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(Fuente:
www.camaronesecuatorianos.com) |
Indescriptible
placer
Por
Rocío Valdés
2º año, Taller de crónica y entrevistas
"Pancho"
no sabe describir muy bien nada. El “no sé”
es su capricho. Revoltosa mala costumbre de girar los ojitos
y no responder. Minutos después su cerebro entiende
lo que pasa; sólo entonces pone la máquina en
marcha. La piel enrojece, los dedos huesudos se enredan, se
retuerce en la silla mientras busca en el desván de
su cabeza las palabras para expresar lo que piensa. Quizá
"Pancho" piensa en ideas, colores, sabores, sonidos
y placer. Por eso su tímida boca, al final, se atreve
a decir: “me gusta escuchar el silencio en el ruido...
no sé cómo explicarlo”.
Con
Tinta Negra: ¿Qué sabor te genera más
placer?
Los camarones, pueden ser al pil pil o en wok, salteados.
Pero te hablo de los ecuatorianos, que son gorditos, crujientes.
Los tomo de la colita, los masco, después la chupo
y la dejo ahí. Es lo mejor que hay, su preparación
les da sabores diferentes; el picante de camarones también
me gusta, como los que comimos en... ¿cómo se
llamaba ese restaurante peruano? Ese, El Otro Sitio. Esos
venían con arroz, picantitos.
CTN: ¿Qué sientes al masticarlos?
Primero...bueno, en realidad, el camarón tiene dos
etapas. Primero una crujiente, cuando le quiebras la cascarita,
y después está lo blandito...
CTN: ¿Jugoso?
Jugoso, pero seco a la vez, lo tiene todo.
CTN: ¿Cómo
es el sabor?
Eh... –se balancea, acaricia su pelo, devanea, busca
las palabras, sonríe- nunca he sabido bien cómo
describir las comidas, prefiero comerlas. Pero es un sabor
suave, no fuerte.
CTN: ¿Tocar qué cosa te da más placer?
Es raro, pero me gusta quedar pegoteado cuando como patitas
de chancho, preparadas con cebolla. Si fueran otra cosa no
sería tan agradable, pero como son exquisitas, me gusta
esa sensación pegote.
CTN: Otra vez con la comida...
-Sí, es que la comida es lo que me provoca más
placer Es impresionante cómo algunas personas
pueden gesticular todo. Pancho mueve los dedos al hablar de
las patas de chancho, hace como si tuviera una entre ellos.
Recurre a eso porque no logra poner en palabras esa textura
áspera, aceitosa y ahumada, ese olor invernal y de
la infancia. Mientras evoca recuerdos inenarrables, lo más
seguro es que no se da cuenta que su cara emana placer, ya
casi se pueden oler las patitas de chancho con cebolla. En
este momento pienso, equivocada, que toda sensación
placentera está alrededor de la comida. Pero no es
así.
CTN: Entonces, ¿qué
olor te genera más placer?
Bueno, ahí salimos de la comida. Me gusta el olor que
se siente cuando te metes a la pieza de la basura, donde la
gente tira sus bolsas de basura por un conducto. Es un olor
a encierro, a humedad. Más que placer es curiosidad
olfativa. Es una mezcla del olor de los departamentos, ahí
están todos conectados.
Entiendo entonces, envuelta en ese olor a bolsa de basura
y comida descompuesta, que es arriesgado adentrarse en la
escasez de palabras de una imaginación prolífica.
Se puede pasar del máximo goce gustativo al olfateo
de algo inexplicablemente placentero. |