Últimos
días para ver las imágenes que hicieron noticia
Primer premio categoría retratos. La niña de la fotografía
sufre del síndrome de Crigler-Najjar, una extraña enfermedad
hereditaria degenerativa que dificulta los procesos metabólicos
y le impide exponerse a la luz solar. (Bill Phelps/
USA para Fortune)
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Desde
el 1 de junio y hasta este domingo 24, en la Corporación Cultural
de Las Condes (Apoquindo 6570), se exhibe por quinto año consecutivo
el centenar de fotografías de prensa tomadas durante el 2000, que
fueron premiadas como las mejores a nivel mundial y en cuya elección
participó el periodista Miguel Ángel Larrea, profesor de nuestra
escuela, como único jurado latinoamericano. Aquí, una mirada a la
historia de la fundación con sede en Amsterdam que organiza el concurso.
Desde
el instante en que Daguerre patentó su invención, en la primera
mitad del siglo XIX, la fotografía ha pasado a ocupar un importante
lugar en la vida del hombre. Durante mucho tiempo se la consideró
como la forma de mostrar la realidad, de captar el momento irrepetible
y hacerlo eterno en la memoria. De inmortalizar, en definitiva.
Con el correr de los años, y de manera casi natural, el periodismo
adoptó a la fotografía como instrumento. De la mano de los grandes
acontecimientos del siglo XX nacieron y se desarrollaron los maestros
de este arte. Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Eugene Smith y
tantos otros que hicieron de la noticia, imagen. Considerada como
la segunda profesión más peligrosa, los periodistas y en especial
los reporteros gráficos recorren el mundo buscando la imagen de
la noticia. Cientos arriesgan sus vidas cotidianamente en la primera
línea del conflicto. Un día en la franja de Gaza, otro en los campos
de concentración en Kosovo, al siguiente en las montañas de Afganistán
o en la selva de Chiapas, siempre ahí, para ver y mostrar con sus
propios ojos lo que pasa en este convulsionado planeta. Su mirada
se transforma en nuestra, pues es a través de sus ojos que vemos.
Se dice que una imagen vale mil palabras, pero algunas veces se
necesitaría toda una novela para describir la impresión que causa
una fotografía tomada en el momento exacto. Este es el espíritu
que intenta rescatar el concurso internacional World Press Photo.
Para cualquier fotógrafo, es como ir a competir a las olimpiadas
de la fotografía, nos dice Miguel Ángel Larrea, fotógrafo, editor
gráfico del diario Las Últimas Noticias y jurado del concurso en
su versión 2000.
Sin
duda, el World Press Photo es el certamen de mayor fama y prestigio
a nivel internacional. Esta organización sin fines de lucro, con
sede en Amsterdam y patrocinada por el príncipe Bernhard de Holanda,
premia cada año a las mejores imágenes de prensa de todo el mundo.
Fue creada en 1955, con el fin de promover la libertad de expresión
y el respeto a la labor de los fotógrafos y periodistas. Debido
a la calidad de los trabajos y la especial preocupación que se ha
tenido con la difusión de estos la exposición itinerante recorre
más de setenta países, el concurso se ha transformado en referente
obligado tanto para las agencias de noticias como para los fotógrafos
free lance. Las imágenes son siempre poderosas. Cargadas de emocionalidad
y algunas veces de violencia. Pero al fin y al cabo, una mirada
particular sobre la realidad.
Y
como se le ha criticado al concurso un cierto sesgo primermundista
que tienen las fotografías, una de las tareas que debió enfrentar
Larrea como jurado fue mostrar cómo perciben la realidad de los
propios fotografiados, buscar un punto de vista más cercano y con
otra perspectiva.
Cada
año hay más de cuarenta mil trabajos enviados, de los cuales muy
pocos corresponden a chilenos. Para Héctor López, también fotógrafo
y jurado en una versión anterior del concurso, en Chile existe una
gran cantidad de buenos fotógrafos y por eso le extraña que la participación
no sea masiva. En general, yo esperaría que tuviéramos unos cien
profesionales chilenos participando por año, pero en la realidad
no hay más de tres o cuatro, señala. Lo atribuye a la poca constancia
que algunos tienen y un cierto recelo a participar, cosa que se
ha revertido poco a poco con las nuevas generaciones de reporteros.
Cómo
se elige
El
proceso para seleccionar y calificar lo que se considerará la mejor
fotografía del año, es largo. Primero, la organización se encarga
de mandar los formularios de inscripción a cada una de las agencias
fotográficas, diarios y asociaciones de fotógrafos del mundo, para
que todo el que esté interesado en participar lo pueda hacer. Durante
la versión del 2000 participaron 3.938 profesionales, con 42.321
fotografías. De la segunda parte del proceso se encarga una comisión
designada por el equipo de la organización, que selecciona el material.
En esta ocasión, la cantidad de fotografías que pasó la primera
etapa fueron poco más de veinticinco mil. Finalmente esas son las
imágenes que el jurado, compuesto por fotógrafos y directores de
agencias, editores gráficos y profesionales free lance de los cinco
continentes, tienen como materia prima para trabajar. El proceso
es agotador: durante más de diez días se trabaja en largas jornadas,
cada fotografía se discute una y otra vez hasta llegar a una opinión
mayoritaria. Las imágenes se ponen en el piso y la comisión las
recorre una a una para tener una mejor visión y poder apreciarlas
en toda su magnitud.
Para
facilitar esta tarea, uno de los auspiciadores presta sus oficinas,
un edificio completo. Las fotografías se ordenan en cada una de
las categorías (noticias de actualidad, personajes, retratos, deportes,
naturaleza y medio ambiente, artes, ciencia y tecnología, temas
de actualidad y vida diaria). Así, por ejemplo, el primer piso corresponde
a deportes, el segundo a retratos, etcétera. Los jurados recorren
cada piso, las fotografías son votadas por las comisiones y las
que obtienen mayor puntaje pasan a la siguiente fase. Finalmente,
las imágenes seleccionadas como las mejores son premiadas en una
ceremonia pública. En cuanto a los premios en dinero, estos nunca
sobrepasan los diez mil dólares y son más bien un reconocimiento
a la labor. Pese a la poca participación de los chilenos, ha habido
importantes reconocimientos. Por ejemplo, Eduardo Verdugo ganó el
segundo lugar en la categoría fotografías individuales en 1998.
Así,
cada año, el concurso sigue tomando el pulso de los acontecimientos,
profundamente ligado a las noticias de actualidad, pero también
a la reflexión. La visión que entrega sobre el mundo en que vivimos
no es siempre la más agradable. Nos muestra la violencia y el sufrimiento,
la alegría y la esperanza; en definitiva, la vida misma.
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Premio
World Press Photo, mejor fotografía del año. Americanos desconocidos:
la familia Sánchez en casa. La vida diaria de un grupo de inmigrantes
mexicanos en el estado de Texas, Estados Unidos.
(Lara Jo Regan/ USA para Life) |
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Primer
premio categoría noticias generales. Palestinos tratando de
escapar del fuego de los soldados israelíes. Pueblo de Khan
Yones, franja de Gaza. 20 de octubre de 2000.
(Reinhard Krause/ Reuters) |
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Premio
Children Awards. Niños del mundo eligieron esta imagen como
la más representativa del espíritu de superación. Este joven
afgano fue reclutado por los talibanes en la guerra contra los
muyahidin y perdió una pierna al explotarle una mina.
(Stephan Vanfleteren/ Reuters) |
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Segundo
lugar de reportajes, categoría deportes. Deportistas de Sierra
Leona, África, entrenando para las Olimpiadas.
(Seamus Murphy/ Usa for Independent Magazine, Inglaterra) |
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Tercer
lugar individual, categoría naturaleza y medio ambiente. Peces
muertos en un lago contaminado, Río de Janeiro.
(Antonio Scorza/ Agencia France Press) |
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Primer
lugar categoría noticias. Ataque con bomba en el metro de Moscú.
8 de agosto de 2000.
(Yuri Shtukin/ Rusia, Izvestia) |
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Primer
lugar categoría deportes. Marion Jones gana los 100 metros planos
en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.
(Bill Frakes y David Callow/ Usa Sports Illustrated) |
Este es un fragmento, publicado con autorización de su autor, del
reportaje "Las noticias tras el lente", realizado en febrero
de este año por Antonio Astudillo, estudiante de nuestra escuela,
para la revista El Sábado del diario "El Mercurio".
Antonio
Astudillo |
Jueves
21 de junio de 2001
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