Si
un político se ve envuelto en un conflicto
que pueda dañar su imagen, por una inexplicable
razón esto no ocurre.
Lo fugaz y la multitud de noticias, al parecer,
hace que esta no quede en la memoria de la ciudadanía.
Pero cuando los conflictos perjudican a los propios
políticos, estos se preocupan de acordarse
de aquel que le hizo daño. Este es un asunto
pendiente para el electorado, tener memoria. Los
políticos a diferencia de los ciudadanos
tienen memoria.
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