Medios
y Opinión PúblicaEl periodismo en Chile hoy: realidad
y desafíos
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Una
mesa integrada casi en su totalidad por representantes de
nuestra Universidad: los alumnos Claudio Salinas y Hans Stange,
junto a los profesores José Miguel Labrín y
Eduardo Santa Cruz, además del académico de
la Universidad de Viña del Mar, Marco Herrera. |
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José
Miguel Labrín, Marco Herrera, Eduardo Santa Cruz, Hans Stange
y Claudio Salinas debatieron en profundidad en torno al papel de
los medios y los periodistas en la formación de la opinión
pública en democracia, el límite entre lo público
y lo privado y el efecto de las políticas de mercado en la
industria de la información.
En
una encendida discusión, cinco estudiantes y académicos–cuatro
de ellos pertenecientes a nuestra Escuela- intercambiaron opiniones
con respecto al papel de los medios dentro de la sociedad civil,
su rol de mediadores y los límites entre lo público
y lo privado.
El
primer expositor fue Marco Herrera, magíster en Filología
y coordinador académico de la escuela de periodismo de la
Universidad de Viña del Mar. El profesional expuso las líneas
temáticas en que debería basarse un estudio analítico
de la televisión chilena actual, al tiempo que propuso la
evaluación de sus contenidos y de la incidencia que éstos
tienen en la formación de ciudadanos informados.
Los
efectos que hoy podría tener la TV, señaló
el expositor, remiten a su tendencia a atender sólo los intereses
de las sociedades urbanas y de minorías privilegiadas, lo
que generaría una imagen falsa de la sociedad. "La televisión
tiende a uniformar a la sociedad", señaló el
académico. En esta dirección, el profesional destacó
que los canales tienen un papel fundamental en términos de
asegurar el derecho a la información como clave de la democracia.
Según
expuso el académico, el modelo de libre mercado alcanza también
el espectro cultural y de las comunicaciones, lo que se traduce
en un desplazamiento de lo social y una preeminencia de los negocios.
Todo se convierte en un espectáculo, donde la pantalla de
TV se constituye en un verdadero circo romano, al transmitir una
gran cantidad de programas basados en la descalificación
y la ridiculización.
"Los
canales electrónicos han promovido una cultura de la frivolidad,
el hiperconsumo, y el espectáculo; generando una programación
inmediatista que es rentable a corto plazo, pero que desaprovecha
el capital humano que podría utilizarse en proyectos más
sustentables". De esta manera, precisó que "hay
una pérdida del carácter ciudadano frente a la emergencia
del consumidor de televisión".
El
periodista cree necesaria la exposición de temas que favorezcan
la conciencia ciudadana, que contribuyan al ejercicio de los derechos
de las personas y a los intereses públicos, con el fin de
generar una diversidad de alternativas pluralistas.
El
imperio de lo verosímil en Chile
A
través de una compleja exposición, el investigador
y académico de nuestra Escuela, Eduardo Santa Cruz, hizo
una evaluación de los elementos que han llevado a la prensa
a convertirse en lo que es hoy en día.
El
profesional señaló que dentro de las condiciones que
llevaron al medio a su estado actual destacan la fase capitalista
que vivimos y el momento socio histórico en que se encuentra
Chile. En este sentido, destacó la pérdida del carácter
referencial de la prensa y el fenómeno determinante que constituye
la privatización de lo social. La dinámica de los
mercados habría diluido la posibilidad de un público
pensante y de un ciudadano político.
La
consagración del mercado como articulador de todas las prácticas
sociales, la disminución de la actividad política
del Estado y su aumento en el ámbito del control; habrían
derivado en una mercantilización de lo público. Esto,
al tiempo que los productos culturales se comercian bajo el supuesto
que representan el interés general, ocultando así
su intencionalidad privatizadora. Los ciudadanos se tornan verdaderos
consumidores, y las estrategias comunicacionales se reducen a meras
fórmulas económicas.
Santa
Cruz sostuvo que el discurso de la prensa realiza una operación
sistemática para provocar efectos de sentido sobre la vida
y la cultura cotidiana, lo que instituye una visión hegemónica
del mundo.
El
sociólogo advierte que el modelo informativo predominante
apunta a un periodismo difusor de hechos verosímiles, que
no persigue dar cuenta de ninguna verdad, sino que difunde lo que
la gente está dispuesta a creer. Así el periodismo
actual estaría muy lejos de ser una búsqueda de la
verdad: se trata más bien de una operación informativa
que señala a sus consumidores lo que quieren oír.
Santa
Cruz sostuvo que hay temas de los que no se puede dejar de hablar,
e invitados que se debe tener. Así, la competencia no sería
generadora de diversidad, sino que favorecería la semejanza,
llevando a un tránsito circular de la información:
para saber lo que se va a decir, hay que saber lo que dijeron los
demás. “Lo que predomina es la información sobre
información, ya no son los hechos los que preceden a la noticia,
sino que la información genera el acontecimiento. Todo se
re-escribe”
Lo
que prevalece hoy, explicó el profesor, es la fórmula
del “evento programado” como base de todo acontecimiento.
Modelo que si bien pierde su carácter de suceso, surge como
un agente integrador: no hay sujetos ni objetos, sino operadores
en distintos roles.
En
este contexto, afirmó el sociólogo, el periodista
ya no puede ser un mediador: se convierte en un depositario autoconstituido
y autorreferente de los valores colectivos, mientras los medios
actuarían como el escenario de lo público.
En
cuanto a la percepción frente a los medios, el académico
explicó que existe una sensación de conformismo y
a la vez de indiferencia total por parte de la audiencia. Esto,
en tanto producen una hiperrealidad sustituta que provoca cierto
desencanto en el público. "Los medios generan y producen
los acontecimientos informativos, dando lugar a la incertidumbre
frente a la realidad".
El
mercado como base de la autonomía de los medios
El
desarrollo de los medios en dictadura y democracia y la figura del
mercado como fundamental sostenedor del periodismo y los medios,
fueron las principales ideas que desarrolló José Miguel
Labrín, periodista y docente de nuestra Escuela en su exposición.
“Más
que una ruptura, fue la continuación de un proceso de evolución
constante que se reafirma durante el régimen militar y que
responde a la constante subordinación de la prensa al sistema
político imperante”. Con estas palabras, Labrín
resume su visión histórica de la prensa en nuestro
país, para ingresar de lleno al análisis de la situación
actual. A su juicio, la realidad mediática actual no debe
observarse como un espacio de deslegitimación de derechos,
sino como una vía para salir del moralismo imperante y comenzar
la búsqueda de un espacio autónomo y diferenciado.
"La
relación con la industria periodística ha permitido
a nuestra profesión la formulación de sus propios
códigos". Estos principios, planteó el profesional,
“generaron la posibilidad de autonomía de los medios.
Sin ellos, no habríamos podido separar a la prensa de otros
sistemas".
A
partir de estas ideas, el académico explicó que lo
riesgoso es que estos principios en Chile no se tradujeron en un
elemento capital para desligar a la prensa de su sustento político
partidista. En opinión del expositor, la irrupción
del mercado tampoco dio las garantías para una autonomía
progresiva del campo periodístico.
El
periodista señaló que la preocupación en la
actualidad apunta a evitar que la política ocupe el campo
de los medios y que el mercado se instale en ellos fijando su propio
desarrollo. Como la prensa no ha logrado una verdadera emancipación,
Labrín postula una vuelta a los modelos liberales para buscar
en él las pistas para conseguir su independencia.
En
este contexto, dijo, vemos que la primera etapa de autonomización
de la prensa con respecto a la política ocurre cuando interviene
el mercado. Éste, no sería “el elemento corruptor,
sino constitutivo de la industria de medios, y puede ser garantía
de autonomía".
“Dentro
de un modelo liberal hay posibilidades de revincular a la ciudadanía
con los medios. Uno puede hacer una crítica externa al desarrollo
de ellos, buscando cánones éticos normativos duros.
Pero también puede tener una mirada con respecto a la necesidad
de que la industria de los medios tenga un rol de mediadora entre
el poder político, el mercado y la ciudadanía, entendiendo
que en esa tríada los medios se constituyen. La industria
ha tenido un desarrollo basado en estos principios, que deben ser
releídos para que la industria de los medios desarrolle un
rol social”, concluyó Labrín.
Lo
público y lo privado
A
través de una aplaudida exposición, los estudiantes
de nuestra Escuela Hans Stange y Claudio Salinas realizaron una
revisión teórica de los conceptos de lo privado, lo
público y lo íntimo.
Mediante
una revisión bibliográfica y la exposición
de casos concluyeron que lo público vendría a ser
lo que interesa, o debiera interesar, a todos los ciudadanos. Esto
es, los asuntos del Estado y lo que está a disposición
de cualquiera. Lo privado, en tanto, no sería un concepto
radicalmente opuesto, en la medida en que se refiere a aquello que
está restringido y es dominio de pocos, remitido a lo doméstico
y al espectro familiar y consagrado en el derecho a la privacidad.
Por último, lo íntimo se restringiría al ámbito
personal y psicológico, las creencias y la moral.
Del
mismo modo, acentuaron que muchas veces existe confusión
entre los términos de privado e íntimo. “Sobre
la intimidad no caben juicios, porque es una relación del
sujeto consigo mismo o con otro a quien se dona libremente, pero
sobre lo privado caben juicios que prevengan de un uso malicioso
de las informaciones. El límite es lo íntimo. Lo privado
puede ser materia de la libre circulación, debido a su naturaleza
social".
Lo
público y lo privado aparecen entonces como términos
relativos y relacionados, en tanto ambos son aspectos de la vida
social. Lo íntimo en cambio es un valor absoluto que alude
al interior de la persona, a su pensamiento y personalidad.
Dentro
del nuevo contexto mediático, la información no constituiría
materia de los ámbitos de lo público y lo privado,
sino de uno distinto: el espacio biográfico, donde las dimensiones
se interceptan y los cambios en uno implican modificaciones en la
contraparte, lo vendría a verificar una crisis de los conceptos
modernos de ambas palabras.
Ante
esto, hoy se vuelve imposible operar con instrumentos que supongan
esas distinciones clásicas. De ahí que surja "como
desafío la elaboración de cuerpos normativos efectivos
y capaces de reglar esta nueva realidad", concluyeron los expositores.
Sitio oficial
del encuentro
Desde
Temuco
Paulette Dougnac |
Viernes
03 de septiembre, 2004 |
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