Las ventas del
año 2000 en Chile con tarjetas de crédito alcanzaron
los 4.000 millones de dólares, y cada año representan
más del 25% del total de las ventas anuales. En tiempos de
crisis, cuando por todos los medios se fomenta el aumento del consumo,
este medio de compra es el más recurrido.
Pero a las tradicionales
tarjetas de crédito les salió competencia. Y es que
las grandes tiendas de ventas por departamento están decididas
a que sus tarjetas de consumo se puedan utilizar en todas partes.
El uso de ellas no se restringe sólo a las multitiendas,
fuera de ellas, es posible ocuparlas en farmacias, para cargar teléfonos
celulares, comprar entradas para recitales, pagar la patente del
auto, entre muchos otros usos. Pero eso no es todo. Actualmente
el rubro financiero ofrece también otras tentadoras alternativas.
El gran negocio de las multitiendas
Miles de chilenos tienen tarjetas de crédito en su billetera.
De ellos, la mayoría posee más de una tarjeta de multitienda.
Entre las tres principales casas comerciales del país -Falabella,
Almacenes París y Ripley- suman una cartera de clientes que
supera los 7 millones de tarjetas emitidas. Más del 70% de
las ventas en estos negocios se realiza a través de este
medio.
Gracias a ellas
muchas personas pueden adquirir ropa, electrodomésticos,
música, muebles, todo lo que estos locales tentadoramente
ofrecen. Hoy, además de esos productos, es posible adquirir
seguros y créditos bancarios, y todo con la misma tarjeta.
Hace tiempo
que el comercio tradicional dejó de ser el principal eje
de las grandes tiendas por departamento del país. Hoy las
tiendas con mayor presencia en el ámbito nacional aspiran
a más. El negocio bancario para estas compañías
representa mucho más que un nuevo giro, se transforma en
un complemento a sus servicios tradicionales.
Aprovechando
la clientela fiel, creciente y con capacidad de pago a largo plazo,
las casas comerciales ven con buenos ojos el negocio. Al observar
que el negocio de las multitiendas ha evolucionado positivamente,
lo que se refleja en el importante número de usuarios de
tarjetas de crédito, las empresas de este rubro se atrevieron
a dar el gran paso.
Primero partió en Banco Falabella, y luego fue el turno de
Ripley. Para facilitar a los clientes el acceso a ellos, ambas sucursales
bancarias se encuentran dentro de las mismas tiendas. La forma de
actuar de este tipo de bancos es similar al de una financiera. Se
basa fundamentalmente en créditos de consumo de corto plazo
y prestamos hipotecarios, por sobre las cuentas corrientes.
El objetivo
es el negocio bancario, dirigido principalmente a clientes que no
tienen acceso a los tradicionales canales financieros. Pretenden
bancarizar a los segmentos medios -C1, C2 y C3- que por sus bajos
ingresos no pueden optar a otras instancias de crédito. Las
ventajas son las tasas de interés menores a las que obtendrían
en otra entidad.
Banco Falabella
tuvo ganancias por 1.395 millones de pesos, en el 2001. Sin embargo
en el mercado sostienen que el nivel de penetración de estas
entidades económicas es todavía bajo. El gerente general
de Falabella, Pablo Turner, ha manifestado que la llegada de las
otras tiendas al rubro impulsará a estos bancos a posicionarse
en nichos de mercado donde la demanda no está cubierta.
Para la numerosa
clase media del país, que en periodos de "vacas flacas"
aumenta en integrantes, estas nuevas alternativas de créditos
son muy beneficiosas. Sin el requisito de altos ingresos y con bajas
tasas de interés, son la oportunidad para muchos de participar
en el tan deseado aumento del consumo.
Tarjetas multiusos
Las tarjetas de crédito sorprenden con su amplia posibilidades
de usos. Hoy además es posible ser solidario con ellas.
Incluso existe una página en Internet, que en la dirección
www.Darcontarjetas.cl, permite a quienes cuenten con las tarjetas
tradicionales, ayudar. Las posibilidades que se ofrecen son
extensas, incluyen instituciones de ancianos, niños,
mujeres, organizaciones culturales y que combaten la drogadicción,
entre muchas otras.
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