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Catherine Peñán
(Fuente:www.lun.com)
Deportistas de elite en Chile

Los campeones silenciosos

No son Zamorano ni Salas, no aparecen a menudo en los informativos, y tampoco ganan fortunas con sus carreras. Mientras los chilenos sufren con el fútbol, ellos día a día se esfuerzan por triunfar y logran notables resultados. La historia de los deportistas anónimos que llenan de éxito a Chile en el extranjero. Aunque nadie se entere.

Por Myriam Aravena Guerrero y Sebastián Rivas Vargas


Domingo 4 de septiembre. Toda la atención está centrada en un solo lugar: Brasilia, la capital de Brasil. Allí, la selección chilena de fútbol enfrenta al cuadro local con la obligación de obtener un buen resultado. Una victoria, esperan algunos. Un empate, señalan los más realistas. Nada de eso ocurre. Uno tras otro, cinco goles son convertidos en el arco chileno. Paliza de los brasileños y masivo rasgado de vestiduras en Chile. En la noche, Fernando Tapia, comentarista de CHV Noticias, señala en la televisión: “Hoy fue un día negro para el deporte nacional”.

A catorce mil kilómetros de distancia, exactamente en el otro lado del mundo, dos chilenos celebran. En la ciudad japonesa de Gifú, Miguel Cerda y Felipe Leal, casi desconocidos para los medios de prensa, obtienen medalla de plata en la modalidad dos sin timonel del Mundial de Remo. Un logro asombroso, pero que pasó inadvertido por el fracaso en el fútbol. El mismo día que se había caratulado como negro, ellos consiguieron un resultado histórico.

Casos como el de Cerda y Leal muestran la otra cara de lo que habitualmente destacan las noticias deportivas. Acostumbrados a las estrepitosas derrotas en fútbol, que por momentos parece ser el único deporte que existe en Chile, los medios se olvidan de dar cobertura a hombres y mujeres que sobresalen en sus especialidades.

El motociclista Carlo de Gavardo, tercero en el famoso rally París-Dakar y dos veces campeón del Mundial de Rally en la categoría 450 cc., o la golfista Nicole Perrot, quien se codea con las más grandes figuras del circuito femenino mundial, son honrosas excepciones. Pero la mayoría de los deportistas exitosos permanece en el anonimato, luchando para conseguir recursos, esperando que un resultado los pueda avalar.

Sacando la cara por Chile

¿Sabía usted que durante agosto tres chilenos se consagraron campeones mundiales de sus especialidades? El primero fue De Gavardo, quien se tituló gracias a su segundo lugar en el rally Dos Sertoes, en Brasil. La segunda fue la patinadora Catherine Peñán, quien con sólo 16 años obtuvo tres medallas en el Mundial de Patín Carrera realizado en China, ganando además el primer lugar en 10.000 metros pista.

Y el tercero es un caso sorprendente, pues se trata de un tricampeón. Cristóbal Palominos ratificó en el mundial de Bicicross realizado en París que es el mejor de su especialidad. Su dominio es tal que fue galardonado en el año 2004 con el Premio a la Trayectoria del Círculo de Periodistas Deportivos. Nada extraño, si no fuera porque Palominos tiene tan sólo... ¡ocho años!

Sin embargo, nadie estaba allí para cubrir su triunfo. Los campeones en Chile son una raza especial, adorada y odiada al mismo tiempo. Quizás sea por la supuesta escasez de victorias, o los mitos construidos acerca de las fatídicas situaciones que le acontecen a nuestros deportistas cuando finalmente van a ganar.

Lo cierto es que deportes como el remo -en la especialidad dos sin timonel- o el patín carrera han sido constantemente exitosos para Chile, con medallas de oro en diferentes campeonatos mundiales y competencias panamericanas. Sin embargo, los problemas comienzan a la hora de conseguir apoyo suficiente para continuar en su perfeccionamiento y dedicarse exclusivamente a competir, sin tener que mendigar ayudas monetarias.

El problema de las platas

Hablar de políticas deportivas no es muy usual, y es que por mucho tiempo el deporte fue sólo un ítem más de los infaltables que generan votos, junto con el aseo y ornato de la ciudad. Las cosas han cambiado, pero nunca tanto, y poco a poco somos testigos de cómo el deporte se ha ido ganando un espacio dentro de las preocupaciones del gobierno.

En Chile las políticas de deporte son principalmente coordinadas a través de un organismo: Chiledeportes, la ex Digeder, que a través de sus diferentes reparticiones vela tanto por el fomento de la actividad en el país como por los casos de los deportistas de elite con los que Chile busca conseguir buenos resultados en las competencias externas.

Desde el 2001, Chile cuenta con una Ley del Deporte, desafío que plantea darle un mayor protagonismo a las diferentes disciplinas que se practican en el país y un mayor apoyo a los deportistas jóvenes. Justamente de esta área se encarga el CAR (Centro de Alto Rendimiento). Con instalaciones de primer nivel y un equipo multidisciplinario de profesionales, el CAR pretende ser un centro de formación integral para que los jóvenes que tengan algún talento deportivo lo puedan desarrollar y representar a Chile en internacionalmente.

Chiledeportes entrega una beca a los llamados deportistas top, que asciende a 665.000 pesos mensuales. Lamentablemente, la suma no alcanza para cubrir las necesidades de entrenamiento y alimentación especial. Por si fuera poco, los recursos se asignan según variables que incluyen la obtención de medallas y otros reconocimientos, con lo que se frenan las posibilidades de muchos jóvenes que buscan una oportunidad.

Nicole Perrot
(Fuente:
www.usgirlsjunior.org)

Sin apoyo, no hay resultados

El criterio más usado para asignar recursos es la competitividad. Al respecto, CTN habló con Carolina Ahumada, jefa de Operaciones del CAR, ella nos explicó que el centro "está orientado a los deportistas que nos representan en competencias externas. Nosotros trabajamos directamente con las federaciones que seleccionan a los deportistas en función de sus logros, de sus medallas y en función de su producción”.

Para colmo, el presupuesto anual es de 35 mil millones de pesos, cifra que en un primer momento resulta asombrosa, pero que al compararla nos entrega la cruda realidad: son poco más de 64 millones de dólares. Para hacerse la idea, sólo el valor de los pases de Robinho y Ronaldo, dos de los jugadores más cotizados de la selección de Brasil, alcanzan los 70 millones. Ni hablar de los pases de la selección brasileña completa, que bordean los 400 millones. Una locura.

A estos problemas de financiamiento se deben también las anomalías existentes en la asignación de recursos. Felipe Gómez, alumno de Periodismo de la Universidad de Chile, clasificó para participar en el Mundial de Tae-kwon-do que se realizó este año en Dusseldorf, Alemania, pero llegar hasta ahí fue una verdadera odisea. Debió conseguir recursos por todos lados, golpear muchas puertas y apelar a la buena voluntad del alcalde de El Bosque, el municipio donde vive, para finalmente costearse el pasaje.

Gómez es crítico a la hora de analizar a la actual institucionalidad deportiva: “En este momento lo que está haciendo Chiledeportes es apoyar con dinero solamente a los deportistas que obtienen resultados y se produce un círculo vicioso de que si no hay apoyo no hay resultados. Además, los recursos son insuficientes, y más encima se reparten mal”, dijo a CTN.

Lo extraño es que en su caso los resultados estaban, pues había obtenido el tercer lugar de su categoría en el torneo sudamericano de Paraguay, y la preparación también: entrenó durante un año para la justa mundial. Sin embargo, sólo dos semanas antes del evento consiguió el aporte que aseguró su presencia.

Sólo medidas parches

A juicio del estudiante de periodismo de la Universidad de Chile César Contreras, quien está haciendo su seminario de grado sobre el tema del deporte en Chile, estas cosas ocurren porque no existe una verdadera política de estado para fomentar la práctica de actividades: “No hay planes de corto ni largo plazo, sólo medidas parches”, señaló el estudiante a CTN.

La ausencia de políticas se explicaría en parte porque cada gobierno intenta hacer una reforma al sistema anterior, pero no hay una política de Estado con respecto a los deportes. Contreras afirmó al respecto que “tiene que ser un plan a largo plazo, como el que intentó hacer el gobierno de Eduardo Frei, pero que él mismo echó al agua. Apuntaba a lograr una cultura deportiva, tanto masiva como de elite”.

Otro problema es que los grandes éxitos generalmente son producto del esfuerzo personal y no de un apoyo sostenido del Estado. El tenis, deporte que ha conseguido los mayores logros en la historia deportiva chilena, es un claro ejemplo: tanto el ex número uno del mundo, Marcelo Ríos, como los medallistas de oro olímpicos, Fernando González y Nicolás Massú, contaron con la fortuna de que sus padres pudieron financiar la costosa preparación, que incluyó largas jornadas de entrenamiento y viajes al exterior, siempre con la posibilidad de que todo terminara en nada.

Ante esta situación, Contreras es tajante: “Los deportistas se desarrollan por vocación, voluntad propia y uno que otro mecenas o empresario. Así subsisten, es la única forma de que se desarrollen. Más oportunidades no tienen”.

Como ellos, la mayoría de los deportistas surge a partir de su propia voluntad, de aportes caso a caso y del apoyo de sus cercanos, pero no de la institucionalidad deportiva. Y así, seguiremos contando con los dedos de una mano a aquellas personas que llevan el pabellón chileno a lo más alto del podio en las competencias, pero que una vez de vuelta en casa deben enfrentarse una y otra vez al problema de cómo ser deportista y no morir en el intento.


Un problema de salud pública

Las políticas deportivas no sólo están orientadas hacia las competencias internacionales. Una de las principales preocupaciones del gobierno es el estilo de vida que lleva la mayoría de los chilenos. Según la encuesta CASEN, el 89, 1% de la población chilena es sedentaria (entendiendo por sedentarismo, realizar actividad física con una frecuencia menos a tres veces por semana durante 30 minutos), problema grave si pensamos que este mal hábito puede causar enfermedades como la obesidad mórbida o insuficiencia cardiaca.

Junto con esto, la “Política Nacional de Actividad Física y Deporte”, elaborada el año 2002 por Chiledeportes, pone énfasis en otros dos temas: hábitos y gustos personales e institucionalidad deportiva y recursos. Los últimos años se ha hecho notorio el que cada persona quiera destacar por alguna cualidad personal y el deporte no resulta excluido de esto, por moda, gusto o capacidad, la gente prefiere esta o aquella disciplina deportiva. Y es importante para el gobierno incentivar también este tipo de práctica.



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Federación de Tenis de Chile

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