Tratamiento de la información en el conflicto de Medio Oriente:
“La guerra mediática”
Hace algunos días, Israel dejó libre al viceprimer ministro palestino, Nasser Al Shair, capturado en agosto pasado durante operativos en Ramallá. La prensa israelí calificó este hecho como una señal positiva y de avance en el conflicto, por otro lado, la organización palestina Hamas, señaló que simplemente era lo justo, pues no existían pruebas suficientes que involucrarán a Al Shair en actividades terroristas. ¿Desde donde se sitúan los medios en Chile para informar sobre este histórico conflicto bélico?.
Durante la primera guerra civil en el Congo en 1962, un reportero de una cadena televisiva europea estaba decidido a cubrir una masiva violación de monjas belgas. Al entrar al campamento exclamó: “¿hay alguien aquí que haya sido violada y que hable inglés?”. Esta terrible anécdota –extraída de un blog español que trata la temática del sufrimiento hecho espectáculo- puede ilustrar la dinámica utilizada mayoritariamente por los medios de comunicación en el tratamiento de la información sobre guerras y conflictos bélicos.
¿Cuáles son los criterios para que un acontecimiento de estas características se convierta en un hecho mediático? ¿Cuán veraces son los hechos noticiosos sobre el conflicto en Medio Oriente que llegan a nuestro país y a Sudamérica?
La mediatización de los conflictos bélicos
Un chileno medianamente informado sabe que en la actualidad existen dos guerras en el mundo; la de Irak y la de Palestina con Israel. Pero no está enterado de lo que está sucediendo con las guerrillas colombianas o los miles de muertos que a diario existen en África, principalmente en El Congo, Uganda, Argelia o Sudán. Ese es el impacto que produce el criterio que los medios de comunicación utilizan al momento de informar un acontecimiento de estas características.
No es muy difícil comenzar a desentrañar los distintos intereses que mueven estas lógicas mediáticas en todo nivel noticioso, pero el problema queda de manifiesto aún más cuando se trata de hechos que resultan tan lejanos para la opinión pública de nuestro país.
Javier Méndez es periodista y pertenece a la sección internacional de El Mercurio, escribe análisis de contingencia política sobre el conflicto palestino-israelí y ha reporteado en terreno. Méndez declara que “existe, en general, un tratamiento insuficiente por parte de los medios nacionales a este conflicto salvo cuando ocurre una contingencia grave como, por ejemplo, la última guerra en Líbano, o un atentado terrorista con muchas víctimas fatales. En esos casos, la cobertura es extensa, pero son casos puntuales. No es una constante”.
Por otro lado, Giannina Moyano, periodista del área internacional de La Nación, difiere de esta impresión argumentando que “la información que circula es suficiente, ya que este tema siempre está latente. Todos los días aparecen informaciones del conflicto en los medios y cuando hay algún giro toda la prensa le da bastante cobertura puesto que son temas delicados que datan de siglos de disputa”.
Los criterios periodísticos
La casi nula existencia de información alternativa o una perspectiva histórica del conflicto Palestino-Israelí nos hace ver las cosas desde un único punto de vista, mermando el enfoque crítico y la capacidad de reflexión, priorizando una lógica de inmediatez.
Méndez es enfático al señalar que “el periodismo se basa en una lógica inmediatista, la noticia manda. Si no hay un gran suceso en medio oriente o una cierta cantidad de víctimas fatales, simplemente la información no sale”.
En una entrevista para una agrupación israelí en Argentina, Benjamín Oron, embajador de Israel en el país trasandino se refirió al tratamiento de la información en los medios de comunicación latinoamericanos, señalando que estos últimos se nutren de los grandes medios europeos y norteamericanos, por lo que existe una visión sesgada del conflicto en medio oriente, al no contar con información directa. De este modo, los medios estarían estructurando sus informaciones a partir de la espectacularidad de los acontecimientos.
Durante la última guerra en El Líbano, los periodistas eran bombardeados día a día por relatos escabrosos de las matanzas o de fotos horribles mostrando cuerpos mutilados y muertos, por lo que las características del conflicto hacen que se pierda un poco la capacidad de asombro.
“Cuando ocurre un acto suicida y hay dos víctimas fatales, es muy difícil que los medios lo cubran, pero cuando hay 100 muertos o la destrucción sobrepasa lo considerado ‘normal’, naturalmente se le da mayor cobertura”, explica Giannina Moyano.
Muchas veces se piensa que América Latina, al ser un territorio tan alejado de este conflicto, no tiene una gran preocupación por la guerra en Medio Oriente, es más, los medios suponen que los hechos noticiosos no tendrían el mismo impacto mediático en la sociedad chilena, como el que tiene en países europeos o los más cercanos a la zona del problema.
En relación a este supuesto de los medios nacionales, Javier Méndez rescata que “de todas formas, cuando ocurren hechos de esta naturaleza, existen algunos medios que dan también espacio a los análisis, permitiendo entender las causas del conflicto. Eso se vio hace poco, durante la guerra en Líbano, tanto en la prensa escrita como en la televisión, pues hubo especiales muy buenos explicando los orígenes de la guerra”.
Si bien los medios estructuran sus informaciones de acuerdo a las líneas editoriales, intereses políticos o económicos, un punto importante a considerar es la falta de especialistas en el tema y la poca cabida que estos últimos tienen para poder realizar análisis exhaustivos al respecto.
Texto: Patricio Gómez Pastene
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Fecha de publicación:
Lunes 9 de octubre, 2006 |
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