Uno
de los recursos económicos más importantes y exportables
de Chile es el vino. Reconocido en el mundo entero por su calidad,
cuerpo y tradición, la industria vitivinícola nacional
ha sido el soporte histórico de los recursos monetarios de
nuestro país.
Desde
hace largo tiempo el vino se ha convertido para Chile en uno de
los símbolos patrios. Un producto noble, con vida propia,
fruto de las particulares características geográficas
de esta tierra.
Cada
año las cifras de la industria chilena de vino crecen de
manera espectacular, lo que ha traído una serie de beneficios
y posicionamientos en los mercados extranjeros. Sin embargo, la
industria chilena está contrapuesta por la fuerte competencia
que significan los poderosos productores de la vieja guardia como
Francia, Italia y España , y la feroz arremetida de Australia
y Estados Unidos.
En
ese contexto se mueve nuestro país. Con volúmenes
de vino exportado que superaron los 2 millones 500 mil hectolitros,
y retornos de 600 millones de dólares el año pasado.
Para
este año las ganancias superarán 670 millones de monedas
americanas o, por lo menos, es la proyección que hace Rafael
Guilisa, presidente de Viñas de Chile, entidad que agrupa
a los mayores productores del país. "Según
informes preliminares, el análisis sobre el comportamiento
vitivinícola aumentó 500 mil hectolitros, lo que comparado
al año 2000 significó un aumento de un 50 por ciento.
Para el 2001, las ganancias superarían los 670 millones dólares,
cifra que habla por sí sola de la importancia de este rubro
en la economía chilena", señala.
Una
imagen positiva de Chile en el exterior se debe, en gran medida,
al vino, a su sabor y aroma respetado en todo el orbe. Actualmente
está presente en 95 países y el ingreso a las arcas
fiscales es notable con un total de 18.425 millones de dólares
el año pasado.
La
industria chilena del vino ha experimentado en los últimos
años un crecimiento espectacular y mientras el mundo del
vino no encuentra destino para sus excedentes, Chile aumenta sus
exportaciones de 430.500 hectolitros en 1990 a 2.647.499 hectolitros
en el 2000.
En
lo relativo a ingresos en dólares americanos crece desde
514,9 millones de dólares en 1999 a 568,9 millones en el
2000 de total de las viñas.
Jorge
Taulis, gerente de exportaciones de Viña Cánepa, una
de las empresas vineras con mayor tradición en el país,
indicó que "el nivel de exportaciones del vino chileno
este año ha sido satisfactorio. Incluyendo embotellados y
graneles, el vino chileno es un producto que está en casi
todos los países del mundo y nos representa en forma notable
en el extranjero".
Lo
anterior es resultado de la tendencia mundial a incrementar el consumo
de vinos finos, y Chile dentro del grupo de países productores-exportadores
tiene ventajas comparativas para producirlos.
Entre
estos factores que posicionan al vino chileno como uno de los más
competitivos en el mundo se encuentra como característica
principal las óptimas condiciones naturales para la producción
de vides de cepas nobles. Existen numerosos microclimas en donde
se reúnen combinaciones de suelo, luz, temperatura y humedad
para permitir la producción de uvas de calidad. A esto, se
une la gran cantidad de suelo y extensas plantaciones que permiten
crear la variedad de tipos que actualmente están en condiciones
de entregar los productores chilenos.
A
esto, se unen los recientes avances en tecnología vitivinícola,
modernización de equipos e instalaciones que ubican a Chile
en un nivel similar al de países que han desarrollado más
ampliamente un potencial productor y exportador de vinos finos.
Inversión
y mercados extranjeros
Los
mercados del vino están dividido en dos grandes bloques:
el del viejo mundo, donde destaca Francia, Italia, España
y Alemania, y el del nuevo mundo compuesto por Australia, Estados
Unidos, Argentina y Chile.
Al
respecto, Jorge Taulis asegura que nuestro país tiene una
importante participación en ambos sectores, lo cual hace
del vino nacional un producto exitoso. "Estamos siempre compitiendo
mano a mano con los australianos y argentinos, por lo tanto no podemos
dar ventajas. Ahora, Francia e Italia son dos países demasiado
consolidados, pero nuestro bloque del nuevo mundo le ha quitado
una no poca participación en algunos mercados, lo que de
por sí ya es un mérito", explica.
Taulis
destaca, por sobre todo, los buenos términos de imagen de
este producto en los mercados internacionales. "El glamour
que representa nuestro producto en términos de imagen es
insuperable a otros exportables desde Chile. Tiene presencia en
los niveles socioeconómicos medios y altos. En muchos lugares
del planeta, Chile es conocido sólo gracias al vino",
aseguró.
Es
precisamente esta imagen la que genera el gran potencial de la industria
vitivinícola chilena, la que no ha pasado desapercibida para
los inversionistas extranjeros quienes, individualmente o asociados
a capitales chilenos, están apuntando hacia vinos de excelencia.
De esta manera, la inversión extranjera en la viticultura
nacional alcanza a 114,1 millones de dólares en el período
1974-2000.
La
decisión de invertir comienza con la viña Miguel
Torres que en 1979 inicia el proyecto con la adquisición
de 100 hectáreas en la zona vitivinícola de Curicó.
Actualmente posee viñas e inversiones en el Reino Unido,
Estados Unidos, y su casa matriz en el Penedés, España,
además de Chile.
También
se encuentra la empresa noruega A/S Rederiet Odfjell que compró
terrenos en la Sexta Región y dedica una superficie de 300
hectáreas, cien por ciento al cultivo de la vid. Esto fue
acompañado de una importante inversión en la modernización
de una bodega moderna en infraestructura técnica y en el
diseño arquitectónico, lo que representó un
costo de 12 millones de dólares.
Bodegas
y Bebidas, división de vinos del Banco de Bilbao y Vizcaya
con Agrícola Mayol Bouchon S.A. invirtieron 5 millones
de dólares en la Viña Selentia S.A. en San
Fernando, la que se dedicará principalmente a embotellar
y exportar. La bodega tiene una capacidad de vinificación
de 1,2 millones de litros y 3.000 barricas de encina francesa. A
lo anterior hay que agregar una dotación de 150 hectáreas
de viñas que están vinculadas al proyecto.
Inversión
nacional
Las empresas vitivinícolas chilenas, independiente de su
tamaño, han efectuado grandes inversiones tanto en tecnología
como en nuevas plantaciones aprovechando la condición del
país que presenta innumerables microclimas y suelos.
Una
inversión cercana a los 600 millones de dólares realizará
la industria vitivinícola durante los próximos años.
Estos recursos no sólo se traducirán en nuevas superficies
plantadas sino que principalmente estarán destinadas a la
implementación de la infraestructura necesaria para procesar
y almacenar la mayor producción que se espera hacia el año
2002.
La
economía vitivinícola ha seguido la tendencia general
del sector agroalimentario hacia la internacionalización
y aunque los intercambios crecen en valor en los últimos
años, la importancia económica del sector aparece
globalmente en regresión.
Un
producto con denominación de origen adquiere una fuerte identidad,
que la toma en parte de su origen geográfico de donde incorpora
el suelo y clima a lo que agrega los factores técnicos y
humanos, todos sumados le confieren al producto su personalidad.
Chile
ha desarrollado una estrategia basada en la denominación
de origen geográfico, que constituye una posición
intermedia entre la denominación de origen europea y la indicación
de procedencia norteamericana. Lo anterior asociado a la mención
de cepaje, permite enfrentar el mercado internacional con un respaldo
de seriedad y calidad que permite adaptarse fácilmente a
los cambios que impongan los consumidores a futuro.
El
país proyecta su imagen de estabilidad económica y
política, que lo hace atractivo y confiable para inversiones
vitivinícolas tanto nacionales como extranjeras. Además,
su aroma, sabor y cuerpo son suficientes garantías para posicionar
y respetar a los vinos chilenos en el mundo. Las cifras de exportación
e inversión extranjeras hablan por sí solas y demuestran
que pese a la recesión mundial, siempre existirá mercado
para nuestros vinos de excelencia.
Y
sobre estas sólidas bases, tanto la acogida del vino en el
mercado externo como el desarrollo de la vitivinicultura, presentan
un futuro muy promisorio para el otrora llamado elixir de los dioses.
Principales
países de destino del vino chileno
(Exportaciones en volumen y dólares [US$])
País
|
Millones de litros
|
Millones de US$
|
1. EE.UU.
|
53.3
|
122.7
|
2. Reino Unido
|
46.7
|
109.4
|
3. Canadá
|
27.6
|
41.3
|
4. Alemania
|
16.7
|
31.5
|
5. Dinamarca
|
14.2
|
26.7
|
6. Japón
|
10.0
|
27.8
|
7. Holanda
|
8.0
|
19.6
|
8. Suecia
|
8.0
|
18.3
|
9. Francia
|
7.7
|
11.3
|
10. Noruega
|
6.8
|
13.2
|
Fuente: Chilevid
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