Fuentes
de energía alternativas:
Recursos propios para problemas propios
Queridas
o ignoradas, las fuentes de energía no convencionales
son las grandes candidatas para superar la crisis energética
en Chile producida por la dependencia de combustibles importados.
Lo
cierto es que la visión del Gobierno y los expertos
se contraponen, mientras el primero señala la inviabilidad
de implementar estos nuevos sistemas, los segundos sostienen
que pueden impulsar el desarrollo del país.
Por
Myriam Aravena Guerrero y Daniela Fernández Romero
Recuadro
1:
Energías
Renovables no Convencionales: Apuesta por un desarrollo
sustentable |
Son
aquellas que, a diferencia de las convencionales,
usan como fuente de generación recursos renovables.
Se producen de manera continua, no se agotan y tienen
su origen en procesos ambientales y atmosféricos
naturales:
Mini-hidraúlica:
Plantas hidráulicas con potencia de entre 5
a 20 MW.
Eólica: Energía producida
por el viento transformada en energía eléctrica
mediante aerogeneradores.
Solar: De la radiación solar
se puede obtener calor mediante colectores térmicos
y electricidad a través de panales fotovoltaicos.
Geotérmica: Genera energía
eléctrica a partir del calor de la propia tierra.
Existen dos tipos de áreas térmicas,
los sistemas de rocas calientes y las hidrotérmicas.
Biomasa: Utiliza desechos vegetales
para producir energía eléctrica:
1) Producir gas combustible a partir de desechos vegetales.
2) Combustión directa de desechos vegetales.
3) Producción de Bio-Diesel y Glicerina (el
bio-diesel reemplaza al Diesel tradicional).
|
Chile
es un país rico energéticamente, sin embargo
más del 50% de la energía que consumimos proviene
del extranjero. En pocas palabras, somos dependientes de las
fluctuaciones del precio internacional del petróleo
y de los problemas con el gas natural argentino.
Es más, según las proyecciones de la Comisión
Nacional de Energía (CNE), para el año 2008
alrededor del 70% del abastecimiento energético provendrá
del exterior. Ante esto, hay quienes proponen la utilización
de los recursos naturales disponibles en el país para
reducir esta dependencia.
Para la Comisión de Energías Renovables, impulsada
por el Colegio de Ingenieros de Chile, “las energías
renovables son la mayor y mejor fuente de energía para
apoyar el desarrollo sustentable”.
Esto significa invertir en la exploración y explotación
de estos recursos. En Chile contamos con gran potencial energético
posible de aprovechar: energía eólica, solar,
geotérmica y biomasa (ver recuadro 1). Tal como señala
Roberto Román Latorre, profesor del Departamento de
Ingeniería Mecánica de la Universidad de Chile,
“el territorio es distinto y, por lo tanto, hay que
buscar equilibrios y aprovechar lo que la naturaleza nos brinda
(…) ese es el sistema que tenemos que imitar a nivel
de sociedad”.
Invertir
en el futuro
Actualmente,
las energías renovables no convencionales (ERNC) tienen
un rol secundario en las políticas energéticas
de Chile. Esto se debe, en gran parte, a que el gobierno las
ha destinado al abastecimiento eléctrico rural, pero
no las considera al momento de proponer una solución
que contemple a todo el país.
El desarrollo actual de las energías alternativas varía
a lo largo del territorio.
La energía hidráulica es la más utilizada,
aportando el 40% del total del consumo eléctrico. Sin
embargo, en las proyecciones del CNE, su aporte a la matriz
energética se reduciría del 19 al 14% en el
2008 (ver gráfico).
La eólica no se ha estudiado de forma consistente,
pero según los estudios de la comisión de energías
alternativas, es posible desarrollarla a mediano plazo.
La energía solar representa el mayor potencial de energía
renovable disponible y con enormes reservas. Según
Román, “la energía solar que tenemos es
la mejor del mundo”. Para la comisión, su explotación
es perfectamente posible “si se aborda en proyectos
de volúmenes adecuados”.
La biomasa, cuyo mayor potencial es el desarrollo de los bio-diesel,
se puede utilizar en el sector del transporte urbano, minero,
agrícola y marino.
La geotérmica es abundante a lo largo del país,
pero al no haberse realizado aún las perforaciones
de exploración y el estudio de los recursos, pasarán
varios años antes de poder contar con la incorporación
de esta fuente de energía. Para Román, “Chile
debe ser, probablemente, uno de los países del mundo
con mejor potencial geotérmico y no estamos aprovechando
nada."
El estudio de la comisión es bastante optimista: podemos
lograr una mayor independencia energética si se invierte
lo necesario en desarrollar estas nuevas fuentes. Sin embargo,
para Laura Elgueta, encargada de comunicaciones de la CNE,
las energías renovables no son un proyecto a corto
plazo “no sacamos nada con tener energía que
es inalcanzable, que no la vamos a poder pagar, que no va
de acuerdo a la realidad Chile ni su desarrollo”.
Pero esto tendrá que cambiar. Según un estudio
prospectivo del foro de Cooperación Económica
Asia-Pacífico (APEC) “para el año 2030,
en la cuenca, del total de energía eléctrica
generada, no menos del 42% debe venir de energías renovables”.
Otra
solución importada
Recuadro
2:
Lagos:
“Necesitamos pensar en la energía nuclear” |
El
pasado 21 de mayo el Presidente Ricardo Lagos se refirió
a la actual crisis energética y sus posibles
soluciones en su cuenta anual al país. El siguiente
es un extracto de sus declaraciones.
“Ante
la creciente escasez real del gas natural y del petróleo,
nos queda el recurso agua, la energía hidroeléctrica,
(…) ésta nos hace depender de factores
estrictamente climáticos.
Por lo tanto, si queremos energía segura y limpia
para el futuro estamos obligados a pensar en otras fuentes
no convencionales de generación de energía,
es decir, en los nuevos procesamientos tecnológicos
del carbón que no contamina y también
necesitamos pensar en la energía nuclear. Sí,
energía nuclear.
Para
ello, constituiré una comisión del más
alto nivel, donde estén representados todos los
sectores, con el propósito de estudiar todas
las posibilidades, ventajas y desventajas, costos y
beneficios, riesgos y certidumbres que pueda significar
el uso de nuevas formas de energía en Chile."
|
Aunque
ya no se habla tanto de los problemas de gas con Argentina
como hace algunos meses, lo cierto es que la crisis energética
sigue presente. Por lo que el gobierno y organismos independientes
han comenzado a plantear alternativas de energía nuevas.
De todas, la más que ha causado más revuelo
es la nuclear.
Esto, luego de la declaración del Presidente Ricardo
Lagos, quien propuso la creación de una comisión
que estudiara la viabilidad de implementar energía
nuclear en Chile (ver Recuadro 2). Según Laura Elgueta,
esto no significa que el Estado esté considerando la
energía nuclear como una opción a corto plazo,
sino que es sólo una señal: “hay que tener
cuidado aquí, porque para aplicar la energía
nuclear en el país aún falta mucho, lo importante
es que el Gobierno también la considera como una opción”,
señaló a CTN.
Para Román, la creación de una comisión
que busque utilizar la energía nuclear para electricidad,
sólo se justificaría por un mal asesoramiento
al Gobierno de personas que quieren beneficiarse de esta instancia.
Esto porque según su posición, “la energía
nuclear no le conviene al país; además se debería
importar el uranio para su generación, desde el punto
de vista energético seguiríamos dependiendo
del exterior” (ver Recuadro 3).
Para Loreto Villanueva, directora Comisión Chilena
de Energía Nuclear, "por razones de tamaño,
no sería una elección racional tenerla hoy en
Chile (…) una central tan grande desequilibra todos
los sistemas.”
La energía nuclear se presenta como una opción
a estudiar, pero no se adecua a la realidad país. Ante
lo cual, las flechas siguen apuntando a las fuentes energéticas
naturales que se pueden aprovechar a lo largo del territorio.
¿Bien
público o capital privado?
Si
un ciudadano chileno promedio quiere acceder a informarse
de las políticas energéticas nacionales más
allá de la prensa, no se encontrará con una
tarea fácil. Los terrenos en la materia no están
bien delimitados.
Las actividades de generación, transmisión y
transporte del sector eléctrico son controladas en
su totalidad por capitales privados. Elgueta señaló:
“este país, por diferentes razones, voluntarias
o no, decidió que el tema de la energía es un
tema que no pasa por el Estado más que en su materia
regulatoria y en su fomento. La energía, en este país,
es un bien que se transa a nivel de mercado”
El Gobierno, a través de la CNE, la Superintendencia
de Electricidad y Combustibles, y el Ministerio de Economía
y Energía, se encarga correspondientemente de elaborar
y coordinar los planes, políticas y normas necesarias
para el buen funcionamiento y desarrollo del sector energético
del país; fiscalizar y supervisar el cumplimiento de
las leyes; administrar y generar propuestas.
Si bien el Estado no es el responsable en materia energética,
es quien debe garantizar una serie de derechos a los chilenos.
Es decir, ante una crisis energética de carácter
mundial el Gobierno tiene una tarea que cumplir
junto a los privados para buscar las opciones que permitan
superarla.
Para Román la participación del Gobierno ha
sido, más bien, escueta. “En general, el gobierno
no ha mostrado mucho interés. De repente han hecho
cosas como el programa de electrificación rural con
energías alternativas, pero me parece que estos esfuerzos
son más para la foto”, dijo. Comenta que tanto
el sector público como el privado han carecido de una
visión a largo
plazo,
en la cual se considere ir aumentando la cantidad de fuentes
de energía, enfocándose en una forma más
eficientemente de usarla y, además, identificar aquellos
sectores que están mal cubiertos y que necesitan mejoras
significativas, las cuales se pueden conseguir a través
de la explotación de las fuentes energéticas
naturales. Esta visión a corto plazo sería uno
de los agravantes que hacen que repercuta mucho más
la crisis de energía.
Elgueta
rechaza cualquier afirmación que acuse al Gobierno
de cortoplacista. “Eso es mentira, se han hecho numerosos
estudios en cuanto a materia de energías renovables
no convencionales (…) además ¿quiénes
hubiesen realizado las inversiones privadas si a largo plazo
se esperaban problemas?”, preguntó.
Uno de los principales puntos a superar es el de crear una
conciencia nacional que cambie la percepción del país
y permita a las autoridades de Gobierno y al Parlamento tener
mayor claridad para dictar leyes de fomento adecuadas al desarrollo
de energías limpias. Este es una de los objetivos de
la Comisión de Energías Renovables para disminuir
la dependencia tecnológica y material del exterior,
que limita el crecimiento económico y bienestar de
las nuevas generaciones de chilenos.
Grafico
1:
Matriz energética primaria de Chile en 2001 y proyectada
a 2008. |
Para
el 2008, según el CNE se espera un aumento significativo
en la utilización de gas natural y una considerable
disminución del consumo de hidroelectricidad, del
carbón y otros hidrocarburos.
(Fuente: CNE) |
Pensar
el país
Resulta
fundamental para cualquier progreso en materia energética
que las medidas tomadas se hagan considerando la implicancia
que éstas tendrán en el medio ambiente y en
el futuro del país. Para esto, es necesario que Chile
apunte a buscar fuentes que aprovechen los recursos existentes,
y de este modo beneficiarse al fortalecer el mercado interno
y lograr mayor independencia de los extranjeros.
Es difícil pensar en la puesta en marcha de energías
como la nuclear que continuará con la criticada dependencia
energética nacional y puede traer graves consecuencias
medioambientales. Considerando por ejemplo, que un organismo
encargado de supervisar los impactos ambientales que ésta
podría tener, como la Corporación Nacional del
Medioambiente (Conama) no tiene claro su rol al respecto.
En vista que las nuevas propuestas deben ser rentables y adecuadas
para la realidad nacional, las energías no convencionales
ciertamente conforman una alternativa concreta. Si bien a
corto plazo significan una inversión grande y plantean
la necesidad de implementar tecnología adecuada con
la que aún no se cuenta mayormente, a largo plazo,
permitirían una mayor independencia energética,
con los beneficios que esto atrae.
Para
Román, el tema va más allá de las fuentes
energéticas que ocupemos, sino que involucra una visión
nacional: “lo que tiene que hacer el gobierno es tener
verdaderamente lo que llaman un proyecto país, en que
la energía es parte esencial de la solución”.
Y
parte central de este proyecto es la descentralización.
Para Román, estamos construyendo un país poco
sustentable, donde el 90% de su población se ubica
en la zona central, generando “un sistema con una cabeza
grandota que tienes que estar inyectando con morfina de todos
lados, del norte y del sur, para que funcione, y eso origina
un sinnúmero de problemas, desde problemas de contaminación
hasta problemas de desigualdad del ingreso y de delincuencia”.
Un
desarrollo sustentable es el que va acorde con la naturaleza,
aprovechando los recursos naturales disponibles y tratando
de dañar lo menos posibles los ecosistemas.
Según
los expertos, en Chile podemos implementar un plan que contemple
la explotación de nuestros recursos, proteger el medioambiente
y alcanzar un cierto grado de desarrollo e independencia energética.
“Hay que tener una visión sistémica del
país y, en ese contexto, es súper importante
el papel que tiene que tener la ciudadanía, la conciencia
de la ciudadanía al respecto”, dice Román.
Sólo falta que el gobierno piense lo mismo.
Recuadro
3:
ENERGÍA NUCLEAR: Un
proyecto inviable |
A
pesar de que en la CNE insisten en que el mensaje del
Presidente se refería a no cerrarse a la posibilidad
de investigar la energía nuclear, el académico
Roberto Román es bastante enfático “hay
miles de razones por las que creo que es una muy mala
opción”. Aquí van sus argumentos:
1.-
Demasiado grandes: Las centrales más pequeñas
producen entre 800 a 1000 MW, en un sistema interconectado,
una central no puede generar más del 5% de la capacidad
total por un problema de estabilidad de la red. Nuestra
red tiene 8 mil MW, lo más grande que se podría
meter son 400 MW. Y no existen centrales núcleo-eléctricas
de 200 a 400 MW que sean económicas.
2.- Abastecimiento: Chile no tiene uranio y más
encima no hay mucho en el mundo, hay menos uranio que
petróleo desde el punto de vista energético.
3.- Medio Ambiente: Suponiendo que la central funcionara
perfectamente, sin fallas y sin contaminación,
es discutible, pero supongámoslo ¿qué
haces con los desechos? ¿dónde los guardas?
¿quién va a estar dispuesto a que se los
pongan cerca? Y son desechos que hay que guardar mínimo
durante 20 a 40 mil años para estar seguros de
que no son contaminantes.
4.- Eficiencia: Del calor que genera la central núcleo-eléctrica,
no más del 30 al 32% se convierte en energía
eléctrica, lo que la hace muy poco eficiente. Al
ser tan grande la inversión, necesita estar funcionando
ojalá todo el tiempo al 100% de su capacidad.
5.- Vida útil: Una central nuclear, en la práctica,
no tiene una vida útil mucho más allá
de los 30 a 40 años. |
Sitios relacionados:
Comisión
chilena de Energía Nuclear
Comisión Nacional de Energía
Informe
de la Comisión de Energías Alternativas
Discurso
Presidencial del 21 de mayo 2005
|