Rosa María Alfaro

Periodistas en acción

La académica de la Universidad de Lima, Rosa María Alfaro.

Especial noticioso Seminario Nacional Asepecs en Temuco

En una exposición bastante opuesta a las planteadas a lo largo del seminario, la comunicadora peruana Rosa María Alfaro invitó a salir de la teoría para hacer cambios en la práctica.

"La crítica de los medios ya no puede sostenerse por sí misma si no se acompaña de compromisos concretos de cambio de la sociedad". Con estas palabras, Rosa María Alfaro invitó a dejar por un momento las discusiones críticas de academia, en aras de traducirlas en cambios concretos: "Hay que repensar la práctica como lugar de re-teorización y re-aprendizaje. La práctica debe ser muy pensada, ya que la realidad no es un contexto: es un texto para ser cambiado".

Según explicó la académica de la Universidad de Lima, en el nuevo escenario político mundial, los medios concentran tanto poder que existe un traslado de funciones desde una política frivolizada que no se hace cargo de lo social, hacia los medios, que llenan ese espacio. Esto produciría una alianza compleja y constitutiva entre la política, el mercado y el ciudadano. "La política ha entrado en crisis, existe una furia colectiva de la que tenemos poca conciencia. Estamos pasando de la teoría de los movimientos sociales a la sociedad en movimiento: presenciamos los arranques de una sociedad que actúa desde determinados saberes para decir no".

“Si queremos cambiar los medios, es porque queremos cambiar la sociedad”. De este modo la académica plantea que el descontento generalizado con respecto al trabajo mediático responde a problemas sociales, por lo que es la misma sociedad la que debe impulsar cambios. "El campo mediático está convulsionado y eso es útil. La sociedad debe ayudar a los medios a autorregularse", señaló.

Según Alfaro, la libertad de expresión sigue siendo un derecho de los medios y no de los ciudadanos: es un disfraz de la libertad de empresa. "El periodismo no escribe para el ciudadano sino para vender, para competir, para los gobernantes, para los colegas, para cuestionar a los empresarios".

La profesional explicó que no hay una tipología de públicos, lo que se suple con el rating, que sólo mide sintonía. Esto distancia al periodismo de los ciudadanos, porque son reducidos al rol de consumidores en su aspecto más bajo. "Los ciudadanos se hacen invisibles, ya que quieren distanciarse de la política y el Estado porque no los entienden", explicó.

Manos a la obra con el periodismo ciudadano

Llevar las críticas a la práctica. Bajo este precepto, Rosa María Alfaro y un grupo de periodistas peruanos crearon la Veeduría Ciudadana, institución que lleva cinco años de funcionamiento y que se ocupa del monitoreo de medios y de la consultoría ciudadana.

La entidad se formó gracias a “Calandria”, una organización que promueve experiencias de periodismo cívico, basadas en poner los problemas del desarrollo en la discusión pública, con periodistas que se comprometen e invitan a la ciudadanía a dar su opinión. Los reporteros salen de las salas de redacción e interactúan con la gente, fortaleciendo así el espacio público y la responsabilidad social.

El mecanismo de trabajo comenzó por realizar estudios críticos de los medios, para luego pasar a las consultas ciudadanas, con el fin de conocer los temas de interés del ciudadano común, para luego posicionar dichos tópicos en los medios.

Algunas de las acciones emprendidas por la entidad para recopilar información son las caravanas ciudadanas, que se dedican a generar debate y espacios de opinión, además de papelógrafos donde la gente escribe lo que piensa y le preocupa.

Los más interesados en participar del proyecto fueron los estudiantes de periodismo, generándose así un gran movimiento de voluntarios. La participación de alumnos, contó Alfaro, ha dado lugar a una enorme demanda en todo el país, en aras de un cambio curricular que incluya nuevas áreas relacionadas con el periodismo cívico, lucha que ya ha tenido algunos frutos.

Los estudios de la Veeduría se envían a los medios de comunicación, que poco a poco han comenzado a incorporar algunas transformaciones a partir de los resultados que estos monitoreos entregan.

Incluso se ha logrado el apoyo de la empresa privada y, como explicó la académica, "cuando la ciudadanía ve que está retratada, compra. Son otras formas de construir audiencia, y cuando le muestras eso a los avisadores y a los dueños de medios, cambian de actitud".

También se ha logrado el beneplácito de los canales, que a pesar de mostrarse reticentes en un principio, advirtieron que el trabajo de la Veeduría era positivo para todos. "Incluso nos han invitado a paneles de televisión a hablar de ética periodística. Nuestros aliados son ahora la Asociación Nacional de Avisadores y la prensa peruana", comentó la académica. Antes de arribar en Temuco, Rosa María Alfaro asistió a una reunión con el ministro de telecomunicaciones de Perú, donde acordaron trabajar en conjunto.

Pero el logro más importante de esta revolucionaria organización fue sin duda la promulgación de una ley de radio y televisión, donde se norma el funcionamiento de estos medios en áreas relacionadas con el respeto a los derechos de las personas. Normativa propuesta por la Veeduría.

A partir de esta experiencia, Rosa María Alfaro concluye que "es posible una vinculación entre académicos, periodistas y sociedad civil para resolver problemas". Según la comunicadora, en países como Chile se presenta una sociedad fragmentada donde no hay rasgos ni señas de lo social, restringido al espectro de la familia. "El desvanecimiento de lo público es un fenómeno contemporáneo. Y para tener logros en la sociedad fragmentada, hay que articularla", señaló Alfaro, invitándonos a tomar al experiencia peruana para hacer algo similar en nuestro país.

Al cierre de la ponencia, la expositora llamó a sus colegas a cambiar la mirada y emplear un nuevo paradigma. "Asistimos a un nuevo equilibrio de poderes en los medios. El modelo que debemos usar ya no es el clásico norteamericano de las seis W. Ahora necesitamos que los medios ayuden a solucionar problemas. Y esto no es una utopía, porque a ellos les hace bien hablar de los temas que se están discutiendo. La ética vende, porque actuando éticamente los medios logran que la gente les crea".

Sitio oficial del encuentro