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Cuba sin Fidel
La nueva encrucijada de la revolución

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Internacional

Raúl Castro
(Fuente: www.lademajuagua.co)

Cuba sin Fidel

La nueva encrucijada de la revolución

El problema que enfrenta la isla ya no viene de fuera. La sucesión de Fidel Castro es un complicado escenario que puede poner en jaque la revolución.

Ante la probable muerte de su histórico líder, Cuba y el mundo comienzan a estudiar los posibles rumbos del régimen.


Por Analía Cortés y Matías Zurita



Ya se va a cumplir medio siglo desde que el joven líder de los rebeldes, Fidel Castro, penetrara desde la Sierra Maestra al corazón de La Habana, para imponer la Revolución que marcaría para siempre el futuro de una, hasta entonces, desconocida isla del Caribe.

46 años no pasan en vano, y el otrora aguerrido revolucionario, hoy casi octogenario, ha perdido las fuerzas para mantener en vigencia un complejo régimen que ha costado tanto esfuerzo edificar. De ahí que la necesidad de designar un sucesor se hace inminente.

El problema en la isla no es nuevo. La sucesión de Fidel es un tema que importa tanto a Cuba como al resto mundo y que, sin duda, traerá consecuencias inesperadas dependiendo los caminos que siga el sucesor y por ende el sistema.

Cuba se ha consolidado como “el” bastión comunista de resistencia al “imperialismo”, como sindican despectivamente al modelo estadounidense. La perduración del régimen cubano por tantos años tiene nombre y apellido, y eso nadie puede ponerlo en duda.

No pocas han sido las demostraciones de que la sucesión de Fidel ha sido planeada con anterioridad. A fines del 2004, Raúl Castro, hermano menor de Fidel y jefe de las Fuerzas Armadas desde 1959, dirigió uno de los mayores ejercicios de entrenamiento militar en los años de Revolución. Este ha sido uno de los gestos más significativos que ha realizado el régimen castrista para demostrarle al mundo, y especialmente a sus vecinos del norte, que las Fuerzas Armadas se encuentran absolutamente subordinadas al menor de los Castro, por lo que pensar en un alzamiento militar conspirativo a la muerte de Fidel resulta casi imposible.

Siguiendo con los gestos, uno menos velado fue la declaración en junio de Ricardo Alarcón, presidente del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, quien señaló sin rodeos al periódico Miami Herald, que el gobierno castrista ya tiene planeada la sucesión de su máximo líder en caso de muerte. Sin embargo no entregó más información sobre la identidad del próximo líder.

Si bien el nombre del sucesor es un aspecto de gran relevancia, el tema de fondo, en el que hasta ahora solo se puede conjeturar, es qué rumbo seguirá Cuba cuando muera Fidel: la Revolución o la apertura político-económica.

Tomas Moulian
(Fuente: www.lanovena.cl)

En conversación con CTN, el sociólogo y ex precandidato presidencial del Juntos Podemos Más, Tomás Moulián, señaló que “lo que falta en Cuba es una apertura política gradual que permita la expresión de manifestaciones de oposición y que ponga, por lo tanto, en operación modalidades de dominación distinta a las que hoy están operando.”

En familia

Uno de los aspectos centrales que permiten comprender un masivo apoyo a la revolución, es que el cambio político de 1959 significó la liberación del pueblo cubano de una cadena de dominación, primero española y luego norteamericana. De esta forma, en el primer momento en que Cuba puede hablar de sí misma como nación, es con el triunfo de los barbedos de la Sierra Maestra.

De los próceres del movimiento que derrocó al dictador Fulgencio Batista, solo quedan con vida los hermanos Castro, lo que para algunos no es mera coincidencia.

A menos de un año del triunfo de las tropas revolucionarias y su ingreso triunfal a La Habana, Camilo Cienfuegos, quien junto a Fidel era el más carismático de los comandantes sublevados, desapareció en extrañas circunstancias.

En agosto del 59, tras sellar la rendición de Huber Matos, líder de la oposición pacífica a la Revolución, el avión donde viajaba Cienfuegos de regreso a la capital cubana desapareció sin haberse encontrado hasta el día de hoy rastro alguno.

Poco tiempo después, sentido por diferencias con Fidel, Ernesto “Che” Guevara partió al Congo, ruta que lo llevaría más tarde a continuar promocionando la revolución en América del Sur, donde hallaría la muerte en octubre del 67 en la selva boliviana.

De esta forma, Fidel se erigió a la luz de los años como el único líder de la revolución, sin contrapesos ni líderes que le restaran protagonismo, mientras su hermano menor quedaba a cargo de las Fuerzas Armadas. De esta forma, el aspecto político estaba controlado por Fidel y las armas por Raúl. No había forma de atentar contra el régimen. Todo quedaba en familia.

Recambio generacional

Si bien Raúl Castro es el sucesor con más proyección dentro de la isla para mantener la línea ideológica instaurada por Fidel, el problema que presentaría para llevar a cabo esta difícil tarea, son sus 74 años de edad y la precaria salud que posee. Es por esto que sectores más influyentes ya están pensando en otros nombres.

No obstante, el presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Tellier, afirmó a CTN que la opción del menor de los Castro es la más probable, ya que “Raúl es una persona bastante querida en Cuba, bastante respetada, que peleó la revolución junto a Fidel, es decir, pertenece a una generación de luchadores que tienen mucha aceptación en Cuba”.

En contraposición, Moulián señaló que la sucesión debiera recaer en una generación un poco más joven que la de Raúl, y alejada de los uniformes. “Es por un asunto de imagen. Además, Raúl ha estado siempre al mando de las Fuerzas Armadas, lo que le daría gran preponderancia a los militares en el país, y no hay que olvidar que los militares son los militares en cualquier parte del mundo.”

Otra opción que se baraja es que Raúl gobierne un breve periodo debido a su avanzada edad y que luego asuma uno de los jóvenes discípulos de Fidel. Varios son los nombres que resuenan y ya se han inscrito como serios candidatos.

Uno de los más destacados es Felipe Pérez Roque, ministro de Relaciones Exteriores, de tan solo 40 años. Fue él quien durante el desmayo de Fidel el año 2001, tomó el micrófono ante las más de 60 mil espectadores y se hizo cargo de la situación con un desplante y madurez que los periódicos cubanos no tardaron en resaltar.

Carlos Lage Dávila también suena entre los posibles sucesores. Vicepresidente del Consejo de Estado, a sus 54 años, este licenciado en Ciencias Sociales y doctor en Medicina, podría curar las heridas producidas por la muerte de Fidel.

Ya sea uno de los jóvenes de la nueva guardia cubana o el añoso Raúl Castro, lo que tienen en común estos posibles sucesores es la carencia de lo que Fidel tiene de sobra: carisma y retórica. Por esto mismo, para Moulián, la transición óptima debiera ser con Fidel a la cabeza, donde él “quedara como una figura ceremonial, que represente la unidad del Estado, más que un gobierno efectivo (...) ya que una transición con Fidel muerto es una transición en crisis”.

Respecto a los caminos que pueda seguir Cuba, Tellier afirma enfático que “una transformación a un sistema democrático representativo, como el que trata de imponer Estados Unidos, no se va a producir ni en el corto ni en el mediano plazo.”

Hasta ahora, solo supuestos. Cuba vive una de las encrucijadas más grandes en sus años de Revolución. Más allá de todas las hipótesis que puedan surgir sobre el posible sucesor, Fidel está tranquilo, ya que confía en que luego de su muerte, Cuba “va a tener un comandante, cientos de miles de hombres y mujeres que pueden convertirse en sus propios comandantes en jefe".


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