Huérfanos
con Santa Lucía es, sin lugar a dudas, las esquina más
hot de Santiago. En ella, a sólo metros de distancia
coexisten los dos principales sexshop de la capital -Velvet
y Gallery- que, si bien no son los más antiguos y que existen
otros cinco por Internet, son los primeros en exhibir su singular
mercadería directamente en la vitrina. Ahí se pueden
ver desde audaces portadas de revistas extranjeras hasta preservativos
fluorescentes y de distintos sabores. Y en el interior de los locales,
consoladores cuyo tamaño varía según el gusto
del cliente y los más osados videos porno, incluidas las
primeras producciones nacionales: "Confesiones de una adolescente
(ninfomaníaca)", "Hanito, el genio del placer"
y "Apelación sexual".
El primero pertenece
a la cadena Amsterdam, del empresario holandés Henk Nijholt,
quien también tiene otra tienda en la capital (Nueva Los
Leones con General Holley), en Valparaíso y La Serena, a
las que de aquí a marzo del 2002, sumará ¡25
nuevos locales!, abarcando ciudades como Antofagasta, Calama, Temuco
y Viña del Mar.
Avecindado desde
hace cinco años en estas tierras y con una polola chilena
-"quien me entiende porque este es sólo mi trabajo"-,
Nijholt contempla una inversión inicial de 250 mil dólares,
entre juguetes para adultos, revistas pornográficas, películas
triple equis y lencería erótica. Es que este administrador
ya piensa en grande, avalado por sus socios de los Países
Bajos, con una vasta experiencia en el barrio rojo de la ciudad
homónima a sus locales. Según contó, los ejecutivos
de la productora Seventeen, una de las más importantes a
nivel europeo, y quienes le han dado distribución exclusiva
de sus películas, ya estén pensando viajar hasta nuestro
país a realizar castings con chilenos.
Si
encontrarán modelos como las del viejo continente puede ser
relativo, pero de que es un negocio rentable, no caben dudas. "Siempre
el porno te va a dar de comer. Pasa mucho que debido a los vaivenes
de las economías, algunos sectores dejan de ganar durante
ciertos períodos. La pornografía siempre está
bien -sonríe-. Siempre vienen los clientes hasta el sexshop
y gastan dinero. Nunca baja. En todo caso, una cosa es mantenerse,
y otra que te vaya muy bien. Aumentar el consumo es lo que cuesta",
confidencia Nijholt.
Gallery, en
tanto, por ser más antiguo -diez años en el mercado-,
es un local orientado al público tradicional chileno, ese
que según confiesa su dueño, Marcos Gallardo, está
compuesto por hombres tímidos y mujeres que entran dicen
que andan buscando un juguete para una amiga, "no para mí,
cómo se le ocurre".
No obstante,
según el empresario nacional, la mentalidad del consumidor
está cambiando, y ello se refleja en que sus ventas se han
incrementado enormemente y ha abierto nuevas tiendas en el centro.
"Por lo menos un tercio de la población gusta de películas
pornográficas y de implementos que ayudan en el placer sexual.
Ahora hay parejas que demuestran soltura y que entran a la tienda
y gastan treinta mil pesos en un consolador o un vibrador que les
resolverá problemas de estimulación", comenta.
Mall del
sexo
Dado
el auge que ha experimentado el rubro en la última década,
nada de raro estos artículos sean incorporados en la canasta
familiar con que se calcula el IPC. De ello están convencidos
los dueños de los sexshops capitalinos, principales
organizadores de la Primera Feria de Sexo y Arte Erótico
de Chile, realizada entre 11 y el 14 de octubre en el Centro de
Eventos Laberinto.
"La pornografía
no es nuestro mayor interés en la feria, puede que se venda
bien, pero no es la idea de venir aquí", dice, en primera
instancia, a The Moroso un vendedor detrás del mesón
de Amsterdam en el recinto. Pero añade: "De todas formas,
tenemos un sorteo de 10 películas triple x que son bien atractivas,
pero le queremos dar preferencia a los aparatos y accesorios a la
hora de promover la tienda", mientras pone la mirada en unas
bombas de vacío para fortalecer las erecciones, prendas de
látex y diferentes artículos de uso privado y misterioso
que tiene a la venta. De todas formas, no pierde la oportunidad
de mostrar su lista de precios de videos porno: 8 mil las europeas,
7 mil las nacionales y 15 mil los DVD. No se refiere a descuentos
o películas piratas, pues "están trayendo mucho
atado y es mejor hacerlo legal".
En el stand
del Gallery, que también se presentó al evento se
expresa la misma política, "todas las cintas a 5 mil,
que igual es barato, pero la gente se ha interesado más por
los vibradores y las cosas que no conocían. Es que el porno
igual es conocido, pero nosotros tratamos de ofrecer algo más
que eso. Algo que complemente la sexualidad y logre ese contacto
con el cuerpo sin miedo al placer que le hace tanta falta a los
chilenos", cuenta la anónima jefa del local, instalada
en un pequeño escritorio que le sirve de caja.
La entretención
para adultos (extraño eufemismo para la pornografía
y los juguetes eróticos) trató de sobrepasar la imagen
pervertida y marginal en esta primera feria temática sobre
el mercado del sexo en Santiago, para acercarlo a la fantasía,
la desinhibición y la responsabilidad personal y colectiva
de la sexualidad. A los sexshops mencionados, se les sumaron
sus complementos literarios y fotográficos, más una
tienda de bromas y otra de tatuajes. Todo ambientado con cuadros,
performances y música ad hoc, de manera que espontáneamente
nacían conversaciones y charlas motivadas por la curiosidad
y la confianza de un lugar predispuesto a un tema más limitado
por la vergüenza que por el tabú.
La oferta de
artículos fue de lo más variada: desde los chocolates
artesanales con formas genitales; condones de las más diversas
características de olor, sabor, color y texturas; vibradores
con múltiple velocidad, tipos y tamaños (cuyos precios
iban desde seis mil hasta sobre los 40 mil pesos); bombas de vacío
para "erecciones perfectas y tratamientos de crecimiento del
pene" (desde 15 mil pesos); ungüentos que prometen una
mayor excitación y placer; anillos de pene "que retardan
la eyaculación y ayudan a mantener el miembro erecto por
sólo ocho lucas"; y unas misteriosas bolitas unidas
con un cordel cuyo uso no fue explicado (pero que collares decorativos,
claramente no son).
Fantasías
fotográficas
Tal
vez el puesto más original de la feria fue una pequeña
mesa casi perdida al final de un pasillo. El único producto
presentado era un libro con fotos. Al hojearlo se veían variadas
fotografías eróticas, bastante llamativas, todo con
distintos personajes y ambientación. El dependiente a cargo
explica: "Somos una productora que hacemos books eróticos
de estudio. La gente viene y nos dice lo que quiere, entonces armamos
escenarios, le prestamos vestuario, maquillaje y todo lo posible
para poner en las fotos sus propias fantasías sexuales",
agregando que éstas pueden ser sadomasoquistas, transformistas,
artísticas, individuales, en parejas, grupales y hasta zoofílicas,
dependiendo de los gustos del cliente. La intención es que
quede lo mejor posible, así que se ensaya y hacemos que la
gente se relaje. Después entregamos siete fotos, más
una ampliación y todos los negativos para asegurar la privacidad".
El nombre de
la agencia es Versus y los precios van desde 15 mil pesos para una
sesión individual. Aumenta entre más gente y más
exigencias requiera el trabajo. De todos modos, aseguran gran calidad
y el apoyo de maquilladoras, iluminadores, diseñadores y
fotógrafos para que el cliente quede conforme. El teléfono
de contacto es el 09-6941508. Pasamos el dato porque, quien sabe,
más de alguna persona, fuera de su vida privada, anhela con
convertirse en porno star.
Butacas
XXX
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Dos meses
después del debut oficial de las salas triple equis
en Chile, el negocio ha demostrado ser tan rentable que, según
informaciones de prensa, ya se anuncia el próximo debut
de dos nuevos cines especializados en cintas porno en el centro
de Santiago, uno de los cuales estaría dedicado exclusivamente
al mundo gay.
Fuera
del cine Apolo, ubicado en la calle Diagonal Cervantes, está
funcionando con excelente taquilla el Hard Cinema, en el ex
teatro El Ángel. Mientras el Apolo ofrece un programa
doble con dos filmes europeos, el Hard Cinema proyecta una
película norteamericana. A pesar de que los argumentos
de las tres películas no difieren mucho entre ellos
existen espectadores de sobra para las dos salas.
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