Seminario
internacional sobre televisión y violencia
Entre la libertad de expresión
y la protección a la audiencia
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El
estadounidense Jeffey Jonhson planteó que existe una
directa relación entre consumo de televisión
y el aumento de la violencia. Los investigadores latinoamericanos
rechazaron esa tesis.
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Con
una declaración pública concluyó el encuentro
organizado por el Consejo Nacional de Televisión entre los
días 21 y 22 de agosto, el cual congregó a periodistas,
académicos de la comunicación y a destacados expositores
extranjeros.
El
salón Embajadores del Hotel Carrera fue por dos días
el centro de discusión de la siempre criticada fórmula
de televisión y violencia. Allí se expusieron las
más diversas opiniones, centrándose en el tema de
la libertad de expresión y la preocupación por los
espectadores.
A modo
de clausura y a falta de conclusiones finales que cerraran el debate,
el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) sacó una
declaración pública, donde se exponen los "criterios
básicos para el tratamiento de la violencia en la televisión",
siendo uno de los objetivos principales "lograr un adecuado
equilibrio entre la libertad de expresión y la protección
a los sectores más vulnerables de la población, especialmente
los niños". (Ver recuadro)
Según
la presidenta del Consejo Nacional de Televisión, la periodista
Patricia Politzer, "encuentros como este permiten que no sólo
digamos lugares comunes y que nos sentemos pasivamente frente a
la televisión, sino que seamos capaces de entenderla mejor,
de exigirle más, de saber qué significa realmente
la televisión, sin atribuirle cosas que no tiene y sin culparla
de otras cosas que debiéramos preocuparnos en otros aspectos
de nuestra vida".
A pesar
de esto, durante el Seminario se habló de los efectos negativos
de la televisión. Así lo manifestó el doctor
en sicología de la Universidad de Columbia, el norteamericano
Jeffey Jonhson, quién planteó que existe una directa
relación entre consumo de televisión y el aumento
de la violencia y los delitos en la sociedad, basándose en
estudios científicos que así lo demostraban.
Esta
versión fue duramente rebatida por los expositores latinoamericanos
quienes afirmaron que lo expuesto por el profesional seguramente
refleja la realidad norteamericana, pero que no puede generalizarse
al resto del mundo. La propuesta de Jonhson correspondería
a una corriente obsoleta en cuanto a los estudios de comunicación
actuales.
En
esto coincidió el abogado argentino de la Universidad de
La Plata, Esteban Rodríguez, quién enfatizó
que este problema no puede tratarse de forma tan reduccionista,
sino que hay que poner atención a otras formas de violencia,
en las que el periodismo tiene mucho que decir. En su ponencia,
titulada "la violencia es mentir", habló de una
parte del periodismo argentino (que es posible reconocerlo en todos
los países) burocrático, desinformado, que descontextualiza
y despolitiza los hechos. "A mí me parece que la televisión
no explica el problema de la violencia. En realidad, si la televisión
es un problema a la hora de pensar la violencia es un poco por el
protagonismo que tiene. Las razones de la violencia habría
que buscarlas en los conflictos sociales y en la forma en que muchas
veces se difunde esa violencia, es decir, en lo que muchas veces
se intenta ocultar", dijo Rodríguez.
Asimismo,
la directora del Magíster en Comunicación y Educación
de la Universidad Católica de Chile, la española Mar
de Fontcuberta, señaló que "la violencia es siempre
el resultado de la no resolución de un conflicto, tanto individual
como social. Como tal tiene unas causas, un desarrollo, unas consecuencias
y un contexto en el que se produce". Ante ello, la tarea de
los medios y del periodismo es explicar el mundo en que vivimos
y no quedarse en la superficie de los hechos.
Por
su parte, el ex presidente del directorio de Televisión Nacional,
Jorge Navarrete, puso el acento en la autorregulación de
los medios y en la responsabilidad de cada persona. "No se
trata de decir que la televisión no tiene efectos y por lo
tanto programemos lo que queramos, produzcamos lo que queramos.
No. Tratemos de hacer lo mejor posible, tengamos el máximo
de autorregulación posible -que no es lo mismo que autocensura-,
prohibamos muy pocas cosas, sólo aquellas en que haya una
evidencia abrumadora de que hace mal y el resto dejemos que los
adultos decidan".
En
este sentido, la mayoría de los invitados coincidió
en la responsabilidad de los padres y de las familias en la canalización
de los hechos de violencia y en necesidad de educar a los niños
y jóvenes en el aspecto audiovisual, para que puedan tener
una postura crítica ante lo entregado por los medios.
Declaración
pública
Criterios básicos para el tratamiento
de la violencia en televisión
1.-
Lograr un adecuado equilibrio entre la libertad de expresión
y la protección a los sectores más vulnerables
de la población, especialmente a los niños.
2.-
Si bien muchos hechos de violencia no pueden ser ignorados,
la decisión de mostrar violencia-que sin ser excesiva
sea de alta intensidad- debe considerar la probable composición
de la audiencia y el horario en que será exhibida,
cualquiera sea el género del programa.
3.-
Las imágenes de violencia deben estar justificadas
por los requerimientos dramáticos y/o editoriales del
programa.
4.-Los
contenidos violentos jamás deben sugerir que la agresión
es el medio adecuado para la solución de los problemas.
5.-Evitar
un tratamiento de la violencia que promueva su emulación
en las audiencias infantiles.
6.-
Informar previamente a la ciudadanía-a través
de la pantalla o de los otros medios acerca de los contenidos
de violencia de la programación televisiva a fin de
que las audiencias, en especial los padres, dispongan de elementos
de juicio para decidir qué programas desean sintonizar.
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Más estudios
del CNTV
Daniela
Estrada L. |
Lunes
26 de agosto, 2002
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