ENTREVISTA AL MAESTRO GUILLERMO MONTES:
"El Ninja es Perfección"

Comenzó a los siete años de edad con karate. En plena pubertad se inició en el kung-fu de la mano del maestro Miguel Ángel de Luca, con el cual estuvo cerca de 17 años. En 35 años dedicado a las artes marciales, Guillermo Montes ha obtenido también cinturones negros en kobudo (manejo de armas), jiu-jitsu, tang soo do (karate coreano) y hapkido. Sin embargo, ha sido el ninjutsu el que lo ha mantenido cautivado desde que lo conoció, a fines de los años ochenta. Luego de practicar en Argentina con el maestro Daniel Hernández y de ser obligado por ello a abandonar el kung-fu, se convirtió en el pionero en Chile del arte ninja y en el maestro de toda una generación de instructores. Como iniciador de la disciplina en el país, ha sido testigo de la trayectoria del arte marcial, ha probado la gloria, pero también la traición. Del arte furtivo, su historia y su filosofía nos habla el maestro Guillermo Montes.

Maestro Guillermo Montes

El ninjutsu llegó a Chile a fines de la década de los ochenta. Sin embargo, su práctica masiva fue recién legalizada cerca del año 1998. ¿Cómo se desarrolló hasta entonces?

Efectivamente, el ninjutsu fue recién aceptado por la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) en lo que es la parte de documentación en 1998. Se hicieron alrededor de once años de clases clandestinas de ninjutsu. Y hasta el día de hoy todavía no es aceptado por muchos directores nacionales o directores de otras artes marciales, como kung-fu, hapkido, karate, etc. Han habido muchos cambios, pero la verdad es que no ha sido muy bien aceptado porque, si lo miramos desde la parte comercial, es un arte muy poderoso y les inquieta mucho. Eso en la parte comercial.

¿Cuáles han sido las aprensiones que han tenido las autoridades chilenas para frenar o impedir el avance del ninjutsu?

Las aprensiones más grandes que hubo fueron que los ninja eran asesinos sueldo, que eran espías, que eran mercenarios, que la técnica era de muerte, ... en realidad no es tan así. Con el tiempo fueron conociendo este arte marcial -que es uno de los últimos artes marciales o artes militares que existen- y fue aceptado, pero a regañadientes.

¿Cómo ha sido la difusión del ninjutsu en Chile? ¿Ha tenido tanta difusión como el karate en su tiempo?

Sí. Recién se comenzó a difundir a partir del año 1998, en que fue aceptado por la DGMN con los primeros representantes de esta disciplina. Pero como es un arte milenario nuevo en Chile, los profesores que están a cargo -es decir alumnos míos que están haciendo clases en este momento con permiso de la DGMN y ahora con permiso de la Guarnición-, lo están haciendo muy rápido. Las graduaciones se están entregando muy rápido, el avance de los alumnos, no tanto en la parte técnica, sino en la parte diplomas, va muy rápido. Y no se premia el sacrificio. En realidad no hay un premio. Hay una desesperación por que haya un avance en lo que es graduaciones para que estén equiparadas con otras artes marciales que tienen muchos cinturones negros, pero no es la idea.

¿Cómo es la comunicación entre las escuelas de ninjutsu aquí en Chile? ¿Hay algún tipo de asociación?

No, asociación no hay. Hay dos representantes en Chile, pero en realidad es como en todas las artes marciales. Se dice que todas las artes marciales son unidas, que trabajan la parte filosófica, pero no es así. Y ninjutsu está cayendo en el mismo juego, que es no trabajar la unión entre escuelas. Existe el juntarse en alguna oportunidad para un seminario de algún profesor que viene de afuera, pero se da esa unión sólo para el seminario y rige la no unión a posterior.

¿Cómo es el perfil del estudiante de ninjutsu, de la persona que se acerca a practicar? ¿Es distinto al de otras artes marciales?

Sí. El practicante de ninjutsu tiene que llegar siendo una muy buena persona. Yo siempre he dicho que ninjutsu no es un arte marcial que sirva para trabajarlo masivamente. Se tiene que trabajar con ese "arnero" o "cedazo", donde caen los granitos más pequeños y quedan las pepitas de oro, que son aquellos que practican este arte maravilloso que es el ninjutsu.

¿Cómo se puede definir hoy al ninja, ya que no estamos en el Japón medieval?

Está el ninja moderno. El ninja se adapta, tiene la posibilidad de adaptarse al tiempo. En el tiempo antiguo utilizaba herramientas o armas de defensa muy básicas. Hoy el ninja puede optar a trabajar las mismas armas, pero un poco más sofisticadas, y dándole ese trabajo para el tiempo en que está.

¿Hay una filosofía de vida detrás de la práctica del ninjutsu?

Es la filosofía que debiera ser para todas las artes marciales, en realidad. El ninja es, para mí, perfección. Por ende, decirse ser un ninja, creo que es algo demasiado grande y difícil de ser. Los practicantes de ninjutsu estamos tratando de ser un ninja clase a clase, día a día. Por eso para mí el ninja es perfección. Pero no sólo en la parte técnica, sino también en la vida. Debemos tratar de ser perfectos o casi perfectos como padres, como hijos, como amigos, como seres humanos en definitiva. Lo que hagas, tratar de hacerlo a la perfección. Y eso es el trabajo del ninjutsu.

"El ninjutsu es una formación personal, una formación interna, un tratar de perfeccionarse espiritualmente y eso lleva un trabajo arduo y bastante sacrificado".

¿Cuántas escuelas existen en la actualidad en Chile de ninjutsu?

Entre el año 1987 y 1991, sabía que existía una escuela de ninjutsu, que era la mía. Luego, en un año del cual no quiero acordarme, se fue de la escuela una cantidad de alumnos avanzados cinturones negros, a petición de un profesor de Antofagasta. Se fueron por un permiso de la DGMN, por graduaciones y por la posibilidad de poner en algún momento sus propias escuelas. En realidad, por la posibilidad de ganarse la vida con ninjutsu, que no es la idea. Quien pretende hacer clases y sobrevivir con una escuela de ninjutsu está completamente equivocado. Las artes marciales no son rentables. Hay profesores que tienen gimnasios o escuelas con trescientos o cuatrocientos alumnos. Estamos hablando de escuelas de karate, de taekwondo, que son deportes olímpicos, que se pueden enfocar en una línea comercial y a lo mejor puede ser bastante rentable. Pero un arte marcial, un arte de vida como es el ninjutsu, no. Es una formación personal, una formación interna, un tratar de perfeccionarse espiritualmente y eso lleva un trabajo bastante arduo y muy sacrificado. El ninjutsu es un arte tremendamente sacrificado. Muy fácil de practicar, porque las técnicas son hermosísimas y fáciles de aprender, pero el estar ahí y ser alumno constante es complicado.

Al ser un arte marcial -y por lo tanto más peligroso-, ¿han habido problemas con algunas personas por mal uso del conocimiento marcial?

Que yo sepa, no. En toda regla hay excepción, por lo que puede que por ahí haya algún "ninja malo" (risa), que pervierta la técnica, pero así como también hay karatecas o kung-fuístas que utilizan mal la técnica. Puede ser.

¿Pero ejercen algún tipo de filtro para evitar que ingresen aspirantes que muestren algún rasgo de desequilibrio y puedan ocasionar problemas?

Yo te puedo responder por mí. Mira, años atrás, en una visita que yo tuve a Buenos Aires, tuvimos una reunión con Daniel Hernández, Pedro Fleitas y Carlos Etchegaray, que en esos momentos eran los súper maestros en Argentina y en España. Yo estaba como profesor alumno invitado, o sea como un invitado especial no por graduación, sino por lo nuevo que era al lado de esos "monstruos" de maestros que habían. Son tremendos. O eran tremendos... Pues bien, un periodista nos hizo una entrevista y nos preguntó qué era para nosotros el ninjutsu. Fueron uno por uno, pero para mí sólo podía resumirse en una sola palabra: magia. Luego nos preguntaron qué sentíamos cuando practicábamos ninjutsu. Todos se explayaron un poco, pero yo volví a responder "magia". Me hicieron una tercera pregunta y respondí lo mismo. Han pasado doce o trece años y no me arrepiento de haber dicho eso. Y si me lo preguntaran de nuevo, yo creo que respondería lo mismo: magia.
De todas las artes marciales que yo he practicado, ha sido la única que me ha cautivado tanto por su simpleza, por sus movimientos tan naturales, por su efectividad, pero en realidad por su... en realidad, cuesta entenderlo, porque se dice que el ninjutsu es un arte de muerte. La técnica es fuerte, pero es mágico y uno sabe cómo tomarlo, cómo entenderlo. Para mí es un arte de amor, un arte mágico que me cambió la vida. Después de haber sido profesor de kung-fu y profesor de karate, el haber conocido ninjutsu me bajó todas esas asperezas que tenía del combate, del demostrar que yo era el mejor, que era el practicante que le pegaba a todo el mundo y que era poderoso. Me hizo aterrizar y me hizo entender que era un ser humano tan débil y tan frágil como cualquiera, y más débil y más frágil que cualquier persona. El tener un par de cinturones negros a mis espaldas y luego el conocer el ninjutsu me hizo entender que era súper, súper frágil.

Para finalizar, ¿cómo es la comunicación que hay entre las escuelas aquí en Chile y Bujinkan en Japón?

Yo creo que bastante mala. En realidad mi escuela no tiene comunicación con Japón y no tiene mucha o prácticamente nada con Argentina, que está tan cerca, porque ha pasado mucha agua bajo el puente. Yo me preocupo mucho de mis alumnos y trato de que a mis alumnos no se les pase a llevar, no se les engañe y que no entren en el juego del comercio. Por eso es que no soy un profesor de ninjutsu muy cercano a la plana de maestros, ni siquiera a nivel latinoamericano, menos a nivel mundial. A lo mejor ni siquiera me conocen. Me preocupo sólo de mis alumnos, de practicar con ellos, de enseñarles este arte maravilloso y el resto... fuera, hace mal. Les dejo la libertad como para que en algún momento, si viene algún maestro a dar un seminario, puedan ir y practicar con él. Me parece bien, creo que eso es libertad y ninjutsu es libertad, es naturalidad, es simpleza.