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Cárceles semiprivadas en Chile:
Calabozos cinco estrellas
Si eres delincuente o está dentro de tu proyecto de vida serlo, reserva una habitación en los nuevos complejos penitenciarios del país que el Gobierno pretende tener disponibles dentro de cinco años. No serán hoteles cinco estrellas, pero los reclusos podrán disfrutar de celdas individuales con servicios higiénicos incorporados.
por Silvia Aranda, Paola Díaz y Claudia Monge.

Si una persona supiera cómo va a vivir al interior de la cárcel, seguramente lo pensaría dos veces antes de cometer un delito. La situación penal está en crisis y para nadie es un misterio que sus causas son múltiples y de diversa índole.

A la vista está el grave hacinamiento que se calcula en un 40% debido, entre otros factores, a las restricciones para otorgar la libertad provisional y a las mayores exigencias para obtener beneficios intrapenitenciarios como la libertad condicional o las salidas diarias y dominicales.

Nuestros reclusorios albergan a 36 mil internos aunque solamente están diseñados para 20 mil. De acuerdo a rangos internacionales, Chile debiera tener entre 15 y 20 mil reclusos y no casi 40 mil como es actualmente.

La falta de segregación entre criminales peligrosos y primerizos al interior de los penales contribuye a colapsar aún más el sistema: en vez de rehabilitación, lo único que consiguen los reos es aprender más trucos para cometer delitos.

A esto se suma el déficit de personal. Para las 114 cárceles a lo largo del país, existen 6.500 gendarmes que deben custodiarlas, lo que significa que cada uno de ellos tiene a su cargo a cinco presos. El estándar internacional sugiere que la relación óptima es de un gendarme cada tres reclusos.

Ello se pretende subsanar con la ley de plantas de Gendarmería que aumentaría la dotación a 3.500 funcionarios, los cuales ingresarían paulatinamente al servicio en un período de cuatro años.

El diagnóstico a todas luces es dramático y una de las últimas medidas que el gobierno ha decidido aplicar para remediar la situación es permitir el ingreso de capitales privados a la construcción de recintos penales.

Matrimonio Por Conveniencia

Las autoridades se la juegan por un sistema carcelario mixto en el cual el Estado, a través de Gendarmería, y un concesionario privado, se dividan las funciones. Los gendarmes seguirían a cargo de la vigilancia y la relación con los presos, mientras que las empresas asumirían la infraestructura de los penales.

La participación de privados se enmarca en el "Programa de Concesiones de Infraestructura Penitenciaria" que contempla la licitación del diseño, construcción, equipamiento y mantención de diez cárceles de alta y mediana seguridad.

Para llevar a cabo este último el Ministerio de Justicia firmó un convenio con el de Obras Públicas mediante el cual le encarga la ejecución del Programa, que se realizará a través de la Coordinación General de Concesiones (CGC).

El máximo jefe de la CGC, Germán Molina, declaró que con la incorporación privada habrá más eficiencia en la administración de las nuevas cárceles, mejorándose las posibilidades de atacar el hacinamiento e incorporando estándares de funcionamiento "muy superiores a los de hoy".

La privatización no va a producir en ningún caso una reducción de personal en Gendarmería. El Tesorero de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), Mario Olave, dijo a The Moroso que "esta medida significará ordenar un poco la casa, ya que los funcionarios que estaban ejerciendo como cocineros o choferes pasarían a desempeñar las labores para las que fueron contratados, es decir, de custodia y vigilancia de los reos".

En una primera etapa se concesionarán cinco recintos mediante la modalidad de licitación por grupos. El primer equipo está conformado por los penales de Iquique (Alto Hospicio), La Serena y Rancagua; mientras que el segundo lo integran los recintos de Concepción y Valdivia. En ambos casos se espera que la adjudicación esté lista para fines de 2001.

Para una segunda etapa se tiene previsto licitar dos cárceles en la Región Metropolitana y los recintos de Antofagasta, V Región interior y Puerto Montt.

El plazo para la construcción de estos nuevos complejos carcelarios que podrán albergar cada uno a 1.600 reclusos, es de cinco años y se necesitará una inversión de 260 millones de dólares.

El 22 de enero pasado, en tanto, se abrió el "Registro Especial de Precalificación al Programa de Concesiones de Infraestructura Penitenciaria", que agrupa a empresas nacionales y extranjeras interesadas en participar en el proceso de licitación. Para ello deben tener un patrimonio mínimo de 35 millones de dólares y capacidad de gestión demostrada.

El concesionario construirá el recinto penitenciario, proveerá todo su equipamiento, realizará la mantención de las instalaciones y puede prestar servicios de alimentación, salud, trabajo, educación y rehabilitación.

Gendarmería de Chile seguirá manteniendo las labores de custodia de los reos durante el cumplimiento de sus penas, tal como lo establece la ley. Mario Olave explicó que "la administración completa de una cárcel no puede ser entregada a una empresa porque ésta tiene fines de lucro y , por lo tanto, va a manejar el recinto como una suerte de hotel. Un hotel mientras está lleno deja plata y entonces al privado no le va a convenir que los presos salgan en libertad u obtengan algún beneficio ya que le van a pagar por cada reo".

Suitre inmaduro

 Ya están listas las características principales de los nuevos recintos. En términos generales, se establecerán tres zonas.

Una externa, constituida por las áreas propias de Gendarmería, como el control, el acceso, la administración y las bodegas.

En segundo lugar estará la franja de seguridad, que se define como el último nivel de contención que impide la fuga de los internos. En ella se realizará la vigilancia armada apoyada por la "tecnovigilancia".

Finalmente, se implementará la zona interna dividida en módulos que agruparán entre 50 y 80 reos. Allí estarán segmentados y clasificados de acuerdo a su calidad procesal, compromiso delictual y tratamiento para su rehabilitación. Las celdas serán individuales y tendrán incorporados los servicios higiénicos.

En esta sección se encontrarán también las áreas técnico-administrativas, laboral, educativa y deportiva como también los lugares de visita, salud, alimentación y los destinados a la realización de oficios religiosos.

Los pasajeros de estos futuros complejos penitenciarios no gozarán del mismo bienestar de un hotel cinco estrellas pero, sin duda, estarán mejor que en los actuales recintos, tan unidos a sangrientos motines.