artistas chilenos y hay muchas galerías que exponen, pero la cantidad de público que llega es mucho menor en comparación a las dos que te he mencionado. Falta un hábito aquí (...) Es más un hábito y educación”, comentó a CTN.

El problema en Chile no pasa tanto por la falta de mecanismos de seguridad y tampoco es tan grave el aspecto económico, pues se han podido llevar a cabo exposiciones grandes. Todo radica en que no existe una conciencia social que proteja el patrimonio cultural del país y mucho menos el internacional. “Tenemos una mentalidad cortoplacista y muy blanda en cuanto a la conciencia de lo que nos pertenece. Y es una cuestión de falta de autoestima al final: si no nos valoramos nosotros mismos como chilenos, como latinoamericanos, difícilmente vamos a poder conservar lo que es nuestro” afirmó Angélica Pérez.

Atentados a las exposiciones, museos con rayados en baños y paredes, con orina por doquier en sus dependencias externas, son hechos que no deberían ocurrir. Por eso, el Museo Nacional de Bellas Artes ha iniciado una campaña con el fin de inculcar una visión más valorativa de lo que le pertenece a la sociedad chilena. Hasta ahora, se han colocado afiches alusivos al tema en el Metro de Santiago y también se está promocionando en un protector de pantalla en la página web del museo.

Aún queda mucho trabajo por hacer: el problema es más de fondo que de forma. Da lo mismo tener un excelente sistema de seguridad si la misma gente no se preocupa de las obras que se exponen. Si todo sigue así, no debería sorprendernos que muchas exposiciones y actividades pasen por cualquier país, menos por Chile.

No obstante, hablar del tema es un inicio y, como bien se dice, es mejor ir lento, pero seguro.


Sitios relacionados:

Museo Nacional de Bellas Artes

Dalí 2005: Colección Clot en Chile

Centro Cultural Estación Mapocho
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