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A veinte años de su creación:
La madurez de las AFP

Aunque el sistema previsional chileno deja atrás su adolescencia con una evaluación positiva, su vida como adulto precisa de urgentes cambios. Algunos de apertura, como los anunciados en la reforma al mercado de capitales, y otros de ajuste, pues el déficit de US$ 300 millones en el pago de cotizaciones amenaza con colapsar un modelo que ha sido copiado con éxito en gran parte del continente.

por Alejandro Morales Vargas

Si usted, recién salido de la universidad, hubiese sido contratado por primera vez el 1 de mayo de 1981, en estos días podría estar lamentando el error más grande que haya cometido en su vida.

De haber estampado su flamante rúbrica tan sólo 24 horas antes, hoy, luego de veinte años de trabajo ininterrumpido, usted podría acogerse a una pensión en el Instituto de Normalización Previsional (INP) con tan sólo cuarenta años de edad. Quizás el tiempo le sobraría, podría estudiar otra profesión o disfrutar de un año sabático viajando con su pareja, pues sus hijos ya deberían estar titulados.

Sin embargo, por haber firmado justo en la fecha en que entró en vigencia el decreto 3.500, mediante el cual el gobierno militar creó las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), usted estuvo obligado a afiliarse a un sistema previsional que le permite jubilar sólo si tiene 65 años, en el caso de los hombres; o 60, en el de las mujeres.

Sin embargo, tal situación no aparece tan desventajosa si se analiza desde el punto de vista del monto final que usted disfrutaría en sus años dorados. En el anterior sistema, conocido como "de reparto" y cuya imagen se asocia generalmente con las colas de jubilados y montepiadas esperando míseras pensiones, todo lo acumulado en sus años de vida laboral iba a un pozo común, el mismo que engrosó su padre y su abuelo, ya que funcionaba desde 1925.

Este fondo colectivo tenía una particular característica: sólo era aumentado con los ingresos de la población económicamente activa, pero el Estado debía distribuirlo entre todos los chilenos con edad de pensionarse. Como era de suponer, llegó el minuto en que sus arcas no dieron para más. "El viejo esquema estaba condenado a la quiebra, ya que su financiamiento se sustentaba en el aporte del sector activo, el que cada vez era menor, mientras que los jubilados aumentaban sus expectativas de vida", explica Alejandro Ferreiro, superintendente de AFP.

Fue así como en 1980, el entonces Ministro del Trabajo y Previsión Social, José Piñera Echeñique, ideó un sistema en que entidades privadas administraran las cotizaciones de los trabajadores y crearan una cuenta de capitalización individual para cada uno de ellos.

Así, volviendo al ejemplo anterior, luego de veinte años, usted sería uno de los 6 millones 300 mil chilenos que, aunque no pueden retirar el dinero por no contar con la edad suficiente, hoy pueden decir que el monto crece con un promedio anual acumulado de un 10,9%. Además, de haber escogido la AFP de más rentabilidad dentro de las siete que operan actualmente, el aumento sería mayor. Y no es todo, porque también puede sacar más partido si, llegado el minuto, opta por una compañía de seguros que le cobre una baja comisión, en el caso de que elija una renta vitalicia dentro de las tres modalidades que existen para pensionarse.

Exportación no tradicional

Aunque el modelo goza de vicios y virtudes, defensores y detractores, a la hora de los balances hay consenso en que fue una medida que significó un avance ante el sofocado sistema anterior.

De hecho, ha sido visto con tan buenos ojos por el resto del mundo, que hoy Piñera se pasea "exportando" las AFP no sólo por América Latina, sino por países tan lejanos como Bulgaria, Ucrania, Polonia, Kazajhstan o la Federación Rusa, los que junto a otras quince naciones, forman parte de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP).

En esa línea, Ferreiro, haciendo la salvedad de que se necesita de otros quince o veinte años más para que el sistema pague pensiones en su totalidad, explica que su implementación fue justa, pues dos décadas de aportes no alcanzaban para financiar una pensión, con lo cual alguien debía pagar esa diferencia. "Al final eso lo hubiesen pagado los chilenos a través de inflación y déficit fiscal", afirma el personero, refiriéndose a la merma acarreada.

Por ello, estima que la reforma fue realizada oportunamente y destaca como principal fortaleza de este sistema, el haber establecido un régimen de capitalización personal con una tasa de contribución más baja, 12,5%, comisión incluida. Asegura que esto permite en el largo plazo financiar pensiones que un régimen de reparto financia con tasas de aporte de 25% a 30% como promedio mensual.

"Eso ocurre porque el ahorro previsional se acumula y aumenta, a diferencia de una pensión pagada en el sistema antiguo, que básicamente equivalía a la contribución de un trabajador activo, que inmediatamente se transformaba en una pensión", añade Ferreiro.

Fortalezas del sistema

Para el superintendente de AFP, una pensión pagada en el sistema actual equivale en promedio, al 40% del valor real de las cotizaciones y al 60% de los intereses generados. Recuerda que esos fondos en caso de muerte del trabajador constituyen herencia de no existir esposa e hijos que sean acreedores a una pensión mensual, a diferencia del antiguo sistema en que los fondos no eran del contribuyente.

"La segunda fortaleza es haber hecho el cambio antes de que el país entrara en la etapa de insolvencia previsional que enfrenta actualmente; y la tercera, es que favorece el empleo porque el sistema de AFP tiene una tasa de cotización más baja, facilita la formalización de contratos y ayuda a la competitividad de la economía. Además, subraya también el efecto que ha tenido este ahorro en el mercado de capitales y en el financiamiento de muchos proyectos de inversiones", añade.

Ferreiro destaca que el desarrollo de la economía nacional en los últimos veinte años no habría sido la misma sin el aporte de los ahorros de los trabajadores, que actualmente se acercan a los 36 mil millones de dólares, es decir, 14,5% del Producto Interno Bruto (PIB). "Eso genera un círculo virtuoso: más crecimiento, mejores remuneraciones, más cotizaciones y éstas llevan a mejores pensiones en el futuro", acota, sin ocultar lo convencido que está con el sistema.

"Sólo ganancias para privados"

Pero no todos comparten una evaluación tan optimista. El encargado del departamento de Previsión, Higiene y Seguridad de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Jorge Millán, afirma que el sistema es egoísta y con una mínima participación ciudadana.

"Hemos vivido veinte años sin solidaridad en el sistema de seguridad, a excepción de las mutuales", señala, agregando que actualmente las AFP sólo recaudan las cotizaciones y que el sistema se va a probar realmente recién a partir del 2005, cuando se comiencen a pagar las pensiones de trabajadores que impusieron por más de 25 años.

Más aún, el dirigente sugiere la creación de una administradora estatal que dé la posibilidad al trabajador de elegir entre dos sistemas, ya que, a su juicio, el actual es monopólico. "También podría formarse un Consejo Nacional de Seguridad Social de carácter tripartito, en el que estén los empresarios, trabajadores y el gobierno", agrega.

Otra debilidad del modelo de jubilaciones, según la CUT, es que existen alrededor de tres millones de afiliados que no cotizan adecuadamente. Millán advierte que si no se corrigen las debilidades del fondo de pensiones privados "la plata de los cotizantes se va agotar y allí el Estado va a tener que subsidiar a los empresarios, ya que sólo garantiza ganancias para ellos".

Aunque de buenas a primeras suena como una exageración, la advertencia del sindicalista tiene sólidas bases en la realidad, especialmente a la luz del colapso que podría enfrentar el sistema ante el avanzado nivel de insolvencia previsional que enfrenta nuestro país.

Por ley, las AFP están obligadas a responder por los dineros que cada trabajador les confía –para lo cual contratan onerosos seguros en compañías internacionales–, pero poco pueden hacer cuando el empleador no cancela las imposiciones debidas a sus trabajadores.

Debido a la recesión económica, centenares de pequeños y medianos empresarios mantienen impagas las cotizaciones, que mes a mes descuentan a sus empleados. Tal situación ha generado una brecha de 300 millones de dólares en las cuentas de capitalización individual.

El bullado arresto del alcalde de San Ramón, Pedro Isla, por el no pago de las cotizaciones de profesores de su comuna y la pronta resolución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con una eventual condena a Chile por la situación de deuda previsional, dejan en descubierto sólo la punta del iceberg de una problemática realidad.

Ante tal panorama, Millán, con ironía, sugiere que en el cumpleaños número 20 del sistema de AFP, sería bueno "regalarle" bastantes cambios de fondo y que no impliquen sólo mecanismos para diversificar las inversiones.

Ajustes que vienen

Uno de los principales anuncios que el Presidente Lagos formuló en su discurso del 21 de mayo fue una reforma al mercado de capitales, para lo cual el Ejecutivo envió un proyecto al Parlamento con urgencia de tramitación.

Esa medida, entre otras implicancias, traerá cambios considerables para el funcionamiento de las Administradoras de Fondos de Pensiones. La iniciativa legal contempla la creación de cinco fondos distintos en cada AFP, los que responderán a una mayor o menor proporción de inversiones en renta variable. Es decir, cada afiliado destinará sus ahorros al fondo de pensiones que seleccione, de acuerdo a sus preferencias de retorno y riesgo.

Por otra parte, la legislación en trámite propone que las cotizaciones voluntarias y los depósitos convenidos a plazo puedan ser administrados, no sólo por las AFP, sino que también por bancos, aseguradoras y fondos mutuos, entre otras instituciones. Estos recursos estarán libres de impuestos y a libre disposición del afiliado en casos de emergencias

Según el superintendente Ferreiro, que sugirió varios puntos de la reforma, con estas modificaciones se apunta a una reducción de costos y una maximización de la rentabilidad y de la seguridad de las inversiones de los fondos previsionales.

En el éxito de estos cambios está en juego la madurez de un sistema en cuyas manos recae la posibilidad de enfrentar la vejez sumergidos en la pobreza o con una pensión digna y acorde al esfuerzo de toda una vida.

Enlaces de interés:

Superintendencia de AFP
http://www.safp.cl

Instituto de Normalización Previsional
http://www.inp.cl

Asociación Gremial de AFP
http://www.afp-ag.cl

Federación Internacional de AFP
http://www.fiap.cl