La oposición verde
La organización internacional Greenpeace
es uno de los principales opositores al uso de transgénicos. Desde
hace años, abogan por el lema “Chile
libre de transgénicos”, campaña cuya primera
meta es lograr el debido etiquetado de los productos
transgénicos.
Su mayor temor frente a la manipulación genética tiene que
ver con sus efectos. Verónica Vergara, asistente de la campaña
de Ingeniería Genética de Greenpeace, sostiene que "el
principal problema con los transgénicos es que no existen los estudios
suficientes como para saber que efectos van a tener. No puede ser
posible que salga al mercado algo que no sabemos si es dañino".
Para Vergara, los alimentos biotecnológicos
acarrean consecuencias nocivas para la salud debido a su alto potencial
alergénico. Sin embargo, la mayoría de las personas
jamás sospecharía que tales reacciones se deben al consumo
de alimentos transgénicos, pues desconocen que lo que comen es
artificial.
El daño al medio ambiente podría ser otra consecuencia del
uso de transgénicos. Es posible que los
cultivos manipulados genéticamente atenten contra el ecosistema
, al contaminar otras especies puramente naturales. La biodiversidad ya
no sería tal, pues todas las plantas serían en mayor o menor
grado transgénicas.
Greenpeace llama a que Chile se incorpore a lo
que internacionalmente se denomina "Principio Precautorio".
El movimiento cuenta con 188 países miembros y propone evitar el
uso de transgénicos, debido a la falta de certezas respecto de
sus efectos dañinos.
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