C O N S U M I D O R E S
Merchandising de "31 minutos":
Tulio Triviños, uno de los personajes principales de "31 Minutos"
Más que un juego de niños

La aparición de las marionetas a comienzos de este año produjo algo más que un fenómeno comunicacional, que trascendió hasta el plano económico..

por Gabriel Esteffan

Cuando en abril del año 2002 TVN rechazó la propuesta de la productora Aplaplac, no se vislumbraba aún el gran fenómeno televisivo que irrumpiría durante el 2003. Es que la idea de realizar un programa infantil no entusiasmó mucho a los ejecutivos de la red estatal. Sin embargo, los chicos de Aplaplac no se dieron por vencidos y esta vez presentaron "31 minutos" al Consejo Nacional de Televisión (CNTV), para postular a uno de los fondos concursables. Esto lo hicieron un fin de semana antes de que cerrara el plazo para postular al Fondo Pro del CNTV, y se ganaron los 82 millones con que financiaron la empresa.

Al ser una de las producciones auspiciadas, este gran bosquejo pudo ver la luz, con dificultades variadas, en marzo de este año.
Esta verdadera aventura para poner al aire a los títeres tiene una lectura negativa para los nuevos negocios que puedan surgir: la poca visión que puede afectar a los buenas ideas y a los emprendedores. De una idea desechada las marionetas de Díaz y Peirano pasaron a ser el producto estrella del canal de todos. Esto por fortuna para TVN, ya que de haberse ido a otra estación televisiva, todavía se estarían recriminando.

Así Tulio Triviño, Juan Carlos Bodoque, Barón Von Bola, Mico el Micófono, Policarpo Avendaño, Calcetín con Rombos Man, entre otros pasaron en poco tiempo a ser personajes reconocidos y admirados. Aquí surge otra peculiaridad en este innovador espacio televisivo, ya que su público objetivo pasó de ser netamente infantil a una masa de espectadores, que sin importar su edad sigue cada paso de estos nuevos ídolos de la pantalla chica.

Claro que para que este espacio haya causado tanto furor, nada fue dejado al azar. Los títeres fueron cuidadosamente diseñados en un trabajo en conjunto con todos los integrantes de la productora, comandados por el director de arte, Matías Iglesias, dotándolos con un elemento que marca a cada uno de los "monos": su personalidad.

En un comienzo el programa iba los sábados en la mañana, dentro del programa TRONIA, pero fue tanta la expectativa provocada que pasó a ser transmitido en horario estelar los días viernes.

El negocio de los muñecos

La efervescencia producida por estos personajes de género fue tal, que a mediados de año salió a la venta el primer producto de merchandising de "31 minutos": el álbum. Éste fue lanzado por Salo en julio de este año, con más de 200 láminas, afiches y juegos. Perla Sardón, del departamento de marketing de Salo, señaló a The Moroso que "los resultados han sido mucho mejores que lo esperado, y pensamos lanzar productos anexos de 31 minutos debido al éxito que se ha tenido, próximamente los colocaremos en el mercado".

Acerca de lo que representa el programa, Perla afirma que " 31 minutos es y será por algún tiempo más un fenómeno nacional que ha dejado mucho por hacer y decir, es una influencia positiva para los niños y también adultos que son seguidores de ellos. Nosotros apostamos por ellos y los apoyamos en este camino y juntos hemos obtenido excelentes resultados".

Simultáneamente llegó a sus seguidores el disco de "31 minutos", el cual fue lanzado en el mes de julio y rápidamente llegó a vender 120.000 copias. Es decir, séxtuple disco de platino. Esta información la entregó a The Moroso, Jean Pierre Endré, ejecutivo de markenting del sello "La oreja", el cual lanzó los compactos y cassetes. "Estamos muy contentos con la recepción y venta del disco. La idea era hacer un álbum bonito, que fuera como comprar un juguete. Que la carátula fuera atractiva, que tuviera calcomanías", señaló Endré.

Además, como el 2004 volverán los títeres y marionetas con nuevas canciones, ya está asegurada otra producción discográfica. "No había que pensarlo dos veces, viendo el éxito que tuvimos este año", concluye Endré.

Sacando cuentas, cada disco cuesta alrededor de 7.500 pesos. Si esto lo multiplicamos por 120.000 copias, obtendremos la friolera de 900 millones de pesos por concepto de ingresos sólo en este acápite. Más de un millón de dólares, ahorra todo comentario al respecto.

Aparte de estos productos, la productora APLAPLAC ha externalizado la parte de los productos alusivos a los títeres a AGOSÍN producciones, quienes están estudiando qué elementos lanzar próximamente al mercado.

La infaltable piratería

El programa 31 minutos es realizado por la productora Aplaplac

Como todo fenómeno de ventas, "31 minutos" no está inmune de ser copiados ilegalmente y sin recibir nada, ver cómo se reproducen los artículos de marketing en las veredas. Obviamente, a los pocos días de haber salido a la venta los discos compactos en los locales establecidos, los vendedores informales ya vendían el CD "pa' los regalones" a un precio bastante menor que el de las tiendas.

Si la cantidad de unidades comercializadas ya es muy grande de manera legal, la pregunta surge espontánea: ¿cuántos serán los discos piratas vendidos?.

Otro elemento de las cunetas que tiene como inspiración a las marionetas de Díaz y Peirano, es Mico el Micófono. El encuestador del programa está hecho a base de un tubo de PVC y un poco de esponja, claramente sin pagar por el derecho de autor.

Viendo la cantidad de discos vendidos, en "La oreja" calculan que son más o menos 200000 el monto total, contando los originales y los piratas. Para evitar una pérdida mayor, el mismo diseño está hecho para incentivar la compra del auténtico.
Esta lista se puede engrosar con el aumento de productos que saldrán a la venta próximamente, tal vez para navidad ya que no es una fecha para desperdiciar, sobre todo desde el punto de vista comercial.

Una bola de nieve...

Como ya está confirmada la segunda temporada de este exitoso programa, las dimensiones que puede adquirir este fenómeno parecer inconmensurables. El fanatismo que produjo en su primera aparición prevé que el proyecto, rechazado en el inicio del año 2002, alcance una repercusión aún mayor. Ahora ya mucho más como un fenómeno comercial, que como un fenómeno comunicacional.