"¿Estos
monitores están malos? Entonces tengan cuidado, porque adentro
tienen una cosita de cristal que, si se quiebra, explota". Estamos
en el centro comunitario de La Granja, específicamente en la
sala de reciclaje. Dos practicantes y el encargado del área
descubren una partida de veinte monitores, donados recientemente,
que no funcionan. Enrique Piracés, director del programa Todo
Chilenter, se preocupa por sus colaboradores. Deshacerse de un monitor
es, literalmente, un cacho.
"Estamos
pagando el noviciado", dice Piracés, al tiempo que recorre
los pasillos donde están alojadas las oficinas del proyecto
saludando a las beneficiadas con un programa estatal de nivelación
de estudios. Todo Chilenter lleva poco más de dos meses en
funcionamiento, y sus voluntarios y practicantes están reciclando
cuatro computadores al día, aunque esperan llegar a los 22
diarios de aquí a marzo de 2003.
Piracés
afirma que esta idea nació con el fin de generar procesos
de valoración de la ciudadanía a través de
la apropiación de las nuevas tecnologías. Esto significa
acercar el conocimiento a la gente con el fin de permitirles formarse
sus propios juicios sobre determinados problemas sociales. Ésta
es una forma concreta de romper la denominada "brecha digital".
Evelio Martinez,
uno de los encargados del portal mexicano "Brechadigital.org",
piensa que Chile es un ejemplo en planes de superación de
este mal tecnológico. Apunta, sin embargo, que no es cuestión
de llegar y poner computadores a destajo y en cualquier parte.
"Hay que
tomar en cuenta que dotar de computadoras a los pobres no es suficiente.
Primero hay que educarlos en el uso de las herramientas y sobre
todo cómo estas herramientas les pueden servir para su sustento.
Las computadoras por sí solas no dan de comer", señaló
a The Moroso.
De esto tienen
plena conciencia en Chilenter. De hecho, según Piracés,
su mayor diferencia con otros proyectos es que éste espera
entregar conocimientos: "Pondremos tecnología, pero
además capacitación técnica, formación
ciudadana y alfabetización digital". Con esto, aspiran
a lograr la rearticulación de las comunidades sociales, como
las juntas de vecinos. Ésa es la mayor diferencia de este
proyecto con los "telecentros", que sólo son espacios
con tecnología.
Así
es Chilenter
El
funcionamiento de Fundación Todo Chilenter puede resumirse
en la donación, por parte de diversas empresas, de computadores
en desuso que cumplan ciertos estándares mínimos y
que estén en buen estado. Su reacondicionamiento corre por
cuenta de practicantes y voluntarios, quienes hasta el momento han
dejado listas 200 máquinas para su distribución en
diferentes comunidades. Hasta ahora hay pactadas unas tres mil donaciones
más.
Los jóvenes
encargados de reciclar los aparatos que llegan a las bodegas de
La Granja son mayoritariamente alumnos de liceos técnicos
de la zona sur de Santiago. A ellos se les paga el transporte desde
y hacia su hogar y su práctica es validada por Fundación
Todo Chilenter. Trabajan cuatro horas diarias y su mayor incentivo
es la posibilidad, en el mediano plazo, de hacer aprendizajes en
las empresas ligadas al proyecto.
Luisa Durán
de Lagos es la presidenta del directorio. Ella gestó la iniciativa
y aunó a quienes hoy se encargan de sacarla adelante. Piracés
remarca que ella dirige la obra en su calidad de ciudadana, lo que
les permite desligarse del gobierno de turno y proyectarse indefinidamente
en el tiempo.
Por lo mismo,
la participación de privados es fundamental. Hasta ahora,
dice su director, el comportamiento ha sido óptimo. Pese
a ello, se siguen buscando formas de financiamiento. De cualquier
forma, señala Piracés, la ventaja de Chilenter es
que "tiene una estructura muy liviana. Estamos en un espacio
entregado en comodato a Luisa Durán, y utilizando infraestructura
donada o prestada". Lo anterior se complementa con que trabajan
pocas personas, lo que implica escasos gastos en cuanto a salarios.
En la Comisión
Nacional del Medio Ambiente (Conama), que forma parte del directorio
de Chilenter, aplauden la iniciativa no sólo por lo descrito
anteriormente. Marcelo Ferrada, coordinador del programa nacional
de reciclaje de la entidad gubernamental, señaló a
The Moroso que "el Estado carece de todos los recursos para
entregar máquinas de última generación en forma
gratuita, ya que el presupuesto nacional no alcanza", por lo
que el reciclaje de máquinas es una idea "sumamente
interesante". Después de todo, "lo excelente es
enemigo de lo bueno, y es mejor bueno para muchos que excelente
para pocos".
No estamos
solos
Todo Chilenter
nació después que Luisa Durán conociera, en
Canadá, el proyecto "Computers for schools", que
dota de computadores reciclados a los colegios. En otras latitudes
también han buscado formas de acercar las nuevas tecnologías
a los sectores "marginados" de la sociedad, con el fin
de poner la computación e Internet al alcance de la mayoría.
Un ejemplo se
da en Perú, donde se desarrollan proyectos de "cabinas
de Internet", en ellas una comunidad se reúne con el
fin de recibir capacitación en el manejo computacional.
En el ámbito
latinoamericano existe la red "somos@telecentros", cuya
declaración de principios señala que su finalidad
es "animar y apoyar el proceso de democratización del
acceso al conocimiento e información para que quienes siempre
han estado marginados de ellos puedan fortalecer su propio desarrollo".
México
tiene ÚNETE (Unión de Empresarios para la Tecnología
de la Educación), que cuenta con la colaboración de
empresas como Ford, Microsoft, Compaq y Levi's, entre muchas otras.
Su objetivo es entregar "aulas de medios" a las 120 mil
escuelas públicas de ese país.
Dentro
de esta misma iniciativa, y gracias a Fundación Televisa,
el ídolo del fútbol chileno Iván Zamorano,
dotó a una escuela pública mexicana de un aula de
medios (que consta de quince computadores, televisión educativa
y conectividad a la red) por cada gol que anotó por el América
el año pasado. Más de 40 mil niños han sido
beneficiados con este plan.
Chile es uno
de los países con mayor acceso a Internet en América
Latina. Los datos señalan que el 11 por ciento de su población
está conectada, al tiempo que cifras del Instituto Nacional
de la Juventud (Injuv) sostienen que un 30 por ciento de los jóvenes
sabe navegar. Y pese a que eso significa que un 89 por ciento de
los chilenos carecen de este avance y un 70 por ciento de la población
considerada joven ni siquiera podría buscar pornografía
en la Red, muchos trabajos exigen conocimientos de computación
y manejo de Internet.
Uno de los planes
más atesorados por el presidente Ricardo Lagos es Enlaces,
que busca conectar a las escuelas del país entre sí
y, de paso, al mundo por medio de Internet. La finalidad de tal
proyecto es difundir el uso de las tecnologías de información
y comunicación entre los niños y jóvenes chilenos,
"buscando transitar hacia la sociedad del conocimiento en igualdad
de oportunidades para sus ciudadanos".
Estado y
conexión
El proyecto
más caro del Injuv está directamente ligado a las
nuevas tecnologías. Se trata de los "infocentros",
en los que se invierten 360 millones de pesos al año. Estos,
ubicados en 22 localidades del país, cuentan en promedio
con siete computadores, una impresora, un monitor y un encargado
del local, además de tener diarios y revistas a disposición
del público. Como pocas cosas en estos días, son gratuitos.
Luis Pérez,
encargado de nuevas tecnologías del Injuv, comparte una interrogante
para la cual el instituto está buscando una respuesta: "En
dos o tres días un joven aprende a conectarse. Pero, ¿qué
pasa después?". Para ese 'después', el Injuv
está empeñado en promover la creación digital.
Junto a la Facultad de Arte de la Universidad de Chile, pretende
establecer en diferentes regiones del país "laboratorios
multimediales", que cuenten con cámaras digitales y
los últimos programas de diseño. Allí, bajo
el alero de profesores de la casa de Bello, se les enseñará
arte digital a los jóvenes. En el largo plazo, el objetivo
es convertir todos los infocentros en laboratorios.
Pérez
se entusiasma de sólo pensar en el proyecto: "Imagínate
que en Cabo de Hornos o en Ollagüe se empiece a hacer creación
digital local, y que los jóvenes de esos sectores sean capaces
de subir a la red información de su localidad". ¿Significará
eso romper con el abismo digital? Pérez cree que sí.
"Los jóvenes serán certificados por la Universidad
de Chile en Tecnología de la Información. Esa capacitación
será para ellos un plus laboral".
Para el representante
del Injuv, la actual cruzada por la alfabetización digital
es equiparable a la lucha de los sesenta por alfabetizar a la población
de menores recursos. "En el 2000 casi toda la gente en Chile
sabe leer y escribir, pero no todos tienen acceso al mundo digital,
y los que no sepan navegar, se quedarán fuera del desarrollo,
en términos laborales, culturales y económicos".
Iniciativas
como "Todo Chilenter" o los proyectados laboratorios multimediales
del Injuv buscan romper el abismo que tarde o temprano distanciará
a quienes ahora leen este reportaje online y a esos que ni siquiera
saben prender un computador. De todas formas, existe conciencia
de que pasarán muchos años antes de que todo el mundo
sea capaz de teclear la palabra "igualdad" frente a su
propio monitor.
¿Existe
la brecha digital?
"No
todo el mundo dispone de coche, y sin embargo nadie habla
de la brecha automovilística". No lo creerá,
pero esto lo dijo Bill Gates, dando un duro batatazo a un
concepto que pretende definir la separación entre quienes
disfrutan de las ventajas que supone la interconexión
y aquellos que no se pueden dar tal lujo.
Gates
además les ha recordado periódicamente a los
líderes mundiales que, más que preocuparse de
poner Internet en todas partes, debiera existir un interés
especial por llegar a la población que carece de alimentos,
trabajo y educación.
Y es que
la brecha digital es más que la distancia que separa
a quienes pueden acceder a la información disponible
en Internet y a aquellos que ni siquiera conocen un computador,
ni sabrían cómo usarlo en caso de tenerlo. Implica
además una diferencia en la formación educacional
y cultural, que redunda en menos posibilidades de superación
y, por lo tanto, en la profundización de las distancias
socioeconómicas.
La tendencia
parece indicar que Internet se apoderará del mundo
en los próximos años. Pero, ¿tiene algún
sustento real esa idea? La verdad es que, al menos en el mediano
plazo, no. Muchos de los principales afectados por la brecha
digital, es decir los pobres y los analfabetos, ni siquiera
conocen la televisión, otros jamás han hablado
por teléfono y la mayoría debe sobrevivir con
menos de un dólar al día.
Enrique
Piracés, coordinador del Proyecto Todo Chilenter, cree
que la brecha digital es sólo otro apellido para la
brecha social. "Si revisamos quiénes están
arriba y abajo en la brecha social, veremos que son los mismos
que están arriba y abajo en la brecha digital, cultural
y educacional. Son diferentes nombres para el mismo Satanás".
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Sitios
relacionados:
http://www.luisaduran.cl
http://www.brechadigital.org
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