Más artículos
enu
Entrevista
Milan Ivelic, director del Museo de Bellas Artes:

“El museo es el álbum familiar de Chile"

Reponiéndose del impacto que produjo el robo de una obra del célebre escultor francés Auguste Rodin desde el museo, Ivelic no se detiene en sus planes de acercar la cultura a la gente.

Pero también critica al modelo económico, a la prensa y a quienes exigen cultura sin satisfacer antes las necesidades básicas de la sociedad. Son las venturas y desventuras de un Quijote de cuello y corbata.

Por Daniel Fernández y Sebastián Rivas


Cuando uno se imagina al director del Museo de Bellas Artes (MNBA), suele pensar en alguien que vive en la burbuja de las artes, inmerso en un mundo de imaginación y sueños. Sin embargo, Milan Ivelic (70 años, profesor de Estética) es una persona común y corriente, que tiene las mismas preocupaciones que los demás y que no se complica con tecnicismos a la hora de expresar sus argumentos.

Ivelic es un hombre de ideales quijotescos, preocupado por la cotidianeidad del país: la desigualdad, la influencia de la televisión, a la que señala como “un mundo de mentira que crea tensiones sociales y económicas muy fuertes”, y el poco compromiso que existe con la herencia cultural, aunque él cree que hay una buena explicación para esto:

“Un porcentaje importante de la población chilena tiene que dedicar su tiempo fundamentalmente a la sobrevivencia y, por lo tanto, no puede darse el lujo de frecuentar espacios culturales. Como dice Bernardo Subecaseaux, hay un espesor cultural bajo en la sociedad chilena. Y eso solamente lo puedes ir llenando con educación y con familiaridad con los espacios culturales. Pero esas dos cosas se dan en la medida que tú has logrado superar los problemas simples, porque mientras eso no se supere no podemos predicar la cultura a gente que ni siquiera tiene la posibilidad de la sobrevivencia”.

Con Tinta Negra (CTN): ¿cómo ve usted a la sociedad chilena actual?

Es una sociedad que está desarrollada a través del neoliberalismo, con dos brazos armados que son el consumo y el mercado, y una población que no tiene capacidad crítica para reflexionar y se deja conducir. Y si a eso agregamos que el poder esta concentrado fuertemente, incluso en los medios de comunicación, entonces la población tiene muy pocas posibilidades de participar.

CTN: En los medios asoma un estereotipo de que la cultura es aburrida...

Yo creo que es un problema de capacidad creativa. He visto programas seudo-culturales que son francamente aburridos, porque no puedes trabajar un programa cultural con el guión de la frivolidad.

CTN: ¿Cree que los medios no se preocupan del tema?

Es que uno ve cuánto tiempo se le dedica a la política, a la economía, a la farándula, y cuánto a la cultura y ahí uno se da cuenta de la realidad. Por eso tengo un profundo malestar con mi país, lo que no quiere decir que caiga en una mirada pesimista, porque mientras los problemas son mayores, más empeño hay que ponerle. Pero es increíble la capacidad que tienen los medios de comunicación para movilizar a la sociedad, porque soy un convencido de que lo que no se informa no existe.

“El robo es un daño imborrable”

En estos últimos días el museo ha estado en el foco de la atención por el robo de la pieza del escultor francés Auguste Rodin, “El Torso de Adele”, por parte de Luis Onfray, estudiante de arte la Universidad Arcis. Y es evidente que Milan Ivelic aún sigue afectado por el suceso, el más grave en sus catorce años de gestión. Pero él no quiere que este hecho atente contra lo que él considera el espíritu del museo: ser un espacio abierto a todos.

CTN: ¿Cómo puede ocurrir esto en una exposición tan importante como la de Rodin?

Lo mismo me pregunto yo. Hubo una falla humana, cosas que no se pueden prever, fallas a las que no tengo explicación. En lo personal, me produce un profundo dolor, porque lo peor que le puede pasar a un director de museo es que desaparezca una obra, pero hay que poner el hombro.

CTN: ¿Por qué no quiso tomar medidas como cerrar el museo después del robo?

Lo peor es cerrar. El museo tiene que seguir, porque es como cuando se te muere un familiar: tú sigues viviendo. Reforzamos las medidas de seguridad, dentro de un rango de capacidad económica, porque nunca podremos tener un guardia por sala. Pero siempre tendremos la duda de que pueda pasar de nuevo.

CTN: ¿No se le pasó por la cabeza renunciar?

No, por mucha presión que hubo y que aún existe, porque no me siento culpable. Hay que hacer el doble de esfuerzo por volver a la normalidad, seguir luchando por traer las mejores exposiciones que se puedan, independiente del factor económico.

CTN: ¿Y cómo puede influir en la venida de otras exposiciones?

El daño que hemos sufrido es enorme. Nos hemos demorado mucho en lograr establecer una imagen no sólo nacional, sino que internacional y, de buenas a primeras, eso se te viene abajo. Es imborrable. Pero un hecho esperanzador es que las cinco exposiciones internacionales que tenemos en el segundo semestre están reconfirmadas (N. de la R.: Bélgica, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Uruguay). Eso me deja más tranquilo, pero obviamente la noticia recorrió el mundo, porque se trata de un artista de la importancia universal que tiene Rodin.

CTN: Usted también es profesor. ¿Qué le parece que el estudiante que sustrajo la obra calificara lo que hizo como un proyecto artístico, una acción de arte?

No, es una acción delictual, porque una acción de esa naturaleza implica un problema tanto ético como estético. Él debió haber previsto el enorme daño que iba a provocar, tanto al museo como a él mismo, porque se autodestruyó. Lo que me preocupa es que haya una mirada negativa o destructiva en torno a los espacios culturales, pues sería muy preocupante.

Sin embargo, no todo son malas noticias para el museo. La exposición de Rodin es una de las más vistas en su historia, pues sólo en el primer mes reunió a más de 120.000 personas. Pero para Ivelic la cantidad de gente no es lo más relevante:

“Lo que me interesa es saber qué pasa con esa gente, si consideró que valía la pena venir al museo. Y si esto me lo dicen diez o cien personas no es lo más importante. Los récords cuantitativos dejémoslos para otro tipo de espectáculos”.

“Hay que actuar con estrategia”

Ivelic está orgulloso de su labor. Durante su dirección, el museo quintuplicó las visitas anuales, hasta llegar a las actuales 400.000. Sin embargo, y a pesar de todos los logros, él siente que aún existen materias pendientes. Sueña con un Bellas Artes renovado para el bicentenario y con que todos los chilenos lleguen a sus puertas algún día.

CTN: En el Chile actual, ¿qué rol juega el museo?

El museo hace fundamentalmente dos cosas: primero, conservar un patrimonio – porque es como el álbum familiar de Chile–, y luego mostrarlo, porque la difusión es parte fundamental de nuestro trabajo, contribuyendo a crear conciencia de la herencia de la sociedad chilena.

CTN: ¿Cómo cree que ve la gente al Bellas Artes?

Hay un porcentaje importante de la población que lo siente como propio. Por ejemplo, a raíz del robo, hay una gran cantidad de gente que se ha acercado o enviado cartas señalando con mucha congoja lo que pasó, igual que si se muriera un familiar. Lo que nosotros hemos tratado de hacer en todos estos años es lograr que éste sea un espacio democrático.

CTN: ¿Tienen algún plan para sacar las exposiciones, a modo de acercarlas a la población?

Es lo que estamos haciendo. Ahora estamos en los Mall Plaza. Claro, uno podría preguntarse cómo el arte va estar metido en un espacio de consumo.

CTN: Suena un poco contradictorio…

Pero hay que trabajar con una realidad, y la realidad es que hoy en día los malls son el lugar de encuentro la sociedad chilena. Entonces, hay que actuar con estrategia.

CTN: La idea del museo sin muros.

Y hay que seguir haciéndolo. En la medida en que podemos hacer itinerancia con nuestras exposiciones, continuaremos en ese afán.

CTN: ¿Hay proyectos para ampliar el museo?

Hay un proyecto de ampliación hacia abajo, porque no podemos expandirnos hacia los costados. Queremos aprovechar que el 2010 el museo cumple cien años de vida, y para eso estamos trabajando para conseguir los recursos que nos permitan llevar a cabo esta ampliación. Ése es mi sueño, mi proyecto final: poner las bases de la refundación del museo.

CTN: ¿Y no le gustaría que todos los chilenos entren alguna vez al Bellas Artes?

Es mi otro sueño, pero es difícil, porque hay mucha gente a la que definitivamente no le interesa. El arte no es una actividad que tenga la cotidianeidad que tienen el fútbol o el tenis, donde los medios de comunicación se han encargado de darles la importancia que tienen. Tal vez algún día eso se llegue a concretar, pero siento que no se va a lograr nunca.

Cultura y arte según Ivelic

Una discusión complicada es sobre qué significan los conceptos de cultura y arte. Por ser de naturaleza amplia, son difícilmente encasillables en una sola definición. Por eso, CTN aprovechó la oportunidad para consultarle su opinión al mismísimo director del museo más importante del país.

CTN: Defina cultura.

Cultura viene de cultivo. Es crecimiento permanente del ser humano, física y espiritualmente, por eso nunca la cultura deja de existir.

CTN: ¿Qué es el arte?

El arte tiene por objeto mostrar un mundo que habitualmente no vemos. El arte hoy en día es resignificar la realidad, encontrar en ella nuevos sentidos que habitualmente todos nosotros no captamos, pero que está ahí, a la espera de que alguien lo capte, y ése es el artista. El arte es resemantizar la realidad.

Sitios Relacionados:

Museo Nacional de Bellas Artes

Robo de “El Torso de Adele” en medios internacionales

Museo Rodin de París

Volver Imprimir Subir Portada