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Otra vez el comodín del Central
Chile sale al mundo
(cuando se lo permiten)
El juego de las desconfianzas
Baja de tasas de interés:
Otra vez el comodín del Central

Mientras la anhelada reactivación se ha convertido en más de un dolor de cabeza para las autoridades económicas, el recorte tampoco tuvo el efecto esperado por el Instituto Emisor, y los actores económicos coinciden en que el comodín por sí solo no basta para ganar la difícil partida.

por María José Rubio y Solange Vega

No hay consenso: las nuevas señales del Banco Central pueden ser buenas noticias o medidas demasiado débiles. El Gobierno está conforme y los empresarios celebran, aunque persisten las desconfianzas. Sin embargo, algunos analistas financieros acusan debilidad. La ansiada reactivación sigue evadiendo a la economía chilena.

El Banco Central volvió a bajar la tasa de interés, rectora de la economía, esta vez al nivel más bajo de su historia: 3,75%. La medida es la cuarta de este calibre que adopta el Instituto Emisor este año, lo que indica que existe una resuelta expectativa acerca de sus beneficios. Sin embargo, algunos analistas financieros no creen que la acción sea la panacea de la reactivación, pero la entidad monetaria sigue apostando a la misma carta.

Las tasas han caído sistemáticamente desde el año pasado y aún la economía no revive. El 2000 el país creció un 5,4% debido principalmente a las exportaciones que tuvieron uno de sus mejores años, aumentando en un 16% los envíos al exterior. A comienzos de este año, tomando en cuenta los buenos resultados comerciales, se anunciaban cifras de crecimiento cercanas al 6%. Pero, transcurridos apenas cuatro meses, las expectativas decaen persistentemente. Hoy se habla apenas de un 4%.

Ocurrió que los analistas no contaban con la variación sustancial del panorama internacional. El freno de la economía mundial, derivado de la brusca caída del crecimiento estadounidense, provocará necesariamente una baja en las transacciones comerciales, con el consecuente desmedro en las divisas que el rubro exportaciones aporta al Producto Interno Bruto. De esta manera, el promisorio 2001 comenzó con reglas del juego que no se esperaban.

El caso del cobre es el mejor ejemplo de cómo la tambaleante situación externa está afectando la economía nacional. Nuestra principal exportación, ha sufrido una baja sostenida en su precio: mientras que el año pasado cerró en un promedio de 88,7 centavos de dólar la libra, y se proyectaban para este año valores cercanos a 92 centavos de dólar; hoy su precio no sube de los 76 centavos de dólar. Cabe señalar que por cada un centavo de dólar que baje la libra de cobre, nuestro país deja de percibir 100.000.000 de dólares anualmente.

A las dificultades planteadas por el decaimiento de la economía norteamericana se deben sumar la crisis financiera del mercado argentino y la constante amenaza de recesión de la economía japonesa, tomando en cuenta que ambos países son importantes socios comerciales chilenos.

En materia interna, en tanto, el panorama no se ve mejor. El alto desempleo, por sobre el 8% sigue frenando el despegue del gasto de las personas y la inversión de las empresas. Si las personas no gastan, es decir, compran menos, no es necesario producir más y por ende generar más empleo. De esta manera, si no se generan más empleos, y si incluso existe el peligro de perder el que se tiene, la gente compra aún menos y se construye así un círculo vicioso que mantiene al sistema financiero sumido en un status quo poco beneficioso para una economía emergente como la chilena.

En este sentido, se entiende que las medidas adoptadas por el Banco Central apuntan en una sola dirección: elevar el nivel de gasto y así, se supone, reactivar la economía.

Sucede que al abaratar el costo de los créditos y promover el "levante de capital", es decir, que las personas tengan más dinero líquido para gastar o invertir, se facilita el consumo y crece la demanda de todo tipo de bienes y servicios. Al aumentar los créditos, además de crecer el consumo interno, las instituciones financieras pueden recuperar deudas incobrables, ya que las empresas o las personas tienen la posibilidad de endeudarse en un crédito de menor costo para cancelar el más caro. Vale tener en cuenta que la evolución de las tasas de interés en Chile han bajado considerablemente desde 1998, cuando este ítem llegó incluso a elevarse sobre el 14%.

Al contrario de lo que esperaba el Banco Central, el cuarto recorte del año fue recibido cautelosamente por los actores del mercado. Las opiniones divergentes apuntan a que el mecanismo por sí solo es insuficiente para reactivar la economía y a la luz del tibio recibimiento de la Bolsa de Comercio de Santiago, se puede apreciar que una misma receta ya no provoca el mismo entusiasmo de antes. Sólo el primer día después del anuncio, el mercado bursátil reaccionó positivamente con un alza del 2,4% en su indicador principal IPSA. Sin embargo, los dos días siguientes, no se observó una variación importante: los índices se mantuvieron entre el 0,2 y 0,4%.

El deslucido impacto de una receta conocida

Mientras el Gobierno aplaude la medida del emisor, economistas y analistas de mercado estiman que los efectos de esta reducción de tipos tendrá efectos débiles. Afirman que lo que hace falta para la reactivación son medidas claras por parte del Ejecutivo.

El analista de Banedwards Corredores de Bolsa, Gerardo Rivera, explica que los efectos de los recortes adicionales a las tasas de interés no tendrán gran implicancia en el mercado, si es que no se modifican otras variables.

En este sentido, el Gobierno anunció, una semana después de la medida del Banco Central, un importante Proyecto de Ley de Reforma al Mercado de Capitales, que busca destrabar el sistema financiero nacional y estimular la inversión, con cambios como la eliminación de ganancia de capital por transar acciones, la modificación a las cuotas de inversión de las AFPs en el extranjero, la creación de una Bolsa para empresas emergentes, una bolsa agrícola, entre otros.

En este contexto, la medida del Central demuestra, para varios economistas, que la realidad de la economía chilena en cuanto a producción y demanda no es buena. En definitiva, creen que la reactivación está más lejos de lo que se esperaba y que la autoridad monetaria recurre nuevamente de emergencia al mecanismo, que en cualquier caso sólo tiene resultados visibles varios meses después.

El Ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre fue categórico en señalar que siempre existen pájaros de mal agüero que tergiversan el sentido de las medidas porque la realidad es que "cuando hay una baja de las tasas de interés significa que hay pocas presiones inflacionarias que permiten tomar la medida, y cuando hay alzas es porque hay un crecimiento excesivo". A su juicio, pensar que cuando hay una baja de tasas, la economía está muy débil y cuando hay un alza es que existen presiones inflacionarias, es una manera errada de conceptualizar la situación.

En todo caso, Eyzaguirre reconoció que ni esta rebaja ni ninguna medida por sí sola es suficiente para reactivar la economía. "Esto no es de una magnitud que implique un cambio muy significativo, pero sin duda alguna es un cambio que se orienta en la dirección correcta", comentó.

Los dichos del personero de Gobierno se condicen con el anuncio de la Reforma al Mercado de Capitales, pero acusan una suerte de descoordinación en estas materias entre la entidad monetaria y Hacienda. Lo cierto es que el mercado no reaccionó y para los analistas las medidas no hacen más que dar cuenta de lo debilitado del panorama económico nacional.

En este contexto la eficacia de la medida, que técnicamente es un probado mecanismo para incentivar el gasto a mediano plazo, se desluce por una suerte de falta de dosificación. Al adoptar medidas que aumenten innecesariamente la apariencia de inestabilidad económica del país, más aún cuando esta rebaja alcanza apenas al 0,25%, se resta credibilidad a una medida que sí puede ser un aporte a la reactivación.

De hecho, luego de cuatro sucesivos recortes a la tasa de interés, se esperaba que la economía estuviera mejor encaminada, lo que no fue así. Y por el contrario, en vez de estimular la confianza desacreditó en cierta medida la receta. Así se ratifica que los comportamiento causa-efecto parecen no existir en economía, si no, pregúntenles a los japoneses, que pese a tener sus tasas de interés en cero, no han logrado ni hacer repuntar sus mercados bursátiles ni menos fomentar el gasto

Posibles efectos del recorte en factores claves

  1. Financiamiento: Se abarata el costo de los créditos para las personas y las empresas, lo que facilitará el consumo.
  2. Empleo: Debería tender a disminuir la tasa de desocupación por los proyectos de inversión que promueve un financiamiento más barato.
  3. Construcción: Este sector debería tomar un ritmo más rápido aún de crecimiento por dos factores: mayor inversión del rubro y menor costo de los créditos hipotecarios.
  4. Inflación: Es posible que en el largo plazo se puedan generar presiones inflacionarias, pero todo dependerá de la evolución que presente el consumo en los meses siguientes.
  5. Pymes: Las pequeña y mediana empresas son las más beneficiadas con la medida impuesta por el instituto emisor, debido a que podrán reprogramar sus deudas a menores tasas y a la vez inyectar capital líquido a su producción.

Foto: El Mercurio