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¿Denuncias
serias o campaña política?
Nepotismo
en época de elecciones
Si
bien es sabido que la costumbre del pituto en Chile
es común, el tema cobra una relevancia especial cuando
los involucrados son miembros del gobierno de turno y, además,
son parientes cercanos adjudicándose contratos millonarios
en empresas públicas. Pero, cuando estas acusaciones
se hacen a casi cinco meses de las elecciones presidenciales,
es fácil sospechar un aprovechamiento político
de ellas.
Por Melissa Amaro y Juan Pablo Bravo
En
Chile es común cambiar los nombres de las cosas para
hacerlas más familiares, sobre todo cuando éstas
se convierten en prácticas cotidianas. “Carrete”
en vez de fiesta, “pega” en vez de trabajo y muchos
otros ejemplos. Incluso, todos estamos conscientes de que,
cuando necesitemos entrar a trabajar a un lugar, utilizaremos
un “pituto” para que la selección sea más
favorable. Cuando ese contacto es un familiar, y cuando se
postula a un cargo público, la práctica se le
llama nepotismo.
Durante
las dos últimas semanas, diversas acusaciones de licitaciones,
concesiones y contratos entregados a familiares y amigos del
Presidente Ricardo Lagos y su equipo político, han
llenado las páginas de los diarios, a solo cinco meses
de las elecciones presidenciales. Para muchos, esto no es
más que una movida política para enlodar la
tercera administración de la Concertación y,
en consecuencia, quitar votos a primera candidata mujer de
la historia de Chile, Michelle Bachelet.
¡Te
voy a acusar con mi papá!
Nicolás
y Cristián Monckeberg, diputado por San Carlos y secretario
general de Renovación Nacional (RN) respectivamente,
publicaron el 15 de junio una controvertida lista de nombres
y acusaron al Ejecutivo de llevar a cabo prácticas
de nepotismo al colocar a familiares y amigos dentro de cargos
públicos. La llamaron “Mapa del Nepotismo”
y causó revuelo tanto en la Moneda como entre sus propios
compañeros de partido. Lo interesante es que ambos
personeros son parientes: tío y sobrino respectivamente.
El
“mapa del Nepotismo” cuenta con 15 nombres, entre
ellos, Hernán Durán, hermano de Luisa Durán;
Hernán Sandoval, amigo cercano del mandatario, y Matías
de la Fuente Condemarín, primo de la Primera Dama.
Los demás aparecen como personas beneficiadas indirectamente
por el gobierno.
Las
respuestas no se hicieron esperar. La Moneda contestó
duramente las acusaciones, dejando de lado todo eufemismo.
Lagos, quien se encontraba en Iquique, afirmó a la
radio Cooperativa que las personas que son capaces de publicar
cosas como esa lista tenían la mente “un poquito
torva y enferma”. Su reacción dejó mucho
que desear y, según La Tercera, sus asesores le recomendaron
cambiar su enfurecido discurso. Diez días después,
el Presidente aseguraba que aquellos que fueran culpables
de prácticas irregulares en contratos públicos
debían ser sancionados.
El
problema era que, si Nicolás y Cristián Monckeberg
tenían razón, la mayoría de los inculpados
serían miembros de la Concertación.
Las
críticas al "mapa" vinieron también
desde el propio partido Renovación Nacional. Específicamente,
de Sebastián Piñera, uno de los políticos
afectados por el “Mapa del Nepotismo”, no porque
tuviera conocidos dentro la lista, sino porque fueron dos
personas de su partido quienes la publicaron y, además,
le otorgaron parte de la responsabilidad.
Debido
a esto, el presidenciable de RN tuvo que cancelar una reunión
que tenía concertada para el jueves 16 con Guillermo
Piedrabuena, Fiscal nacional, porque su hija también
fue nombrada en el mapa.
Además,
los Monckeberg le atribuyeron a Piñera la creación
de la lista, puesto que él había dicho que había
que ejercer una fiscalización más fuerte en
ese aspecto.
“Le
recordaría a Sebastián que él dice que
el mejor antídoto contra la corrupción es encender
las luces de toda la administración pública”,
dijo el diputado por San Carlos al diario La Nación
el día viernes 17. Por ende, los Monckeberg sólo
actuaron según la idea del presidenciable.
El
abanderado de RN, por su parte, replicó que había
que distinguir entre el verdadero nepotismo –práctica
que consideró reprochable– y el hecho de que
hubiese parientes o amigos en cargos altos, obtenidos gracias
a sus méritos personales. No obstante, prefirió
no ahondar más en el tema, manteniéndose al
margen y ofreciendo un discurso conciliador.
No es un buen momento para la Concertación. Aunque
las denuncias efectuadas por los Monckeberg, al ser reprobadas
hasta dentro de su mismo partido, les dieron más ventajas
que problemas, el asunto se está complicando para el
oficialismo.
Los
problemas parten por las dos personas que encabezan la lista:
Hernán Durán y Hernán Sandoval. El primero
ganó una licitación pública por casi
3.000 millones de pesos en asesorías al Ministerio
de Obras Públicas (MOP). El segundo, es amigo del Presidente
Lagos y, además de tener participación en el
caso MOP-Gescam, fue designado en agosto de 2004 como embajador
extraordinario y plenipotenciario de Chile en Francia. Ambos
eran socios y dirigían la empresa consultora ambiental
Gescam, que se adjudicó 18 licitaciones directas para
trabajar con Codelco entre 1997 y 2005.
Matías
de la Fuente Condemarín, primo de Luisa Durán,
también fue blanco de los Monckeberg. Trabajó
como jefe de gabinete de La Moneda desde enero de 2002 hasta
principios de 2003. Además, estuvo en la Unidad de
Concesiones del Ministerio de Obras Públicas entre
1994 y 1998, cuando Lagos era ministro de esa cartera. En
ese entonces se entregaron en concesión varios tramos
de la carretera Norte Sur y la empresa Tribasa se integró
al negocio. Después de múltiples adjudicaciones,
debió retirarse. En 2001, con el sumario instruido
por el abogado del MOP Claudio Flores, se le imputó
a De la Fuente responsabilidad en las irregularidades en la
recepción del acceso Norte a Concepción, construido
por Tribasa. Además, la jueza Gloria Ana Chevesich
lo ha citado a declarar por el manejo de dinero en el caso
MOP-Gate.
Cuando
la oposición decidió profundizar en los contratos
y licitaciones de Codelco, a través de una comisión
investigadora, el gobierno se negó tajantemente. Incluso
llevó a cabo un intenso lobby dirigido a la DC para
evitar que la derecha cumpliera su plan. Sin embargo, la votación
que se realizó el día 2 de junio terminó
con las esperanzas de la Concertación: por 48 contra
47 votos, se aprobó la idea de formar una comisión
investigadora, la cual tendrá 120 días para
estudiar a la empresa minera estatal. Nuevamente, la reacción
del oficialismo fue criticada, esta vez por la oposición.
Alberto Espina, senador de RN, afirmó a La Tercera
que era “una vergüenza que (en la Concertación)
se negaran a investigar de manera transparente”.
La
movida política detrás
Si
bien el ningún actor político reconoce que estas
acusaciones ni los hechos que se entregan a la opinión
pública sirvan para fines electorales, es bien sabido
que nadie en los comandos de los tres candidatos presidenciales
que se enfrentarán en diciembre por el sillón
presidencial piensa desaprovechar o defenderse en el nuevo
escenario que trae consigo las denuncias sobre probidad, dobles
contratos, nepotismo y la participación de familiares
de personeros del gobiernos en empresas públicas.
Aunque,
hasta el momento, las informaciones que han llegado a la prensa
no pasan de ella, es imposible negar que la guerra sucia,
que se intensificará el próximo mes de noviembre,
ya comenzó para sus tres actores principales. Es más,
las movidas políticas en el plano de las investigaciones
y las comisiones formadas para ello, intentan de una u otra
forma mantener el tema en la palestra, para que, aunque no
existan culpables ni vencedores en el plano judicial o en
las mismas responsabilidades políticas, se pueda con
esto cambiar la intención de voto de los indecisos.
En
el comando de Joaquín Lavín el asunto es un
flotador lanzado justo antes del supuesto naufragio, no solo
de la candidatura, sino de los mismos slogans y publicidad
en la campaña. Recordemos que en la última elección
presidencial, el candidato utilizó con bastantes dividendos
la consigna “Viva el Cambio”, haciendo referencia
directa a los casos de indemnizaciones millonarias que en
esos momentos pasaban por la justicia, enlodando el gobierno
de Frei hijo. Y aunque cauteloso en sus comentarios, Lavín
no ha perdido la oportunidad de colar sus ideas sobre las
“sillas musicales” y “los mismos de siempre”
cada vez que se le consulta sobre el tema, la batuta en las
acusaciones la traen políticos como Jovino Novoa y
otros en su mismo partido.
Sebastián
Piñera es quizás el menos dañado de los
tres contendores políticos en este momento. Como no
está involucrado en la administración de Pinochet
ni en las de la Concertación, es quien de mejor forma
puede aprovechar estas acusaciones, porque no necesita una
postura conflictiva y, además, juega incluso con una
continuidad de la administración de Lagos, aunque más
por el lado empresarial. La postura que ha mostrado hasta
el momento es la de apoyar las investigaciones y las propuestas
de legislar sobre el tema de los dobles contratos.
El oficialismo tiene dos posturas claras sobre el tema, después
de la derrota política que significó la formación
de la comisión investigadora. Una de ellas tiene relación
con esto último, ya que esta instancia tendrá
un plazo máximo de 120 días para dirimir, pero
la intención del gobierno es acortar lo más
posible esta fecha, para que el tema no llegue a noviembre.
Por
otra parte, en el comando de Bachelet la opción es
respaldar tanto las investigaciones como las iniciativas del
gobierno de legislar sobre este tema, incluso apoyando la
declaración patrimonial, un tema que no es nuevo, pero
que siempre ha estado en la discusión política.
Como
último dato, en agosto se conocerá el resultado
de una comisión, presidida por el diputado Carlos Montes,
que investigó las privatizaciones de empresas públicas
en la dictadura. Si bien las últimas declaraciones
del presidente Lagos han resonado por su carácter emocional
y bastante alejado de la racionalidad característica
que vemos en él, es posible que las acusaciones que
llenan los diarios sean una movida para tapar esta realidad,
que aunque no puede ser castigada penalmente (la mayoría
de los supuestos delitos ya prescribieron), si podría
involucrar a los dirigentes de derecha que ahora indican con
el dedo a la administración de Lagos.
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