Más artículos

El desembarco de la vanguardia dramatúrgica:
Como para no mirarse el ombligo

Exposiciones internacionales en Chile
¡Gracias, Onfray!

menu
Cultura
Afiche del 5º Festival de Dramaturgia Europea Contemporánea.
(Fuente: http://clik.to/deuropea)
El desembarco de la vanguardia dramatúrgica:

Como para no mirarse el ombligo

Si no se apuró, se lo perdió. Fueron 13 días a tablero vuelto en que la comunidad teatral se apernó en las salas del Goethe Institut y el Centro Cultural de España para presenciar el V Festival de Dramaturgia Contemporánea.

“Hemos ganado y conquistado un espacio para el teatro único en Chile”, afirma Caioia Sota, su productora general. Es que si usted quiere conocer sobre la vanguardia europea y codearse con los que saben, ya sean críticos o autores foráneos, “esta es la instancia”.


Por Daniel Brzovic Gaete y Jorge Rizik M.


Inglés, alemán, italiano o croata; las voces de los expertos se oyen en distintos idiomas, pero todos hablan de lo mismo. Rondan sobre el tema, posan reflexiones sobre sus auditores para luego dar paso al español sobre las tablas.

Así es la dinámica del V Festival de Dramaturgia Europea Contemporánea, que en septiembre se llevó a cabo en la capital de Chile, Santiago. ¿Cómo sucede que en el borde poniente de América Latina se reúna lo más vanguardista de la escena teatral del Viejo Mundo?

La interrogante la responde, en conversación con CTN, Caioia Sota. Este, hace cinco años, "parte del deseo de tres países europeos, Alemania, Francia y España, de dar a conocer sus autores más contemporáneos, porque en Chile se seguía pensando que el más contemporáneo era Bertoldt Brecht, y así, con todos los países había un profundo desconocimiento".

Progresivamente, el alto interés de las embajadas e institutos culturales por participar ha conllevado a la inclusión de más países. Así fue cómo el 2002 llegó Suiza y luego, a la tercera versión, se sumó Gran Bretaña. Para esta quinta edición ya son siete: Italia y Croacia se agregaron a la lista.

Detrás del escenario

Un cortado y dos aguas minerales acompañan la entrevista en el café del Goethe Institut, una de las dos sedes, junto al Centro Cultural de España, de la quinta versión del Festival. Y, mientras charlamos, una larga fila se dispone a esperar al menos una hora para presenciar la obra de aquel día, que será sucedida por un diálogo entre el autor y el público.

Entre el 24 de agosto y el 10 de septiembre la escena fue así. Aunque no se haya atinado a retirar las invitaciones gratuitas previamente, de igual modo el público, conformado principalmente por la “comunidad teatral”, se apersona desde temprano para asistir a la cita diaria, si no presenció antes a la charla correspondiente con el dramaturgo/a o crítico/a de turno.

¿En qué consiste, entonces, el Festival? Durante ese período, diariamente se exhiben semi-montajes o lecturas dramatizadas, trabajadas por compañías y varios de los directores nacionales más importantes, de textos de autores originarios de las sietes naciones participantes.

"Cada país hace una propuesta de varios textos que vienen seleccionados de su país de origen y acá hay un comité asesor, conformado por Marco Antonio de la Parra, Raúl Osorio, Benjamín Galemiri, Carola Oyarzún, a los que se le unieron este año Juan Barattini y Pedro Celedón. Ellos terminan de seleccionar, pero la preselección ya viene hecha desde Europa", nos detalla Caioia, quien también se desempeña como directora del Teatro del Puente.

Fuera de las obras en sí, una serie de actividades anexas están a disposición de los espectadores: charlas especiales con invitados internacionales, previas a la obra; una vez finalizada ésta, diálogos entre el público y los ejecutores; y, además, encuentros en variados lugares con los autores y especialistas. Paralelamente, se realizó un Taller de Dramaturgia, con alumnos preseleccionados, a cargo de Galemiri y de la Parra.

La innovación que se pretende en el evento no va exclusivamente en los textos. Que sean semi-montajes tiene una razón de ser: "por introducir un nuevo concepto, un nuevo lenguaje, decidimos innovar en la forma", afirma Caioia, quien estuvo en la producción desde su primera versión.

Complementa: "Yo diría que recién este año se está viendo, en el trabajo de directores chilenos, el concepto de semi-montaje, que es un trabajo en proceso. Entonces, las reglas del juego son: la compañía trabaja un mes con un texto y muestra hasta dónde llegó, o sea, un esbozo de lo que sería una puesta en escena, una propuesta de diseño, etcétera (…) y que después de la presentación al público hay una conversación y, justamente, se completa ese proceso".

Benjamín Galemiri
(Fuente: http://www.galemiri.cl/)
Diálogos de trueque cultural

Aunque puede asistir todo público, de manera gratuita, el festival está pensado para la elite teatral criolla, que no es muy numerosa. Esto incentiva a algunos de los más destacados directores nacionales, como Willy Semler, Rodrigo Perez, Alfredo Castro o Gustavo Meza, a participar de la muestra y así nutrirse de este “trueque” cultural.

“El cruce de las escrituras contemporáneas y de punta en dramaturgia del mundo europeo, con las escrituras chilenas y las compañías nacionales es lo que hace la magia del Festival”, señaló Galemiri a La Nación.

Además, los textos no se limitan puramente al Festival, pues los más destacados son presentados durante la temporada regular en salas comerciales de Santiago, giras por Chile y el Festival Teatro a Mil. Galemiri enfatiza que “lo más importante es aprender que la cultura europea y la cultura chilena se necesitan y necesariamente deben trabajar juntas. Los buenos resultados están a la vista durante el certamen”.

Es lógico que no todas las temáticas se acerquen al Chile de hoy, pero el hecho de que entre los mismos pares europeos éstas sean disímiles, habla de una riqueza cultural que brinda el evento. Roxane Silbert, británica de amplio bagaje en dirección teatral, ayudó a comprender de mejor manera estas similitudes y diferencias.

“Mientras el teatro francés es filosófico y profundo, las historias británicas son cotidianas, de sencilla compresión, logrando la empatía del público joven”. Y si uno rastrea a través de las distintas obras, habría que agregársele la vertiginosidad de los textos alemanes, donde se incluye la Suiza alemana, y la frescura de los escritos españoles.

Quizás un conflicto transversal que sí es posible observar en los textos es el generacional. Si bien no todas las obras tratan de un mismo tema, porque no es un festival temático, sí se ha observado en las distintas versiones piezas que muestran el diálogo intergeneracional, sus pugnas y encuentros. Para Roxane, temas como éste o el vacío de la vida moderna son los que ha acercado a los jóvenes europeos al teatro, al menos en Londres.

Toda esta vanguardia, ya sea en la forma o en el contenido, hace del Festival un evento, al parecer, único. Freddy Araya, asistente de producción que se unió a nuestra mesa en el Goethe, así lo destaca. "Para toda la gente que le gusta el teatro, que hace teatro, es como la oportunidad de ver textos nuevos, de escuchar charlas, de enterarte un poco de lo que está pasando en Europa con la dramaturgia". "Esta es la instancia, es un regalo", cierra la frase Caioia.
Volver Imprimir Subir Portada