Lo
bueno y lo malo de un nuevo producto
Reality Show: el imperio de lo
cotidiano
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Los
profesores Carlos Ossa y Nicolás Quesille plantean
sus posiciones. En algunos aspectos coinciden, en otros disienten.
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Profesores
de Televisión y Teoría de la Comunicación de
nuestra escuela analizan este tipo de programa que se asienta en
la TV chilena. También opina una de las concursantes de Protagonistas
de la Fama.
En
un tiempo fueron las teleseries, en otro los estelares y luego los
programas con mucho baile y piel. Todos tienen algo en común:
haber estado en el sillón de los acusados. Ahora es el turno
de los reality show, que amenazan con estar presente ya no sólo
en uno, sino en tres canales.
Los
primeros anuncios de la llegada de este tipo de programas a Chile
produjeron una reacción inmediata. Muchas caras largas y
ceños fruncidos. Comenzaba así, el enfrentamiento
entre los detractores y su defensores. Pero, hasta hoy, se extraña
un debate abierto, debidamente argumentado y, por sobre todo, libre
de sesgo.
"El
punto débil de este formato es el alto grado de crítica
de quienes no entienden y no respetan la diversidad y las distintas
fórmulas de creación televisiva", plantea Nicolás
Quesille, profesor de Televisión en nuestra Escuela y productor
general de "Protagonistas de la Fama".
Carlos
Ossa, docente que imparte la cátedra de Teoría de
la Comunicación, cree que es necesario reconocer de una vez
por todas que este tipo de programas es exitoso comunicacionalmente
hablando. "Acertaron en construir un debate, pero el problema
recae justamente en el tipo de debate, porque es el más mediocre
del que he tenido noticia en el último tiempo. Pone en evidencia
la fisura de pensamiento que hay en nuestro país y el no
poder pensar complejamente los problemas", indica.
¿Pero
qué despertó el interés de ver programas en
que se expone a un cierto número de personas a cámaras
que registran lo que hacen?
Al
respecto, Quesille señala que este tipo de programas representa
"una ocasión especial en que la gente encuentra un espejo
que antes no existía. Con esto logramos concitar la atención
de un público que estaba reacio a ver televisión.
Hemos hecho encender los televisores", enfatiza.
Mientras
que para el profesor Ossa la fórmula de los reality resulta
eficaz, "porque en la promesa de verdad que hacen colocan en
evidencia la ausencia de sentido. Pero no quiere decir que ese hecho
convierta a los públicos en una especie de dóciles
rebaños que están dispuestos a hacer de todo por estos
nuevos héroes, sin pasión, sin don, el heroísmo
de aquello que no tiene nada extraordinario que ofrecer", plantea.
Luz,
cámara, acción...
El
académico agrega que las personas saben que un reality show
es en el fondo una puesta en escena, pero la características
de ésta inhibe ese hecho y el telespectador comienza a sentir
un vínculo. "Yo aseveraría que este tipo de programas
viene a confirmar lo que en teoría de la comunicación
se viene diciendo hace tiempo: el estado de la transparencia que
a la vez es una opacidad, porque pretende mostrarlo todo, pero a
la vez lo oculta todo", argumenta.
"Una
de las debilidades de esta experiencia fue la edición. En
algunos casos, los cortes transformaron el real sentido de lo que
uno estaba haciendo o diciendo", señala Carlalí
Villalba, una de las participantes del reality exhibido por Canal
13 y alumna de nuestra Escuela.
Pero
lo anterior, que tiene lugar en la etapa de post-producción
resulta esencial, ya que "los reality show nacieron de un parto
bastante dudoso en calidad. Su origen es burdo, poco ético
y poco formativo. No sé si puede obedecer a un subgénero
que opere en otra lógica que no sea la del entretenimiento",
dice el profesor Carlos Saavedra.
Siguiendo
la huella
Sea
como sea, este tipo de programas vende, por lo que resulta atractivo
para los canales. De hecho, Televisión Nacional incorporó
a su parrilla a "Tocando las Estrellas". Canal 13, una
vez terminado su primer experimento, dio comienzo al denominado
"Conquistadores del Fin del Mundo". Mega no se queda atrás,
pues anunció haber adquirido los derechos de "Operación
Triunfo", reality que tuvo un gran éxito en España.
Así
las cosas, los amantes de estos programas pueden estar tranquilos,
porque tienen entretención para rato. Y quienes creían
que con "Protagonistas de la Fama" todo acababa tendrán
que armarse de paciencia y tolerar la oferta programática
de la televisión chilena.
Ana
Yáñez |
Lunes
14 de abril, 2003
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