Como
cada domingo, la Señora Ana acudió a la feria para
comprar verduras y frutas. Ese día se encontró con
la inesperada sorpresa de que el precio de las naranjas había
subido considerablemente. Ante esto, la mujer hizo notar su molestia
a su "casero". La respuesta fue breve: "¡pero
si subió el dólar, pues!".
En
los últimos meses el espectacular aumento de la moneda estadounidense
ha hecho noticia. No es para menos, ya que desde enero hasta la
fecha, sube nueve puntos porcentuales. Pero, ¿qué
significa en concreto este fenómeno? ¿Cómo
afecta a la microeconomía?.
Todo
gira hoy en torno al mercado. Y el mercado de divisas es uno más
dentro de la economía globalizada. Por lo tanto, la crisis
financiera que se inició en Asia a mediados de 1997 y que
tuvo a Latinoamerica en una fuerte recesión económica
el segundo semestre de1998, demostró la vulnerabilidad de
dicho mercado.
Lo
anterior se comprende por un concepto central del capitalismo: la
volatilidad, que es la tendencia del mercado a experimentar ciclos
agudos de auge y pánico financiero. Primero tiende al crecimiento
para luego contraerse.
En
todo este escenario, las economías de los países emergentes
sucumben en este efecto dominó y se lanzan en la titánica
lucha de impedir que la tan temida inflación (o alza de los
precios) haga su aparición.
En
base al dólar, el peso chileno etablece su tipo de cambio.
En época de bonaza, la oferta de esta moneda es muy alta
en relación con la demanda, por lo tanto el peso chileno
gana valor. Esto se dio hasta el año 1997, fecha en que el
PIB (Producto Interno Bruto) superaba las dos cifras y la tasa de
desempleo no pasaba del 6%.
Pero
a partir de la crisis asiática, dejaron de moverse ciertos
tipos de capitales hacia los países en desarrollos -y Chile
no fue la excepción- ya que se consideró que en ellos
existía riesgo. Mirado desde este ángulo, lo que ocurrió
es que la oferta comenzó a disminuir.
Banco Central
Ante
esta situación de inestabilidad financiera, el organismo
que puede regularla en nuestro país es el Banco Central.
"Desde los últimos meses del 99 el BC se salió
del mercado del dólar, dejó de intervenir, es decir,
dejó de vender divisas para que el mercado se mueva de una
manera determinada. En el fondo, dejó de influir sobre el
tipo de cambio", comentó a The Moroso
el economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo
(Cenda), Hugo Fazzio.
La
actual política cambiaria en Chile se mueve en función
de mantener las metas inflacionarias a raya. Según el ingeniero
comercial Alvaro Herrera "existe un permanente temor a que
las devaluaciones desencadenen nuevas oleadas inflacionarias, lo
que hasta ahora ha resultado un miedo infundado, puesto que se ha
demostrado que durante las crisis la actividad productiva puede
verse altamente beneficiada si se sigue una política económica
adecauda".
La
actitud asumida por el Banco Central ha ido en sintonía con
la lógica del actual modelo económico, es decir, dejar
que el mercado resuelva por sí solo. Esta institución
a lo más, ha bajado mucho la tasa de interés con el
objetivo de influir sobre la demanda interna, cosa que hasta ahora
no ha logrado. "El problema es que si se baja la tasa, colocar
recursos en los capitales del país es menos atractivo para
los inversionistas extranjeros. Y si es así, lo más
atractivo es meterse en el mercado de las divisas, o sea, comprar
dólares", explica Fazzio.
Resultado
final: fuga de capitales. Inversión extranjera cero. O por
lo menos reducida. Es por esto que para algunos empresarios es vital
cambiar la mentalidad y aprovechar el alza e favor de la industria
local. Al menos esto es lo que piensa el presidente de la Asociación
de Exportadores de Maufactura (ASEXSMA), Roberto Fantuzzi: "Si
el problema no es lo elevado del tipo de cambio, sino que no lo
sabemos aprovechar. El tipo de cambio alto no sólo es un
incentivo para exportar, también es un excelente protector
de nuestra industria nacional".
Ni
blanco, ni negro
Esta
virtual ventaja puede contrastarse con las repercusiones que trae
consigo la devaluación del peso chileno. Una de éstas
cae en los precios, ya que los productos importados se vuelven más
caros, por lo tanto, es un valor inflacionario. Pero en Chile, eso
se ha dado de una manera muy parcial en determinados sectores, porque
la demanda interna ha estado muy baja. Es en las tarifas de locomoción
y en el combustible donde se ha expresado claramente este factor.
En
segundo lugar, la devaluación favorece al exportador porque
su retorno aumenta, recibe más dinero por la venta de su
mercancía; en desmedro del importador, porque los productos
que adquiere del mercado internacional encarecen. Tercero, favorece
al productor interno que compite con importaciones.
"No
es blanco o negro la devaluación, pues no es contraria si
se mira desde el punto de la actividad económica. Lo que
es malo de por sí, es el tipo de cambio absolutamente descontrolado
para el país, porque genera inestabilidad", señaló
Fazzio. Pese a que el fenómeno cambiario no afecte a dicha
actividad en su conjunto, claro está que hay sectores -como
el caso de la señora que asistió a la feria y se encontró
con un alza en el precio de las naranjas- que si se ven perjudicados.
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