HISTORIA  
Las tretas más grandes de Chile
El trueque:
La vigencia de un sistema arcaico

Si bien esta práctica comercial se usó en las antiguas civilizaciones, en pleno siglo XXI es utilizada por dos y medio millones de argentinos. En Chile, cerca de cinco mil personas participan de los 25 clubes de trueque existentes en el país. ¿Estamos frente a una alternativa al mercado formal?, The Moroso investigó y ahora contesta en exclusiva.

por Rocío Montes

"Comercio a base de intercambiar productos sin utilizar dinero o crédito''. Así define la palabra trueque el diccionario enciclopédico ilustrado Sopena. Una explicación sencilla, pero que apunta al corazón de este sistema.

El historiador griego Heródoto describió la forma en que se efectuaba el trueque en las antiguas civilizaciones. Los primeros comerciantes fenicios, griegos y cartagineses descargaban sus mercancías en las costas de la península de Hispania y luego se retiraban. Los nativos colocaban al lado del alijo aquello que querían intercambiar y también se alejaban. Los mercaderes mediterráneos volvían, evaluaban la propuesta y recogían parte de los artículos. De acuerdo a su valoración podían añadir nuevos productos.

Quienes dieron mayor resonancia a esta práctica fueron los fenicios, cuyo origen se remonta al año mil AC. Antes de que naciera el concepto del dinero, esta raza de semitas-cananeos que vivía a orillas del mar Mediterráneo, habría sido la primera en utilizar el trueque.

Impulsados por la difícil situación económica en que vivían se lanzaron al mar para solucionar sus problemas. Gracias a esto sus relaciones comerciales aumentaron y fundaron ciudades portuarias como Biblos, Sidón y Tiro que al mismo tiempo sirvieron de bodegas para las mercancías.

Con este modo de operar entre manos, los fenicios accedieron a mercancías de otras latitudes. Pero el paso del tiempo trajo un sistema nuevo: la compraventa con oro y plata. La esencia del trueque se perdió porque dichos metales son equivalentes al dinero de hoy.

Sin embargo, las permutas se desarrollaron paralelamente en distintas y lejanas culturas. Consta en documentos que el trueque fue el modo más común entre los pueblos autóctonos de América para comercializar sus productos. Principalmente los aztecas, mayas e incas lo practicaron.

Asimismo, la experiencia del canje en Chile se remonta a sus pueblos originales. Culturas como la aymara o la mapuche aún ejercen el sistema que posteriormente fue trasmitido a la población criolla conformada por campesinos y sectores populares urbanos.

Diversas formas de cooperación no lucrativas han permanecido en el tiempo: la minga, las vueltas de mano y la trilla, por nombrar algunas, han constituido estrategias de supervivencia y de desarrollo bastantes eficaces en estos segmentos de la población. Desde este punto de vista el trueque está internalizado en la cultura nacional. Es probable que esta sea la explicación a la facilidad con que está tomando fuerza el trueque en este siglo.

La fiebre trasandina

Nacieron como respuesta a la crisis económica, la falta de trabajo y recursos. Fueron potenciados por la mínima presencia de circulante que arrastró el "corralito bancario". Ahora, los clubes de trueque en Argentina son el ámbito donde millones de ciudadanos se han procurado una digna economía de subsistencia.

La red de contención social que representan estos grupos es primordial. Alrededor de dos y medio millones de personas ya han entrado a este circuito de intercambio que cuenta a unos cinco mil conjuntos en el país. Estos moverían a diario unos tres millones de kilos de comida.

La Red Global del Trueque, así se le conoce en el país trasandino, surgió en 1995 como iniciativa de un piquete de agricultores que estaban imposibilitados de acceder al mercado formal. Empezaron por cambiar sus productos y pronto ya tenían una primera feria. Desde ese entonces, y mientras la crisis económica del vecino país se hacía cada vez más aguda, los "nodos'' -lugares donde se reúne la gente- se multiplicaron en forma asombrosa.

Básicamente, cada club pide cinco dólares como cuota de incorporación. A cambio recibe 50 unidades de la única moneda que se acepta dentro de la feria y que es llamado "crédito". Ésta sirve para pagar por los productos y servicios requeridos.

Esta dispositivo monetario está inspirado en las teorías del economista germano-argentino Silvio Gessel. Éste cree que la explotación del trabajo humano se debe a fallas estructurales del sistema monetario y al contradictorio doble papel del dinero, como medio de intercambio y de acumulación de poder. Para que esto no ocurra, según los defensores del trueque, la moneda debe ser perecedera u "oxidable", cuya acumulación resulte contraproducente.

El funcionamiento de los clubes de trueque es muy simple. Cada uno de ellos se reúne hasta dos veces por semana en un colegio o sede vecinal. Sólo en la ciudad de Mendoza operan 700 grupos. Las transacciones comienzan al llamado de una orden, similar a la apertura de la bolsa de Nueva York. Una vez a la semana, se realizan mega ferias donde participan decenas de estas asociaciones de "prosumidores", término acuñado por los participantes y que nace de la combinación de productores y consumidores.

Los límites para los cambios están sólo en la imaginación. Un pastel, un cuadro al óleo, lechugas o un chaleco tejido a mano, pueden ser trocados por un corte de pelo, un mueble, pañales o un par de canarios. Adentro del ruedo no se ve dinero, e incluso hay listas de precios para que ningún "prosumidor'' especule. Si se le descubre cobrando más de la cuenta recibirá un castigo pecuniario o la expulsión. Existen coordinadores que fiscalizan la actividad.

En sólo siete años el trueque nuevamente ha surgido con fuerza en Argentina. Según los prosumidores, más del 80% de las necesidades básicas de una familia se satisfacen con esta práctica. Para otros ésta es la única forma de resolver los problemas inmediatos de la gente, la alternativa a una economía formal agonizante.

El modelo criollo

Aunque el trueque es para muchos una cuestión de culturas antiguas, lo cierto es que desde hace dos años está en Chile. El influjo de la experiencia argentina traspasó las fronteras.

El sociólogo y coordinador del Club de Trueque de San Bernardo, Alejandro Salinas, explicó a The Moroso que hoy existen cerca de 25 grupos en el país. Distribuidos en las ciudades de Temuco, Concepción, Viña del Mar, San Felipe, Los Andes, Talca, San Javier, Paine, La Pintana, Maipú, El Bosque, La Serena y Buin, entre otras. El promedio de participantes es de 200 personas por conjunto.

Salinas señaló que "las personas que no tienen acceso al dinero, o que tienen un acceso limitado a él, pueden perfectamente satisfacer sus necesidades mediante esta práctica''. Agregó que en esto radica la mayor ventaja del sistema.

A diferencia de los argentinos, que poseen el "crédito'', en Chile se está promoviendo la idea de que cada feria emita una moneda propia. Según Salinas, esto permite una identificación de la comunidad con ella y un control más eficiente sobre la misma. "En el caso de San Bernardo, esta moneda se llama ´canelo´ y equivale a un kilo de pan", explicó el profesional a The Moroso.

Salinas reconoce que actualmente no es posible vivir solamente del trueque, por esta razón lo considera un complemento importante para aquellas personas que no tienen acceso al dinero formal. "En ese sentido, es funcional y útil", sentenció.

En el país existen dos modalidades de trueque: el directo, donde las personas son capaces de acordar el precio de los productos o servicios, y el indirecto en que se realiza el intercambio a través de la moneda social. Con este parámetro se soluciona, a juicio de Salinas, el problema de las equivalencias entre la oferta y la demanda.

La moneda social se puede adquirir a cambio de productos, entregando parte de la producción u ofertando los servicios ante el banco social. En el club de San Bernardo se entrega un máximo de diez "canelos''.

La organización de la feria cuenta con un "almacén social'' que hace recircular aquellos productos adquiridos a cambio de las monedas. Con ello se respalda el sistema y se garantiza que "siga cumpliendo con la función de satisfacer necesidades", advirtió Salinas.

Una estrategia de supervivencia

Para el economista Claudio Lara, coordinador del programa de economía internacional de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe, Consumer International, el trueque es un medio de sobrevivencia. En su opinión, el sistema surgió a raíz de la crisis económica argentina que mermó el poder adquisitivo de las personas.

El profesional señaló a The Moroso que la mercantilización de nuestra sociedad aumentó aceleradamente durante los noventa, producto de los diferentes modelos económicos que se han aplicado. Añadió que por ello el tema de acceso al mercado es un tópico fundamental dentro de la región.

"En períodos de crisis las personas, con bastante creatividad, comienzan a intercambiar los diferentes bienes y servicios que tienen a su disposición'', subrayó el economista.

¿Qué representa el trueque para la ideología liberal?

"El trueque no es muy bien visto entre quienes promueven el mercado. Lo paradojal de esto es que dentro de la ideología liberal la única forma en que una sociedad pueda funcionar es mediante la totalización de los mercados. Lo que está ocurriendo acá es que alguien que le sale al camino a esa totalización, le sale al camino por fuera, como una propuesta alternativa''.

Muchos tienen la idea de que el trueque es un sistema arcaico...¿lo considera un retroceso?

"Lo veo como un mecanismo que permite enfrentar una situación crítica en un momento determinado. Si uno lo concibe así, obviamente no puede ser una alternativa al mercado a largo plazo. Más bien el trueque es una alternativa para los sectores excluidos de la sociedad.

¿Qué efectos produce este sistema de intercambio en la economía formal?

"Yo creo que conlleva más efectos políticos e ideológicos que efectos propiamente económicos. Al final el trueque, por muy extenso que sea, como es el caso de Argentina, no le agrega ni le quita al mercado. Más bien lo coloca en cuestión, en términos ideológicos".

¿Qué ha puesto en evidencia el renacimiento del trueque?

"Lo que está detrás es el fracaso de una determinada forma de organizar la economía. No solamente en términos técnicos, sino más bien de tipo ideológico. Es un país (Argentina) que trató de aplicar al extremo las políticas de liberalización (impuestas por el Fondo Monetario Internacional) . Lo que está detrás es el fracaso de este tipo de políticas''.

¿Cuáles son sus principales limitantes?

"Siempre se ha señalado que el trueque tiene dos límites. El tema de lo engorroso que significa llevar adelante un trueque, dicho en términos económicos la falta de eficiencia del intercambio en ese plano, y el tema de la dificultad para llevar adelante los intercambios a gran escala. El trueque sólo es una alternativa dentro de una economía local y focalizada. Está lejos de servir como un mecanismo eficiente para una economía nacional o global.

Por último el economista se refirió a que existen diferencias entre el trueque tradicional o de las antiguas civilizaciones y el de hoy. "Antes se utilizaba el cambio de bienes por bienes. Ahora esto está intermediado por papelitos que tienen ciertos valores. En el fondo es el rol del dinero'', concluyó.