Periodismo y Farándula

Relaciones Peligrosas

Relaciones amorosas y/o conflictivas entre futbolistas y modelos, jóvenes mostrando sus atributos para subir el rating, o animadores y actores hablando sobre ellos mismos nos invaden diariamente en los medios de comunicación. La farándula se ha convertido en un verdadero fenómeno que cada vez abarca más áreas del periodismo.

El boom de la farándula comenzó en la década de los ‘90, curiosamente en los mismos días en que a nuestro país retornaba la democracia. El nuevo género partió en los periódicos junto al espectáculo, los crucigramas y el horóscopo, hasta llegar a ocupar hoy en día varias planas dentro de los matutinos.

La farándula -masificada por la televisión- aludía antes al arte como profesión, al mundo de los actores o gente dedicada al teatro. Sin embargo, con el correr de los años tomó rumbos muy diferentes y hoy es comúnmente relacionada con el pelambre.

Es típico escuchar conversaciones sobre lo que le pasó a la vecina, que tal compañero de trabajo es antipático, o que este amigo se metió con tal persona. La farándula lleva estos temas al alcance de la gente: lo único que cambia son los protagonistas. Quizás por ello a nadie le extraña ver hablando a un grupo de panelistas sobre la vida de los famosos, donde además se incluyen a ellos mismos. Se ha vuelto de lo más natural que en los diarios, en televisión y en la radio se hable acerca de estos temas, lo que demuestra la falta de creatividad e innovación que existe a la hora de definir los contenidos.

Haciendo farándula

Es innegable el crecimiento que ha tenido este denominado “nuevo género del periodismo”. Además, son muchos de los periodistas titulados que trabajan en esto debido, en muchos casos, a los buenos sueldos que se pagan, pero, ¿puede la farándula ser considerada un área legítima de la profesión? La académica de nuestra Escuela, Ximena Póo, cree que sí, pero en el sentido de que la gente necesita saber lo que pasa con la vida privada de las personas públicas, cuando se trata hechos que influyen en la opinión de la sociedad.

No obstante, la farándula se ha especializado en inmiscuirse más allá de estos asuntos, moviéndose peligrosamente entre los límites de lo privado y lo íntimo. Pero también sucede que son los mismos personajes del mundo del faranduleo los que constantemente recurren a los medios para mantenerse vigentes.

Para el ex editor de fotografía de Las últimas Noticias y académico de nuestra Escuela, Miguel Ángel Larrea, cuando un personaje público expone su vida privada, esta pasa a ser pública y “no hay vuelta atrás”. Es a partir de esto que el medio y el periodista deben decidir que publicar. Ximena Póo, opina que “los límites llegan hasta el punto en que se vulnera la dignidad de las personas y se les ofende”.

Un círculo vicioso entre medios y audiencias

La farándula se ha convertido en el producto de las masas por excelencia. Según Miguel Ángel Larrea “el fenómeno se produce porque a la gente le interesa conocer la vida privada de los personajes públicos y se siente identificada con sus problemas”. Sin embargo, la encuesta hecha por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) revela que casi un 60% de la población se queja de la falta de contenidos de la pantalla chica.

Entonces, si los medios funcionan en base a lo que la gente quiere, ¿por qué continua el predominio de la farándula? Lo que ocurre es que a pesar de que la gente se sienta saturada, sigue consumiéndola, y con ello alimentando a los medios para que produzcan más de lo mismo.

Algunos podrán pensar que si es lo único que hay, es lo único que se puede ver. Sin embargo, Larrea cree que no es que los medios impongan algo, sino que es la gente la que prefiere ver o leer farándula, opina que “es desde esa desde esta perspectiva que debería analizarse el fenómeno”.

En este sentido, Jaime de Aguirre, director ejecutivo de Chilevisión, cree que “el medio debe financiarse y a la vez hay que satisfacer lo que la gente pide”. Dicho fríamente: la farándula es lo que vende. Para Ximena Póo, jefa de carrera de Periodismo del ICEI, esto es lamentable ya que “lo que predomina es la línea comercial del medio y no el rol social al que se debe”.

Farandulización absoluta

Cada día estamos expuestos a una sobresaturación de farándula. Es cosa de mirar la televisión o los diarios para darse cuenta de que ésta domina la parrilla programática de los canales y ocupa varias planas de la prensa escrita; en algunos casos todo un diario.

Pero ya no son sólo noticias sobre los asuntos de la gente del mundo de la farándula, ahora ésta también involucra a otras áreas del periodismo, restándole importancia a los temas de fondo. Un ejemplo de ello es cuando la prensa vinculó amorosamente a dos de los voceros del movimiento escolar, tema que pertenece al área nacional.

Este tipo de prácticas se han vuelto muy comunes. Según Eleonora Casaula, psicoanalista de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis (Ichpa), esta es una forma de aprovecharse de la falta de intelectualidad de la gente. Ella cree que “si viviéramos en un país igualmente educado y desarrollado, la farándula no prendería tanto” (cosas.com). Sin embargo, como muchos dicen, “es lo que hay”.

La esperanza radica en la experiencia de otros países como España y Francia, donde la tendencia creó un nicho especial para la farándula. Póo opina que para ello hay que comenzar tratando de potenciar el área de cultura y espectáculos donde “la farándula también puede existir por separado, pero siempre en su justa medida”.