Entrevista al prof. Juan Pablo Cárdenas
"Con el Premio Nacional no se termina mi trayectoria"
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El prof. Juan Pablo Cárdenas fue postulado al premio por iniciativa de nuestro Instituto |
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El académico fue homenajeado por la Escuela en el Auditorio José Carrasco Tapia |
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Juan Pablo Cárdenas fue director de la revista "Análisis" durante la dictadura |
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Pocos días después de haber recibido el Premio Nacional de Periodismo, y en medio de una enorme cantidad de saludos y congratulaciones de sus pares, Juan Pablo Cárdenas habló con nuestro sitio web sobre su merecido galardón.
Un mar de cartas y llamados de felicitaciones se han cernido sobre Juan Pablo Cárdenas durante estos días. Y no es para menos. Luego de haber sido postulado en cuatro ocasiones al Premio Nacional de Periodismo, el martes recién pasado fue notificado de que, por fin, le había sido asignado.
Después de recibir innumerables galardones a nivel internacional - entre los que destacan el Premio Héroes de la Libertad de Prensa, otorgado por la Federación Internacional de Periodistas (Viena); el Golden Pen of Freedom, de la Federación Mundial de la Prensa (París); y el Premio Latinoamericano de Periodismo, concedido por la Federación Latinoamericana de Periodistas (Ciudad de México) - Cárdenas no puede dejar de alegrarse por haber sido reconocido, por fin, por el país al cual ha dedicado su destacada labor.
Así lo señaló en un homenaje en su honor realizado el lunes 5 de septiembre en el auditorio de nuestro Instituto, donde una gran cantidad de estudiantes y profesores se reunieron para felicitarlo. Allí Cárdenas destacó la importancia que reviste para él nuestra Universidad, ya que, a pesar de haberse formado en la Católica, la U es su principal referente: "La Universidad de Chile es mi casa, así lo siento", dijo. De hecho, fue nuestro Instituto el encargado de postularlo al Premio Nacional, cosa que, a su juicio, fue determinante en su elección.
El Premio Nacional de Periodismo significará para Juan Pablo Cárdenas un premio de 13 millones 500 mil pesos, más una pensión vitalicia de 600 mil. Del significado de este premio, sus planes a futuro y otros temas habló con nuestro sitio web.
- Usted ha ganado importantísimos premios a nivel internacional. ¿Por qué cree que Chile fue el país que más tardó en reconocer su trayectoria, y qué importancia tiene este premio con respecto a los anteriores?
- Eso es propio de la cultura de nuestro país, que por lo demás parece no sólo remitirse a él, ya en el evangelio se establece que nadie es profeta en su tierra. Entonces el reconocimiento de la comunidad en que uno vive generalmente tarda mucho más que el que hacen otras personas. Yo he recibido muchos premios, entre ellos los más importantes del mundo, reconocimientos de una enorme connotación que he debido ir a recibir a otros países, en ceremonias y homenajes muy emocionantes. Este premio, sin embargo, es muy frío, muy impersonal, lo comunican por teléfono, te hacen ir a una conferencia de prensa y ya. Sin embargo, uno le toma valor porque en definitiva es el reconocimiento de tu familia, de tu país, y por el cual hemos hecho lo que hemos hecho. He sido un redactor político, una persona que fundó medios para contribuir a la democracia, para mejorar las condiciones de vida de los chilenos, entonces que te reconozcan los chilenos y quienes representan a los chilenos, en este caso el Estado, me parece muy emocionante. Por otro lado está lo que ha pasado después del premio, esa cantidad abrumadora de cartas, de llamadas telefónicas y de saludos que he recibido, que testimonian que el país ha estado bastante más interesado de lo que uno cree en lo que uno hace.
- ¿Le gustaría dedicar este premio a alguien en especial? ¿Cree que es una especie de reivindicación o reconocimiento para muchos periodistas?
- Sinceramente, pienso que este es un premio que me toca a mí, pero también a muchos otros que en septiembre de 1973 asumieron la lucha por la libertad de nuestro país. Creo que el gran acierto que he tenido como periodista, como director de la revista Análisis y de otros medios, es la capacidad de escoger a la buena gente para que trabajara conmigo en estos proyectos. Gente que no desmayó, que se arriesgó, que tuvo talento y coraje para sortear todas las dificultades. Entonces efectivamente yo recibo este premio, más que en mérito propio, en mérito de una comunidad de periodistas y de amigos que hicimos esta labor.
- ¿Qué opina de la calidad del periodismo actual, con respecto al que se hizo en esa época?
- Es difícil hablar del periodismo en general, porque el que nosotros hicimos y que ha sido valorado por este premio fue excepcional, en tiempos en que era muy oscuro y opaco lo que hacían los más importantes medios de comunicación. Nosotros actuamos cuando había una prensa servil, que no se cuestionaba nada, irreflexiva y mentirosa, ese era el común denominador. Nosotros éramos la excepción. Hoy día sigue habiendo mentira, vulgaridad, indolencia. Pero creo que por otro lado todos los medios de comunicación empiezan a comprender que la tarea periodística es más una vocación que una profesión, que tenemos un deber ético de informar pero también de ayudar a comprender e interpretar los fenómenos por parte de la comunidad. Entonces hoy día hay pésimas expresiones de periodismo, pero hay buenas expresiones también. Es difícil decir cuando algo es mejor o peor, yo estoy optimista por ejemplo con la evolución de medios que fueron pinochetistas a formas más libres de desarrollar su acción, pero también pienso que son pocos los medios que están a la altura de lo que nosotros hicimos como generación, a pesar de que como periodistas seguimos trabajando, pero más dispersos que antes. Hacen falta algunos medios que contribuyan a la diversidad, y en estos tiempos no hemos sido capaces de sostenerlos con eficiencia.
- ¿Cuál es el problema? ¿Hay falencias en la formación de los nuevos periodistas, desmotivación?
- Creo que hay generaciones nuevas de periodistas que en algunos casos traen poca formación de las escuelas, y en otros casos, poca voluntad de asumir que la tarea de los jóvenes no es una tarea del futuro, sino del presente. Mi generación estuvo marcada por la idea de que nosotros éramos dueños del presente, no del porvenir. Yo noto hoy día toda una generación de jóvenes que se prepara para el mañana, en circunstancias de que los grandes cambios y transformaciones de la humanidad los han hecho los jóvenes. Bolívar juró la independencia de América a los 18 años, de los libertadores de América Latina ninguno tenía más de 25 años cuando nos independizaron de España. Quienes han estado a la cabeza de los adelantos científicos, tecnológicos, los triunfos deportivos, todos son jóvenes, entonces no hay ninguna razón para que nos hayamos tragado esta idea de que los jóvenes tienen que prepararse para el mañana. Ellos tienen que actuar en el presente, y eso es lo que le falta a Chile hoy: que los jóvenes sean más protagonistas, como fue nuestra generación.
- Muchas veces estos premios se interpretan como una especie de jubilación, un fin de trayectoria. ¿Cuáles son sus planes de ahora en adelante?
- Yo para nada siento terminada mi trayectoria, al contrario, creo que estoy en un desempeño profesional más activo que nunca, me levanto todos los días a las 5 de la mañana, conduzco un noticiario a partir de las 7, como periodista suelo acostarme relativamente tarde, me informo, hago muchas clases, escribo una columna, dicto conferencias, hago muchísimas cosas y no estoy dispuesto a dejarlas en beneficio de este premio, para disfrutarlo. Esto va a ser una ayuda económica para incluso tener más responsabilidad, esforzarme más y tener independencia, que es muy necesario.
- En ese sentido, ¿cómo le viene un premio de este tipo a un periodista, que no se caracteriza por ganar mucho dinero y cuyas jubilaciones suelen ser malas?
- Estoy conciente de que la pensión vitalicia que voy a recibir del Estado chileno es mejor que el sueldo de muchos periodistas. Pero ojalá muchos puedan ganarse el premio, que el Estado no sea tan tacaño y ojalá lo otorgue todos los años y no año por medio, y que se le entregue a las nuevas generaciones, porque eso es lo más importante. Que se le otorgue a la gente que todavía está en posición de hacer algo, de seguir haciendo y de ganar más ímpetu en la tarea que emprende.
Texto y Fotos: Paulette Dougnac
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Fecha
de publicación:
Martes 6 de septiembre, 2005 |
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