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Deportes |
Fútbol
Femenino en Chile
De
la cocina al Estadio
¿Eres
mujer? ¿Te gusta el fútbol? ¿Soñaste
jugar en un Mundial? Aquí te contamos los pasos del fútbol
femenino en Chile y el nacimiento de Red Fútbol Femenino,
instancia para desarrollar esta disciplina que la Federación
de Fútbol de Chile está materializando.
Por
Maximiliano Andrade y Marcos Paredes
La historia del fútbol femenino en Chile se inicia
en la década de los ochenta, cuando grupos de mujeres
comienzan a practicar el deporte rey de forma recreativa organizando
clubes y torneos de verano. A partir de ellos surge la base
de la selección nacional y la competencia federada.
En 1991 la Federación Internacional de Fútbol
Asociado (FIFA) incorpora la expresiónl femenina en forma
competitiva y oficial al establecer la primera Copa Mundial
Femenina. En Chile, la Asociación Central de Fútbol
designa al ex jugador Bernardo Bello como director técnico
de la primera selección nacional para las eliminatorias
sudamericanas a dicho torneo.
Un año más tarde, la Federación de Fútbol
delegó la administración de las competencias internas
de la especialidad a la ANFA (Asociación Nacional de
Fútbol Amateur), organizándose ligas federadas
en Santiago, Concepción, Temuco, Valparaíso y
Talca.
En el ámbito de selecciones, la realidad de nuestras
representantes no se parece en nada a la de sus pares masculinos.
La única oportunidad que tienen de jugar en el ámbito
internacional se da cada cuatro años, lapso en el que
se realizan los campeonatos sudamericanos clasificatorios para
los Mundiales.
El fútbol femenino fue reconocido como federación
hace más de una década, pero sus exponentes acusan
la falta de compromiso de sus autoridades, como también
de un plan estratégico para el fomento de la disciplina
y la integración de las mujeres, limitándose su
práctica federada solo al nivel adulto.
En la actualidad existen cerca de mil jugadoras y 50 clubes
registrados, cifra que no alcanza para poner a Chile en los
niveles de la alta competencia. Fuera de los registros la cantidad
sube a cinco mil jugadoras, de entre 12 y 25 años. Además
existen competencias en el ámbito escolar, universitario
y federado. En Santiago existe la Asociación de Fútbol
Femenino Metropolitano, que desarrolla un torneo en el cual
participan 21 equipos.
“La
roja” femenina
La
primera actuación de una selección nacional femenina
se dio en el marco del Torneo Sudamericano de Brasil en 1991,
que daba una plaza al Mundial del mismo año. No le fue
bien. Nuestras representantes derrotaron a Venezuela 1 a 0 y
cayeron ante las locales por un lapidario 6-1.
En este campeonato Chile pudo participar solo por la presencia
en la Federación de Abel Alonso, dirigente que además
era miembro de la Comisión de Fútbol Femenino
de la FIFA. No existía ninguna federación o competencia,
y había tal desorganización que para formar la
selección se hizo un llamado abierto a todas las mujeres
que les interesase participar en ella.
Para su segunda participación eliminatoria en 1995, la
selección había progresado enormemente. Bajo la
dirección técnica de Sergio Rojas y Carlos Encina,
las muchachas habían comenzado dos años antes
su preparación. Incluso participaron en un campeonato
internacional en la India, con rivales de la talla de Hungría,
Rusia y Ghana. Sin embargo, el único cupo mundialista
de Sudamérica lo volvió a ganar Brasil y Chile
debió conformarse con el tercer lugar.
La primera presentación chilena “en serio”
en un Campeonato de esta índole fue la de 1998, donde,
a cargo de Juan Montenegro, por primera vez en la historia participaron
en el combinado nacional jugadoras de regiones. Curiosamente
fue la peor actuación de Chile hasta ese momento. Perdió
tres de los cuatros partidos, entre ellos dos vergonzosas derrotas,
frente a Colombia (5-1) y Brasil (7-1).
Pero sería la última presentación de la
roja en el año 2003 la que superaría hasta el
mas pesimista de los pronósticos. Dirigida por Claudio
Quintillani, la selección ni siquiera contó con
el compromiso de las propias jugadoras. Y así perderían
1 a 2 con Perú antes de irse humilladas por Bolivia con
un nuevo 7 a 1.
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Red
de fútbol femenino
Alejandra
Avilés es la encargada -desde marzo de este año-
de darle a esta actividad una organización real, sistemática
y federada en nuestro país. Cuando ingresó a la
carrera de Ingeniería Forestal en la Universidad de Chile
se dio cuenta de que el problema con el fútbol femenino
no es la falta de interés sino la falta de organización.
Es por esto que en 1998 decidió echar sobre sus hombros
la responsabilidad de coordinar lo que hoy conocemos en la Universidad
de Chile como el Torneo Interfacultades. Continuó ligada
a esta instancia hasta un par de años después
de que egresó.
El
año 2002 nace la Red Fútbol Femenino, de la cual
Alejandra es socia fundadora, como una organización deportiva
multidisciplinaria y sin fines de lucro, creada especialmente
para la promoción, estudio y defensa de la igualdad de
oportunidades de la mujer en el fútbol.
Uno
de sus primeros logros fue adjudicarse la beca FIFA “Joao
Havelange”, el año 2000, para realizar una investigación
sobre el análisis de los factores que influyen en la
participación activa de la mujer en el fútbol,
estudió que reveló en los establecimientos educacionales
existe un gran interés por aprender y jugar fútbol.
Otra de las conclusiones que arrojó es que sólo
en un 21% de los establecimientos esta inquietud es adecuadamente
canalizada.
Los
resultados de esta investigación demostraron que solo
faltaba organización. La red organizó el Campeonato
Escolar de Fútbol Femenino. Inicialmente el torneo contó
con la participación de 40 colegios. En la actualidad,
el campeonato continúa y se realiza sagradamente todos
los años.
Red
Fútbol Femenino solo se sostiene a través de la
adjudicación de proyectos de entidades estatales, como
Chiledeportes e internacionales, como la FIFA, Fondo Global
y organizaciones de mujeres, además de las cuotas que
las socias pagan mensualmente.
Las
socias se reúnen a "complotar" contra el rival
de turno, encabezadas por su entrenadora Alexandra Abenado,
en la pastelería de una de ellas, que hace las veces
de centro de operaciones de la red y su club. Entre café
y café deciden las tácticas que utilizarán
para ganar el partido del fin de semana, y ver cómo conseguir
más fondos. Por lo pronto, cada socia aporta cinco mil
pesos mensuales.
El
equipo practica en el colegio de entrenadores situado en Macul
dos veces a la semana. Abenado, dice a CTN: ”Más
que los resultados, en este tema lo importante es el trabajo,
porque si no hay un trabajo permanente, sucede que una selección
gana un día 7 a 0 y al otro, pierde por 7 a 0”.
La
implementación con que cuentan la obtuvieron a través
de las actividades que han realizado, como por ejemplo, la primera
versión del Campeonato Interescolar. Con los fondos obtenidos
de la FIFA, compraron balones, redes y otros implementos deportivos
que finalmente quedaron para el club.
Finalmente
Alejandra reclama contra el tratamiento que se le ha dado al
hecho de que las mujeres quieran jugar. Como declara a CTN,
“todavía, a pesar de que existen ligas de fútbol
femenino en otras partes del mundo, aún llegan personas
que pretenden abordar el tema desde la perspectiva de que si
deben o no jugar las mujeres al fútbol o si es que son
ahombradas las chicas que juegan. El tema de la homosexualidad
se da en todos los grupos de personas”. |
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